1. Locas Historias De Amor

By NacidaParaLeer

76K 6.6K 5.9K

"Un grupo de amigos. Una casa. Seis romances. Mil locuras. " CRÉDITOS TRÁILER: OneGirlCrazy17 More

"Provocaciones matutinas y una carta maldita. "
"Una discusion sexy y un regreso inesperado."
"Ironias afiladas y una cacería"
"Un arresto policial y un beso inocente "
"Un corte de suerte y recuerdos rotos"
"Un escote prohibido y ultimas voluntades"
"Un bate de béisbol y cerezas demasiado dulces"
"Tamaños importantes"
"Otra carta maldita"
"Campanas de boda y posturas extrañas"
"Circos en clase y amigos cariñosos"
"Explicaciones y un tatuaje sorpresa"
"Fregaderos y un armario abierto"
"Ojos tapados y treguas interminables"
"Lennox celosa y Jace desconcertado"
"Él hermano de Tyler y los celos de Tyler"
"Una proposición indecente y Lucy al teléfono"
"Prepativos y sorpresas"
"Encuentros incomodos y fuegos artificiales"
"Ropa fuera y un novio celoso"
"Una noche llena de emociones"
"Lucha, y discusiones apasionadas"
"Ojo por ojo, y confesiones"
"Rayos de sol, y falta de chispa"
"Washington, y celos que no son celos"
"Diaros adolescentes, y charlas de barra de bar"
"Derecho a roce, y falsas esperanzas"
"Disputas sexuales, y buenos comportamientos"
"El desfase más grande de todos los desfases"
"La Princesa Putilla, Él Príncipe Gay, y La Bruja Transexual"
"Un testamento y nata"
"Mensajes ocultos, y nada más que añadir"
"Visitas, y segundos asaltos"
"Ejercitos de plomo, y domingos misteriosos"
"Libertad, y sexo textual"
Test: ¿Que personaje eres?
"Maletas que traen problemas, y tratos por un beso"
"Enamorados, cristales rotos, y karaoke. "
"Síntomas, y un tren"
"Insomnio, y complicaciones"
"Positivo, y negativo"
"Aliados, y desastres"
"El principio del fin"
"Descubiertos, y despedida"
"Cuatro notas"
"Epílogo"
"Complicadas Historias de Amor"
Aviso

"Una profesora herida y Sra. Plastico"

1.6K 159 195
By NacidaParaLeer

Jace corría por el pasillo del instituto de Gine.

Estaba todo vacío y silencioso.
Hacia casi una hora que habían terminado las clases.

Él estaba allí por La Señorita Problemas.
Le habían llamado por una pelea que había tenido. 

La puerta del despacho del director por fin apareció.
Una sombra oscura se vislumbraba detrás del cristal.

Jace acelero el paso. Ansioso por llegar.

Abrió la puerta en un estallido, demasiado preocupado para ser educado.

Gine estaba de pie en un rincón. Su oscuro pelo despeinado sobre sus hombros. Su expresión cuidadosa.

El corazón de Jace se detuvo.

Se lanzo hacia ella sin miramientos.

–¡Gine, por Dios! –exclamo.

Ella formo una pequeña sonrisa tranquilizadora.

Jace la tiro a sus brazos como si llevara años sin verla.
Sus manos metiéndose en su pelo, su boca posada en su frente. Cerrando los ojos ante la tranquilidad de tenerla sana y salva.

La tiro hacia atrás, examinando su rostro con ojo critico.
Su mano acariciando su mejilla para confirmar.

–¿Estas bien? –pregunto con ojos brillantes de preocupación.

Gine sonrió mas amplio.

–Estoy perfectamente, Jacie. Tranquilidad. –dijo con voz calmada.

Él hizo caso omiso, y empezó a palpar su brazos, su cintura y su cuello.
Asegurándose de no encontrar lesiones.

–¿Segura...? –empezó ceñudo.

Alguien se aclaro la garganta.

Jace salto de susto.

Sus ojos se levantaron hacia un señor con cara de caballo y una chica de pelo rubio.

–¿Donde esta la señorita Lennox? –pregunto él señor.

Jace alzó las cejas. Por fin reparando en el director.

–Está en Tacoma. Tenia una entrevista de trabajo muy importante.

Él señor fruncio la boca con desagrado.

–¿Y esa entrevista es mas importante que su hermana menor? –espeto.

–Nada es mas importante que Gine, se lo aseguro. –dijo con voz dura. –Pero Lennox ni siquiera estaba en casa cuando me llamaron. Ella hubiera venido sin pensarlo.

–Ya veo. –murmuro entre dientes.

Él director compartió una mirada con la joven rubia.

–¿Y que problema a tenido Gine? –pregunto Jace mirando a la morena de reojo.

Gine se encogió. Su expresión llenándose de tensión.

Él director hizo mal gesto.

–¿Ves a esta señorita de aquí? –pregunto mirando a la rubia.

Jace la miro fijamente hasta que la chica se puso roja.

–Si, señor.

–¿Ves esos arañazos que le recorren el cuello y la mejilla?

Jace entrecerro los ojos para ver mejor.
Las cuatro dioptrías pasaban factura.
Por fin consiguió ver  las lineas rojas.

–Si, señor. –contesto Jace.

Él director sonrió con burla.

–Pues eso se lo a hecho su amiga, Sr. Pierce. A una profesora.

Kira se estaba preparando mentalmente para su comida con Cody y Sho.

Sabía que esta era su última oportunidad para llevarse bien con la novia de su mejor amigo, y eso la llenaba de tensión.

Y mas aún, cuando ella no quería llevarse bien con su novia.

Sho le parecía demasiado perfecta. Demasiado buena. Demasiado simpática.

Amenazaba muchísimo la soltería de Cody.

Kira sabía que su amigo no tenía ningún problema con el compromiso y conocía sus deseos de formar una familia lo antes posible.

Y ella tenia que evitar eso con uñas y dientes.

Respiro hondo una vez mas, y se coloco el pelo rubio encima del hombro.
Empujo la puerta de cristal de la cafetería de la universidad, y entro con seguridad.

