BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
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3.
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BOOK TRAILER.
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10.
11.
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15.
16.
17.
Especial I
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19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
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54.
55.
56.
57.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

58.

26.3K 2.1K 201
By JoleHBellamy

No se olviden que para acceder a los capítulos +18 deben seguirme en mi cuenta. 

Capítulo dedicado a Q-QueenH porque siempre cree que mataré a alguien :v 

¡Disfruten su lectura! <3

~*~

Mis ojos están sobre Dash, él, en completo silencio, se encarga de recoger cada una de las prendas que cubre el suelo. Se ve agotado, tanto física como mentalmente, sin embargo, él era el único de los que se había atrevido a continuar con su vida.

Cinco días desde que dejé el hospital, cinco días en los cuales el mundo parecía acabar con mi vida poco a poco.

—¿Tomaste tu medicina, Holly? —Asiento, dándole una mirad antes de regresar a observar la inexistente mancha que había sobre la sabana. Tenía que concentrarme en eso, necesitaba mantener mi mente ocupada.

Un suspiro resuena en mis oídos y, cuando me doy cuenta, Dash está limpiando lágrimas de mis mejillas.

—Salgamos —dice, para luego retirar los mechones de cabello negro de mi rostro—, Holly, cariño, no quiero verte así.

—No tengo ganas de salir —Mis ojos caen sobre él y es cuando me doy cuenta de que estoy llorando nuevamente—, déjame aquí, ¿está bien?

—No —Niega, su mano se desliza por la piel de mi rostro y noto algo de enojo en su iris gris—, no dejaré que te quedes aquí lamentándote de lo que ocurrió, Holly. No es fácil para ninguno de los dos. Joder —gruñe, su frente se apoya contra la mía y noto cuando sus ojos se cierran—, es jodidamente injusto, pero no estoy listo para perderte a ti también, nena.

>>No dejaré que acabes con todo lo que hemos logrado.

—Dash... por favor.

—No —gruñe, para luego abrir los ojos—, no dejaré que te conviertas en mártir, Holly. Sabes muy bien que tendríamos que esperar algo como esto. El maldito hijo de puta de Colín te golpeó, joder. ¿Crees que algo saldría bien después de todo lo que ocurrió?

Abro la boca, lista para decir algo, sin embargo, no soy capaz de formular una sola palabra. Él podía tener razón, sin embargo no podía culparme. Dash no tenía idea de lo que era tener algo dentro de ti, algo que podía llamar mío... y luego perderlo de un día para otro.

Me había hecho la idea de que sería mamá... de que tendría que cuidar de algo que era el resultado del amor que sentía por Dash, sin embargo, sentía como si me hubieron arrancado el corazón sin anestesia.

—Te levantarás de esa maldita cama e iremos a obtener nuestra licencia de matrimonio, Holly Parks —dice, para luego levantarse de la cama. No puedo evitar observarlo cuando se mueve alrededor de la habitación. Se dirige al armario y lo observo sacar uno de mis jeans junto a una blusa blanca—. Metete a la ducha que te prepararé algo de comer, enana.

Quiero decirle que se detenga, pero es muy tarde para cuando él abandona la habitación. Lo único que deja detrás de él es una estela de determinación, la cual no logra penetrar totalmente en mí.

Ciertamente, sabía que Dash y yo no seríamos completamente felices si Darikson o Alexander Parks seguían rondándonos, eso, sin dejar de lado a los Reynolds y a Amara.

Todos ellos me preocupaban.

Mis ojos caen sobre la ropa y, cuando una idea se filtra en mi cabeza, logro colocarme de pie. Seguiría las órdenes de Dash, sin embargo, no terminaríamos en el mismo lugar.

Él tenía que entenderlo.

Me apresuro a hacer mi camino al baño y, cuando llego a éste, me congelo en la entrada, recordando lo que había ocurrido días atrás. Yo en el suelo llena de dolor y luego...

—Deja de pensar eso —murmuro, para mí misma—, todo estará bien, harás una familia con Dash y tendrán más hijos...

Sacudo mi cabeza, sacando el recuerdo que tenía del baño y sin darme tiempo a pensar, me deshago de la camisa de Dash que había tomado como pijama durante la noche anterior.

Me sorprendo un poco cuando mi rostro se refleja en el espejo, mi piel está completamente pálida y, las ojeras bajo mis ojos sólo sacan a relucir las noches que he pasado en vela llorando ante el recuerdo de lo ocurrido.

Ciertamente, Dash había aguantado mucho. Él también había sufrido al igual que yo, sin embargo, el dolor logró encerrarme en una burbuja donde no existía nadie más, pero eso tenía que cambiar.

Tenía que traer a la antigua Holly nuevamente al ahora, tenía que volver a ser la mujer que vivió la muerte de su madre con la cabeza en alto.

