Narrador:
"A la derecha." Le indico.
Miro hacia los dos lados aparentando ser un conductor normal. Giro antes de que le adelantaran.
"¿Ahora?" Pregunto echándole una mirada al móvil de Robert.
"Tienes que seguir dos kilómetros recto y la primera salida que veas." Le explico jugando con la pantalla táctil de su móvil.
"Vale." Miro por el retrovisor percatándose de que los chicos les seguían de cerca sin levantar ninguna sospecha.
"¿Confías verdaderamente en Alexander?" Quiso saber su copiloto.
"A veces." Contesto mirando la carretera, sabía que si lo miraba aunque sea dos segundos su teoría caería por los suelos. "En verdad... ¡Este es gilipollas!" Un Volkswagen se atravesó en su camino sin aviso. "Me cuesta confiar en él, siento que algo está ocultando desde hace tiempo." Confesó.
"¿Cómo qué?" Intento mostrar indiferencia ante lo que acababa de oír.
"Su hermana le cuenta bastantes cosas... Estoy completamente convencido de que no nos cuenta la mitad."
"Pero, ¿qué hace con esa información, se la guarda?" Ahora sí que no entendía nada.
"O se la cuenta a alguien más." Robert soltó una risa. "¿Qué mierda es tan gracioso?" Lo miro tan serio que daba miedo.
"¿A quién según le contaría todas esas cosas?" Se llevo la mano al pelo. "Alexander solo nos tiene a nosotros y a la estúpida de su hermana." Hablo volviendo a mirar su móvil para ver si iban bien.
"¿Eso crees?" Lo desconcertó por completo.
"Ahora sí que no te entiendo Stefan." Negó con la cabeza mientras se relamía los labios.
"Mark, gilipollas." El chico soltó una gran carcajada que puso más tenso al conductor.
"¿Mark? Espera, ¿estamos hablando de la misma persona?"
"¿Tú que mierda crees?" Golpeo el volante del coche.
"Stefan, el volver a acordarte de _____ te esta friendo los pocos sesos que te quedan."
"Ya cállate, quieres." Levanto la mano del volante en modo de desesperación. "¿Cuánto queda? Estoy harto de conducir."
"En la siguiente salida, todo recto y luego tenemos que ir caminando." Stefan le dio una mirada rápida. "No hay nadie por ahí, es un lugar abandonado, nadie nos vera y si nos ven... Nadie tiene porque enterarse." Levanto su camiseta y se vio la pistola que llevaba enganchada.
"Muy bien." Inspiro y soltó un gran suspiro que logro empañar sus gafas de sol
Hizo lo que le indico, no sin antes de dar un pitido para avisar a los chicos que venían detrás.
Tal como había dicho Robert, al cabo de unos quince minutos conduciendo, se encontraban en un sendero lleno de barro y sin nadie a los alrededores. Intentaron esconder las camionetas cerca, algo alejado de la casa en la que se encontraban y la que seria a partir de ahora su hogar.
Caminaban todos en un grupo, encabezado por Marco y Joshua, seguidos por Josh y Alexander que se encargaban de vigilarlos para que no intentaran escapar, aunque ese fuera el plan principal para ellos.
"Podéis dejar las cosas ahí arriba." Señalo unas escaleras de metal ya oxidado, por la que tenían que subir.
"¿Esa mierda es estable?" Comento Alexander mirando las escaleras con algo de desconfianza.
"Sube ya, mierda." Espeto. "Esta apunto de amanecer, ¿tanto hemos tardado?" Frunció el ceño mirando por la pequeña ventana.
"Teníamos que recoger todo." Le recordó Stefan subiendo las escaleras con mucho cuidado. Siguiendo desde muy cerca a Marco. "Sube." Le empujo haciendo que cayera de rodillas en la madera del suelo.
"Atadlos arriba, será mejor ahí. Cuando nos tengamos que ir solo cerraremos esto con candado." Señalo la puerta de la habitación en la que se encontraban. "Esta casa lleva abandonada desde que mi bisabuela murió." Explicaba mientras intentaba poner algo de luz al lugar.
"Se ve." Río Stefan desde arriba. "Pásame eso." Le señalo la mochila negra que estaba tirada en el suelo. "Gracias." Hablo cogiéndola al vuelo
"De nada." Josh hablo dudoso.