Cody y Sho estaban sentados en las mesas mas próximas a la barra.
Sus manos estaban unidas, y Sho reía alegremente mientras Cody hablaba con una sonrisita juguetona. 

Kira rodó sus ojos al cielo, pidiendo paciencia divina.
Ver toda esa escena de amor pegajoso ponía a prueba su auto control.

Se dibujo una sonrisa que no sentía, y empezó a caminar hacia la “parejita feliz”.

Cody fue él primero en notarla.

Sus ojos plateados vacilaron, recelosos y encendidos al mismo tiempo.

Sho siguió la trayectoria de su mirada, clavando sus ojos miel en Kira.
Una sonrisa tímida ilumino su rostro.

La rubia intento no ponerle mala cara.

–Se buena, Rubia. –la voz de Lochan la hizo saltar.

Estaba tan ensimismada con Cody que no había visto a Lochan y a Josh al pasar por su lado.

Josh le guiño un ojo, y los ojos de Lochan se llenaron de diversión.

–Gracias por el apoyo, Ochan. –susurro fastidiada.

Siguió su camino con decisión.

Al menos dos chicos silbaron cuando paso.
Ella se limito a mirarlos por encima del hombro.

Por fin llego a la mesa.

Su falsa sonrisa se hizo mas grande.

–¡Hola, parejita! –exclamo con emoción fingida.

Sho sonrió con ganas.
Sus hombros relajándose.

–¡Hola, guapísima! –dijo con alegría.
Kira sintió algo escamoso moverse en sus tripas.

Realmente odiaba a esa chica.

–¿Como les fue el día? –pregunto Kira.

Cody la observaba con detenimiento. Decido a descubrir la trampa.

–Por ahora perfecto. –contesto él con voz neutra.  –¿Porque no te sientas?

Kira asintió para ella misma, y arrastró la silla hacia atrás. Después asentándose con postura ensayada.
Piernas cruzadas, hombros fuera, barbilla alta.
Todos los secretos para atraer las miradas incluso asentada.

Sho seguía sonriendo con simpatía.
Su interior relajándose con alivio.

Quería caerle bien a Kira. Quería ser su amiga. Realmente quería.

–¡Bueno! –dijo Kira. –¡Cuentenme!

No quería que le contaran.
Solo necesitaba escupir en la cara de Sho.

Cody miro de reojo a su chica.

–¿Que quieres saber? –pregunto aún mirando a Sho.

Kira sintió a su monstruo celoso moverse dentro otra vez.

Mirame. Mirame a mi.

–Em... –empezó diciendo. –¿Como os conocisteis?

Cody levantó la mirada.
Sus cejas doradas alzándose.

–Sho es la camarera de nuestra cafetería preferida, ¿recuerdas? –dijo. –Me gusto nada mas verla.

Sho apoyo su cabeza en el pecho de Cody.
Una sonrisa lenta colocándose en sus labios.

–Aunque tardo meses en hablar conmigo. –dijo riendo. –Yo le miraba todo el tiempo. Una vez le guiñe un ojo. Pero él seguía sin lanzarse. Así que le entre yo.

Cody río entre dientes.

–Oh si. Morí de la vergüenza. Me puse de colores que ni siquiera existen.

Sho se unió a sus risas con mas ganas.

–Solo le dije que su café estaba apunto. –bromeo.

Kira quería reír. De verdad que quería. Por lo menos para disimular el odio que le tenia a Sho.

Pero su humor estaba cabreado.
Escuchar la historia ya era demasiado.
Era como si le recordasen lo que ellos nunca tendrían.

–Cody es muy tímido. Demasiado a veces. –dijo con tensión.

Cody sonrió hacia su amiga.

–Ahora estoy mejorando. Sho me ayuda a ser mas sociable.

Kira estaba tocando techo.

Nadie cambiaba a su Cody. Nadie. Jamas.

–¿Y cuantos años tienes, Sho? –pregunto para cambiar de tema.

–Tengo diecinueve. –contesto sonriendo.

Niñata. –pensó con rabia.

–Oh... Muy joven.

–Acaba de empezar segundo año en Arquitectura. –le informo Cody.

La cara de Kira comenzaba a calentarse.

La niñata de lo cojones tenia a su mejor amigo. Y encima estudiaba Arquitectura. Como ella.
¿Es que quería quitarle todo?

–¡Oh, que casualidad!

Sho sonrió.

–Lo sé. Me quede pasmada cuando me entere.

Muere. Muere.

¿Y cuanto tiempo lleváis juntos?

La pareja compartió una dulce mirada.

–Tres meses ya. A pasado volando.

Kira alzó las cejas hasta el nacimiento del pelo.

¿Porque coño su mejor amigo tardo dos meses y medio en contárselo?

Lennox pateo sus tacones fuera de sus pies nada mas entrar por la puerta.

Acababa de tener las veinticuatro horas mas estresantes de su vida.

Había tenido una entrevista súper importante.

Un puesto de interna en el hospital de Tacoma.
El programa comenzaría en septiembre, y le pagarían una pasta.
Nada podía ser mas perfecto.

La casa estaba vacía.

Ni siquiera Gine y Jace habían llegado todavía.

Ni corta ni perezosa, Lennox se precipitó hacia la cocina.
Deseosa de encontrar a su amigo fiel, Coco.

–¡Campeón, ya llegué! ¡Te compre un collar nuevo! –exclamo mientras ponía comida para él.

Los ladridos no llegaron.
Ni siquiera un bufido.
Nada.

Lennox se preocupo al instante.

–¿Coco...? –empezó a decir.

Con el bol de comida en sus manos, Lennox salio al jardín a buscar a su perro.

Su caseta estaba perfecta.
Sus juguetes intactos.
Pero Coco no estaba.

Lennox sintió una llamarada de temor.

–¿Amigo? –exclamo a la nada. –¿Donde te metiste?

Era imposible que Coco no reaccionara ante la voz de Lennox.
Imposible.

Sus manos empezaron a temblar.

–¡Coco! ¡Llegue! –dijo con inseguridad.

