Ya era de noche, en casa estábamos mi hermana y yo, mis padres llegarán dentro de dos horas y mi hermano estará por ahí con sus cosas hasta mañana.
Mi hermana estaba dormida, yo no tenía sueño y estaba muy aburrida, decidí salir un rato pero no iba a dejarla sola porque si no luego se despierta y no encuentra a nadie.
Sólo será un ratito, tampoco te vas a quedar tanto tiempo fuera como si estuvieras en una fiesta.
Bueno puede que solo salga un rato, fui hasta la habitación de mi hermana y lo vi ahí dormida abrazando a su osito llamado Teddy, me acerqué a ella para besar su frente y taparla bien con la manta para que no tome un resfriado ya que hoy hace más frío que en el Polo Norte, bueno he exagerado mucho, pero hacía frío.
Fui hasta el perchero que estaba al lado de la puerta principal para coger mi gran abrigo que llegaba por unos centímetros encima de mis rodillas y cogí las llaves que estaban en un pequeño mueble color blanco también al lado de la puerta, salí de casa y cerré bien la puerta para que nadie entrase, me di la vuelta para irme a no se donde, todavía no conozco la ciudad pero antes vi un sitio muy elegante y muy iluminoso que se podía ver toda la ciudad, así que fui hasta ese lugar.
Dentro de unos minutos llegué a aquel sitio que tanto me gusta, me subí a la cima y vi todo alrededor mía brillar, habían luces por todas partes, me senté en el piso y contemplé el buen paisaje que había delante de mis ojos, apoyé mis codos en mis rodillas y mi cabeza en las palmas de mis manos mientras cerraba los ojos y el aire pegaba mi rostro haciendo que mi pelo valla atrás, para que esté más relajada saqué mi móvil y conecté los auriculares en el móvil para poner una canción al azar, y me tocó escuchar la de Goner de Twenty One Pilots.
Este sitio siempre me ha gustado, siempre veía imágenes por internet y siempre quise estar aquí y al parecer si se cumplió.
Después de media hora bajé de aquel sitio y fui a casa andando, ahora estaba casi todo oscuro y daba miedo.
Si odio la oscuridad, ¿pasa algo?
Mientras daba la vuelta a una esquina me tope con alguien haciendo que callera de culo al suelo, miré quien fue el responsable y.... oh no.
—Mira por donde vas idiota. –Dije mientras me levantaba del sitio donde caí segundos antes por culpa de este maldito que esta en frente mía.
—Eso tendré que decirlo yo. –Dijo con una sonrisa coqueta a lo que yo hice una mueca de asco.
—Quítate del medio. –Dije empujandolo, pero nada, el muy maldito no se movió, así que me eché para un lado y me fui de ahí antes de que él dijera una palabra.
—¿Sabes que todavía no me he olvidado de lo que me hiciste antes en clase, verdad? –Dijo él a mis espaldas. —Y te las verás conmigo. –No le hice caso y seguí mi camino. —Por cierto, bonito trasero.
QUE MIERDA DIJO.
ESTE CREO QUE QUIERE QUE VALLA A SU CASA CON UN OJO MORADO.
Y POR CIERTO, A MI ME GUSTARÍA VERLO DE ESA FORMA.
Volteo para verlo, me acerqué hasta donde estaba, lo miro por unos segundos y el sigue con su sonrisa mientras que yo tenía los labios apretados, ceño fruncido y puño derecho preparado para su ojo.
—¿Qué has dicho idiota? –Pregunté hablando con los dientes apretados.
—Te dije, bonito trase... –Antes de que dijera la estúpida palabra le impacto mi buen puño echo bola en todo su mejilla, hasta se la dejé roja. Este me miró sorprendido mientras se sobaba el sitio donde le pegué segundos atrás, luego frunció su ceño, ya se enfadó.
Genial, primer día en el instituto y pegué a una zorra para luego tirarle la comida a su estúpido novio, y luego viene una y me dice que no me tenía que haber metido con el estúpido, y ahora segundo día en California y me encuentro con el estúpido que creo que ya le sale hasta humo por las orejas.
Me fui de ahí sin obtener alguna respuesta suya y tampoco me importaba si le había dolido o no, él se lo merecía.
Dentro de diez minutos llegué a casa y entré sin hacer ruido para que Tara no se despertara, fui hasta la cocina a beber agua y luego subí las escaleras con cuidado, llegué hasta mi habitación, me duche y luego de unos minutos salí del baño, me puse el pijama para luego ir a la cama y meterme debajo de las sábanas blancas y violeta, se sentía muy a gusto, pero mañana tendré que despertarme e ir a la cárcel. Después de unos minutos quedé dormida en brazos de Morfeo.
(...)
Sentí un fuerte ruido haciendo que me tapara los oídos con la almohada pero el muy maldito no paraba, me levanté y giré mi cabeza hacia la izquierda para ver el maldito despertador haciendo un ruido insoportable, lo cogí e intenté apagarlo pero no quería así que lo único que hice me levanté de la cama fui al balcón, abrí la puerta del balcón y tiré el maldito despertador a la calle, entré dentro y escuché como se rompió el despertador, sonreí internamente. Fui hasta el armario para escoger lo que me pondría para hoy, escogí unos short cortos por un poquito debajo de los muslos y me llegaban hasta la cintura, un camisón color negro que escondía mis pantalones cortos, mis Vans color negro, no quise ponerme abrigo como tenía este camisón que era de lana y estaba muy calentito.
Salí de mi habitación y bajé por las escaleras para ir a la cocina y encontrarme con mi madre haciendo la comida, papá sentado en una silla mientras leía el periódico -No se porque ven las noticias en el periódico si tienen móviles para poder ver noticias y así no maltratan a los árboles y a demás en el móvil las noticias vienen más rápido que en los periódicos. ¿Qué? Me gusta cuidar a la naturaleza. -con una taza de café y unas tostadas con mermelada al lado suya y mi hermana estaba sentada mientras comía cereales, todos se dieron cuenta de mi presencia y me vieron con una sonrisa, me acerqué a mamá y le dí un beso en su mejilla.
—Buenos día, mamá.
—Buenos días, preciosa, ¿qué tal ayer tu día? –Preguntó mamá y solo al recordarlo frunzo el ceño.
—Bien. –Dije encogiendome de hombros con una sonrisa. Fui hasta donde esta papá y le dí también un beso. —Buenos días, papá.
—Buenos días, hija. –Dice sin despegar la vista del periódico. Por último fui hasta donde esta mi hermana y le dí un sonoro y fuerte beso haciendo que ella se apartase mientras se limpiaba la mejilla, yo solo reí.
—Buenos días, Tara. –Dije revolviendole su pelo.
—Buenos días, hermanita. –Me dió un beso y luego me senté al lado suya, empecé a comer mi cereal relleno de chocolate, un vaso de zumo de naranja y unas tostadas con Nutella, se que hay demasiado chocolate, pero es que lo amo, ¿quién no lo ama?
Nadie se resiste al chocolate. ¿O solo soy la única?
(...)
Andaba por los pasillos para encontrar mi preferida clase: Arte. Amo pintar, siempre que veo algo que me guste le hago una foto y luego lo pinto.
El pasillo estaba vacío, voy andando mientras miro por encima de las puertas donde ponen los nombres, ya me dolía el cuello de tanto girar izquierda y derecha, seguí así hasta que choqué con alguien y caí al suelo haciéndome daño en mi trasero, levanté mi vista para ver quien era y vi una muchacha con el pelo castaño, largo y un poco ondulado, su tez es morena, sus ojos color azul, su cuerpo perfecto, su sonrisa también y esta chica es una de las payasas de ayer, la que no habló y se quedaba callada mirando la escena.
—Lo siento. –Dijo ella, me sorprendí cuando dijo eso o no logré escuchar. Me tendió su mano y yo la acepté todavía sorprendida y confundida.
—No pasa na... –Antes de que pudiese terminar alguien habló interrumpiendo.
—Lisa ¿Qué hacés con esa mocosa? –Dijo la otra payasa que me pisó el papel del horario y yo fruncí el ceño.
—No hacía nada, solo no la dejaba pasar para que llegue tarde a su clase y el profesor le riña. –Dijo, la supuestamente, Lisa y yo la miré más sorprendida que antes.
¿Y a esta qué le pasa? Antes era un ángel y ahora es un demonio.
Las otras dos se acercaron donde estaba yo y Lisa, sonrieron con malicia y esta -la que me pisó el papel de horario que todavía no se como se llama ella ni la otra que está detrás suya- frunció el ceño.
—Buena idea. –Dijo la "mandona" del grupo de payasas.
Buen apodo.
—Como no os quitáis del medio juro que jamás en vuestras vidas volveréis a ver esta cara. –Dije y Lisa tragó saliva con los ojos abiertos.
—Que miedo me das, pues dirás tu la primera que no verás esta preciosidad si llamo a mi novio. –Dijo la mandona señalándose. La miré por unos segundos y sonreí con malicia, esta me miró con el ceño fruncido igual que las demás. Me fui de ahí sin decir nada y esperarán a la problemática después de mi clase o mejor esta noche.
(Lisa Road en multimedia)
Uuuhh ÷● ¿Qué pasará? 😈 *esta con el ceño fruncido mientras se frota las manos*
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Os quiero. Byyy 😚😚😚😚