"Nadie nos podrá encontrar aquí, es un lugar bastante apartado al que poca gente suelea acudir, y la poca que lo hace suele procurar que sea por el día." Siguío hablando mientras le pasaba todo a Stefan que se encontraba arriba arreglando todo mientras Alex ataba a los chicos en un lado.
"Confió en vosotros, por eso, si algo sale mal vosotros moriréis antes." Comento como si nada.
Alexander se giro mirándolo desconcertado, trago en seco y apretó un poco el nudo de las manos de Marco.
"Por favor, sácame de aquí." Escucho que susurro. "Sé que no eres como ellos. ¡Me van a matar!" Este chico estaba demasiado asustado como para seguir aquí, pensó.
"Pronto." Fue lo único que le respondió antes de alejarse de ahí.
"¡Socorro!" Grito lo más alto que su garganta le permitía. "¡Ayúdenme!" Sollozo.
Un golpe, dos... Lograron que se callara.
Se escucho un ladrido y todos salieron alarmados.
Por fin saldré de aquí. Pensó Marco al escuchar aquel perro.
"¡Como nos descubran juro que te matare!" Escucho que la escotilla se cerró.
"¿Qué cojones haces, quieres morir?" Espeto Joshua mirándolo mal.
"Necesito salir de aquí, ayudar a _____ antes de que sea tarde."
"¡Cállate, lograras que nos mate!"
Cada uno llevaba una pistola enganchada al cinturón. Se acercaron a la ventana y quitando la cortina de su vista. Los pocos minutos que estuvieron mirando a través del cristal se hicieron eternos, para uno más que otros.
"No hay nadie." Josh miraba fijamente la figura de un hombre detrás de unas malezas. Los habían visto. "¿Veis algo?" Pregunto Stefan desde el otro lado, no se había dado cuenta de nada.
"No, solo fue un perro callejero que se habrá asustado por el ruido." Volvió a cerrar la cortina después de haber visto como el hombre lo miraba fijamente.
No estaban solos en aquel lugar, alguien vivía cerca y estaba muy seguro de que si volvía a escuchar gritos de ayuda llamaría inmediatamente a la policía.
Cameron:
Mire el reloj del salón, 11:30pm. Me lleve la mano al pelo y suspire. Saque el móvil y busque algún mensaje de ella. La había llamado varias veces pero no se lo cogía. Tampoco contestaba mis mensajes, ni siquiera se había conectado. Es ahora cuando desearía que me dejara más que sea en visto, así sabría que esta bien.
"Dios, contéstame." Susurro colocándome el móvil en la oreja. No iba a dejar de llamar hasta que me contestara.
El teléfono al que usted llama está apagado o fuera de cobertura, deje su mensaje después de la señal. Piiiii
"_____ por favor contéstame el teléfono o contesta mis mensajes, necesito saber que estas bien." Colgué por enésima vez aquella noche.
Me frote la cara y camine hasta el baño. Encendí la ducha, necesitaba relajarme.
"Seguro está trabajando o estará por llegar y se le acabo la batería." Me metí dentro. "Si, debe ser eso." Coloque mi cabeza debajo de la regadera y sentí el frio. Odio bañarme con agua demasiada caliente.
Llevaba alrededor de quince minutos metido cuando escucho que mi móvil suena. Salgo corriendo intentando no caerme hasta llegar a la habitación.
"¿_____?" Pregunte nada más descolgar.
"Soy Hayes." Bufe.
"¿Qué paso?" Pregunte.
"¿Podrías pasarme con _____?" Sentí un escalofrío y cerré la ventana de mi habitación.
"No está, espero que llegue pronto." Susurre lo último.
"Carlota no ha llegado a casa, hace como dos horas me llamo que estaba cerca. No me coge el teléfono, ni contesta mis mensajes." Hablo tan rápido que apenas me pude enterar bien lo que me había dicho.
"¿Qué?" Pregunte alarmado. ¿Por qué tantos problemas? "Hayes, _____ tampoco ha llegado." Le informe.
"¿Crees que estén juntas?" No había pensado eso, quizá estén juntas por algún lado (espero que sea así.)
"Voy para tu casa." Colgué dejándolo con la palabra en la boca.
Termine de ducharme y enseguida me puse algo rápido para salir cuanto antes de ahí, quizá Hayes sepa algo más.