Nada.

La caseta permanecía vacía.
Coco seguía sin ladrar.

Tal vez Gine y Jace se lo llevaron a pasear.
Tal vez Josh le fue a poner la vacuna que le faltaba.
Tal vez Cody le llevo a la playa a correr...

Y entonces vio la nota.

Estaba pegada a la caseta.
Blanca y doblada.

Lennox corrió a cogerla.

«¿Estas buscando al chucho pulgoso, verdad?
Siento comunicarte que él ya no esta aquí.
, se fue.
Yo me lo lleve.
Estaba harto de verlo tan solito y aburrido.
Lo di en adopción a un dulce traficante.
¡Si supieras lo feliz que se puso!
Y , que era tu perro y que lo quieres.
Pero rompiste mi cara, niña estúpida. Y destrozaste mi amado Mercedes.

¿Creías que lo dejaría pasar?
¿Creías que olvidaría? »

La nota cayó de los dedos de Lennox. Lennox cayó.

–¿Pero se puede saber que tienes tú en esa cabeza? –grito Jace.

Gine se encogió contra la pared.

–Ella es una perra. No la conoces siquiera... –comenzó a decir.

Jace se tiro del pelo con frustración.

–¡Deja de decir estupideces! –bramó enfurecido. –¡Es una profesora, Ginebra!

Gine se mordió la uña con nerviosismo.

–Me pidió tu número. Me dijo que te conseguiría. Se burló de mí. Dijo que solo soy una niña.

–¡Y es lo que eres, Ginebra! ¡Eso es justamente lo que eres! –le gritó.

–¡No lo soy! –exclamo Gine. –¡Deja de repetir lo mismo! ¡No lo soy!

Jace la miro fijamente, enfurecido.

–¿Y que es lo que eres, Gine? ¿Una mujer adulta? ¿Una mujer responsable y sensata? –le espeto. –¡Le acabas pegar a tu profesora!

Gine alzo la barbilla, muy digna.

–Lennox le pego al chico del que esta enamorada hace dos noches. Tyler a otro tipo al día siguiente. ¿Porque soy yo menos adulta?

La boca de Jace tembló.

–Ellos no son buenos referentes. –dijo con voz dura.

Gine puso una mano en su cadera.

–Tú tampoco lo eres. –dijo con fuerza.

Los ojos de Jace se dispararon abiertos.

–Nadie te mando a juzgar mi madurez, niña. –le espeto. –Estamos en un serio problema ahora. Pueden expulsarte.

–¡Pues que lo hagan! ¡Yo solo quise alejarla de ti!

–¡Pero es que ese no es tu trabajo! –exclamo él. –Soy un adulto que toma sus propias decisiones. Tú no tienes que decidir con quien ando.

–Eso es lo que tú haces conmigo todo el tiempo.  –le espeto.

Jace apretó la mandíbula.

–Tú eres una niña. –se limito a decir.

–¡No lo soy, joder! –grito.

–¡Sí que lo eres! –exclamo. –¿Es que no ves en que lío estamos metidos? ¿no te paras a pensarlo? –le gritó. –¡Van a expulsarte! ¡Por tus celos de niña tonta!

Gine rodó los ojos.

–Los estudios no son tan importantes. 
Y Jace acabo de encenderse.

Con los puños apretados, el pecho ardiendo, y los pensamientos gritando, arrinconó a Gine contra la pared.
Su agitada respiración contra el pecho de ella.

La boca de Gine tembló.
Su nariz arrugandose.

–¡Deja las fantasías absurdas! –le grito en la cara. –¡Deja de ser tan hueca por un momento! ¡Es tu futuro de lo que estamos hablando!

–Deja de gritarme... –siseo Gine.

Jace se tiro del pelo.

–¡Tienes que estudiar! ¡Es lo mas importante!

Gine lo miro a los ojos con inseguridad.

–Lo mas importante eres tú, Jacie. –musito.

–Aparca las tonterías imposibles. ¡Centrate!

Gine arrugo el gesto.

–¿Quererte es una tontería imposible?

–Tú ni siquiera sabes que es querer. –dijo con fuerza.

Gine se quedó de piedra.
Su genio saliendo a la superficie.

–¿Y lo sabes tú, Jace? –dijo con sorpresiva calma.

Jace vacilo, sus ojos alejándose de Gine.

–Solo eres una niña. –dijo con un hilo de voz. –Confundes los sentimientos...

–Oh sí, claro, Jace. Sigue pensando así. Sigue temiendo ver la realidad. –le espeto.

–¿Que maldita realidad? ¿Que estas enamorada de mí, Ginebra? ¿que me amas? ¿Eso es lo que deseas que vea?
Gine fruncio los labios con fiereza.

–Sí, Jace, joder. Eso es lo que necesitó que veas y creas. –dijo con fuerza.

–Lo que yo necesito es que te centres. –dijo con rudeza. –Que madures. Que te olvides de mí.

La boca de Gine cayo abierta.
Sus manos temblando de forma imperceptible.

–Es lo mejor para ti, y para tú corazón. Al final acabarás herida. –dijo con fuerza. –Tu celos te han llevado a pegar a tu profesora. Joder, Gine. ¡Pueden expulsarte! Y todo por una ilusión de niñez. Por un enamoramiento. Por un chico que no podrá verte de esa forma.

–¡No es un enamoramiento! ¡Es amor! –exclamo.

–Tienes dieciséis años.

–¡Casi diecisiete! –grito frustrada.

–¡Basta ya! ¡Se acabo la discusión! –grito él agitando las manos. –Las únicas palabras que van a salir de tú boca serán unas sinceras disculpas a la señorita Sky. Ahora mismo.

Gine abrió los ojos como platos.

–¡En tus sueños! –exclamo.

Jace cerro los ojos, y contó hasta diez. Demasiado cansado y rabioso para hablar.

–No te estoy preguntando. Vas a disculparte. –dijo con firmeza.

Gine piso el suelo con fuerza.

–¡Que se disculpe tu abuela! –grito con las mejillas rojas.

Jace le lanzo una mirada se abvertencia.

