BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

4.2M 241K 28.7K

Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
2
3.
4.
BOOK TRAILER.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
Especial I
18.
19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

28.

56.7K 3.3K 200
By JoleHBellamy

N/a: 

No pensaba que iría a subir hoy, pero lo logré e.e

¡Espero que les guste! 

No olviden dejar su voto y su comentario, en serio eso me anima mucho<3 

Pueden encontrarme en instagram y twitter como JoleHBellamy y... nos veremos en el próximo capítulo :D

Pd: ¡No olviden pasarse por mi nueva historia! La encontrarán en mi perfil con el nombre de Scarlet Desire<3 

Disfruten su lectura<3 

~*~

La cabeza de Dash está sobre mi estomago mientras su mano se aferra a la mía, para que no la mueve de su lugar. Su agarre no ha perdido la fuerza aunque noto que está completamente dormido.

Mi mano libre se pasea por su mejilla, recibiendo una pequeña mueca por parte del moreno.

Luego de que Dash había vuelto a ser él, lo arrastre como si de un muñeco se tratase de vuelta al departamento. Ninguno había dicho una sola palabra, y él parecía agradecerlo.

Aun podía ver el horror dibujado en sus ojos grises cuando estábamos de vuelta en el departamento. Me había abrazado tan fuerte que creí haber muerto por un segundo, pero minutos después se relajó al ver que no me iba a marchar.

Él había regresado a mí en la noche, yo no iba a dejarlo solo por tratar de defenderme.

—Holly...

—Estoy aquí —Mis dedos regresan a su cabello, pero sé que es tarde cuando sus ojos taladran los míos. Una sonrisa se desliza en mis labios cuando se acerca más a mí, respirando hondo cuando la piel de mi estomago entra en contacto con su mejilla—. Hola.

—¿Por qué no duermes? —Sus ojos se mantienen cerrados, como si se negara a abrirlos—. Te ves cansada.

—No tengo sueño —Miento. Quiero dormir, pero no me movería de mi lugar. No cuando él había tenido una pesadilla en medio de su sueño. No cuando fui testigo de las lágrimas deslizándose por sus mejillas. No lo iba a dejar luego de haber sido espectador de un Dash completamente débil. Uno que se dejaba ver tal y como era—. ¿Quieres que pida algo de comer? No has comido nada...

Dash frunce el ceño. Su cuerpo se levanta, quedando sentado en la cama. Sus ojos se pasean alrededor de la habitación, y se detiene en el ventana frente a nosotros.

—¿Cuánto tiempo dormí?

—Cinco horas —Me siento en la cama, tirando de mi blusa para que regresara a su lugar. Dash me observa, sin poderme creer—. No dormiste en toda la noche, Dash.

—Lo sé —Se levanta de la cama, aun con algo de confusión en su mirada—. Pediré algo de comer.

—¡Dash! —Me levanto como puedo, terminando con la sabana en mis pies. Soltando un gruñido, abandono la habitación, chocándome con la dura y tatuada espalda del moreno. Este se gira, colocando su mano en mi hombro, logrando mantenerme en mi lugar—. ¿Por qué no puedes hacer lo que te digo? ¡Ve a dormir!

Dash me observa y, por primera vez en toda la tarde, lo escucho reír.

—¿Qué?

—Que regreses a la cama, Dash —Alejo sus manos de mi cuando intenta sujetar mi trasero—.Yo pediré algo de comer, ¿está bien?

—Holly —Se ríe nuevamente, retrocediendo dos pasos para poder observarme con atención—. Creo que aun no te das cuenta que el obedecer no va conmigo.

—¿Por favor? —Pregunto, agradeciendo tener de vuelta al Dash juguetón—. Puedo al menos encargarme de esto, lo sabes, ¿no?

—Yo también puedo hacerlo —El teléfono en su mano me indica que no me dejará ganar. Que, aunque lo pida de buena manera, no lograría vencerlo—. Regresa a la cama, Holly.

Antes de poder conectar mis ideas con rapidez, me veo saltando con dirección a Dash, quien no duda en tomarme entre sus brazos, interviniendo antes de que termine en el suelo.

Mis labios se cierran sobre los de él, y lo escucho jadear cuando mi lengua ingresa en su boca sin permiso alguno. La pequeña discusión por la comida parece ser reemplazada cuando deja el teléfono de lado y cierra sus manos sobre mi trasero, manteniéndome sobre mi lugar mientras mis dientes tomaban posesión de su labio inferior.

Al menos por unos cortos minutos, había logrado obtener el mando, el cual se vio roto cuando mi mano descendió hacia su bolsillo, y antes de que lograra tomar el teléfono, Dash ya sujetaba mi mano por muñeca, riéndose sobre mis labios.

Ambos nos separamos, jadeando pero el moreno no me baja. Su cuerpo se mueve con lentitud y me veo aprisionada entre una pared y su duro cuerpo.

