1. Locas Historias De Amor

By NacidaParaLeer

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"Un grupo de amigos. Una casa. Seis romances. Mil locuras. " CRÉDITOS TRÁILER: OneGirlCrazy17 More

"Provocaciones matutinas y una carta maldita. "
"Una discusion sexy y un regreso inesperado."
"Ironias afiladas y una cacería"
"Un arresto policial y un beso inocente "
"Un corte de suerte y recuerdos rotos"
"Un escote prohibido y ultimas voluntades"
"Un bate de béisbol y cerezas demasiado dulces"
"Tamaños importantes"
"Una profesora herida y Sra. Plastico"
"Otra carta maldita"
"Campanas de boda y posturas extrañas"
"Circos en clase y amigos cariñosos"
"Explicaciones y un tatuaje sorpresa"
"Fregaderos y un armario abierto"
"Ojos tapados y treguas interminables"
"Lennox celosa y Jace desconcertado"
"Una proposición indecente y Lucy al teléfono"
"Prepativos y sorpresas"
"Encuentros incomodos y fuegos artificiales"
"Ropa fuera y un novio celoso"
"Una noche llena de emociones"
"Lucha, y discusiones apasionadas"
"Ojo por ojo, y confesiones"
"Rayos de sol, y falta de chispa"
"Washington, y celos que no son celos"
"Diaros adolescentes, y charlas de barra de bar"
"Derecho a roce, y falsas esperanzas"
"Disputas sexuales, y buenos comportamientos"
"El desfase más grande de todos los desfases"
"La Princesa Putilla, Él Príncipe Gay, y La Bruja Transexual"
"Un testamento y nata"
"Mensajes ocultos, y nada más que añadir"
"Visitas, y segundos asaltos"
"Ejercitos de plomo, y domingos misteriosos"
"Libertad, y sexo textual"
Test: ¿Que personaje eres?
"Maletas que traen problemas, y tratos por un beso"
"Enamorados, cristales rotos, y karaoke. "
"Síntomas, y un tren"
"Insomnio, y complicaciones"
"Positivo, y negativo"
"Aliados, y desastres"
"El principio del fin"
"Descubiertos, y despedida"
"Cuatro notas"
"Epílogo"
"Complicadas Historias de Amor"
Aviso

"Él hermano de Tyler y los celos de Tyler"

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By NacidaParaLeer

(El capitulo se publico mal. Lo siento. Ahora ya está entero.)

Tyler estaba de mal humor. De terrible mal humor.

Su hermano mayor, Brad, iba a quedarse en su casa durante cinco días.

CINCO DÍAS. ¡Un milenio!

Desde que Tyler había decidido estudiar periodismo, su padre, Brad Senior y su hermano le habían increpado y acosado.

Querían que estudiara Dirección de empresas. Un trabajo demasiado aburrido y cuadriculado.

Tyler necesitaba un trabajo mas creativo. Mas libre. No podría estar metido todo el día en un despacho y llevar un traje apretado.

Él era mas enérgico que eso.

Su hermano Brad hacia dos años que había terminado los estudios y ya trabajaba en la empresa de su padre.
Tenía un congreso en Palo Alto y en lugar de tomar un hotel, iba a quedarse con él. En su casa.

Tyler no sabia si lo soportaría.

Brad llegaría en menos de cinco minutos. Lo sabia. Nunca llegaba tarde. Siempre puntual y estirado.

Bonnie estaba pintándose las uñas al lado de él.

Su pelo rojo estaba recogido en un moño desordenado, y llevaba chándal, pero estaba perfecta. Y Tyler no quería que Brad la viera.

–¿Cuando se supone que llega tu hermano? –dijo con aire distraído.

Tyler miraba como aplicaba el rojo pasión en las uñas de sus delicadas manos.

–En cualquier momento le tenemos aquí; jodiendo. –dijo con mala gana.

Bonnie le miro con reprobación.

–Es tu hermano. –dijo como si aquello arreglara todo.

