BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
2
3.
4.
BOOK TRAILER.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
Especial I
18.
19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
41.
42.
43.
44.
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48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

47.

37.7K 2.5K 444
By JoleHBellamy

El alto moreno está sacando lo que parece ser comida del interior de una bolsa. Él había mantenido su silenciosa promesa. Desde que volvió, no se había marchado, al parecer, el hospital se había convertido en su hogar.

—Debes comer, Holly —dice, sin siquiera observarme a los ojos. Desde la noticia del embarazo, él había colocado más comida en mí de lo que había comido en años.

—Dash, comí hace media hora —No puedo evitar soltar una risa. En cuatro días él lograría sacarme del hospital rodando—. Debes calmarte, por Dios.

—Lo haré cuando los vea fuera de esta cama —Abro la boca para decir algo, sin embargo la cierro. Dash ya no me trataba como una sola persona, ahora éramos dos. Me sentía incomoda, sin embargo, me gustaba.

Me gustaba verlo feliz por algo que, probablemente, volvería loco a otra persona. Ciertamente, esperaba otra reacción por su parte, pero me sorprendió. Dash Barton era una caja de pandora que quería abrir, aún sabiendo que varias cosas con las que me encontraría no me gustaran.

—No tengo hambre, Dash —tomo su mano, impidiendo que siga sacando las cosas de la bolsa. Gruñe, sin embargo no se niega cuando tiro con suavidad de él—. ¿Quieres recostarte conmigo?

—Debes comer —pongo los ojos en blanco, tirando nuevamente de él. Ésta vez no se niega y es cuando hago un espacio para él en la cama. Me habían cambiado de habitación desde hace dos días, al parecer, mi idea de hablar con el mayor de los Parks, era algo que él no podía aceptar.

Dash tira de mi cuerpo con cuidado, dejando que mi cabeza se recueste en su pecho. No dudo en acercarme más a él. Olía a colonia y a Dash, un dulce olor que no quería perder nunca.

La sola idea de tener a Dash lejos de mí, cerraba mi estomago. No quería que eso ocurriera.

—Estás embarazada —musita, como si aún no lograra creerlo. Dash suena como un niño con un juguete nuevo, sin embargo, era capaz de notar el miedo que sus ojos reflejaban en ciertos momentos. Él tenía miedo. Tanto o más que yo, pero él luchaba para no mostrarlo—. ¿Te sientes bien?

—Excelente —tomo su mano, no dudando en entrelazar mis dedos con los suyos. Mis ojos caen sobre los tatuajes que cubren su mano. La tinta que cubre su piel es algo rugosa, sin embargo no me molesta. Nada en Dash lo hacía, aun cuando había momentos en los que quería acabar con él—. Solo algo cansada, pero sobreviviré.

>>Estaré mejor cuando salga de este hospital y vea a Adrien fuera de la cárcel, Dash.

La tensión aparece segundos después de que las palabras abandonan mis labios. No era buena idea mencionar la reciente encarcelación de su hermano, sin embargo, estaba lista para enfrentarme a cualquier cosa para que Dash no sufriera más.

Él no tenía la culpa de toda la mierda que estaba ocurriendo.

En realidad, todo estaría bien para él si yo no hubiera aparecido en su vida. Tal vez, después de todo, Dash no era la tormenta que acabaría conmigo.

Tal vez yo era la persona que acabaría con la suya.

—No harás nada —dice, tirando un poco más cerca de mi cuerpo al suyo—. Adrien saldrá porque no tiene nada que ver con lo que ocurrió.

—No lo dudo —lo interrumpo, removiéndome un poco para poder observar sus ojos. Dash parece incomodo por mantener esta charla, sin embargo no me detengo. No quería hacerlo—. Solo quiero que todo sea más rápido. Sí Darikson Parks puede sacarlo de ese lugar, para mí está bien.

