Camino a casa iba despacio caminando por las calles y pensando en lo que haré.
Esas personas me conocen y sabrán como buscarme nuevamente. Y antes eso no me hubiese importando, pero Keyla sabe de mí y ella quiere acercarse. Yo muero por estar con ella pero simplemente no puedo.
¿Qué haré?
Quiero protegerla, pero en estos momentos se ha vuelto muy complicado.
Caminé hacía el parque, no solían andar muchas personas en ese lugar.
Me senté en una banca, me sentía relajado.
Pensaba en ella, pensaba en su mirada y en su linda sonrisa tan llena de vida.
Y vaya que tenía mucha vida, porque no solo la llenaba a ella. Si no también me lleno la mía al verla por primera vez.
¿Cómo pude enamorarme de ella?
Tan inocente
Tan llena de vida
Tan frágil
Ella no merecía alguien como yo.
Tan lleno de peligro.
Ella no merece esta vida.
Tan llena de miseria.
Ella no merece estar conmigo.
Ella merece algo mejor.
No puedo acercarme a ella, aún así lo quisiera. No me atrevería a ponerla en peligro.
A manchar su nombre con mi presencia.
Después de esto, tengo más temor. Estoy más expuesto pues ellos ya me conocen y se que me seguirán buscando.
Quiero protegerla, fue mi promesa desde un principio. Y me cuesta mucho cumplirla, pero estoy haciendo todo lo que puedo.
No tengo miedo por mí, sino por ella.
Tengo el temor de que algo malo le pase. Y si alejarse es lo mejor, lo haría por su seguridad. Aún así este muriendo por estar junto a ella.
—No sé qué hacer— dije con la mirada agachada.
—¿Por qué no sabes? — escuché a alguien decir.
La miré, tremendo susto me dio.
— Nayeli no deberías estar acá.
— Es la costumbre de hacer las cosas que no debo —sonrió.
— Deberías de ya no hacerlas. —contesté.
— Es inevitable.
Callé, mis pensamientos era un enredo completo en estos momentos. Estoy tan confundido.
— ¿Qué piensas tanto Josué?
— Cosas...
— ¿Puedo ayudar?
— No, no quiero meterte en eso. Solo dile a Keyla que no intente buscarme más, es lo mejor para ella. —le contesté.