Tyler puso los ojos en blanco.

–Es mi hermano, y es un hijo de puta. Eso no cambia.

Bonnie fruncio los labios.

–No sabes lo afortunado que eres.

Tyler resoplo.

–No sé que fortuna es esa.

Bonnie le miro mal. Deteniendo su labor.

–Ojala hubiera tenido yo hermanos. –se quejo.

–Te los regalo.

Bonnie alzó una ceja.

–¿A Cara también? 

Tyler vacilo.

–Cara me cae bien.

Bonnie río por lo bajo.

–Adoras a esa chica. –dijo llena de seguridad.

Tyler torció el gesto.

–Tampoco te pases. Solo la tengo cariño.

Bonnie río mas fuerte. Moviendo los mechones de fuego que salían de su coleta.

–Claro, y por eso golpeaste a Lochan cuando intento ligar con ella. –se burlo.

Tyler se encogió de hombros.

–Él tío fue un desgraciado. Es sólo una niña.

Bonnie rodó los ojos.

–Tiene dieciocho años.

Tyler fruncio el ceño.

–No me importa la edad que tenga. Sigue siendo una niña.

Bonnie cerro el esmalte con sumo cuidado.

–¿Estas siendo poseído por Jace? –bromeo.

Tyler sonrió un poco. Reteniéndose.

–Tal vez. –murmuro.

El timbre sonó.

Tyler se tensó. Sus hombros endureciéndose.

–Ya esta aquí. –sonrió Bonnie.

Tyler le lanzó una mirada ceñuda.

–No seas demasiado simpática. Él te entrara a saco. –le advirtió.

Bonnie alzó las cejas.

–¿Como dices? –dijo atolondrada.

Tyler se paso una mano por el pelo.

–Le gustan las pelirrojas. –y así se levantó a abrir a su hermano.

La puerta se abrió.

Ante él estaba su hermano mayor. Él tipo mas odioso del mundo.

Al contrario de Tyler, era la viva imagen de su padre. Rubio. Fornido. Y bronceado.

–¡Osito! –exclamo Brad la verle.

Tyler hizo un gesto de molestia.

Los anchos brazos de su hermano le envolvieron. Abrazándole como un cavernícola.

–¡Que grande estas! –se burlo.

Tyler puso los ojos en blanco en mitad del abrazo.

–Lo que tiene tener veintiún años. –dijo con voz afilada.

Su hermano le soltó. Una ancha sonrisa abriéndose en su cara.

–Se me olvido felicitarte. Lo siento.

Tyler rodó los ojos. Hastiado.

–Cumplo años en navidad. Ya sobran las disculpas. –dijo con molestia.

Bonnie apareció detrás de Tyler.
Sonriendo. Despeinada y con los dedos estirados por el esmalte. Perfecta.

Tyler la miro con advertencia.
Los ojos de Brad se llenaron de sorpresa. Un brillo juguetón bailando en ellos.

–¡Brad! –exclamo Bonnie con una luminosa sonrisa.

Brad sonrió deslumbrante.

–¿Bonnie? ¿Bonnie Thomas? –dijo incrédulo.

Bonnie salto a abrazarle.

Los fuertes brazos de Brad la agarraron, estrechándola contra su pecho. Coloco su cabeza en su cuello de cisne. Sonriendo.

Tyler pisoteo el suelo con el pie. Cabreado.

Tiro de la camiseta de Bonnie hacia él. Haciéndola tropezar y alejarse de Brad abruptamente.

Su moño rojo se balanceo al chocar contra su cuerpo.

–Si, Bonnie Thomas. Ya quedó claro. –dijo con tono cortante.

Brad le miro desconcertado. Aturdido.

Bonnie se aclaro la garganta duramente. Mirando hacia él con reproche.

–Eres toda una mujer, chica. –dijo Brad. –Aún te recuerdo con gafas y pecas.

Bonnie sonrió suavemente.

–De eso hace muchas primaveras.