—No pagaré el precio, Holly —La mano del moreno que sostengo con la mía se libera, terminando en mi mejilla, donde da suave toques en mi piel—. La libertad de Adrien no vale más que tú y mi hijo, dormilona.

No puedo evitar reír ante el apodo. De cierto modo era una broma de mal gusto, pero una que era bien aceptada por venir de él. Los doctores me habían colocado de esa manera por haber entrado casi en coma por dos ocasiones. Al parecer, la resistencia de mi cuerpo a todo lo que había ocurrido era mucho más que la que ellos creían.

Era la dormilona sin siquiera proponérmelo.

—No es gracioso —digo, golpeando su estomago con suavidad. Dash ríe, sin siquiera inmutarse ante mi reflejo—. Es extraño —musito, luego de unos segundos—. Creí que estaba dormida, pero soy capaz de recordar todo lo que hablaron mientras estuve inconsciente.

>>Alexander sonaba tan arrepentido...

Dash guarda silencio, claramente escuchando mis palabras, sin embargo sé que le molesta que aquel hombre estuviese rondando por aquí, cerca a mí, sin embargo no había podido callarme ante soltarle aquella noticia.

Aún cuando pasaron muchas cosas, él tenía derecho a saberlo.

—Es tu padre —responde, totalmente tenso—, no puedo decir cuan arrepentido se siente, pero sé que tal vez lo hace. Tal vez debajo del hombre lleno de avaricia aún hay algo que se pueda salvar, Holly.

Suelto un suspiro, acurrucándome aún más cerca del tatuado. Este no duda en apretarme un poco más, sin llegar a lastimarme.

Tal vez Dash tenía razón. Alexander Parks, como cualquier otra persona tendría algo que salvar, tal vez, después de todo, no era un mal hombre. Alison me lo había dicho. Todo estaba bien antes de que el más viejo de los Parks entrara en acción.

Darikson Parks había sido la manzana podrida en medio del canasto de manzanas jugosas.

Hablaría con él, lo haría aún cuando termine en una pelea con Dash.

~*~

—Sigo creyendo que es mala idea —Elton murmura, aún con los ojos fijos en la ventana que daba a la calle principal. Dash se había marchado temprano por la mañana y no había dudado en reunirme con Alexander Parks, aquel hombre tampoco lo había dudado mucho y ya se encontraba en camino al hospital.

Después de meses de mi llegada a Nueva York, obtendría una reunión con el hombre que ayudó a mi procreación. El hombre que me había abandonado a mi suerte junto a mi madre enferma.

El hombre culpable de mi miedo al amor.

—Pienso lo mismo —digo, luego de unos minutos en silencio—, pero necesito hacerlo. Adrien no debe estar en la cárcel por algo que no hizo.

Elton me da una mirada algo extraña, sin embargo regresa su atención a la ventana. Su mandíbula se endura y, como si se tratase del peor enemigo que pisó la tierra, dice—: Acaba de llegar.

—Creo que ya conoce la habitación —hablo con total calma. Elton no quería a su padre aquí, podía notarlo. Podía sentir la tensión que irradiaba su cuerpo, había algo que quería decir, sin embargo no lo había dejado hablar sobre lo que estaba a punto de ocurrir. No quería arrepentirme antes de hacerlo, quería hacerlo, aún cuando sabía que no era la manera correcta—. Puedes dejarnos solos.

—Estaré de regreso si Dash llega antes —dice—, no dejaré que haga destrozos en este lugar por culpa de papá.

Sonrío un poco, dándole a entender que por mí estaba bien. Él, en completo silencio, abandona la habitación, dejándome únicamente con la pequeña persona que crecía con lentitud dentro de mi vientre.

Alison tenía a Alexander Parks al tanto de mi embarazo, algo que no me gustaba, sin embargo no era quien para obligarla a ignorar a su hermano. Ella, después de todo, tenía esperanzas en él.

