BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
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3.
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BOOK TRAILER.
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10.
11.
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15.
16.
17.
Especial I
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19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
42.
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50.
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53.
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55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

41.

41.1K 2.8K 667
By JoleHBellamy

Instagram: DenisseGBellamy

Gráficos en CardiaGraphics

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Varada, localizandote 

Te llamo por tu nombre pero no estás cerca.

Digo tu nombre, pero no estás cerca.

~Don't Let Me Down - The Chainsmokers ft Daya.  

~*~

El ceño fruncido por parte de Dash me indica que no ha olvidado lo ocurrido en el bar de Mike. La postura tensa y la manera en la que mira el tablero sobre la mesa me hacen saber que no estaba concentrado en el juego, él estaba dándole vueltas al asunto en su mente, lo cual me incomodaba un poco.

Lo había golpeado en un arrebato de pánico, y ahora me sentía culpable de ello.

Había pasado tres días desde aquel bochornoso momento y los momentos cargados de silencio que Dash me brindaban me hacían revivirlo. Quería olvidar aquello, pero era algo imposible.

No cuando el juicio de Richard estaba cerca.

—Es tu turno —digo, llamando su atención. Levanta la vista, observándome, pero al mismo tiempo pasando de mí.

Había estado así desde el día que lo saqué del bar, lo cual nos mantenía algo alejados, algo que ciertamente me molestaba.

—¿Por qué te gusta este juego? —Pregunta, su voz no es seria, sin embargo, tampoco es divertida. No había ni una sola pizca del Dash juguetón que conocía, ni de aquel malhumorado chico tatuado con el cual me topé en medio de un pasillo.

Este Dash era algo... diferente.

—Lo jugaba con mamá en su tiempo libre —Él se encarga de mover su ficha luego de haber lanzado los dados. Jugar una partida de monopoly carente de peleas o discusiones era algo aburrido, pero Dash no parecía dispuesto a meterse del todo en el juego—. Fue mi primer regalo de Navidad, mamá trabajó toda una semana sin descanso para poder pagarlo.

—Wow —musita, desvía su mirada hacia el tablero, para continuar manteniendo su silencio—. Tuvimos vidas muy distintas...

Me encojo de hombros ante sus palabras. Ya lo sabía, él lo sabía, no había necesidad de recordar aquello. Ninguno de los dos necesitaba recordar la mierda que había arruinado nuestros pasados.

—Viví con ello, ahora estoy aquí, me siento bien.

—Tu nuca escogiste terminar aquí, conmigo —Mi boca se abre, y no puedo evitar sentir algo de confusión ante sus palabras—. Creo que ninguno de los dos quiso terminar de aquí, no de esta manera.

—¿Qué?

Sus ojos grises observan los míos, el calor que antes había en ellos ha desaparecido, dejando una sensación fría en su mirada.

—Nunca quisiste terminar aquí —Se señala—, conmigo. Tampoco pensé que terminaría con la hija del culpable de la muerte de mi padre. ¿Sabes cuan jodido se escucha eso?

Siento mi corazón latir a toda velocidad, pero, sin embargo, no demuestro mi nerviosismo ante sus palabras. ¿Qué diablos quería darme a entender?

Con toda tranquilidad tomo los dados y los lanzo, para luego mover mi ficha y decir—: No sé a dónde quieres llegar, Dash.

—No lo sé —ríe. Es un sonido carente de humor, carente de cualquier sentimiento, y eso hace que mi pecho se oprima. ¿Qué diablos ocurría con él? —. Es solo algo extraño.

Sus ojos se desvían un segundo al tablero solo para lanzar los dados y mover su ficha, al siguiente segundo, se encuentra observándome con atención.

>>El Dash del pasado solo te usaría para cobrar venganza, Holly, pero... no puedo hacerlo. No puedo imaginarme en este mundo lastimándote.

—¿Estás bien? —Pregunto. El juego pierde toda la atención que se requiere, y la dejo sobre Dash, quien me observa como si fuera capaz de ver a través de mí.

—Lo estoy —Asegura. Una de sus manos se desliza sobre la mesa hasta que llega a la mía, sin cuidado alguno, la gira, para luego depositar un pequeño dije en la misma.

Mi ceño se frunce, y no dudo en acercar aquel pequeño pedazo de metal para escanearlo de cerca. Una pequeña llave descansaba en mi palma, era pequeña, pero lo suficientemente grande para poder ser observada por extraños.

—¿Una llave? —Intento sonar divertida, pero la sorpresa inunda mi voz. Dash sonríe de lado, para luego sacar algo del bolsillo de su chaqueta. Una pequeña cadena siendo adornada por un pequeño dije en forma de herradura entra en mi campo de visión.

—Eres la primera en obtener respuestas sin empujarme a ello —me entrega también el collar, dándome una oportunidad de observarlo de cerca—. Lograste abrir lo que cerré hace más de dos años, Holly.

