BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
2
3.
4.
BOOK TRAILER.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Especial I
18.
19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

17.

66.2K 4.1K 369
By JoleHBellamy

—Eso tiene forma de una caña de pescar —La voz de Dash es tranquila, y debo apoyarme en los codos para poder observar su expresión serena—. Pescar es como tratar de entender a una mujer.

—¿Qué? —Me río, llamando su atención—. ¿Estás comparando a una mujer con la pesca?

—Si —Parece pensativo. Sus ojos regresan al cielo, y observo como sonríe—, el primer día querías matarme —Asegura—. Nunca olvidaré el enojo en tu rostro. Nunca podre esperar la reacción de ninguna mujer, son tan extrañas como los peces que huyen del anzuelo.

Me dejo caer nuevamente en el césped, dejando que las nubes del cielo lograrán eliminar todo el estrés de la mañana en la universidad. Luego de la tarde de ayer en la heladería y una pesada mañana en clases, Dash había aparecido en la puerta de mi casa y ahora nos encontrábamos echados en el jardín trasero, observando las nubes que se paseaban ajenas a nosotros.

—Hay una fiesta mañana —susurra, no lo observo, esperando a que continúe—. ¿Quieres ir conmigo?

—No lo creo —Suelto un suspiro, y fijo mis ojos en él moreno a mi lado—. Las fiestas no son lo mío, Dash.

Se queda en silencio, haciéndome sentir incomoda. No podía estar segura de lo que pensaba. Con él nunca podría saberlo. Dash era algo parecido a una caja de pandora.

—Bien.

Es la única respuesta que recibo de él. Intento decir algo más, pero me digo a mi misma que no debo hacer o decir nada. No tenía que darle explicaciones a Dash, al igual que él no debía dármelas a mí.

Sólo nos estábamos conociéndonos.

Pasamos más tiempo del que puedo notar tirados en el césped para cuando siento un leve cosquilleo en mi espalda. Era el momento de levantarme.

Siento los ojos grises de Dash sobre mí cuando lo hago, su ceño fruncido entra en mi campo de visión.

—¿A dónde vas?

—Por algo de comer, ¿quieres? —Parece dudarlo por un segundo, pero termina asintiendo.

Paso por alto la extraña mirada que me lanza y me adelanto, dejándolo en medio del jardín solo. Dash era completamente reacio a tener una conversación con otra persona que no sea él, pero cuando se acercaba a mí, parecía dejar eso de lado.

Él me estaba dejando conocerlo.

Cuando llego a la nevera, saco tocino, y unos cuantos huevos. Dash está frente a mí en menos de un pestañeo, y me observa con interés.

—Siempre hablas de tu madre... ¿Dónde está? —Me detengo por completo. Observando los huevos que están en mis manos. ¿Dónde estaba?

¿Enterrada bajo 10 metros junto con todos mis buenos sentimientos?

¿Enterrada junto a la vieja Holly?

—Murió hace un año —susurro, tratando de atraer aire a mis pulmones. Regreso a mi trabajo, ignorando olímpicamente la mirada de Dash sobre mí.

—Yo... lo siento, no quería incomodarte.

Me encojo de hombros, moviéndome con rapidez a través de la cocina. Coloco el sartén sobre la estufa, y enciendo la misma.

—No me incomodas —Niego, dándole una rápida mirada—, es sólo que no acostumbro hablar de ella con nadie —No dice nada, simplemente se queda de pie, observando cada uno de mis movimientos—. Luego de su muerte me quede con mi padrastro por 3 meses, un grave error si me preguntas —Sacudo la cabeza, alejando las fuertes peleas que tenía constantemente con él—. El alcohol puede cambiar mucho a las personas.

—Lo sé —Su voz es algo lejana, y lo observo removerse algo incomodo—. Tengo que irme, debo hacer unas cosas.

Miro por un segundo al moreno, y luego clavo la mirada en el sartén frente a mí. El aceite empieza a calentarse.

—Está bien.

No observo a Dash, pero sé que el si me observa a mí. Sus zapatos resuenan cuando se aleja de la cocina, y la puerta principal se cierra con algo de fuerza.

Un suspiro que no sabía que contenía, se escapa de mí, llevándose consigo la tensión del último minuto.

¿Qué diablos estaba pasando últimamente conmigo?

***

Cambiar canales sin saber exactamente que quería ver, me estaba aburriendo. La vista de una sangrienta pelea se abre paso en la pantalla. ¿Quién diablos podía disfrutar del dolor de los demás?

Cambio con rapidez, cuando veo como una gran mancha de sangre cubre parte de la ropa del pobre hombre en el suelo. No era algo que yo quería ver. No había más que una pelea vacía, completamente hueca detrás de aquella escena.

Una pelea sin sentido.

El sonido de mi teléfono me interrumpe un momento de la televisión. Me estiro, logrando alcanzar el pequeño aparato de mi mesita de noche. Faltaban menos de 20 minutos para la media noche, ¿Quién molestaría a esas horas?

Desbloqueo la pantalla, y un número desconocido entra en mi campo de visión.