Tenía que regresar a ser yo.

~*~

—Pensé que no bajarías —Dash murmura, uno de los platos que se encuentra en sus manos es colocado en la barra de desayuno y noto que ha preparado huevos con tocino—, come algo.

—Iré a casa de Alison —murmuro, sintiendo remordimiento por mentir—, ¿podemos ir por la licencia mañana?

El moreno me observa y una de sus cejas se arquea, espero a que se niegue, sin embargo con un suspiro, saca las llaves de su bolsillo y lo extiende hacía mí.

—Lleva mi auto —murmura, con tranquilidad—, ayer usé el tuyo para hacer las compras y el motor tiene un sonido extraño, lo revisaré para ver qué ocurre.

—Bien —No dudo en tomar las llaves que extiende en mi dirección—, desayunaré con Alison —Me acerco a él, únicamente para dejar un beso en su mejilla, sin embargo, cuando intento alejarme, él me sujeta por la cintura y sus ojos se clavan en los míos.

—Te amo.

Intento sonreír, pero sé que lo único que logro es hacer una mueca algo extraña y no dudo en inclinarme un poco y presionar mis labios contra los suyos, para luego decir—: Te amo, demasiado, Dash.

En un último momento, el tatuado cierra sus labios sobre mi frente y me deja ir, soltando un leve suspiro.

—Sabes que puedes llamarme si necesitas algo.

Asiento, dándole una sonrisa. Sabía que, después de esto, él terminaría enojado conmigo, sin embargo, era algo que tenía que hacer. Había perdido a nuestro hijo, pero no dejaría que Natasha creciera sin padre. Adrien tenía que salir de la cárcel.

Abandono la casa con la mirada de Dash siguiendo cada uno de mis pasos y con el nerviosismo abordando mi sistema, subo al auto de Dash. El interior está ordenado y me es algo extraño estar detrás del volante de un auto que no era el mío.

Tomo una lenta respiración para luego mover el asiento un poco más adelante y, sin perder más tiempo, abandono la amplia entrada de la casa que compartía con el terreno. Observo mi reflejo en el espejo retrovisor del auto y lo único que soy capaz de ver es la determinación en mi mirada.

Iba a cortar lazos de una vez por todas con Darikson Parks.

Le daría fin a un largo tiempo de discordias y odio entre familias.

Media hora después me encuentro frente al edificio en el cual vive Alison, Elton está ahí, esperando de pie junto a la puerta principal y, cuando reconoce el auto, no duda en hacer su camino hacia mí. Una vez que sube al auto, la tensión que irradia su cuerpo logra penetrar el mi cuerpo.

—Sigo creyendo que esto es una mala idea —suelta, dándome una mirada—, Darikson Parks no se rendirá así de fácil, Holly.

—Tengo que intentarlo —murmuro—, quiero hacer algo bien, al menos por ahora.

Él asiente y entre pequeños regaños me da la dirección de la casa Parks. Luego de tener meses en Nueva York, conocería a la madre de Elton, la mujer que, había sufrido a causa del engaño de Alexander Parks.

—Mi madre quería conocerte desde que supo que estaba aquí —Elton murmura, luego de unos cinco minutos—, ella no te odia, por si lo estabas pensando. Sabía a lo que se enfrentaba cuando se casó con Alexander.

—¿Matrimonio arreglado?

—Cómo todo en la vida de los Parks —Él suelta una risa, pero ni una sola pizca de diversión irradia su tono de voz—, creo que la única que corrió con suerte fue Alison.

—No lo creo —musito, dándole una rápida mirada—, perdió al hombre que amaba por seguir sus ideales.

Alison Parks y Alexander Clayton eran las personas que habían sufrido por el poder de Darikson Parks. Él había sido capaz de separar a dos personas que se amaban.

Tal y como quería hacer con Dash y conmigo.

—No dejaré que pase eso pase de nuevo —Mis dedos se aprietan alrededor del volante cuando las enormes puertas que dan vista a la casa de los Parks.

—¿Qué harás?

—Dejar todo sobre la mesa —murmuro—, dejaré de ser Parks y obtendré el apellido de mi abuelo materno. De ahora en adelante seré Wallace.

Los guardias en las puertas se encargan de abrirlas cuando Elton les hace una señal y sin perder tiempo me adentro en el camino que lleva a la puerta principal.

Tres autos están aparcados frente a la misma y yo opto por dejar el auto de Dash en uno de los puestos vacíos. Elton es el primero en bajar y, luego de tomar una lenta respiración, apago el motor y me dispongo a bajar del vehículo.

Cuando me giro sobre mis pies, me enfrento a la mirada azulada de Alexander Parks. El hombre con el cual me había enfrentado meses atrás, luce más envejecido que semanas atrás, el orgullo que desprendía antes, había sido reemplazada por tristeza y arrepentimiento.