–No me has obedecido en cinco años; Vas a hacerlo hoy. Vas a hacerlo sin vacilación.

Gine le empujo por el hombro.

–¿Porque no me dejas en paz? ¿porque sigues fingiendo que te importa lo mas mínimo que lo me ocurra? –grito con los ojos brillantes.
Jace abrió la boca asombrado. Sus cejas volando por su frente. Sus ojos saliendo de sus órbitas.

–¿Estas hablando en serio, Ginebra? –murmuro impactado. –No puedes estar hablando en serio.

Gine se cruzó de brazos.

–Solo voy a añadir que no pienso disculparme.

Jace seguía mirándola como si le hubieran salido dos piernas nuevas.

–¿Piensas de verdad que no me importas, Ginebra?

Gine rehuyo su mirada.

–Deja de decirme Ginebra. Es muy molesto.

Jace dio un paso hacia ella.

Gine seguía mirando al suelo. Sin valor para mirar sus ojos.

Jace levanto su barbilla.

Sus miradas se encontraron.
La de Gine vacilante, Jace solemne.

–Si alguna vez pensaste que no me importas... –empezó.

Gine cerro los ojos para no perder agallas.

–No te estoy pidiendo que me consueles. –le interrumpió.

Jace miro a su alrededor, buscando inspiración.

–Gine...

–No pienso disculparme con esa zorra. –volvió a  interrumpir.

Jace fruncio los labios.

–Me importa muy poco lo que tengas que decir al respecto. Vas a disculparte. Ahora.

–Sueltalo. –la voz de Cody hizo saltar a Kira.

Su mejor amigo estaba mirándola como un halcón.
Sus ojos plateados llenos de preguntas silenciosas.

Kira le miro sin entender.

–¿Sueltalo, como Frozen? –se burló.

Cody rodó los ojos, hastiado.

–¿Que te a parecido Elsa? –dijo atropelladamente. –Quiero decir... Sho. Que te pareció Sho.

Kira tenso la expresión.
Sus ojos concentrándose en el dibujo de la camisa de Cody.

–Bien. –se limito a decir.

Mal. Mal. Mal.

Cody fruncio el ceño.

–¿Bien? –pregunto desconcertado. –¿Solo... bien?

Kira seguía sin poder mirarle a los ojos.

Tras años criticando a todos sus novias, seguir haciéndolo le parecía un poco fuerte.

Y además teniendo en cuenta que Sho era una de las pocas novias guapas que él tenia.

–Si, bueno. –dijo con tranquilidad. –No esta mal.

Cody se inclino hacia delante.

–¿Puedes dar algún detalle?

Kira consideró sus opciones.

1. Reconocer que Sho le caía gorda, y mal meter hasta que la dejara.

2. Mentir y fingir que Sho era una mejor amiga en potencia.

3. Ser abstracta.

–Es simpática. Risueña también. Tenemos cosas en común. –aventuro. –No me desagrada.

Una lucecita de curiosidad brillo en los ojos de Cody.

–Sé lo que eso significa en tu vocabulario, Kira.

Kira alzo las cejas, fingiendo sorpresa. 

–¿Mi vocabulario?

Cody resoplo, frustrado.

–Te conozco mejor que a mí mismo. Sho tampoco te gusta.

Kira alzo las cejas.

–No, no... Cody, no. –negó rápidamente. –Sho... Ella... Es agradable. Me gusta. Sí... No me desagrada.

Cody la miraba fijamente.

–La odias. –decidió.

Kira vacilo.

Realmente podría soltarlo y ya.

La aborrezco. –quiso decirle.

–No es eso. –dejo escapar. –Solo qué...

–¿Solo qué...? –la animo a seguir.

Kira miro sus uñas con aire distraído.

–No es muy original.

Cody suspiro.

–¿Ya empiezas?

Kira le miro mal.

–No empiezo nada. Tú pediste mi opinión.

–Pues ya no la quiero. Quedatela.

Kira le miro llena de sorpresa.

–¿Ya no te importa...?

–¡Tenia la esperanza que Sho lo consiguiera! –exploto interrumpiéndola. –¡Creia que por fin ella te gustaría!

Kira fruncio la boca.

–No es que no me guste. –murmuro. –Solo me parece aburrida. Nada mas.

Mentira.

–Sho no es aburrida. –la defendió. –Toca la guitarra y habla seis idiomas. Y es la persona mas ingeniosa del mundo.

Kira no pudo evitar poner cara de asco.

–Perfecto. –dijo de mala gana.

Cody se llevo manos a la cabeza.

–¿Que tiene de malo? ¿porque no solo la aceptas?

–¿Y porque tengo que aceptarla? –le gruño. –Mi opinión ni siquiera debería importar.

–¡Claro que importa, K! –exclamo él. –Eres mi mejor amiga. Si queremos seguir siendolo tienes que llevarte bien con mi mujer.

–¿Mujer? –grazno llena de pánico. –¿Tienes pensado casarte con ella?

El sol estaba calentando la cabeza de Lochan.
La fuente en la que estaba sentado salpicaba refrescantes gotas de agua a su piel recalentada. Era un alivio.

Veía como las bocas de los estudiantes del campus se movian, pero no escuchaba ningún sonido.

Estaba escuchando una cinta para aprender español.

Necesito un taxi, por favor. –decía la voz en español.

Lochan repetía la palabras para si mismo, tratando de poner el menor acento posible.

Necesito un...–empezo a decir.

Una fuerza invisible le tiro de espaldas.

Sus ojos se abrieron de par en par al impactar contra el agua de la fuente.

Soltó un jadeo trabajoso, buscando aire.
El liquido frío se metió en su nariz y su boca.
Todo lo que podía ver eran borrones de luz solar, y el cielo azul.
Pataleo y alzo los brazos, queriendo agarra algo.
Su trasero cayó al fondo de la fuente.
Risas estallaron en el campus.

Lochan respiro pesadamente, intentando recomponerse.

Estaba sentando en la fuente.
Agua helada rodeándole.

Su móvil nuevo yacía sumergido también.

