ALESSIA.
No puedo creer que Mark me haya dejado volver sola, esa chica le gusto, estoy segura, es fácil leer sus ojos cuando brillan de esa forma, cuando su mirada parece abofetearme con una realidad tan vil como la que es. Me gustaría saber que pudo haberlo cautivado tanto de una chica a la que solo vio una noche ¿cómo funciona el amor? que es tan burlón como marcar a alguien de esa forma tan descuidada habiendo alguien tan cerca. No lo entiendo ¿por qué a pesar de los años, Mark no se ha fijado en mi?
Qué cruel eres, amor. Me has atado a alguien que parece ignorar mi existencia en tu territorio. Me hiciste una esclava y ahora no sé como liberarme de mis cadenas.
Tal vez haya sido una mala idea pero he decidido caminar en lugar de llevarme el auto o de tomar un taxi, necesito pensar, lo que sea en lugar de querer hacer lo que tanto llevo intentando, matarme. Soy tan ridícula, no parece que tenga salida, estoy atrapada porque en el fondo soy una cobarde, no le veo otra salida, la vida me ha torturado ya bastante tiempo, no estoy segura de cuanto tiempo soporte antes de que mi alma se desmorone a mis pies.
Mi vida es un asco, mi madre murió cuando era muy pequeña, y mi padre, bueno, ese maldito se la vive en el alcohol, golpeándome cada que puede, Mark lo sabe y siempre trato de cuidarme de todo lo que mi vida implicaba pero ¿quien puede escapar de su destino? La respuesta es nadie y si tan solo él me quisiera, tal vez todo seria diferente. Tal vez podría verle otro lado a este basurero.
Desde que era muy pequeña todos me han rechazado porque no soy como ellos, cómo si pudieran oler mi sufrimiento y me marcaran como una indeseable, que crueles pueden ser las personas, que en lugar de ayudar a alguien que ha caído en el lodo, se burlan jactándose de que ellos están bien, a salvo. Desde que mi mamá se fue, estoy rota, puedo sentir un hueco adentro, algo me falta, es tan simple, me falta amor y eso nadie me lo dio mas que Mark, pero a pesar de ha sido perfecto tal y como es, no puedo tenerlo como lo quiero, quiero más.
Recuerdo la primera noche en la que mamá no estuvo para curarme las heridas, las calles eran frías, sabia que todo había cambiado para mi, lo supe cuando visite la recamará de mamá y un cuarto vació me dio la bienvenida a mi nueva vida, nada volvería a ser como antes.
Corrí por la calle con las lágrimas inundando mi vista hasta que mis pequeños pies tropezaron y caí sin remedio en el concreto, no tenía la intención de levantarme, a mis 12 años ya me sentía sin fuerzas para seguir viviendo, fue como si me hubieran quitado el alma de un solo golpe, la muerte me lo había quitado todo. Fue la primera vez que mi padre me había pegado, aún puedo sentir el escozor en el brazo, ahí donde sus dedos se incrustaron como cuchillos.
—Alessia ¿estas bien?— Mark me abrazaba constantemente, esa ocasión en particular fue una de las que jamás borrare de mi memoria, sus pequeños brazos siempre han sido reconfortantes y cuidadosos con mi pequeño cuerpo.
—No—esa noche llore en su hombro durante tanto tiempo, que recuerdo empape su camisa.
—Te pegó otra vez— el simple hecho de recordarlo me partía él alma, era horrible pensar que mi propio padre pudiera lastimarme, ahora ya no me parece raro o imposible.
—No te preocupes estoy aquí— desde ese momento supe que solo lo tenía a él.
—Gracias, por todo— en ese entonces sentí una fuerza única para hacerle un cuestionamiento que me mantendría viva durante demasiado tiempo.
—Mark...
—¿Si?
—¿Crees que algún día yo pueda, ya sabes...gustarte?— nunca olvidare la sonrisa que tuvo aquel día. Era una pregunta tonta para mi edad pero Mark siempre había sido el único chico con el que me veía en un futuro, es el único que puedo imaginar compartiendo mis días conmigo.
—Claro que si, eres muy bonita,yo creo que si— creí que sería sencillo, creí que el tiempo haría nuestro cariño madurar, pero no fue así.
Desde esa vez viví con la esperanza de que esas palabras se volvieran una realidad,pero el tiempo me jugó una mala pasada, porque Mark olvido, mientra yo me quedaba atascada en ese momento.
De pronto me doy cuenta de que no se donde estoy, he caminado tanto que no me ubico para nada en este lugar, me siento pérdida y aunque es una costumbre para mi, miro en toda direcciones tratando de visualizar algún letrero o algo que me permita tener una idea de a donde he ido a parar. Tristemente parece que estoy sola este oscuro camino, en esta soledad que me absorbe y que pronto me consumirá, estoy segura.
Trato de guardar la calma y pienso, al parecer estoy en una carretera supongo que no tardara en pasar algún auto, me encuentro rodeada de arboles, me giro, y parece como si de pronto el lugar estuviera abandonado, no parece que ningún auto se acerque, comienzo a mirar a todos lados un poco preocupada pero a donde volteo solo hay árboles, imponentes, altos y misteriosos, observándome.