—Es hermoso, Dash —Sonrío, completamente feliz. El moreno arquea una ceja en mi dirección, claramente esperando a que agregara algo—. ¿Qué?

—Estabas pálida, Holly, y de un momento a otro ha vuelto el color a tu rostro.

Abro la boca para decir algo, pero la cierro, no sabiendo exactamente qué responder a sus palabras.

—No lo sé —Me obligo a sonar sincera, lo cual es demasiado fácil—. Hablaste como si quisieras terminar con todo —mi ceño se frunce—. ¿En serio crees que eso?

Se encoje de hombros, para luego soltar un suspiro.

—Lo pensé antes —dice—, antes de conocerte mejor, antes de que pudieras siquiera imaginarlo, pero ahora es diferente, Holly. No eres culpable de lo que él haya hecho, y tampoco soy el malo de la película por odiarlo. Simplemente lo hago y es algo que no puedo ni quiero cambiar.

>>Alexander Parks será mi enemigo número uno, Holly.

Conocía aquel sentimiento, pero la diferencia era que yo no lo consideraba mi enemigo. Alexander Parks no era nada para mí, y nunca pasaría de ello.

—Él lastimó a muchas personas —murmuro—, te quitó a tu padre y lo entiendo, pero no debes guardar tanto rencor dentro de ti, Dash.

>>Quiero formar parte de tu vida, quiero estar para ti cuando lo necesites, pero debes dejar todo atrás. El odio que tienes contra los demás, Dash.

—Es fácil decirlo cuando no son un dolor de culo diario —suelta. Toma ambos dijes de mi mano y se encarga de intercambiar la delgada cadena para dejar la llave en esta. Luego, en completo silencio, se levanta y rodea la mesa, para terminar rodeando mi cuello con el frío metal. Suelto un suspiro cuando el aliento de Dash golpea contra mi cuello, y él se inclina un poco más hacía mí—. Reynolds y Parks están jugando con fuego y se quemarán si no se detienen.

Tomo su mano antes de que regrese a su lugar, y no dudo en observarlo con determinación.

—¿De qué estás hablando?

—Pronto todo saldrá a la luz, Holly. Solo ten paciencia.

~*~

—Lindo collar, eh —Colín se detiene junto a mí, observándome con diversión. Habían pasado dos largas semanas desde la última vez que crucé palabra alguna con él. La última vez había golpeado a Dash por su causa—. ¿Barton te lo dio?

—Sí —Aferro el bolso contra mi cuerpo, tratando de avanzar con más rapidez entre las personas que se preparaban para ir a clases—. ¿Qué quieres, Colín?

—¿No puedo hablar con una amiga? —Se ríe, pero el sonido muere cuando yo no correspondo a la broma. Luego de aquella mañana, me sentía incomoda a su lado. Colín me había enviado al bar de Mike, y algo detrás de ello no estaba bien—. ¿Estás bien?

—Sí, tengo cosas que hacer.

Cuando logro salir de la montaña de alumnos, soy bruscamente detenida por los gruesos dedos de Colín. Este me observa con el ceño fruncido, y su mirada no era para nada amigable.

—¿Qué diablos ocurre contigo, Colín, estás loco? ¡Suéltame!

—¿Loco? —Se ríe, para luego negar con la cabeza—. Tú eres la maldita calienta pollas —Su voz se eleva, llamando la atención de varias personas, pero estás regresan a lo suyo en cuanto el rubio les lanza una dura mirada—. Tú y el maldito de Barton me tienen hasta la mierda. Vendrás conmigo si no quieres que acabe con ese hijo de puta.

—¿Qué?

—Camina, Holly —Mis ojos se abren de golpe cuando su camisa se levanta. Un arma escondida en la cinturilla de su pantalón es lo único que logro distinguir en todo ello—. No me temblará la mano en presionar el gatillo.

Los latidos de mi corazón silencian todo el ruido a mí alrededor y no lucho cuando tira nuevamente de mí. Sé que no nos dirigimos al estacionamiento cuando toma el camino de la izquierda, y lo único en lo que puedo pensar es en Dash esperándome allí.

Él estaba a salvo, aun cuando me encontraba en manos de Colín, quien actuaba como todo un loco.

—¿Sabes que Elton y Dash estarán detrás de ti, no? —digo, tratando de pensar en algo más—. Cuando se enteren de esto acabarán contigo, Colín. Puedes dejarlo ahora y me iré.

Nos estamos alejando, y con eso la ventaja llega al teñido. La pesada arma es desfundada de sus pantalones y se presiona contra mi espalda. Colín no responde, sin embargo el miedo y el nerviosismo me golpea con fuerza cuando un auto completamente negro entra en mi campo de visión. ¿Cuán lejos nos encontrábamos de la universidad? No habíamos caminado mucho, ¿por qué alguien no lo notaría?