Cuando Bonnie se mudo a Malibú –donde todos vivían –, tenia quince años recién cumplidos, y había sido acosada en su antiguo colegio. Llevaba gafas y tartudeaba constantemente. Casi no se la veía en el suelo, y no miraba a los ojos.

–Siempre supe que serias preciosa. –dijo Brad con simpatía.

Tyler hizo un ruido ronco con el fondo de la garganta.

–¿Podemos cerrar el baúl de los recuerdos e ir a por tus maletas? –le espeto.

Bonnie le miro mal.

Brad dejo de sonreír y miro a su hermano con molestia.

–No traje nada. Pensé agarrar tu ropa.

La boca de Tyler cayo abierta.

–¿Que? ¿estas chalao? –jadeo incrédulo.

Brad fruncio el ceño.

–¿No puedes dejarme algo? ¿una camiseta al menos?

Tyler puso los brazos en jarras.

–¡Mides una noventa! –exclamo.
Brad se encogió de hombros.

–¿Y eso qué?

Tyler se tiro del pelo con frustración.

–¡Tienes diez centímetros más que yo! ¡eres un armario! ¡mi ropa no te sirve!

Bonnie fruncio los labios.

–Jace y Lochan pueden prestarte algo. Seguro que no les importa.  –dijo con calidez.

Tyler la miro incrédulo. Enfadado.

–Y tú no te metas. Estoy hablando con mi hermano.

Bonnie fruncio el ceño.

–Solo quiero ayudar. Educado.

Brad sonrió con disculpa a Bonnie.

–¿Sigue siendo igual de gilipollas?

Bonnie hizo amago de sonreír.

–Es aún peor.

Tyler la fulminó con la mirada.

–¿Puedes dejarnos solos, por favor, Sra. Educación?

Bonnie negó con la cabeza. Frustrada.

–Vale, vale. Apañatelas. Inteligente.

Tyler hizo un mohín.

–Hasta nunca, María. –dijo con desdén.

Bonnie puso los ojos en blanco. Casi juguetona.

–Recuerda el regalo de Gine. Tenemos que ir hoy. No lo olvides.

Tyler resoplo.

–Esta bien, pesada. Para de darme la brasa.

Bonnie levantó un ápice la esquina de su boca.

–Relajate un poco, Cornamenta. Respira. –se burlo.

Tyler la miro como él la miraba a veces.

–No me hagas enfadar, María. Ya estoy lo bastante delicado.

Bonnie sonrió picara. Le lanzó una mirada a Brad.

–Luego nos vemos, Brad. Recordaremos viejos tiempos. –dijo coqueta.

Tyler apretó la mandíbula.

Ella iba a enfadarle.

Lennox estaba visitando la página de Twitter de Lochan.

Más de mil seguidores. Todos ellos del campus.
Sus Me Gusta se contaban en cientos.
Miles de comentarios. Putas calentonas pidiéndole salir.

Lennox ya las odiaba.

Fotos de Lochan sonriendo. Sin camiseta en la piscina. Besando a desconocidas. Bailando con Kira. En las peleas de Josh. Los cumpleaños de Gine. Jace y sus ligues. Bonnie y sus mejillas sonrojadas. Tyler con su camiseta de basket. Andrew estudiando. Su tía Marla con sus famosas galletas. Carla y Kelly besándose. Hasta Sho aparecía.

Nada de ella.
Le fastidio. Y era absurdo. Pero le fastidio.

Lo tenia decidido.

Publicaría las fotos. 

Lochan con cara de payaso asustado. Recién levantado encima.

Su imagen de tipo guay caería.

Lennox sonrió. Divertida.

Esta era una de las vengazas que más disfrutaría.

Cuando Lochan se acostó con Lucy, lo grabó. Sin ni siquiera el consentimiento de ella.
Después lo subió a Youtube. También a Facebook.

Todo el mundo lo vio.

Lennox todavía recordaba las lágrimas de su madre. Sus ojos de cristal desbordados por lágrimas.
La rabia de su padre. Sus puños fuertes golpeando la pared del garaje.

Lucy intento suicidarse después.

Gine la encontró en el baño con las muñecas abiertas. Solo tenía diez años en aquel entonces.

Lochan la buscó de nuevo. Volvió a usarla.

Su inocente y risueña Lucy. Solo quería que él la quisiera.

Se quedó embarazada.

Él cabrón de Lochan no había usado condón.

Sus padres la obligaron a abortar.

Lucy lloro y lloro.

–¡Es mi bebé! ¡Le quiero! ¡Lochan le querrá!

No volvió a sonreír luego de aquello.

–Han robado mi bebé. –repetía.

Lennox estaba llorando ahora.

¿Como demonios había podido besar aquella boca y haberlo disfrutado? ¿que clase de ser retorcido ella era?

Las manos, el pelo, la cara, la vida de Lochan estaba manchado con la sangre de Lucy. Con sus lágrimas.

Sus padres. Tan enamorados. Tan cariñosos y dulces. Tan diferentes y tan unidos al mismo tiempo.

Lennox solía recordar como su madre decía el nombre de su padre. Como si fuera magia o poesía. Lo agarraba con su boca y lo protegía. Lo dejaba salir con delicadeza. Incluso cuando pretendía sonar enfadada. 

–¡Logan, regaña a tu hija! ¡Pinto la puerta de la señora Emerson!

Su padre miraba a Lennox –tratando de ser duro y firme –, y le daba un golpecito en el hombro. Casi una caricia.

–Castigada sin salir. Y sin ver a Lochan ni a Jace.

Nunca jamas cumplió ningún castigo.
Para sus padres Lennox fue la favorita. Siempre. Su pequeña futura Nobel de Medicina.

Lennox sollozaba.

Todo. Lochan había roto todo.

Con los ojos llenos de lágrimas. Haciendo su visión borrosa. Pulso el botón mágico.

Publicó las fotos. Deseando tener algo muchísimo mas doloroso que hacerle.

DestruirlePedazo a pedazo. Poco a poco. Tocando cada lugar. Cada sitio de dentro suyo.

Kira estaba tomando el sol en el jardín.
Portaba un bikini azul. Microscópico.

Cody estaba cortando el césped.
Mirando la hierba con firmeza.

No la miraría. No haría justamente lo que ella esperaba que hiciera.

El sol de principios de Junio le hacia sudar. Su camiseta pegada a su cuerpo como una segunda piel. Gotas de sudor cayendo de su frente y por su pelo rubio.

Kira estaba allí tendida. Como si de Afrodita se tratase.

–Te has dejado un trozo sin cortar. –dijo Kira.

Cody lucho por mirarla a los ojos. Solo a los ojos.

–En lugar de estar ahí tendida podrías ayudarme, ¿no crees? –le espeto.

Kira se levantó las gafas. Mirándole condescendiente.

–¿Es que por ser mujer tengo que hacerlo?

Cody alzó las cejas.

–¿Me estas diciendo machista, Kiara? –le espeto.

Kira arrugo el gesto. Molesta.

–No me digas Kiara. No se te ocurra decirme Kiara.

Cody sonrió de lado.

–Ese es tu nombre. –dijo con tranquilidad.

Humo negro casi salia de la nariz de Kira.

–Ese es nombre de dibujo animado. –gruño.

Cody río entre dientes.

–De complemento para el pelo también. No lo olvides. –se burló.

Kira se levantó de la tumbona. Enfurecida.

–No vuelvas a decirme Kiara. Yo no me llamo así.

Cody se encogió de hombros.

–No te enfades. Solo repito lo que pone en tu carne de identidad.

Kira tira sus caras gafas al césped.

–¡No se te ocurra decirme así, Codo!

Cody fruncio el ceño.

–¿Codo? ¿porque no mejor hombro? –se burlo.

Kira grito de impaciencia. De rabia.

–¡Gilipollas!

Cody se cruzo de brazos.

–Kiara. –dijo con tranquilidad.

