-¿Enserio era necesario traer tanta comida? -Pregunto con asombro. Las bolsas con comida lista para guardar parecían interminable, y estaba a punto de detener al pobre chico que parecía a un más aburrido que yo-. Sabes que no lo necesito, tía.
-No vivirás a base de tocino y huevo, Holly. No mientras yo pueda hacer algo. ¡Eso sobre la mesa, puede romperse! -Pongo los ojos en blanco ante el chillido de la morena casi recuperada. Lo único que podía notar mal en ella era el moretón que estaba siendo cubierto por aquella blusa de colores.
-Yo iré a la universidad -Niego, completamente derrotada por la tormenta llamada Alison Parks. Tomo una de las copias de las llaves del cajón principal de la cocina, y se la entrego a mi tía, dejando notar mi irritación-. Tía, por favor, no compres más cosas.
-Lo intentaré -Se burla, y besa una de mis mejillas con rapidez-. Suerte con el tatuado.
Me quedo quieta por un segundo, pero reanudo mi paso al alejarme de ella. ¿Por qué tenía que hablar de Dash cuando lo único que quería hacer era olvidarlo?
Al menos por un tiempo...
-Debo irme. -Niego con rapidez, alejando aquellos ojos grises de mi mente. Me despido con rapidez de Alison, y abandono la casa, ignorando las bolsas restantes en el auto de mi tía.
Subo a mi auto, rezando para llegar sin problemas a mi primera clase. Ignorar todas las llamadas de James, Colin y Dash no había sido fácil. Mucho menos cuando yo no le había dado mi número a dos de ellos.
El camino se me hace más de lo normal. Los estudiantes ya se encuentran haciendo su camino hacia el interior del edificio cuando bajo de mi auto.
Lo primero en notar es que no hay señales de ninguno de los tres chicos de los que huyo. Lo cual agradezco.
Mis pies se mueven con más rapidez, al fijarme en la hora. Llegar tarde a clases no estaba entre mis planes. Varias miradas se dirigen hacia mí, pero esta vez no murmuran nada, en realidad, parecen bastante asustados.
-¡Holly! - La voz de Amara me obliga a detenerme, y en menos de un minuto tengo a la morena frente a mí, observándome como si estuviera ocultando información importante-. Tú y yo tenemos que hablar.
-Dash, James y Colin no me interesan justo ahora -La corto, sabiendo de antemano que James ya había soltado la lengua con ella-. No quiero saber nada de ellos, al menos por ahora.
-Holly...
-Y si enserio aprecias nuestra corta amistad, lo dejarás de lado -La interrumpo, dejando todas las cartas sobre la mesa. Estaba cansada de intermediarios. No quería a mi tía hablando sobre Dash, ni a Amara intercediendo por James. Me estaba cansando de todo y sólo esperaba el momento para explotar-. ¿Puedo, por favor, irme a mi clase ahora?
Amara abre la boca para decir algo, pero la cierra con rapidez, completamente aturdida. Segundos después, asiente con lentitud y aprovecho eso para emprender mi camino hacia mí salón.
La mata de cabello rubio de Ella me detiene justo en la puerta, sus ojos me observan con algo de horror, que logro maquillar con rapidez.
-Holly -Saluda. Parece algo nerviosa pero no hago ninguna pregunta respecto a eso. Mis ojos recorren el salón, y me siento algo perdida al ver a James en mi salón, pero no era sólo eso. El hombre que estaba junto a él le sacaba unos cuantos centímetros, y parecía algo cansado al estar de pie-. ¿Cómo estás?
-¿Qué ocurre? -Pregunto, ignorando su pregunta. Mis ojos están sobre los de ella y noto como traga saliva-. ¿Quién es él?
-Deberías entrar al salón, Holly -Se apresura, empujándome con suavidad-. En la hora de descanso puedes ir a la oficina y te diré todo lo que sé ¿De acuerdo?
Ella huye antes de que sea capaz de responder. Un suspiro se queda atrapado en mi garganta cuando los ojos de James se detienen sobre mí. Lo fulmino con la mirada antes de pedir permiso al maestro y entrar al salón.
Varios de las miradas se detienen sobre mí, pero la que se queda más tiempo es la de Colin. Parece incomodo, y hasta podía adivinar que su mirada detonaba miedo.
-Bien, creo que la señorita Parks era la única que faltaba -Los murmullos se detienen por completo ante la voz del maestro-. Como ya saben, el es Shawn Reynolds.
Las alarmas suenan en mi cabeza alto y fuerte.
Shawn Reynolds.
Shawn... el hermano de James.
-Sé que muchos piensan cosas sobre mí, lo único que puedo decir es que ese era el antiguo Shawn... ya deje todo eso atrás. -La ronca voz del castaño apoyado contra James retumba en mis oídos.