—Puede que tengas un poco de ventaja, Holly —Siento su entrepierna chocar contra la mía, y el destello del deseo brillando en sus ojos aparece en mi campo de visión. Sus ojos están sobre los míos, y siento como el aire me empieza a faltar, como si estar alrededor de Dash fuera dañino, pero al mismo tiempo sea la cura para todos los males—. Luego seguiremos con esto, ahora debo alimentarte.

—No es justo —Me quejo, tratando de mantener a raya el impulso de restregarme contra él—. No soy buena manteniéndome quieta, Dash, quiero ayudar.

Mis pies tocan el suelo, pero Dash aun no se aleja de mí. Su cabeza cae un poco, tratando de mantenerme en su campo de visión y debo tirar un poco de su cabello para observar su rostro.

—Te amo.

Me besa nuevamente, esta vez, con lentitud, disfrutando cada movimiento de sus labios sobre los míos. Cuando se aleja un poco, dándome la oportunidad de respirar, digo: —Te amo, Dash.

Media hora después, estoy junto a Dash en el sillón del recibidor, comiendo una hamburguesa, la cual no quería comer al inicio.

—Deja de fruncir el ceño, Holly. Es sólo una hamburguesa.

—Sí, bueno —dejo dicho alimento sobre mi plato, negándome a comer un solo vacado más—. Digamos que no quiero más.

Siento la pesada mirada del moreno sobre mí, pero me niego a dar mi brazo a torcer. No detestaba la carne, lo único que detestaba era el hecho de tener que comer comida rápida en la cena.

¡¿Tan difícil era ir a comprar comida real?!

—Holly...

—No me comeré esa hamburguesa, Dash —Me levanto del sillón. Tomando conmigo el plato y el vaso, del cual no había bebido ni un solo sorbo—. Iré a dormir.

Sé que me veo como una niña malcriada pero, por primera vez desde que conocí a Dash, quería tener algo a lo cual aferrarme y conseguir a pesar de todo.

Y si eso significaba morir de hambre por una noche, lo haría.

Amaba a Dash, pero no podía permitir que rija cada uno de mis movimientos. No cuando era capaz de pensar por mí misma. Una vez que llego a la habitación, no tardo en lavarme los dientes y regresar a la cama. La sabana que estaba en el piso es recogida y colocada en la cama cuando me recuesto.

Dash no da señales de vida hasta diez minutos después, y es cuando opto por hacerme la dormida. Lo siento caminar alrededor de la habitación, y no me muevo cuando tira un poco de la sabana.

La cama se hunde detrás de mí unos segundos después, y siento el calor del cuerpo de Dash pegado al mío cuando se mete bajo la sabana. Su mano no tarda en caer sobra mi cintura, tirando de mí con suavidad hasta que quedamos completamente juntos.

Intento acompasar mi respiración cuando su mano se cuela bajo mi blusa, dejándola descaradamente sobre mi pecho, el cual aprieta sin vergüenza alguna.

—Se que no estás dormida, Holly.

No puedo evitar soltar un gruñido, peleando por alejar su mano de mi cuerpo, pero parece una batalla perdida, por lo cual, no me inmuto. Me quedo en mi lugar, ignorando cada uno de sus toques en mi cuerpo.

—¿Holly? —Intenta, luego de cinco minutos, hacerme hablar, pero me muerdo la lengua cuando tira de pezones. ¿En serio tenía que hacer eso? —. ¿No dirás nada, nena?

Cuando estoy a punto de tirar la toalla y mandarlo al diablo, quita su mano de mi blusa, riendo en voz baja mientras me abraza con un poco más de fuerza.

Dash podía sacarme de quicio tan fácilmente...

—¿Guardaste tu cepillo de dientes? —Le pregunto, deteniéndome por un segundo. Dash me observa, sujetando nuestros cepillos entre sus dedos.

—¿No podemos quedarnos más tiempo?

—Tengo clases —Cierro la maleta—. Al igual que tu, no creo que necesitemos perder más de las que ya perdimos.

—¿Crees que a alguien le importa?

—A mi sí —Aseguro. Dash ríe, negando con lentitud—. Yo no estoy pagando un solo centavo, tengo una beca, Dash.

—Lo sé —Asegura. Su ceño se frunce un poco, pero aquella expresión desaparece en menos de un segundo—. Sólo quería estar lejos de toda esa... ¿mierda? No sé —se rasca la nuca, claramente no sabiéndose explicar—. No estar vigilando a todos es algo... tranquilizante.

—¿Cossaks?

—Si —Su mano toma la mía, presionando con suavidad mis dedos—. Esta noche iremos a una carrera, Holly.

—Dash...

—No voy a correr —Asegura, cortando mis palabras—. Sólo te quería ahí. —Sé que no debo ir, pero él había hecho mucho por mí durante los tres días fuera de Nueva York. Aun cuando él no parecía saberlo. Por lo que suelto un suspiro y asiento, aun cuando la negativa adorna mi cabeza como si de una corona se tratase.

