16.

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Las miradas no tardan en caer sobre mí, y me arrepiento de haber puesto un pie fuera de mi cama. No necesitaba ser una vidente para saber lo que pensaban, o susurraban a mi paso.

Todo se reducía a una sola oración: La nueva puta de Dash.

Siento pena, miedo o simplemente decepción de parte de todos esos ojos observándome. ¿Por qué juzgar a una persona sin saber los hechos?, ¿Por qué juzgarme si sólo tenía menos de dos meses pisando la universidad?

Ciertamente, podía entender un poco a Dash.

—Holly...

Mis ojos se detienen sobre la alta figura que esta frente a mí, puedo ver sus ojos grises atreves de mis anteojos oscuros, y la incomodidad surca cada uno de sus gestos.

—Voy atrasada a una clase. —Es lo único que suelto. Dash parece confundido con mi actitud, pero no le explico nada. Simplemente quería terminar con el día, e ir a casa.

Ir a mi lugar seguro.

Dejo a Dash en medio del pasillo, totalmente desconcertado, y bajo el atento ojo del resto de los estudiantes.

—¡¿Qué diablos ven?! —Soy capaz de escuchar la voz del moreno elevarse, pero no me detengo. Claramente, su irritación no iba dirigida hacía mi.

Una vez que llego a mi salón, ingreso en el, dando un pequeño asentimiento a los que dirigen un saludo en voz baja hacia mí. Mis ojos se dirigen al final del salón, desde el mismo lugar de siempre, Colin me observa.

El verde pálido de sus ojos parece denotar arrepentimiento. Sin pensarlo dos veces, camino hacia él, sabiendo que no podía enojarme con la primera persona que intento acercarse a mí.

Aun teniendo dobles intensiones.

Dejo caer mi bolso en el lugar junto al suyo, y sus ojos decaen sobre mí, su boca se cierra, y por un instante pienso que lo he dejado sin habla, pero me sorprende con rapidez.

—Hola.

—Hola —Respondo, ahora sin saber que decir. ¿Qué le puedo decir a Colin? El conocía mi apellido y sabía de algún modo el parentesco que tenia con Elton. Ellos eran amigos mucho antes de conocerme... —. Yo...

—Lo siento —Él se adelanta, su sonrisa decae un poco, pero no se elimina completamente—. Lo que ocurrió con Elton... No sabía que eran hermanos... No hasta que él me lo confirmó.

—Olvídalo —Lo corto, negándome a volver a pensar en Elton. Tenía que alejarlo de mí vida—. Sólo... no digas que es mi hermano —Mi vista se posa en el único pizarrón del aula, negándome a ver sus ojos—. Yo no tengo hermanos, Colin.

—Holly...

—Mi madre murió por culpa de su padre —Suelto, siento el enojo agolparse en mi sistema, y parpadeo con rapidez cuando mis uñas se clavan en la madera de mi mesa—. Nunca perdonaré a ninguno de ellos... Él la dejó cuando más lo necesitaba... Cuando lo necesitábamos...

—Lo sé —Las palabras de Colin son suaves, su mano termina sobre la mía, y con cuidado, aleja mis uñas de la madera—. Elton no sabía nada de esto, Holly.

—No me interesa —No puedo evitar alejarme de su toque, limpiando una lagrima traicionera que se desliza por mi mejilla—. Sólo no quiero volver a saber nada de él, ni de su familia.

Observo al rubio, y parece dudarlo por un segundo, pero termina asintiendo, dejando de lado ese tema.

La maestra ingresa en el salón diez minutos después de un largo silencio, y agradezco a Dios tener una distracción de todo.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora