-¡Ay, está frío. Maldita perra! -se quejó Samuel cuando Cristina le untaba bloqueador por su suculenta espalda.
-Pareces una niñita, cállate que después no puedes dormir por las quemaduras -le respondió ella, rodando los ojos.
-Pero eres muy brusca, Jari ponme tú -dijo él, pasándome el pote de bloqueador.
-¡No! -exclamó Abraham, arrebatando el pote de mis manos- yo te pongo. -dijo poniéndose detrás de él.
-¡No! -de quejó Samuel- ¿No ves que las rubias culonas de allí pensarán que soy un mariposa?
No pude evitar reírme de eso.
-Como quieras... -dijo Abraham rodando los ojos.
-De todas formas, hermano... Creo que Tony ya te ganó -comentó Cris, dirigiendo su mirada hacía Tony quien estaba de coqueto con las rubias esas.
-Da igual, hay más tías... -respondió, encogiéndose de hombros.
-¿Quién quiere un jugo? -ofreció Abraham, apuntando hacía un carrito donde por lo que veo, venden bebidas.
-¡Yo! -dijimos, alzando un brazo.
Abraham sonrió y se dirigió hacía el carrito, con dinero en mano. No pensábamos ofrecerle del nuestro, él nos ofreció, que él pagué. No pude evitar dirigir sutilmente mi mirada hacía su trasero cuando se iba alejando, ¡Y que buen culo tiene!
-Mente sana, como una manzana... -susurro Cris a mi oído. Me reí por eso- Pero entiendo... ¡¡¡Que ese culo no pase hambre, Mateo!!! -le grito ella. No sé si él la escuchó, o qué, estaba entretenido hablando con él vendedor.
-Y con ese traje de baño que lleva puesto, claramente le resaltan las pompis -comenta Samuel- ¡Yo tengo más!
-Sí, hermano, sí...-Cris le palmeo el hombro.
Visualice a Abraham venir hacía nosotros con dos vasos entre sus manos, antes de que llegará aquí se inclino para recoger un valón y entregárselo a un pequeño niño a quien se le había, por lo que note, perdido. Logre persuadir un "Gracias" salir de los labios del pequeño y él revolvió su cabello en respuesta. Cuando llegó con nosotros nos entregó los jugos y lo miramos raro, osea, trajo solo dos y domos cinco.
-¿Qué? -preguntó- Están veinticinco dolares cada uno, hay que ahorrar...
Tacaño...
-¡Oigan, el agua está genial! ¿quién viene? -grita Tony, viniendo hacía nosotros.
-Si quieren vayan, yo estoy bien aquí... -murmuro contra la toalla que está tendida sobre la arena.
-¡Abraham, deja de mirarle el culo, y ven! -grita Samuel, corriendo hacía el calada- Revoleando el vaso de jugo de piña que le dio Abraham.
-¡Hey, eso me costo veinticinco dólares, maldito! -se queja, Abraham- ¿Vienes? -me pregunta, volteando hacia mi.
-No amor, ve si quieres...
-Bueno -oigo como se aleja y después le escucho gritarle a Cristina que tenga cuidado que se le escapará una teta.
Cierro los ojos dejándome ir por el sonido relajante que producen las olas, no soy muy fan de la playa, pero tengo que admitir que esto me está gustando, y mucho. Abro los ojos y siento como una vibración proviene desde el bolso de Cris, perezosamente extiendo una mano y tomo en posesión su celular y contesto la insistente llamada.
- ¿Hola? -pregunto.
-Cristina, hija. ¿Eres tú?
-No, tía Devora, soy Jari.
-¡Jari, amor! ¿cómo estás?
-Muy bien, gracias. Y tú?
-Los extraño... Oye, y dime. ¿Donde está Cris?
-Está con los chicos en el agua, acaban de irse.
-Oh, está bien... ¿cómo lo están pasado?
-Muy bien, por suerte. Aquí es precioso, increíble...
-Me imagino... ¿tú, como estás?
-Muy bien, por suerte.
-Cuando vuelva, hablaremos muy seriamente tú y yo, extraño nuestras charlas, ¿sabes? Por algún motivo con Cris no tengo esa comunicación que tengo contigo, ¡además, tienes que contarme que tal con Abraham! Sólo me entere por Susana que están juntos y ya no más, nadie me siguió el chisme -oigo como ríe-.
-Claro que sí, en cuanto regreses, te lo cuento todo, ¿Donde están ahora? Colombia, ¿cierto?
-Sí, si. Estamos en Medellín, bueno cielo, tengo que colgar que estoy a punto de entrar a una junta, dile a los chicos que me llamen luego, si? Te quiero.
-Claro, adiós, enviale mis saludos al tío Ricardo.
-Lo haré amor, bye.
Cuando cuelgo la llamada siento un cuerpo completamente mojado sobre mi, y siento un beso en mi nuca seguido de una risita juguetona.
-¿Con quien hablabas? -siento susurrar en mi oído.
-Con la tía Devora, preguntó por sus bebés, bueno por Cris, ¿puedes salir de encima, Abraham? No pesas dos gramos, mi amor. -me quejo.
-Mmm, mi amor, hace mucho no me llamas así... -dice, recostándose a mi lado.
-¡Siempre te llamo así, descarado! -grito, golpeando su hombro.
-¿Sabes que te vez extremadamente sexy con eso? -dijo, señalando mi bikini.
-Sí, lo sé, él tipo ese de allí me lo grito cuando te fuiste... -le sonrío divertida.
-¡¿Quién?! -pregunta, mirando hacia los costados.
-Nadie idiota, solo bromeaba.
-¿Así? -arquea una ceja, sonriendo con malicia, cuando apenas logro reaccionar ya me encuentro sobre sus hombros y con él corriendo hacia el mar conmigo a cuestas.
-¡No, Abraham, no! -grito, pero tarde, ya me encontraba cara a cara con un pecesito saludándome por debajo del agua.
Salgo a la superficie y me abrazo a la cintura de Tony, quien es a la primera persona que encuentro cerca, pues Abraham se encontraba intentando ahogar a Samuel subiéndose sobre sus hombros.
Genial, viene y me vota aquí y se va dejándome abandonada como a la porción de pizza de anchoas a la que nadie quiere.
Si, tengo hambre...
(...)
-¡Mugroso, me llevo a tu novia por unas pizzas, ya regresamos! -comunica Samuel a Abraham quien se encontraba duchándose.
-¡Sí, si me gusta la pizza! -grita el estúpido de Abraham en respuesta.
Samuel suelta una carcajada y negando con la cabeza salimos de su cuarto para dirigirnos al mio y de Cris, para preguntarle si quería venir con nosotros, dijo que no iría, se estaba arreglando para salir con un supuesto chico que conoció hoy y la invitó a bailar esta noche. Tony se encontraba durmiendo una agradable siesta después de su ducha, lo envidio... Bueno situación actual: Tenemos hambre e iremos por unas pizzas a la pizzería de aquí cerca.
-Vamos caminando, ¿cierto? -pregunto a Samu.
-Sí, bombón... Solo estamos a unas cuantas calles, no morirás de la fatiga, te lo aseguro -bromea, rodeando mis hombros con su brazo, mientras caminamos por las calles de esta hermosa cuidad.
Andamos hacia la pizzería hablando de tonterías y empujándonos amistosamente haciendo que la gente nos mire raro. Al llegar hicimos el pedido y como era de esperarse nos pidieron que aguardaramos a que nos las entreguen con la excusa de que "Tienen muchos pedidos", como dije, era mejor comprar un sándwich aquí en frente, pero no él no quiere. Lo peor de todo es que nos hicieron esperar afuera porque a Samuel le surgió la brillante idea de ponerse a fumar dentro del lugar.
-Como odio esperar... -gruñe, dándole una calada a su cigarro.
-Yo no entiendo como puedes meterte eso, es horrible -digo, tosiendo un poco a culpa del asqueroso humo que esta exhalando.
-Bah, ni yo sé... Es costumbre, supongo -se encoje de hombros, dándole otra calada- Además, es relajante.
-Si tú lo dices...
-A mucha gente le parece algo desagradable, como Abraham, el otro día le di a probar y a la primera calada se puso a toser tanto que casi escupe los pulmones... -ríe un poco.
-Sí, lo sé... Luego apestaba a tabaco -digo, mirándolo mal- ¡Hiciste que su madre le diera vuelta la cara de una bofetada!
-Él quiso probar, no me culpes... -se defiende.
Ruedo los ojos y él me abraza riendo.
-No te enojes Mana, sabes que nunca lo influenciaría a hacer algo que le hiciera daño, sabes cuanto lo quiero, jamas lo expondría a algo así. -dijo, sonriendo.
Cuando al fin nos entregaron las pizzas nos dirigimos de vuelta al hotel, de paso comentar que Samuel me compró un chocolate en la tienda de al lado, nada que destacar, amor de hermanos. Subimos por el ascensor mientras me contaba sobre como fue su despedida con Sophia, dijo que en serio la quería y por algún motivo se veía en un futuro con ella. Me llamó la atención, es que Samuel nunca había hablado así sobre alguien con quien estuviera "en una relación".
-Ya se tardaron... -se quejó Tony, desde su cama.
-¿Donde estaban?, ¿por qué se fueron sin mi? -interroga Abraham, al lado de Tony.
-Te dijimos que íbamos a salir por una pizza -le recuerda Samuel.
-Que yo recuerde, no -dijo, cruzándose de brazos.
-¡Bueno, ya! Ya estamos aquí, basta de parloteos que tengo hambre -se quejó Samuel, abriendo la pizza de cuatro quesos.
Me senté junto a Abraham y al instante me rodeo con sus brazos atrayéndome a él. Mordí su porción de pizza con la intención de morderle un dedo, pero lo quitó antes de tiempo.
-¿Estás jugando a la piraña? -pregunta, soltando una carcajada.
-¿Qué haces con el cabello mojado? Te vas a enfermar -lo regaño, regalándole un beso en los labios.
-No estabas tú para secarlo -se encoje de hombros, despreocupado.
-¿Donde está, Cris? -pregunta Samuel.
-Se está arreglando, supuestamente saldrá con un tal Simón -comentó Abraham, cambiándole a la tele.
-¿Sola? -pregunta Samuel, frunciendo el ceño.
-No, con ese tal Simón, ya te dije -le recuerda Abraham.
-Ya sé estúpido, es que... Irá sola con un tipo que no conoce. No, definitivamente, no irá. -anuncia Samuel.
-Seguramente ya está por venir, me dijo que estaba por acabar de mamarracharse -dijo Tony, mordiendo su pizza.
Dicho y hecho, Cristina apareció en la habitación.
-¿Donde vas tú? ¡Y sin mi permiso! -mascullo Samuel.
-Tengo una cita, brother. -contestó ella.
-¿Tonces' no te quedas a comer? -preguntó Abraham.
-No, lo siento -contestó ella.
-Uy, que pena... Adiós Cris, ¡Comamos! -dijo, yendo por la otra pizza.
(...)
-¿Mmm? ¿qué pasó? -murmuro en respuesta a la llamada irritante que resuena en mi celular.
-Hola... -oigo como sorben por la nariz- No, nada... Necesitaba hablar contigo.
-Por favor Cristina, dime que pasó. -ruego, en un bostezo.
-No, nada... Que.. Se burlaron de mi, fue horrible. -responde y comienza a sollozar.
-¿Está borracha? ¿Qué tomaste? -pregunto y me giro para procurar que Abe siga durmiendo.
-No, no estoy borracha, bueno... Resulta que yo me estaba besando con un tipo.
-Ese tal, eh... ¿Simón?
-Sí, él.. Y bueno de repente viene el amigo y me habla y en un momento como que me besa también, ósea, él me besó... No creas que yo...
-¡Ay, son las cinco de la mañana María Cristina, ¿puedes decirme que fue lo terrible?!
-Es qué, después viene una amiga y me dice que era una apuesta para ver quien me besaba primero... Y, y, y... -tartamudea y comienza a lloriquear.
-Resoplo-¿Donde estás?...
-En... En un bar, eh... "Paradise", se llama.
-Bien, quedate ahí que voy a buscarte, muy a mi pesar, pero voy a buscarte, respira profundo como te enseñé. Chau.
(...)
-¿Puedes salir que tengo sueño?, porfa. -pido, a una de las que estaba acompañando a la rubia hueca de Cristina, en una mesa.
Todas se retirar dejándonos solas. Me siendo junto a ella y esquivo el abrazo que intenta darme.
-Evita el abrazo... -digo, revolviendo mi cabello.
-Gracias por venir.
-Si, no agradezcas que bastante caro te saldrá hacerme venir aquí en pijama. -digo, dándole un sorbo a la cerveza que estaba sobre la mesa.
¿Tú puedes creer lo que me hicieron? Como caí, que estúpida... -se lamenta.
-Escuchame una cosa... Es muy importante lo que te voy a decir, ¿Están buenos?
-Lo que uno puede picar... -dice, encogiéndose de hombros.
-Lo que uno puede picar... -redacto, asintiendo con la cabeza - ¿Quiénes son? -pregunto.
-No sé... Estaban por ahí... ¡Uh, allá están!
-¿Donde? -pregunto mirando a todos lados.
-Ahí, ahí en la barra -dice señalándolos con la mirada.
-Nah, ¿en serio? Tienen cinco y siete años esos -digo, irónica- Dale, de verdad ¿quienes son?
-Bueno, disculpeme señora, no todas tenemos su suerte, lo siento. A todas no nos rescatan de una vida completamente de mierda.
-¿Cómo? -digo, abriendo más mis ojos.
-Perdón... -murmura.
-No, sí. Pídeme perdón porque te pasaste, no estás bien, eh! -dije- ¿De verdad apuntaste a esos dos pubertos? Eres linda nena, me extraña, eres pequeña, pero eres linda, por favor.
-Y, bueno. ¿Qué quieres que haga? Si es que me gusta no me da ni la hora.
-Bueno, es así.... Dame tus zapatos. -pido.
-¿Mis zapatos? Pero si tienes piecito de rata, Jari.
-No importa, dámelos.
(...)
-Hola.... -digo, poniéndome en medio de ellos.
-Hola, ¿todo bien?
-Sí, todo genial, ¿ustedes?
-Bien, muy bien.. -responden.
-Linda, ¿tú no estabas aquí antes, no? Porque si hubieras estado, sabes como te hubiera...
-Oh, lindo acento... ¿de donde eres? -pregunto.
-Soy colombiano, y tú tampoco suenas de aquí...
-Española. -afirmo.
-Oh, ya veo... Y como te decía...
-¿Me hubieras?... -pregunto dejando la frase en el aire- ¿Qué están tomando? -digo, dándole un sorbo a la bebida que está sobre la barra.
-Cerveza, ¿quieres que te pida una? -ofrece, uno de ellos.
-Sí, porque está con poco gas... Igualmente, ¿no quieren ir a un lugar más privado? Aquí es cono que hay mucha gente...
-Si, pero ¿los dos?
-Eh.... Si, los dos. -digo, y tomo paso hasta uno de los baños.
Logro ver como ambos idiotas chocan sus puños para después venir detrás de mi.
(...)
Doy dos vueltas a la cerradura y quito la llave riendo silenciosamente. Mientras sostengo su ropa sobre mis manos.
-¡Hey, nena!, ¿qué haces? -gritan desde adentro.
-¿Cómo que hago? Chicos, ¿no es divierte la broma, si son re bromistas. -grito, reprimiendo las carcajadas.
-A ver, eh... Escuchame una cosa, ¡Devuelve la ropa!
-Te escucho... ¿Cómo? ¡¿Y el por favor?
-¡POR FAVOR! -vuelven a gritar.
-¡Noooo! ¡No me levantes el ton...!, ¡Ay, disculpa! Está mi hermana vomitando, sé ve que tomó mucho, vomita verde... ¡Gracias! -digo a un chico que intentaba entrar al baño.
-¡¡Nena, abre!! -vuelven a gritar desde adentro.
-¿Cómo "nena"? Ay, gracias es un piropo para mi. -digo, apoyándome sobre la umbral de la puerta.
-Mira... Bonita, me voy a enojar, ¡Abre, por favor!
-¡Ay, que carácter, hey! Sabes... Me dio la sensación de que cuando le hicieron la broma a mi amiga, se cagaron de risa, ¿lo recuerdan? ¿Recuerdan la apuesta que hicieron?
-Espera... ¿tú eres la amiga de Cristina?
-Sí, ¡Ah! No me presenté, disculpame. Yo soy Jari, la amiga de Cris. Bueno, chicos... Yo me tengo que ir que se me hace tarde, la ropa se las dejo en la barra cualquier cosa, si? Un beso.
(...)
-¿Realmente no has hecho nada con esos tipos? -pregunta Cris, al subirnos al elevador del hotel.
-Te juro por mi vida, que no he hecho nada. Sólo los hice desnudarse, y bueno... Los deje en desnudismo, allí encerrados, lo juro.
-Te creo. Gracias Mana, por todo de verdad, te quiero -dice, abrazándome.
Al llegar a nuestra habitación nos encontramos con...
Oh, no...
Continuará...
Okey, creo que tenemos problemas... 🌚
¿Cómo están? ¿Qué les está pareciendo? ¡Me gustaría saber!
Gracias por leer💕
Hasta el próximo. 😄👋