¿Donde me he metido?
Escucho un sonido a mis espaldas y me paralizo ante la sola idea de que algo pueda sucederme.
—¿Quién esta ahí?— cuestiono asustada, debo estar enloqueciendo.
Pienso seriamente en regresar por donde he llegado cuando de entre las sombras aparece un chico, al principio no es más que una sombra, pero conforme se acerca su imagen se vuele clara. Es delgado, alto, con el cabello negro alborotado, tiene extraños tatuajes en sus brazos, es muy guapo. Él parece oír mis pensamientos porque levanta la mirada y unos increíbles ojos azules me impresionan...¿quien es? ¿y porqué parece a punto de reírse?.
JOSTEN.
Las profundidades del infierno son tan calientes y tan frías al mismo tiempo, sólo puedes respirar dolor, maldad y lo peor es que no tienes a nadie, no puedes confiar en nadie y eso...eso te vuelve loco después de una eternidad.
¡Aire fresco!, por fin he llegado a la tierra y es exquisita, tal como recordaba, me encanta pisar este mundo lleno de almas puras, inocentes y sobre todo vulnerables, que pueden ser corrompidas con el mas mínimo toque de la oscuridad.
Me gustaría poder decir que he venido en busca de algo divertido que hacer, algún juego tonto o una simple visita al mundo humano, pero no, los asuntos de trabajo me han traído de vuelta y me parece que no tengo demasiado tiempo disponible. Si mi memoria no me falla (nunca lo hace) tengo que buscar a Angela, una guardiana que debo someter a un exhaustivo interrogatorio. Pobre chica, mis interrogatorios no son para nada agradables.
Sí, creo que es todo, esa mi misión, nada demasiado complicado, pero me dejaron muy en claro que si no la atrapo me torturaran, y en definitiva no es algo que tenga en mis planes, así que veamos si yo fuera una guardiana ¿donde estaría?.
Ya sé donde esta, pero puedo sentir que hay un ángel cerca. Lo mejor será quedarme aquí mientras formo un plan lo bastante bueno como burlar a mi contrincante.
Pero ¿que tenemos aquí? veo a una humana...una frágil humana.
He decidido salir de mi escondite y ella se me ha quedado viendo de una forma típica, no me sorprende, los humanos caen como tontos ante caras bonitas, soy increíblemente atractivo tengo que reconocerlo pero por favor, deberían ser un poco menos predecibles, harían de los juegos algo mucho más entretenido. Me acercó y sus ojos azules me demuestran algo delicioso. Dolor, ella sufre y mucho.
Que mala suerte, una cara tan bonita con un corazón tan podrido.
—No me parece el lugar adecuado para una chica tan linda ¿verdad? — Noto como su pulso cardíaco aumenta deliberadamente a medida que mis pasos me acercan.
—¿Quién eres tú?— su voz es suave, muy inocente para mi gusto. A mi no engaña su fachada, algo muy oscuro se mueve en su interior, su voz no puede despistar a alguien como yo que conoce a la oscuridad de pies a cabeza.
—Mi nombre es Josten— digo mostrando una sonrisa, llego hasta escasos centímetros de su cuerpo y la miro con curiosidad, hace mucho que no veo un humano, no recordaba que fueran tan frágiles, solo tendría que...
—No hablo con extraños— me sorprende su actitud, se aleja de mi y me deja un poco confundido, vaya, tal vez la subestime un poco.
—Es una lastima, tendra que ser por las malas entonces— Logro acorralarla contra un árbol, su cuerpo tiembla contra el mio, trata de apartarme pero le sujeto con fuerza la barbilla y la obligo a mirarme. Lo lamento pero necesito que te quedes quieta cuando voy a hipnotizarte.
—¿Cuál es tu nombre?—ella trata de contener las palabras en su boca, pero estas salen sin remedio.
—Me llamo Alessia.
—Muy bien Alessia, veamos ¿quién eres?— me acerco más, su respiración se vuelve agitada y me da fuerza, me gusta tanto tener el control de la situación. Me acerco a su cuello suave y tan tentador, aspiro su aroma y finalmente coloco mi mano en su piel. Toda su vida pasa frente a mis ojos, era cierto ella ha sufrido bastante, pero lo mas importante es conoce a mis objetivos. Esta cerca de Mark y si esta cerca de Mark...esta cerca de Angela.
—Muy bien querida, por suerte para ti, me seras de mucha ayuda
—No— las lágrimas cayeron por sus mejillas, las limpio con las yemas de mis dedos, no sabe en donde se ha metido, hay formas muy sencillas de convencer a alguien que lleva al dolor sobre los hombros.
—Te propongo un trato.
—Te daré lo que más anhelas a cambio de tu ayuda, puedo darte el corazón de Mark— vi con satisfacción que sus ojos se llenaban de curiosidad, es hora de empezar, mi plan empieza ahora, y ella me va a ayudar a cumplir mi misión.
—No puedes hacer eso—me rió.
—No hay nada imposible para un chico de medianoche, nunca olvides eso, ahora ¿tenemos un trato, Alessia?— estiro mi mano derecha y aunque lo duda un poco, pronto siento sus dedos entre los míos, bien, tenemos un trato.