Un latigazo sonoro le recorrió la mejilla sin previo aviso.
Su cuello girando descaradamente.
Su boca cayendo.

–¡Me cago en tus muertos! –la voz de Lennox se disparo en su mismo tímpano.

Sus ojos se abrieron en un estallido.

Lennox estaba sentada a horcajadas en sus caderas.
Su pelo negro empapado.
Sus ojos negros brillando con agresividad.

–¡¿Donde esta Coco?! –verreo con lágrimas cayendo sin descanso por sus mejillas.

Lochan sabia que esto pasaría.

Lennox llegaría a casa, vería la nota y lo mataría.
Lo había estado esperando.

–¿El perro pulgoso? –jadeo con esfuerzo.

Por el cuello de Lennox subió una ola de rojo.

–¡Donde esta mi perro, hijo de puta! –grito con todo su pulmón.

Los cuchilleros ya se habían alzado, altos y potentes.
Personas ya se acercaban a la fuente.
Lochan puso su máscara de indiferencia. Sus ojos volviéndose divertidos, su boca frunciendose, sus cejas alzadas.

–Ya te lo deje claro en la nota. –dijo con tranquilidad. –Lo regale a un señor muy importante. Tiene un negocio muy exitoso. Polvos de hada.

Lennox no contestó.

Un guantazo ardiente se estrello contra la mejilla de Lochan.

Los observadores jadearon, impactados.

El moreno siseo entre dientes.

–Mmm... –gimió con los ojos cerrados. –Que sexy. Mi chica ruda.

Los ojos de Lennox vacilaron inseguros durante un instante.

–¡Donde está Coco! –grito con voz menos estable.

Lochan abrió los ojos lentamente.

Bajo su mirada hacia donde sus cuerpos se unían.
Las caderas de Lennox estaban fuertemente apretadas contra las suyas.

–Luego te digo. –dijo. –Ahora voy a arrancarte esos vaqueros empapados. –ronroneo.

Mas fuego lamió los ojos de Lennox.

–¡Dime donde está mi perro! –grito zarandeandole  por el pecho.

La sonrisa burlona de Lochan se hizo más ancha.

–¿A quien le importa donde esté? –dijo con tranquilidad.

Nuevas lágrimas se desbordaron de los ojos de Lennox.

Levantó el puño para golpearle, pero Lochan fue mas rápido.
Agarro su muñecas con presión de acero.

Lennox se quedó de piedra. Sus ojos enormes.
Dio un fuerte tirón. Luchando por soltarse.

Lochan la tiro hacia su pecho.
Sus ojos azules mar brillando en exceso.

Sus ojos se encontraron. A escasos dos centímetros.

Un siseo de sorpresa se alzo de entre los observadores.

Lennox tenia la boca entreabierta. Sus ojos demasiado enormes.

Lochan miraba sus labios con expresión serena.

–Nunca jamas volverás a golpearme. No me importa que seas una chica; no voy a consentirlo. –murmuro con voz dura.

Lennox trago duro.
Demasiado abrumada para decir nada coherente.

–¿Me has entendido? –siseo él.

Los ojos de Lennox cayeron en los labios mas besables de este mundo; los de él.

–Sueltame ahora. En este mismo instante. –murmuro.

Lochan ni pestañeo.

–Obligame.

Lennox se removió de su presa.

–Si no me sueltas, te matare.

La comisura de la boca de Lochan se alzó.

–No puedes soltarte. No podrás matarme.

–Yo te matare. No lo dudes.

La sonrisa de Lochan seguía siendo mas y mas grande.

–Tú ya me matas, Lenny. Pero de aburrimiento.

–Cortaré tu parte mas preciada, hijo de perra. La cortaré en rodajas diminutas.

–¿Mi parte mas preciada? –dijo girando un poco la cabeza a un lado. –¿Cortarias  treinta centímetros?

–No lo dudes.

Sus ojos brillaron.

–Pero al menos chupa antes. Es mi última voluntad.  –susurro.

–Voy a acabar contigo.

La sonrisa de Lochan estaba en su apogeo.

–Estaré esperando por ello.

Y entonces la voz de Kira salto de la nada.

–¡Separenlos! ¡Esos se matan! ¡Estan locos! ¡Separenlos! –grito con voz sofocada.

Tyler conducía con una mano.
Su pelo rizado volando con el viento. Rayos de sol iluminando sus ojos verdes. Pareciendo así cristales brillantes. Su mano libre descansaba contra su boca. Dándole un aire pensativo.

Bonnie le miraba algo embobada.

Él la miro de reojo.
Sus ojos se crisparon con diversión. La sombra de una sonrisa ocultándose tras sus dedos.

–¿Como crees que fue la comida de Kira con Cody y Sho?  –le preguntó aún sonriendo.

Bonnie se encogió de hombros. Disimulando.

–Nos fuimos al mismo tiempo. Sé lo mismo que tú.

Tyler puso los ojos en blanco.

–Era una pregunta retorica. –se excuso.

Bonnie negó con la cabeza.

–No maquilles tus palabras. A eso se le llamar ser estúpido.

Tyler fruncio el ceño, molesto.

–Te has pasado la vida llamándome idiota sin motivo. –se quejo. – Soy él primero de la clase, ¿recuerdas?

Bonnie resoplo.

–Periodismo ni siquiera debería ser una profesión. Es como si te pagaran por ser cotilla. Así que no tiene merito.

–Es el quinto poder, María. –dijo con cansancio.

–Llevas repitiendo lo mismo desde segundo de secundaria. Y yo sigo sin entender que atractivo tiene el Periodismo.

–Yo tampoco entiendo el atractivo de la Filosofía.

–«Te enamoraste de mis flores, no de mis raíces, y cuando vino el otoño, no supiste que hacer» –cito.

Tyler le dio una mirada.

–¿Que? –dijo desconcertado.

Bonnie sonrió para sí misma.

–Allí esta el atractivo de la Filosofía.

Tyler la miro sorprendido.

–No entendí una palabra.

Bonnie sonrió llena se triunfo.