Su cabello estaba despeinado, su perfilada mandíbula abría paso a una barba de días. Sus ojos se pasean por el salón hasta terminar sobre mí. Ojos color miel brillan en mi dirección, y el miedo se arraiga en mi sistema.
El era Shawn... él que había golpeado a la ex novia de Dash...
-¿No estabas en Ingeniería? -Alguien pregunta, no soy capaz de diferenciar la voz, pero tampoco lucho por eso. Mis ojos están fijos sobre el alto y musculoso hombre llamado Shawn Reynolds.
-Creo que ya todos saben él porque él cambio de carrera.
-¿Por qué psicología habiendo más de donde escoger? -Mis palabras salen disparas sin que pueda pensarlas con claridad. Ahora no sólo tengo la atención de Shawn, sino la del todo el salón-. Quiero decir... Lo siento -Me apresuro a observar al maestro, completamente apenada.
-Creo que ya sabes el porqué, Holly. -Mi nombre es saboreado por su lengua, y tengo nauseas. Los ojos de Shawn adquieren un nuevo brillo, que era únicamente dirigido a mí. Trago saliva, sabiendo perfectamente a lo que se refería.
Dash.
***
-Holly, sé que todo esto es incomodo para ti, pero el decano no pudo hacer mucho. Shawn puede escoger la carrera que quiera, aprobó todos los exámenes. -Estoy sentada frente a Ella en su escritorio, no soy capaz de moverme, mucho menos cuando la tensión en el salón no había desaparecido.
-Mañana tenemos psicología con el salón de Dash, Ella -susurro, sabiendo de alguna forma que eso no terminaría nada bien-. Sabes que si Reynolds lo provoca, él no se frenará.
-Lo sé -Ella asegura, para luego soltar un suspiro-. Eso es algo que esta fuera de mis manos, Holly. Sólo nos queda confiar en Dash.
Haberle contado todo lo que sabía de Dash, había logrado cambiar la perspectiva de Ella hacia él, ella ahora parecía detestar a Shawn, y era algo que ninguna de las dos podíamos hacer.
No sabíamos la historia al pie de la letra.
-Debo irme -Suspiro, golpeando el escritorio con la punta de mis dedos-. Es mucha información por un día.
-Maneja con cuidado, Holly. -Ella me acompaña hasta la puerta y me regala una sonrisa comprensiva cuando se despide de mí. Los alumnos aun seguían caminando por el pasillo de la universidad, claramente haciendo su camino a casa.
Pero yo no quería ir a casa.
Quería estar sola. Quería estar en un lugar donde nadie llegará a destruir la tranquilidad.
Quería regresar a Los Ángeles con mi mamá.
Quería que ella estuviera junto a mí diciéndome que todo estaría bien, que todo esto no era más que un amargo y extraño sueño.
Camino con algo de rapidez, esquivando a cada una de las personas delante de mí, y agradezco a Dios cuando estoy en la entrada principal, bajando las escaleras para llegar a mi auto, pero me veo interceptada por una mata de cabello blanco que se detiene frente a mí.
-No digas nada y camina tranquila, Holly -Una gran mano se aferra a mi brazo, sin apretar con fuerza-. Los hombres de Shawn están detrás de ti.
-¿Qué? ¿Quién eres tú?
-El que salvará tu trasero justo ahora -Intento no entrar en pánico, pero la presión en mi brazo crece ante cada paso que damos-. Él imbécil de Dash no pudo ver venir esto -Gruñe, empujándome con suavidad hacia mi auto. El alivio inunda mi sistema cuando nos detenemos junto a este, pero el chico de cabello blanco toma las llaves de mi mano-. Súbete al auto y ponle seguro, no bajes por nada del mundo, Holly, ¿lo entiendes?
Intento decir algo, pero él no me lo permite, y me veo siendo encerrada en el auto en menos de un minuto. El chico suelta una maldición y me entrega las llaves por un espacio del cristal.
El horror me golpea con fuerza cuando vislumbro a dos altos y musculosos hombres dirigirse hacia nosotros. Intercambian palabras con el chico de cabello blanco, quien parece listo para pelear, pero la atención es robada por el frondoso y alto hombre de color que se detiene junto al chico de cabello blanco.
Los tatuados no parecen asustados, pero terminan retrocediendo ante unas cuantas palabras del moreno.
No puedo evitar asustarme cuando mi teléfono suena con fuerza dentro de mi bolso. Me apresuro a buscarlo, y el nombre de Dash se remarca con grandes letras en la pantalla.
Respondo.
-Ethan te traerá a mi casa -Gruñe. Parece bastante enojado-. Juro que lo mataré.
-D-Dash... ¿Qué ocurre? -Mi voz me abandona en un susurro tembloroso, y siento como el miedo invade mi cuerpo-. ¿Quiénes eran ellos?