Me niego a no dormir con ella esta noche. ¿¡Y si le ha pasado algo malo?! No, joder Cameron, en que cosas piensas. Solo estaba haciendo un trabajo de clase en casa de su amiga. Cuando hable con ella estaba muy bien, ni nerviosa y mucho menos asustada. ¿Qué demonios pudo haber pasado?
Llegue a casa de Hayes antes de lo previsto, incluso creo haberme saltado algún semáforo en rojo, pero eso me importaba más bien poco ahora mismo. Baje del coche cuando estuvo aparcado y me encamine hasta la entrada.
"Pasa." Susurro al abrirme la puerta.
"¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?" No estaba aquí para perder el tiempo, estaba a punto de perder la paciencia como para también perder tiempo de mi vida.
"Hace como dos horas y media." Suspiro sentándose en el sillón de su salón. "¿Y tú?"
"Hace mucho más, me llamo cuando estaba en casa de una amiga haciendo un trabajo." Me relamí los labios intentando calmarme.
"Carlota estaba en casa de una de sus amigas, me dijo que iba a volver temprano." Note que en cualquier momento iba a romper en lágrimas, al igual que yo. "¿Y si les ha pasado algo?" Me tense en ese instante.
"Ni se te ocurra decir algo así." Lo amenace. "¿Dónde se quedo Carlota?" Le pregunte sentándome en el sillón, algo alejado de él.
"En casa de una amiga, cerca del Pier." Guarde la información en mi cabeza.
"_____ se quedo por ahí, su amiga vive por esa zona y tuvo que ir hoy." Me lleve las manos a la cabeza. "¡No debí haberla dejado sola, debí haber ido con ella!" Grite frustrado.
"¡Lamentándonos no arreglamos nada!" Se levanto de un golpe señalando su teléfono móvil.
Este empezó a sonar enseguida. Gire mi vista hacia él y pude leer el nombre de Carlota en la pantalla. Hayes enseguida se lanzo sobre él y le obligue a poner el altavoz.
"Carlota me tenias muy preocupado pensé que te había pasado algo malo." Hablo demasiado rápido debido a los nervios.
"¿Está _____ contigo?" Pregunte.
"Estáis juntos, una llamada que me ahorro." Escuchamos la voz distorsionada de un hombre.
Mis ojos empezaron a empañarse. ¡¿Por qué?!
"¿Quién cojones eres, donde esta mi novia?" Grito Hayes llorando. "¿Dónde está?"
"Relájate renacuajo, están bien, ¿verdad?" Escuchamos que pregunto.
"H-h-a-ay-yes." Un escalofrió recorrió mi espalda al escuchar la voz de Carlota.
"¡Carlota! ¿Dónde estás?" Yo ya había empezado a llorar. Tenía que escucharla, saber que está bien.
"Ch, ch, ch." Hizo con los labios. "¿Realmente piensas que puede ver?" Río cínico.
"¡Como le hagas algo juro que te mato!" Se rieron, había más.
"Que miedo me das renacuajo de cuarta. Tu chica no nos interesa lo más mínimo." Comento y escuche un sollozo. Mis puños se apretaban inconscientemente. "Cameron amigo, tu novia está muy buena." La sangre me hirvió al escuchar aquello. "¿No vas a decir nada? Mejor así, que sepas que te costara muy caro recuperarla y mucho tiempo. Tú ya la has disfrutado mucho, ¿no crees? Es nuestro turno. Gracias hermano por este hermoso regalo."
"No me toques." La escuche y mi corazón se encogió al instante. Sollocé. "¡Cameron!" Escuche su grito antes de un golpe.
"Aunque un poco mal criada, no te preocupes, aprenderá modales con nosotros."
"Eres un cínico, ¡¿Qué mierda quieres, dinero?!" Me digne hablar.
"Wou, para tu coche amigo, ya hablaremos de eso otro día. Mantén tu móvil encendido si quieres saber de tu noviecita. ¡Chicos! ¿Soy yo o el golpe la ha dejado inconsciente?" Rieron. Me limpie las lagrimas bruscamente y cogí el móvil en mis manos.
"Voy a destruir vuestras vidas, una a una." No se escuchaba ni un ruido al otro lado.
"Si no lo hacemos nosotros antes." Colgaron.