–Y allí esta la dificultad; no todos tienen el alma suficiente para entender.

Tyler bufo.

–¿Tú lo entiendes?

–Perfectamente.

–¿Que significa entonces? ¿que alguien se enamoró de un árbol?

Bonnie no pudo evitarlo.

Una carcajada estallo en su garganta. Sus ojos cerrándose de placer.

Tyler la miro como un bobo.
Su risa haciéndole sonreír.

–¡No te rías de mí! –dijo él fingiendo fastidio.

Bonnie siguió riendo.

–¿Un árbol, Ty? –otra carcajada salio. –¡Ni que hablaran de Melani!

Tyler intento molestarse, de verdad que sí,  pero Bonnie estaba riendo, gracias a él, y le había dicho Ty. Cosa que pocas veces hacia.
Y fallo estrepitosamente.

–Vamos, María. –dijo jocoso. –Desarrolla.

–Es muy sencillo.  –dijo aún riendo. –Quiere decir que se enamoró de su apariencia física; sus flores. Pero no vio su interior; sus raíces. Y cuando la pasión se fue, o cuando la belleza acabó, ya no tuvo porque quedarse. No había nada que amara.

Tyler había alzado las cejas un poco cada vez.

–Entiendo... –murmuro. –Él tío se calentó con sus tetas.

Bonnie dejo de reír.

–Eres un animal. Has conseguido ensuciar algo tan delicado. –dijo frustrada.

Tyler se encogió de hombros, sonriendo un poco.

–Es simplemente una manera sencilla de decirlo. –se excuso.

–Además, nadie dijo que fuera un tío.

Tyler bufo.

–Se sobreentiende. Vosotras las tías sois menos superficiales.

Bonnie fruncio los labios.

–Bueno... No sé. –dijo recelosa. –Mira a Kira, por ejemplo. Rompió las relaciones de Cody porque no le parecían guapas. Y ni siquiera era su problema.

–Kira es la excepción a la regla, Bonn, ya lo sabes. Y además, estaba celosa.

Bonnie asintió despacio.

–Seguro que tú no eres así. –dejo caer.

Bonnie le miro sorprendida.

–Claro que no. –soltó al fin.

Tyler se mordió el dedo con aire distraído.

–Se te nota. –murmuro.

Bonnie fruncio el ceño.

–¿Se me nota? –dijo descolocada. –¿Por...?

–Te gusta querer, María. –la interrumpió. –Alguien así no mide el atractivo. Simplemente... Ama.

–¡Gine, joder! –Jace exclamo. –¡Ginebra!

–¡Dejame en paz, hijo de puta! –grito con voz sofocada. –¡No intentes pararme!

Jace le arrebató el pijama de las manos.

–¡No seas loca, Ginebra! ¡Detente, vamos a hablar!

Ella ni lo escuchó.
Agarro su almohada, dispuesta a irse.

Jace la amarro fuerte del brazo, tirándola a su pecho.

Ella le miro enfurecida.

Tiro lejos de su presa. Retorciéndose.
–No vas a dormir con Cody, maldita sea. No te quiero cerca de ningún chico. No te quiero lejos de mí. –gruño con ojos brillantes. –Vas a quedarte aquí; conmigo. Y vas a dejar toda esa rabieta absurda.

Gine le miro enfurecida.

–Es que no se trata de una rabieta absurda. –siseo. –¡Me hiciste disculparme con una zorra! ¡Viste su cara de satisfacción!

–¿Y cual era el plan B? ¿la expulsión? –espeto.

–¡Cualquier cosa menos eso, por Dios!

Jace resoplo, frustrado.

–¿Porque? ¿porque tanto enfado por una simple disculpa? ¿por eso tienes que irte?

Gine alzo la barbilla.

–Y no voy a volver.

Jace apreto su agarre.

–No voy a permitirlo. Puedes irte olvidando.

Gine parpadeo frenéticamente.

–Tú no me mandas.

Jace alzo una ceja.

–No vas a dormir con otro chico. –gruño.

Gine sonrió burlona.

–Y que chico... Veintidós centímetros, ya sabes. –ronroneo.

Jace apretó la mandíbula.
Fuego en sus ojos.

–No te me provoques, Ginebra. No empieces. –dijo con voz peligrosa.

Gine seguía sonriendo.

–Voy a apretar mi culo contra él. Voy a sentirlo todo, Jacie.

Jace cerro los ojos, reuniendo paciencia.

–Deja de enfadarme. Para ahora mismo. –siseo.

–¿Crees que tendrá un ereccion en la mañana, como las tuyas?

–Gine... No sabes lo que estas haciendo.

–Seguro que él no están soso como tú. Seguro que él si se atreve a tocarme. –le provocó.

Jace estaba cada vez mas rígido.

–Nadie va a tocarte. Nadie jamás. Le cortaría las manos.

–Oh, ya creo que sí. –sonrío. –Si tú no quieres... Alguien tendrá que hacerlo, ¿no crees?

Jace empezaba a caer duro.

–No vas a salir en un mes. Te lo juro. 
Gine alzo una ceja.

–¿Me vas a dejar encerrada? ¿con Cody?

Jace llego a ella.

Tiro de su camisa hacia él.
Su pecho golpeó golpeo contra él.
Sus rostros a escasos centímetros.

Gine jadeo, asombrada.

Jace cerro sus manos alrededor de sus codos. Trayéndola hacia él con mas fuerza.

–Quieta. –siseo en su oído. –Quieta.

Gine se congelo.

Algo en su voz la calentó.
La sorprendió.

–¿Jacie...? –musito.

Los labios de Jace se posaron debajo de su oído.

–No. Vuelvas. A hacerlo. –murmuró contra su piel. –Jamas.

Gine cerro los ojos.

La voz de Jace era agresiva, pero calmada. Baja, pero con fuerza. Ronca, pero clara.

–Nunca vuelvas a provocarme. No te atrevas.

Los ojos aceituna de Jace danzaban con mil colores. Verde oliva, miel dorada, amarillo, motas de marrón, y un halo negro rodeando todo.

Negras pestañas marcando su mirada.