Tenía al menos media hora para hablar con Alexander Parks. Dash estaba con Amana, quien, luego de un tiempo, empezaba a sentirse culpable por ocultarle cosas a su familia.

La madre de los morenos me odiaba, no tenía duda de eso. Dash me lo había dicho. Ella no quería que Amana estuviera a mi alrededor, sin embargo, a él no parecía importarle. Tal y como él había dicho, su familia no lo iba a alejar de mí.

Pero, tal vez, después de lo que estaba a punto de hacer, la familia que me había rechazado años atrás si terminarían separándonos. Solo esperaba que nada de eso ocurriese.

No cuando nuestro bebé estaba de por medio.

Una respiración se elimina de mi pecho al mismo tiempo que la puerta de mi habitación suena. La persona detrás de la misma no espera respuesta de mi parte, y mi boca se cierra en una dura línea cuando Alexander Parks me observa en silencio, claramente esperando a que le diera el permiso de ingresar.

—Puedes entrar —digo, sin siquiera mencionar su nombre. Podía sentir el enojo flotando en mi cuerpo, sin embargo, lo mantengo a raya. Lo último que necesitaba era terminar nuevamente con medicamentos en mi cuerpo.

Él ingresa, cerrando la puerta detrás de él y, con lentitud, mueve su atención a mí. Parece temeroso, algo totalmente contrario con lo que me había topado aquel día en la universidad. El Alexander Parks que estaba frente a mí no parecía el mismo borracho que me había enfrentado tiempo atrás. Algo había cambiado en él.

—Mathew dijo que querías hablar conmigo —murmura, segundos después de observarme—. ¿Está todo bien?

—No todo —tiro de la sabana un poco más arriba de mi vientre cuando los ojos azules de Parks caen sobre el mismo. No lo quería cerca de mi hijo, aún cuando este no había nacido—. Quería hablar sobre lo que ocurrió con Adrien Barton.

Parks me observa, lista para decir algo, sin embargo una dura línea se forma en su mandíbula, indicándome que era algo de lo que no quería hablar.

—No deberías meterte en ese asunto, hija.

—Holly —corrijo, tomándolo por sorpresa—. Mi nombre es Holly y, sinceramente, no me siento tu hija —Soy dura, al igual que la vida lo fue conmigo. Al igual que él lo fue cuando le rogué que ayudara a mi madre—. Darikson Parks habló con Dash, y es algo que me concierne ya que es el padre del hijo que estoy esperando.

>>Si ustedes están detrás de lo que ocurrió con Adrien, te lo pido, déjalo fuera de esto y sácalo de la cárcel. No merece pagar algo que no hizo.

Alexander Parks pasea una mano por su cabello, como si lo que estuviera pidiendo fuera una locura. Como si mis palabras no tuvieran una manera de convertirse en realidad.

—Es mucho más complicado que eso, Holly —dice, con algo de irritación—. Si estuviera en mis manos yo mismo lo sacaría de ese lugar, pero no soy yo. No tengo culpa de nada esta vez.

—No quiero saber si es o no el culpable, señor Parks —Lo interrumpo, observándolo con más dureza de la que quiero—. Solo quiero que mantengan a la familia de Dash fuera de su estúpida venganza que tengan hacía mí.

>>Mi madre está muerta, no quiero nada de tu parte, ¿qué más quieres que haga? ¿debo morir para que me dejen en paz de una vez por todas?

Desde la primera vez que vi a Alexander Parks frente a frente no lo había visto tan dolido como lo estaba ahora. Parece como si una gran bola de demolición se hubiera estrellado contra su estomago dejándolo sin aire.

—Holly yo...

Sus palabras quedan a medias cuando la puerta se abre y mis ojos caen sobre Elton, quien tiene a Dash detrás de él. El moreno se muestra bastante enojado, sin embargo el enojo no es hacia mí. Toda la tensión que irradia el moreno cae sobre Alexander Parks, quien simplemente parece mucho más a mis ojos.