Kira le lanzo su sombrero de paja.

–¡Te voy a matar! –exclamo.

El tubo del bronceador le golpeo el estomago.

Cody se dobló de dolor.

–¡No me tires cosas, Kiara!

Kira le golpeo con la chancla en la cabeza. Repetidas veces. Con fuerza.

Cody se reía.

–¿Es la hija de Simba? ¿es un accesorio para el pelo? ¿una horquilla, una corona? ¡Adivinen! –reía Cody mientras se cubría.

La zapatilla de Kira ya estaba doblada de golpear. Maltratada.

–¡Cierra la boca! ¡Cierra la maldita bocaza!

Cody ya empezaba a sentir el quemazón de los latigazos. Pero no iba a ceder.

–¡Es Kira! ¡La mujer multiusos! ¡Un dibujo animado en la noche, una horquilla de día!

Kira seguía gritando y gritando. Golpeando.

Fue Josh quien tuvo que salir de la casa y parar la pelea.
Agarrando a Kira los huesos de la cadera. La levantó en volandas.

–Se acabo la discusión, K. –dijo en su oído.

Kira siguió pataleando. Rabiosa.

–¡Te voy a matar, Codo! ¡Voy a ser peor que Lennox! ¡Ya veras! –dijo con las piernas y los brazos en el aire.

Cody sonrió coqueto y le guiño el ojo.

Gine estaba doblando los armarios.

Jace solía llegar cansado y dejar todo de cualquier manera.

Llevaba ya más de una hora.

Estaba cantando bajito. Su bonita voz luciendo.

De repente, de sopetón, unas manos la agarraron del culo como si quisiera arrancárselo.

Gine grito.

–Deja de menearlo así, Ginebra. Me vas a matar. –la voz ronca de Jace la calentó el oído.

Tuvo que cerrar los ojos. Escalofríos bajaron directamente a su parte baja.

–¿Jace? –jadeo ella.

Él respondió con un empujón hacia la cama. Sus caderas dominantes tentandola.

–No sabes lo que rematadoramente bien que te quedan esos vaqueros. –ronroneo en su cuello.

Gine grito en su interior.

Quería violarle. Él la estaba provocando.

–Jace... Sueltame. Estoy cansada. Tengo que terminar las tareas.

Jace la ignoro.

Besó su cuello. De una forma totalmente carnal. Hambrienta. Sus dientes rozando su piel.

–Tengo ganas de fiesta, Gine. No sabes hasta que punto quiero fiesta.

Gine apretó la mandíbula. Haciéndose daño.

–Jacie, por Dios. Estas cansado. Yo más. Ve a dormir. –murmuro.

Jace gimió.

–Dime Jacie. Así, así... Sé mala, Gine. –susurro.

Gine respiro hondo. Sabiendo lo duró que iba a ser aquello. Y en lo mucho que se arrepentiría después.

Se soltó del agarre del Jace.

Sintiéndose fría y sola después. 

–Ya, Jace. Basta. Tuviste fiesta suficiente. –grazno.

Jace la volteo por el hombro.

Sus ojos se encontraron. Los suyos furiosos.

–¿Que es esto? ¿que te pasa? ¿que estas haciendo? –le espeto enfadado.

Gine preparo su baile mental.

–Estoy haciéndote caso, Jace Pierce. Nada más. –dijo con seguridad.

Jace negó con la cabeza.

–No estas entendiendo; te echo de menos. Necesitó tenerte ahora. –dijo lleno de necesidad.

Gine fruncio los labios.

–Lo que necesitas es una ducha fría. Una bastante larga, y helada.

–¡Pues por supuesto que la necesitó! ¡Llevas tres semanas evitandome! ¡Necesito contacto humano! 

Gine sonrió.

–Conozco otro tipo de contacto humano que vendría bien, Jace. Tú me entiendes.

Los ojos verdes de Jace volvieron a brillar.

–¿Me lo enseñas? –dijo dando un paso al frente.

Gine alzó una ceja.