—Todos pensaron que Dash y Shawn son los reyes de Nueva York —se ríe, tirando de mí con mucho más fuerza. Sabía que, si salía de esta, terminaría completamente con moratones cubriendo mi brazo—. Nunca pensaron que el chico de Los Ángeles lograría hacer lo que ellos no pudieron.

¿Qué?

La puerta trasera del auto se abre, y dos altos hombres salen de la misma. Colín me entrega a ellos, para luego observarme con una sonrisa ladeada. No era el chico con el cual me topé el primer día de clases. Este parecía completamente desquiciado, listo para dispararle al primero que se interpusiera en su camino.

Las cosas siempre regresan a su lugar, Holly Parks, es hora de que pagues todo lo malo que está pasando en mi vida.

Su puño se impacta contra mi mejilla, haciendo que cada uno de sus huesos truene ante los golpes. Siento lágrimas rodando por mis mejillas y lo único que puedo hacer es gritar, gritar con toda mis fuerza mientras lucho contra el agarre de los hombres sujetándome.

—¡Eres un maldito cobarde! —Grito, observando con algo de dificultad. Sabía que tenía sangre cubriendo parte de mi rostro, pero eso no me detiene de la lucha que tengo contra las personas que me sujetan de los brazos—. ¿Es necesario usar a dos hombres para golpear a una mujer? —digo, soltando una risa carente de humor.

—No es necesario —dice, observándome con odio—. No quiero terminar cubierto de sangre cuando termine contigo. Llámalo asuntos de higiene.

—¿Quién diablos eres? —Me quejo con fuerza cuando tira de mi cabello para observar mi rostro. Sus ojos azules me observan carentes de emociones. Es como si el chico que conocí hubiera sido reemplazado por el monstruo frente a mí.

—Un hijo que intenta sacar a su padre de la cárcel —dice, sus palabras son lentas y todo parece hacer conexión en mi mente. Colín... él... —¿Richard es tu padre?

—Dejémoslo en el hombre que donó espermatozoides para mi nacimiento —me suelta del cabello, no sin antes tirar con más fuerza. Mi corazón amenaza con abandonar mi pecho y las nauseas no tardan en abordarme—. Él hombre que abandonó a su familia para cuidar de una mosca muerta y su estúpida hija. Sí, podría decirse que Richard Miller es mi padre.

¿Richard lo había abandonado y él me golpeaba por qué?

—Él nunca fue un padre para mí —me duele el rostro, pero aun así no me detengo—. Ese hombre acabó con mi vida aun cuando traté de esconderlo por muchos años. Richard Miller no vale la pena, Colín.

—Lo sé —sacude el arma, como si fuera lo más normal del mundo—, pero el problema aquí no es ese. Richard Miller es la peor basura que puede haber pisado el mundo, pero lo necesito.

>>Necesito arruinar su vida tanto como arruinó la mía y la de mamá. Necesito acabar con esa basura aun cuando la cárcel podría hacerlo, pero no puedo permitirlo, no cuando no tengo nada que perder.

Se acerca a mí nuevamente y tira de mi cabello, obligándome a levantar la mirada.

—Pero te necesito para hacer eso. ¿Lo entiendes?

—N-no sé que tengo que ver en todo esto —Miento—, Richard ya no es parte de mi vida, no tengo nada contra él.

—Holly, Holly, Holly —Otro golpe llega de lleno a mi rostro, está vez el frío metal del arma se estrella contra mi rostro y soy lanzada al suelo. El olor a sangre inunda mis fosas nasales y las nauseas abordan mi sistema—. No soy ningún imbécil, cariño, tu y yo sabemos lo que ocurrirá en dos semanas, lo único que debes hacer es cambiar tu testimonio y todo felices. ¿Lo entiendes?

—No lo haré —Mi voz es presa del dolor, pero mantengo mi palabra. Richard Miller terminaría en la cárcel, aun cuando eso terminara con mi vida—. Tú y tu maldito padre pueden podrirse en el infierno.

No logro observarlo, pero sé que tal vez terminó, sin embargo, aparecer nuevamente en mi campo de visión.

Si no puedes colaborar estoy seguro de que la linda hermana de Barton estará encantada de tenerme en su interior de nuevo.

Se levanta, no sin antes darme una última mirada. Los escucho alejarse, dejándome tirada en el suelo con el rostro adolorido, sabía que tendría una gran cortada en mi mejilla cuando lograra divisarla en un espejo, pero ciertamente eso era lo menos importante ahora.

Aun cuando escucho los neumáticos alejándose a gran velocidad de mí, las palabras de Colín retumban en mi mente.

Él lastimó a Amana.

Él violó a la hermana menor de Dash.

Un sollozo escapa de mis labios y no me mueve de mi lugar. Rodeo mis piernas con mis brazos, haciéndome un ovillo en el sucio suelo, sintiendo como el dolor aborda mi cabeza y me empuja a la oscuridad.

El rostro de Amana es lo único que puedo observar cuando me voy del todo.

Colín violó a Amana.

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