Sus musculosos brazos la rodeaban al completo. Su cuerpo tocando todo de ella.

–¿Te das una idea de la impotencia que me has hecho pasar? –murmuro a dos centímetros de su boca. –¿La frustración?

Gine abrió la boca, pero patéticamente no salió ningún sonido.

–Me has hecho enfadar. Como una niña mimada.

Gine fruncio el ceño.

–¿Vas a seguir? ¿vas a seguir con la mierda de llamarme “niña”? –le espeto.

Los ojos de Jace cayeron en los labios de ella.

–Eres una niña. Una niña demasiado traviesa. –la provocó.

Gine tenia un ceño cada vez mayor.

–Mi cuerpo no es de niña. –dijo con frialdad. –Tampoco mi interior. –añadió.

Gine alzo la barbilla.

–¿Entonces porque lo soy?

Jace apretó sus brazos.

–Lo eres para mí. –se limitó a decir.

–Pero miras mis tetas, y me quieres solo para ti. –dijo con el ceño fruncido. –¿Que tienes en la cabeza? Me alejas, pero no puedes vivir sin mí. ¿Que quieres que haga?

Jace vacilo.

–Realmente... No lo sé. –dejo escapar.

Bonnie acariciaba el satén negro del pelo de Lennox.

Su mejor amiga descansaba su cabeza en sus muslos.
Demasiado angustiada para estar sola.

Lennox se sorbió los mocos, llorando en silencio.

–Amaba a ese perro. –murmuro. –Fue lo único que tenia después de la muerte de mis padres. Estaba enfadada con la vida, mucho mas que ahora, y él fue mi único amigo. Mi único apoyo.

Bonnie seguía calmada, tranquila.

–El sigue vivo. No te rindas todavía.

Mas lágrimas salieron de los ojos de Lennox.

–Estoy segura de que lo mato. –decidió.

Bonnie arrugo el gesto, alejando la imagen desagradable de su cabeza.

–Lochan no es tal cruel. Estoy segura de que no lo hizo.

–Es lo suficiente cruel. Te lo aseguro.

–Lenn... Lochan no es una mala persona.

–Es él diablo. –dijo con aire sombrío.
–Tuvo una infancia difícil. Su madre era una zorra que se acostaba con su hermanastro; su padre un ricachon demasiado ocupado con su trabajo. Solo tuvo a Marla... Y a ti.

Lennox arrugo el gesto.

El recuerdo del niño de ojos azules y pelo negro golpeó a Lennox.
Sus ojos mirando a su padre cada vez que decía algo gracioso. Esperando que él riera. Sus lágrimas después de las palizas de su madre.
Intentaba quitarlas rápidamente con el dorso de la mano y fingir que estaba bien.
Su primera pelea.
Su primera borrachera.
Su primera raya.

Lennox cerro los ojos.

–Es malvado. No tiene piedad. –musitó.

–Es curioso que le digas así. Cuando tu eras su mayor defensora.

–Era una estúpida. –dijo con frialdad. –Él no tiene nada bueno dentro. Es solo maldad y oscuridad.

–Lenn... Él te quiere.

Lennox abrió los ojos en un disparo.

–¿Lochan? ¿a mí? –bufo. –Deja de decir estupideces.

Bonnie sonrió para sí misma. 

–Te encanta que te lo diga, ¿verdad?

Lennox quiso matarta por conocerla tan bien.

–Deja de fumar eso que fumas porque no hace bien, Nie.

Bonnie se encogió de hombros.

–Lochan te quiere. Te quiere, Lenn. ¡Te ama! –dijo teatral.

Lennox puso los ojos en blanco.

–No lo hace... Tampoco quiero que lo haga.

Bonnie resoplo, divertida.

–Oh vamos, Lenn. Sabes que le amas.
Su amiga torció el gesto.

–¡Solo tuve un enamoramiento absurdo! –exclamo.

Bonnie seguía sonriendo con picardía.

–Jace me lo dijo.

Lennox abrió la boca, sin poder responder nada.

–¿Conspirais a mis espaldas?

–Nah, solo un poco. –dijo Bonnie con un ademán.

Lennox suspiro.

–Realmente empiezo a tener celos de vuestro amor. –bromeo.

Bonnie río con la nariz arrugada.

–Últimamente su amor esta cada vez mas entregado a Gina. Esta cayendo por ella.

Lennox sonrió un poquito.

–Ya cayó, Nie.

Bonnie asintió mientras masticaba una onza de chocolate blanco.

–Cierto. Error mío.

Lennox agarró otro trozo para ella.

–¿Y cuando se supone que te tiras a Tyler?

Bonnie se atraganto. El chocolate quedándose en su cuello.

–¡Joder, Lenn! –tosió. –¡Deja esa mierda!

Lennox estaba partiéndose el culo. Su pecho batiéndose fuertemente.

–¡Vamos, liberar la tensión! –dijo aún riendo.

Bonnie se recompuso, respirando agitada

–Vete a la mierda. –dijo con voz estrangulada.

–Oh vamos. Si no te le quieres tú, Tyler para mí.

Bonnie tiro su cabeza fuera de su regazo.

–Que te consuele Lochan. –le espeto.

Lennox siguió riendo después de que  su amiga saliera del cuarto.

Bonnie escuchó un murmullo extraño al pasar junto al cuarto de Tyler.

Llena se curiosidad, se acerco sigilosamente, y puso la oreja.

Desde allí le llegaban débiles voces.

–¡Por favor, Melani! –decía Tyler. –Te prometo que entre Bonnie y yo no hay nada. Nunca hubo nada. Nunca abra nada. Solo es una niña molesta.

Bonnie fruncio el ceño.

–¿De verdad crees que soy tan idiota? –la aguda voz de Melani sorprendió a Bonnie. –Os he visto juntos. He visto eso tan extraño que tenéis. Ya no me creó que solo sea mi imaginación; ella te gusta.

–¡Bonnie no me gusta! –exclamo Tyler. –¡Yo te quiero a ti!

–No me quieres lo suficiente. –dijo Melani con un deje teatral.