—Iré con una sola condición —Me apresuro a agregar, obteniendo la atención del moreno—. Si Elton o James se acerca, me prometerás que vas a tranquilizarte y los ignoraras.

—¿Qué?

—No quiero ver como golpeas a otra persona, Dash —Me niego rotundamente a ejercer nuevamente sobre su bienestar. Él no me necesitaba para controlarse, y tenía que darse cuenta de ello—. No quiero ser lo único que te mantenga fuera de todo... No puedo hacerte eso, Dash.

Su ceño se frunce, claramente entendiendo mi punto.

>>Te detuviste por mí cuando golpeas a Elton, también cuando ibas a golpear a James en esa fiesta. Y ayer...

Niego con la cabeza, arrancando el recuerdo del hombre que me había lastimado, y observo a Dash agregando: —No quiero ser tu ancla a la realidad, si algo pasa y no estamos juntos entonces...

—No va a pasar —Su voz suena segura, pero en el fondo sabía que ni él ni yo éramos dueños de la verdad—. Sabes que no es decisión mía...

—Es sólo tuya, Dash —Mis manos se cierran en sus mejillas, obligándolo a observarme a los ojos—. ¿Sabes qué hubiera pasado si hubiera seguido mis corazonadas?

—¿De qué hablas?

—Siempre juzgue a las parejas por lo que vi de mi madre —Me sincero, siendo consciente de que nuevamente le estaba contando algo a Dash que nadie más sabia—. Siempre juzgue al amor a través de la experiencia de mi madre. Nunca me di la oportunidad de probarlo por miedo, pero...

—¿Pero?

—Un idiota alto, lleno de tatuajes y apuesto como el infierno se tropezó conmigo en un pasillo de la universidad.

Dash sonríe, haciendo que otra sonrisa aparezca en mis labios. Si, lo había aceptado. Y aunque me estuviera equivocando, sabía que aprendería algo de esto.

Dash no dice una sola palabra, en lo que resta de nuestra última mañana en California.

Una hora después de haber desayunado, nos encontrábamos esperando el vuelo que nos llevaría a casa sin demora alguna. Nuevamente los pasajes en primera clase habían aparecido cuando él hizo la reserva, logrando otra pequeña discusión, la cual terminó cuando me beso en medio del aeropuerto, ganándose unos cuantos elogios por parte de varias personas.

—Te estoy odiando justo ahora —musito, dejando que mi cabeza se apoye en su hombro—. Odio que paguen mis cosas, Dash.

—¿Y? —Suena divertido, pero niega con rapidez, presionando sus labios contra mí cabello—. Holly, puedo pagarlo por ti, no le veo lo malo.

—No estoy acostumbrada —frunzo mi ceño, y levanto la cabeza sólo para observarlo—. ¿Quieres ir a comer pizza conmigo mañana? Yo pagaré todo.

Dash se ríe, haciéndome reír a mí también.

Ciertamente, amaba los momentos así. En los cuales éramos libres de jugarnos bromas, de ser juguetones sin que nadie termine arruinándolo. Cuando estábamos solos, nada parecía incorrecto.

Todo parecía caer en su lugar cuando logramos entrar en armonía, aun cuando estuviéramos retando cada cinco minutos. Estar junto a Dash parecía darle sentido a todo lo que me había ocurrido.

—¿Es una cita?

—No —Me río, dejando mis ojos sobre los de él—. Creo que nosotros nos saltamos todas esas partes, Dash.

—¿Entonces?

—Salida de amigos.

Me levanto justo cuando llaman a nuestro vuelo, dejando a Dash con la palabra en la boca. No puedo evitar que una sonrisa se deslice en mis labios ante mi pequeño triunfo.

Ya no dejaría que Dash me controlara tanto, no éramos nada más que... personas amándose.

Ninguno de los dos había dado el siguiente paso.

Y desde luego, yo ni siquiera lo había intentado.              

Continue Reading

You'll Also Like

64.5K 4.8K 55
Cuando mi madre entró por aquella puerta, y me dio aquella noticia, me desmayé. Un matrimonio forzado haría que una alianza hiciera del reino que gob...
792K 53.9K 40
Egocéntrico. Sarcástico. Posesivo. Arrogante. Y brutalmente honesto. Pero sobretodo, divino. Él es Suryan. Serie Divinos I #35 En Fantasía 《11/11/1...
7.4K 420 13
❖ ── ✦ ──『✙』── ✦ ── ❖ 𝐌é𝐱𝐢𝐜𝐨: 𝟐.𝟏𝟎 𝐔𝐭𝐢𝐥𝐢𝐳𝐚 𝐥𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐎𝐜𝐮𝐥𝐭𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐮𝐭𝐢𝐥𝐢𝐳𝐚 𝐬𝐢 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚...
254K 20K 42
Desesperada por encontrar piso, Elizabeth termina conviviendo con tres hombres, a cada cual más extravagante. Pero sin duda, en la escala de capullos...