—Te dije días atrás que no quería verte en la misma habitación que ella, Parks —Dash escupe, como si el odio hablara en su lugar—. Te dije que te mantuvieras la más lejos posible de ella si querías tu secreto a salvo.

—¿Qué secreto? —Mi voz se eleva, sin proponérmelo, ganándome la atención de Dash y Alexander Parks. Elton, quien ingreso antes que el tatuado, está a mi lado, apretando con suavidad mi mano. Él parece mucho más tenso que yo, sin embargo no abandona la habitación—. ¿De qué hablas Dash?

Dash toma una respiración, sin llegar a quitar los ojos de Alexander, quien, en silencio, suplica que no abra la boca. La tensión es mucho más palpable, pero está vez quien la emana es el hombre que mi madre había amado.

—Puedo decírselo, Parks, pero no me toca a mí. No es algo que deba saber de mi parte.

—D-Dash...

—Dilo —Esta vez soy yo quien habla, llamando la atención del hombre al que debería llamar padre, sin embargo es algo que no ocurriría. No lo sentía como una parte de mí. No me sentía como una parte de él—. ¿Qué secreto?

—T- tu madre... —Él niega, esta vez observando a Elton, quien sujeta mi mano con un poco más de fuerza. Dash se mantiene de espalda a todos, respirando pesadamente, lejos de todo el caos que se estaba formando en mi mente. ¿Qué diablos eran tan malo como para que Dash no estuviera en lugar de Elton? —. Nunca lo sabrías —dice, tragando duro—, no tendrías que saberlo...

—Papá —Elton lo detiene—. Se un hombre y dilo de una buena vez. Sea lo que sea, no será peor que todo lo que está ocurriendo justo ahora.

Alexander Parks abre la boca, tomando aire y una lágrima traicionera viaja por su mejilla.

—Tu madre y yo —dice, esta vez con más lentitud—. Nosotros... éramos hermanos.

¿Qué? —No siento mis manos. Sé que estoy observando a Alexander Parks, pero mi atención está puesta en algún rincón de mi mente. ¿Qué diablos? —. Es mentira —río, observando los ojos azules del hombre a unos metros de mí—. Tu y ella no... No es cierto.

—Sácalo de aquí, Elton —Dash pide, con voz dura—. Si lo vuelvo a encontrar cerca de Holly no lo pensaré dos veces y sacaré la mierda de él.

—Holly, lo lamento —Alexander Parks, quien al parecer era hermano de mi madre, dice antes de que Elton me libere y lo saque de la habitación—. ¡Nunca quise que esto terminara así!

—No es cierto —niego, pero las lágrimas ya están haciendo su camino por mis mejillas—. Ellos no son hermanos... Ellos...

Dash está a mi lado en menos de un parpadeo, rodeando mi cuerpo con sus manos mientras murmura palabras a modo de calma, sin embargo no logro concentrarme en él.

Las palabras de Alexander Parks se repiten como un eco incesante en mi cabeza, burlándose de mí, burlándose de toda mi vida.

Burlándose de lo que era.

Un sollozo abandona mi pecho y mi garganta arde por el nudo formándose en ella. Sé que Dash me sostiene, sin embargo siento como si estuviera yendo a la deriva.

Como si todo en lo que creía era una mentira.

Respira —Dash murmura, con voz tensa—. Estoy aquí, Holly, siempre estaré aquí.

N/a:

La desaparecida, pues. 

En serio lamento tanto la tardanza, pero tuve que tomarme mi tiempo para escribir este capítulo. Es algo fuerte, no es lo mejor que he escrito, pero estoy feliz con el resultado. Espero que les haya gustado. 

For the love of a daughter es la canción que demuestra una parte de lo que Holly siente hacía Alexander. 

¿La espera valió la pena? Espero que sí. 

Gracias por el apoyo que Aggressive está recibiendo, son geniales. <3 

Instagram: Aggressive_wattpad 

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

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