—Holly... —Se interrumpe y lo observo tragar saliva—, ¿qué haces aquí?

—Vine a arreglar mis asuntos con Darikson Parks —Mi voz es fuerte y Alexander lo único que hace es asentir. Su boca se abre, pero ni una sola palabra logra abandonarla.

—Debes irte —murmura, luego de unos segundos—, vete de Nueva York, tú y Dash.

—No lo haré —Suelto, observándolo con el ceño fruncido—, huí de Nueva York cuando era una simple bebé, huí de todos los recuerdos que tuve en mi infancia cuando Richard me violó. Traté de huir de Alison, la única familia que tuve durante el peor momento en mi vida.

>>Ya no huiré más de mis problemas, Alexander. No quiero ser como tú.

—¡Alexander, será mejor que traigas a tu hija aquí! —La atención de Elton, Alexander y la mía, terminan sobre el hombre que están en la puerta principal de la gran casa. Su mano se encuentra apoyada en un bastón y la sonrisa sarcástica que se dibuja en sus labios sólo hace que todo el enojo que mantenía a raya aborde mi cuerpo de golpe—. Creo que dos Parks son mejor que uno. Mathew, mi querido nieto, ¿cómo fue la cita con la hermosa pelirroja que conociste?

—No hubo cita alguna, viejo —Elton suelta, luce enojado—, el que le pagues a una prostituta para que se acueste conmigo no hará que cambie de opinión con mis preferencias sexuales.

—Ningún Parks, en mi familia, será un maldito homosexual de mierda —escupe, con enojo, hacia Elton—, mucho menos casarse con un Barton.

>>Sobre mi cadáver.

—Pues creo que terminarás muerto, viejo —Elton suelta, colocándose delante de mí—, no tienes el poder para continuar gobernando en nuestras vidas, Darikson.

>>Tu dinero ya no es tan importante como lo piensas.

Alexander Parks, a pesar de tener un aspecto algo demacrado, observa a Elton y dice—: Saca a Holly de aquí, por favor. No quiero que algo malo le pase.

—¡Nadie se irá a ningún lugar! —Un fuerte disparo se escucha retumbando en el ambiente y, cuando logro salir de la protección que Elton y Alexander crean delante de mí, el cañón de un arma es apuntado en mi dirección—. Será mejor que entres, querida nieta, tenemos mucho de lo que debemos hablar.

—Papá —Alexander suelta, sujetándome por el codo, alejándome del ángulo que Darikson estaba tomando—, será mejor que bajes esa arma.

—¡Ya que tú no solucionas tus problemas tengo que hacerlo yo! —sisea—. ¡Arnold! —Un nuevo grito se hace presente y en menos de un segundo un alto y fuerte hombre aparece detrás de Darikson Parks—. Encárgate de que nuestras visitas entren en la casa.

Él grandote no se tarda en bajar los pequeños escalones que llegan a nosotros y, cuando lo hace, me toma por el brazo, logrando separarme de Alexander.

—Será mejor que me sueltes —Mi mano se cierra casi de inmediato cuando el grandulón tira de mi cuerpo y, cuando me doy cuenta, mi puño se estrella contra su nariz, arrancándole un fuerte gruñido que logra alejarlo de mí. Sacudo mi mano, quejándome un poco ante la corriente que cruza mis dedos—. Te lo advertí.

Me giro hacía Darikson Parks, quien, para el momento, ha bajado el arma, una mueca se instala en sus labios y suelto lo único que había venido a decirle—: Ya no tendrás que preocuparte porque una Parks se case con un Barton.

>>De ahora en adelante soy Holly Wallace.

—No puedes dejar de ser una Parks sólo porque sí, Holly —Darikson suelta—, puedes irte, pero tarde y temprano debes volver para dar a conocer tu relación.

>>Lo quieras o no.

Una sonrisa crece en mis labios y, sin importarme cuan peligroso podría ser, suelto—: Sobre mi cadáver, Darikson Parks.

Y sin más, tomo la mano de Elton para tirar de él con dirección al auto. Tenía miedo de dejarlo con aquel hombre, ciertamente, Darikson Park, estaba enloqueciendo.

—Eso fue lo más asombroso que ha pasado ésta semana —Elton suelta una risa y no tardo en cerrar las puertas del auto con llave—. Desataste la furia de Hades, Holly...

Mis ojos se enfocan en Darikson Parks, él continua de pie en la entrada principal y enciendo el motor del auto, únicamente para hacerle saber que no me importaba cuan enojado se encontraba.

—Se encontró con su Zeus —murmuro, haciendo sonreír al teñido—, y Zeus siempre gana.

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