-Todo estará bien, cariño ¿De acuerdo? -Trato de atraer aire a mis pulmones, pero soy rápidamente sacada de mi tranquilidad cuando golpean el vidrio de la ventanilla-. ¿Quién es?
Me giro, encontrándome con un enojado hombre de cabello blanco.
-Tiene cabello blanco. -susurro, bajando con rapidez la ventanilla. El que supongo se llama Ethan pide mi teléfono, y se lo entrego sin pelea alguna.
-Hombres de Reynolds. -Afirma, con voz completamente seria. Mis ojos se dirigen a la montaña de músculos detrás de él. El hombre de piel morena se apoya un poco en mi auto y me regala una sonrisa algo calmada.
-Así que tú eres Holly -No es una pregunta, y tengo ganas de preguntarle de donde me conoce, pero me muerdo la lengua-. Soy Mike, viejo amigo de Dash, ¿Estás bien?
-Y-yo... sólo estoy asustada -Me sincero, al ver la calma con la que me habla-. ¿Qué querían?
-Si son hombres de Reynolds, nada bueno.
-¿James? -Pregunto, sabiendo de ante mano que él ya sabía quién era. La negativa que obtengo de su parte me hace aguantar la respiración. Shawn.
-James es demasiado cobarde como para dañar a alguien -Sus labios forman una gruesa línea, y el enojo emana de él como una fuerte ventisca-. Le tiene miedo a su hermano, él no sabe nada de lo que acaba de ocurrir, eso es seguro.
-Bien, nos vamos -Ethan regresa y me entrega mi teléfono. Su mano se queda extendida entre nosotros, y sin pensarlo mucho, le entrego mis llaves-. Dash quiere hablar con nosotros.
-Él debe darse cuenta de que ya no trabajo para él. -Mike gruñe, pero su voz es divertida. Me siento incomoda en el momento en que ambos suben a mi auto. Ethan ocupando el lugar del piloto y Mike sentada detrás de nosotros-. Holly, no debes tenernos miedo.
-No les tengo miedo -Aseguro, negando con mi cabeza-. Es sólo que no los conozco...
-Ese no es un gran problema - Ethan suelta luego de encender el auto y abandonar el estacionamiento con rapidez-. Sólo dale tiempo al tiempo, Holly, seremos buenos amigos.
Asiento, sin saber exactamente qué decir, y me hundo en mi asiento, abrazándome a mi misma mientras repaso cada uno de los instantes que me habían superado.
El camino no es tan largo como lo pensé, pero me sorprendo bastante cuando veo una casa realmente enorme frente a nosotros. Los altos portones de hierro se abren al momento justo cuando Ethan toca la bocina. Cuatro hombres con trajes negros están de pie frente a la casa, bloqueándole la entrada a cualquier intruso.
-¡Traemos a tu nueva jefa, Connor! - Me muerdo la lengua, evitando soltar alguna mala palabra ante la imprudencia de Ethan. ¿Nueva jefa?, ¿a qué se refería?
El auto se detiene y junto a eso mis pensamientos se esfuman.
Un par de furiosos ojos grises me observa directamente mientras Dash camina hacia el auto. La puerta del copiloto se abre, y me ayuda a bajar del auto.
-¿Estás bien? -sus grandes manos vuelan a mis mejillas, y sus ojos me escanean con cuidado. Sabía que estaba más pálida de lo normal, era de esperarse, nunca me había pasado algo igual-. Juro que mataré a ese hijo de puta.
-Estoy bien -Aseguro, sujetando sus manos antes de que logre alejarse-. Ethan y Mike... ellos me ayudaron. No hagas nada, por favor...
Sus ojos están sobre los míos y la tensión que irradia su cuerpo penetra el mío con fuerza. No sé qué es lo que me controla cuando sujeto su rostro con mis manos y me inclino hacia él, uniendo nuestros labios en un pequeño y tímido beso que se ve rápidamente interrumpido cuando las manos de Dash se deslizan hasta mi trasero y me presiona contra él mientras invade mi boca con su ávida lengua.
-Juro que lo mataré si te toca un solo cabello -Gruñe, mordiendo mi labio inferior con algo de fuerza-. Lo mataré si sólo gira a verte.
N/a:
Bueno, lo prometido es deuda, aquí al fin otro capitulo de Aggressive. Enserio espero que les guste mucho, y si les gusta, ya saben que pueden dejar una estrellita y un comentario.
También les quería recordar sobre mi nueva propuesta "Devoradores de Almas" El prologo y el primer capitulo ya esta en linea, y me gustaría que le dieran una oportunidad.
En comentarios les dejare el link de mi grupo de lectoras en facebook, muchas de ustedes no sabían que estaba enferma, o que no podía sentarme en la laptop, así que por ahí avisaré cualquier contratiempo.
Las quiero<3