–Es un trabajo en solitario. Sacar brillo al rifle. Agitar la sardina. Menearse la flauta. Ya sabes. 

La boca de Jace tembló.
Sus ojos se posaron en los labios de Gine.
Su mirada brillo.

–Se me esta ocurriendo otra forma mas divertida, sinceramente. –dijo con voz ronca.

Las mejillas de Gine se tornaron rojas.

–Eres un pervertido. –le espeto.

Jace alzó una ceja.

–Aprendí de ti, señorita. –dijo con retintín.

Gine fruncio los labios.

–Ve a ducharte de una vez. Que eres muy pesado.

Jace gimió de impotencia.

–¡Eres una aburrida! –despotricó.

Gine hizo un mohín.

–Soy una buena chica, con buenos modales y buen comportamiento. Deberías estar orgulloso.

Jace se tiro de los pelos.

–¡Pero quien eres tú! ¡No te conozco! ¡No sé quien eres! –gritó.

Gine dio un paso atrás. Sobresaltada.
–¡Te has pasado los últimos dos años repitiéndolo! ¡Una y otra vez! ¡Sin cesar! ¡Ahora se cumplió! ¡Se cumplió! ¡Es lo que querías! –le gritó con rabia.

–¡Me equivoqué! ¡Falle! ¡Soy humano! ¡Quiero que seas tú de nuevo! –gritó con desesperación.

Gine se cruzo de brazos. Rígida.

–Esto es lo que pasa cuando intentamos cambiar a alguien. Se convierten en cosas raras. En espectros vacíos. No son nadie en realidad. Esto es lo que tú me has hecho; hacerme sentir que en mí había algo mal que necesitaba ser mejorado. Esto es tu culpa. –dijo con voz mecánica. –Ahora carga con el error. Porque no va a deshacerse.

El alma de Jace cayó al suelo.

–Lo siento. –exhalo. –Lo siento tantísimo.

Bonnie cantaba. Bajito y suave.

Tyler conducía. Distraído. Mirando de reojo a la pelirroja.

–¿Vas a decirme hoy porqué escribiste aquel texto? –pregunto Tyler de pronto.

El tarareo de Bonnie se corto de golpe.

–¿Si lo hago dejaras de molestarme?

Tyler asintió rápidamente.

–Si. Así sera. Lo prometo. –dijo solemnemente.

Bonnie suspiro largo y tendido.

–Fue por Lucy. –dejo escapar.

Tyler la miro.

–¿Por Lucy? –la animo a seguir.

Bonnie rodó los ojos.

–Te dije el motivo. Ahora dejame.

Tyler gruño.

–Cuentame. –exigió.

Bonnie gimió de cansancio.

–Prometiste parar. –le recordó.

Tyler siseo de impaciencia.

–Quiero la información completa. Esa es mi promesa.

Bonnie resoplo.

–Te salio la vena periodista.

–Cuentame, María. –repitió.

Bonnie volvió a suspirar. Quedándose unos vacilantes segundos de silencio.

–Estaba enfadada. –dijo al fin. –Me había pasado la vida siendo acosada. Sin ningún amigo. Nadie salvo Harry Potter; metido allí, entre las paginas. Y entonces llegó Lucy. Una de las chicas mas guays del mundo. Me trato bien. Por primera vez en la vida... Alguien me trató bien. Me presentó a sus amigos. Como si lo mereciera. Me dio un lugar en el mundo. Y entonces... Se fue. Simplemente se fue. Sin motivo. Algo, alguien, quiso llevársela. La única amiga que había tenido. Solo un año después de conocerla. Me dejo sola otra vez. Y entendí qué... Todo se acaba. Todo se esfuma y se va. Nada es nuestro. Todo es temporal. Allí quise ser poeta. Allí aprendí el valor de las palabras.

Tyler no dijo nada. Nada. Nada.
Solo escuchó como Bonnie respiraba. Dejando que sus palabras tomarán sentido dentro de su corazón. Donde pensaba guardarlas para siempre.