Bonnie puso los ojos en blanco. Asqueada.

–¡Te amo con todo mi alma! ¡Lo eres todo! ¡Eres mi vida, Mely! –exclamo Tyler con voz suplicante.

Bonnie empezaba a tener arcadas.

–Me gustaría tanto, tanto, tantísimo creerte. –dijo con su acento pijo. –... Pero son demasiadas cosas.

–¿Que cosas, Mel, que quieres que cambie? ¡Lo haré todo! –dijo suplicante.

–Lo siento, Ty-Ty. Pero me has hecho mucho daño. –dijo fingida.

A él. A él le haces daño. Todo el tiempo. –pensó Bonnie con rabia.

–Por favor, Mely. Yo te amo a ti. Siempre seras tú. Nunca podre mirar a nadie. –rogó. 

–Yo no podre mirarte mientras estés con ella. Mientras la pienses a ella. –dijo con un nudo en la garganta. Un nudo que Bonnie no creía.

–¡Bonnie no me importa! ¡No es nadie! ¡Solo quiero que se esfume de mi vida!

Bonnie llevo una mano a su boca. Herida.

–Te echare de menos, Ty-Ty. Ojala me elijas.

La puerta se abrió.

Bonnie cayo hacia delante.
Sus manos aterrizando en la moqueta.
Su pelo rojo tapando su visión.

–¿Pero que demonios...? –Tyler empezó.

–¡Es ella, Él Demonio Pelirrojo! –verreo Melani.

Bonnie apretó los dientes.

–¿María?

Bonnie se levantó se un salto.
Colocando su pelo lo mejor posible.

Melani estaba estupefacta. Sus labios de goma formando una O.

Tyler tenia la cara surcada en lágrimas. Sus mejillas rojas y sus ojos.

–Em... Estaba... Pasaba por aquí y... –Bonnie dijo con voz temblorosa.

Melani puso una mano en su cadera huesuda.

–¿Esto son también imaginaciones mías? –disparo hacia Tyler. –¡Esta en todas partes! ¡Siempre en medio!

Tyler estaba igual de congelado.
Sus ojos vidriosos incrédulos en Bonnie. 

–¿Estabas escuchando? –dijo con voz helada.

Bonnie se sentía tímida por primera vez en su vida.

–Yo no... Um... –miro al suelo. –No exactamente. No es...

Tyler resoplo, interrumpiéndola. Se llevo las manos a la cabeza. Cogiendo mechones oscuros a puñados.

–¿También eres una cotilla de mierda? –le escupió con desprecio.

Bonnie se apoyo en su pierna. Sus mejillas rojas y calientes.

–No soy una cotilla. Yo solo... Iba a cenar. –balbuceo.

Melani negó con la cabeza, cabreada.

–¡Eres una zorra! ¡Mujerzuela! –grito.

Bonnie parpadeo frenéticamente, saliendo del sock inicial.

Su león interior ronroneando en su interior.

–¿Tú, de entre todas las mujeres de este planeta, jóvenes y mayores, altas y bajas, monjas y santas; me dices zorra? –le escupió con tranquilidad pasmosa. –¿Tú, enferma del sexo, me dices mujerzuela?

Melani seguía enfurecida.

–Eres una mosca muerta. Vas de buena y de casta, pero no engañas a nadie. Eres un bicho asqueroso. Robando novios ajenos.

Bonnie río con frialdad, tirando su cabeza hacia atrás.

–Ese es tu trabajo, querida. No el mio. Mi himen sigue intacto. Y a mucha honra, además. Tú eres la zorra; tú eres la perra; tú eres la que folla como si no hubiera un día naciente.

Tyler tocó el codo de Melani. Tratando de calmarla.

–Bonnie... Fuera de aquí. Largo de mi vida. Lejos de mi chica. Lejos de aquí. –siseo.

Bonnie le miro envalentonada.

–¿Y tú, capullo? –le espeto. –¿Vas a seguir destrozando tu vida a su lado? ¿vas a dejar que te rompa por completo?

Tyler fue golpeado por una visible sorpresa.

–Este no es tu asunto.

Bonnie torció el gesto.

–¡Pues no me metas en el jodido asunto! ¡No me metas en vuestros problemas!

Melani río como Maléfica.

–¡Pues no te metas en su cama! –exclamo.

–¡Yo no me meto ahí ni por un millón de dolares! ¡No me pongas de excusa para dejar a este pringado!

Tyler tiro a Melani lejos de Bonnie.

–Deja de gritarla. –siseo con ojos amenazantes.

Bonnie le miro con fijeza. Llena de carácter.

–No vas a ponerme una mano en la boca; no soy como tú. Soy la locura. Soy un terremoto. No me pidas puertas. No me mandes callar.

Tyler se encendió de furia... Y de algo mas.

–Tú solo eres una amargada con un futuro lleno de gatos. –se burló.

Bonnie sonrió de lado.

–Estoy buena y tengo cerebro. Cualquier chico se perdería por mi. Mi futuro no es oscuro. Es brillante.

Tyler se quedó de piedra. Su boca entreabierta.

La nariz de Melani arrugada.

Un aplauso resonó detrás de Bonnie.
Haciéndola saltar.

–¿Ves Ty? –dijo Jace. –Bonn es lo que todos buscamos ser.

¡Siento haber tardado tanto en publicar!

Pero tenia mi lista de libros pendientes muy abandonada.

He estado leyendo mucho, y no tenia tiempo de escribir.

Un beso.

Continue Reading

You'll Also Like

67.7K 1.7K 12
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...
105K 3.8K 29
¿Se han enamorado alguna vez de su mejor amigo? ××× ¿Les gusta la portada? A mi me encanta, hecha por nuestra amiga @Swismei <3.
354K 8.6K 111
Ai Xiaoxiao es una chica pobre. Un día descubre que su marido está teniendo una aventura con un joven guapo y adinerado. ¡Espera, solo le dio un beso...
49K 603 5
Se trata sobre un chica llamada carla que estaba mal salud después le dieron de alta y después se fue de vacaciones para despejar su mente