–Gracias. –murmuro.

Bonnie le miro incrédula.

–¿Que? –dijo sin comprender.

Tyler siguió mirando la carretera.

–Por confiar en mí. Gracias.

Lochan caminaba tranquilamente por el campus.

Su cara al fin había vuelto a la normalidad.

Josh parloteaba sin detenerse sobre la próxima pelea.

Lochan intentaba escucharle.

–Tengo que patear su trasero, Ochan. Tengo que ganar. Sea como sea. No puedo seguir de bajón.

Josh había sido campeón del torneo durante tres años consecutivos.
Pero últimamente había flaqueado mucho y había perdido varias peleas.

–Hazme caso a mí; céntrate en los estudios. Deja las mallas para mas tarde.

Josh resoplo.

–Voy bien en los estudios. Creeme. –dijo con seguridad. –Y no son mallas; son maliot.

Lochan hizo un ademán.

–Como sea; prioriza. Estudios, lucha.

Josh iba a contestar cuando los dos amigos vieron a Sho correr por el césped  como alma que lleva el diablo.

–¡Novia de Cody, que tal! –exclamo Lochan con una ancha sonrisa.

Sho jadeaba cuando se detuvo frente a ellos. Doblada sobre sí misma. Recobrando el aliento.

–¡Chicos, por fin los encuentro! –jadeo.

–¿Que haces por aquí tan tarde? Las clases terminaron. –dijo Josh extrañado.

Sho se estiro  con esfuerzo.

–Vine a avisar a Lochan. –jadeo.

Lochan fruncio el ceño.

–¿A mí? ¿que paso?

Sho hizo un mohín de disgusto.

–Lennox subió unas fotos tuyas a Twitter. Todo el mundo lo esta viendo. Se están riendo. Quise avisarte.

Lochan maldijo.

–Voy a matarla. Esta claro que tengo que matarla.

Bonnie y Tyler entraron en casa cargados de regalos para Gine.

Su cumpleaños seria en tres días y tenían que empezar a preparar todo.

–¡Mierda, María! –exclamo Tyler al soltar las cajas envueltas. –¡Me cortan los brazos!

–¿Que te crees que estas haciendo? ¡Agarra esas cajas, Gine esta arriba! –susurro Bonnie.

Tyler arrugo el gesto.

–¿Y no puedo verlo? Ya es lo suficiente mayor para andar escondiendo... –estaba diciendo.

Brad entro al salón.

Llevaba ropa que Lochan le había prestado. Sonreía.

–¡Bonnie! –exclamo.

Tyler ya estaba ceñudo.

–¡Hola! –sonrió Bonnie.

Brad sonrió mas brillante.

–¡Cada vez que te veo estas mas guapa!

Tyler rodó los ojos.

Ella siempre está guapa. –Quería decirle. Ella siempre a sido guapa. Con gafas y pecas. Ella era perfecta.

–Al final me sonrojo, ya veras. –bromeo Bonnie.

Tyler le lanzó una mirada de advertencia.

–Tenemos que subir los regalos arriba. –dijo Tyler con tono tosco.

Bonnie alzó una ceja.

–Hace un minuto querías dejarlos aquí.

Tyler la tiro de camiseta. Empujándola hacia él. Posesivo.

–Arriba. –siseo.

Brad alzó las cejas. Impactado.

–¿Estáis... –empezó.

Bonnie le cayó con la mirada.

–No. No lo estamos. Nunca lo estaremos. –dijo con firmeza.

Brad sonrió con alivio no disimulado.

–¿Estas soltera entonces? –dejo caer.

Tyler gruño.

–Vamos arriba. –ordenó.

Bonnie fruncio el ceño, pero agarro las bolsas.

–Si, Brad. Soltera y entera. Si quieres una cita solo dilo. –bromeo.

Brad alzó las cejas.

–Te tomó la palabra.

Tyler dio una patada al sofá.

–¡Arriba! –exclamo.

Bonnie pego un brinco y le siguió.

Continuará...
  

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