Número Desconocido:

¿Enserio crees que alguien como Dash estaría sólo para ti? Eres sólo una de sus putas más, y estás cayendo muy rápido.

Pd: El lote de carreras te está esperando, caperucita.

—¿Caperucita? —Estoy más allá de confundida. ¿Cayendo muy rápido? Podía aceptar que Dash me gustaba, pero no pasaba de ahí. Yo no podía querer más con él. Nunca querría más que su amistad, o lo que sea que teníamos.

¿Por qué alguien me diría eso?

Me sobresalto cuando tres fuertes golpes resuenan contra mi puerta. Intento no moverme, pero nuevamente suena la madera, encendiendo todas las alarmas en mi cabeza.

¿Quién diablos era?

—¿Holly? Soy yo... James. —No puedo evitar sentirme confundida cuando me coloco de pie. Me aferro a la sudadera que adorna mi cuerpo cuando estoy de pie frente a la puerta, giro la perilla con curiosidad y no puedo evitar ver a James algo golpeado, su ojo izquierdo se encontraba con un corte, y su mejilla parecía haber sido azotada contra una piedra.

—¿James?, ¿Qué diablos te ocurrió? —El castaño se apoya contra el marco de la puerta y niega cuando intento revisar su rostro.

—No hay tiempo para esto —dice, parece muy preocupado, y no puedo evitar que Dash se pasee por mi mente—. Dash va a matar a Elton —Sus ojos se abren un poco, y la confusión me golpea aun con más fuerza—, está fuera de control, Holly...

—¿Qué?

—No hay tiempo de explicar —Me empuja un poco, logrando entrar en mi casa. Toma mis llaves, y los zapatos deportivos que suelo dejar en la entrada—. Si no lo detienes ahora él volverá a la cárcel.

—Detente —Me quejo, interponiéndome entre él y la puerta—. No puedes venir a mi casa y sacarme sólo porque quieres —Bajo la voz, sabiendo que no quería tener problemas con mis vecinos—. Además, ¿desde cuándo quieres ayudar a Dash?, todo esto puede ser una trampa.

—No bromearía con la vida de Elton, Holly —Su voz se vuelve un poco más brusca cuando suelta mi brazo—. Fue el único que apoyó a Shawn cuando termino en una silla de ruedas.

Abro la boca para decir algo, pero mi teléfono suena nuevamente en mi mano. James y yo lo observamos por un momento, y termino por salir de la casa, cerrando la puerta detrás de mí cuando recuerdo el mensaje de hace unos minutos.

Bien, si querían mostrarme algo, era justo ahora.

—Si es una estúpida trampa para mostrarme algo que realmente no me interesa, no vuelvas a buscarme, James.

Mi voz es dura, y con un poco de enojo en ella. Estaba cansada de cosas estúpidas, de confesiones que no me importaban en lo más poco.

Estaba cansada de la mentira que empezaba a crecer frente a mí.

Subo al auto de James sin esperarlo, él no tarda en seguirme y en encender el auto. Sabía que el lote no se encontraba tan lejos de mi casa, recordaba el camino, pero volver a aquel lugar sólo significaría recordar la noche en que vi al verdadero Dash frente a mí.

No estaba listo para verlo de nuevo de esa forma.

—¿Hablas enserio sobre Dash fuera de control? —Pregunto, logrando romper el silencio del auto. Siento los ojos de James sobre mí y pienso que no va a responder.

—Elton le dijo que se alejará de ti, Holly —Su tono es carente de cualquier sentimiento, y puedo sentir la incomodidad en sus palabras—. Dash no lo tomó de buena manera.

—Nunca lo hará —Suelto, completamente fuera de mí. ¿Por qué Elton se entrometía en mi vida? —. Él no debe meterse en mi vida, no tiene ningún derecho de hacerlo.

—Holly —Su voz suena algo cansada, tanto o más que la mía. Quería desaparecer e ignorar todo a mí alrededor. Olvidar que tengo un hombre que quiere entrar en mi vida y un medio hermano que hace de todo para meterse en problemas a mi costa—, Elton sólo intenta protegerte.

—Sé protegerme sola, lo he hecho por 20 años, James.

Sé que sueno enojada, pero el que intenten cuidar de mí cuando podía hacerlo yo sola, me irritaba. Elton no tenía derecho a nada.

Luego de cinco minutos de silencio, James se estaciona frente al lote. Las altas e intimidantes puertas de metal están a unos metros de nosotros, la música retumbaba con fuerza al exterior del auto, y podía reconocer la voz de Billie Joe Armstrong. Varias personas caminaban ajena a la tensión dentro del auto, y no soy capaz de moverme.

—Están dentro del lote. —James me anima, pero no soy capaz de moverme. No quería entrar a aquel lugar. Por primera vez, luego de aquella noche, tenía miedo con lo que encontraría detrás de aquellas grandes puertas—. Sólo quiero sacar a Elton de ahí, Holly, luego te llevaré de vuelta a tu casa.

—Bien. —Asiento, pensando en lo único que tenía que hacer. Tenía que distraer a Dash, alejándolo del idiota que era mi medio hermano.

James baja del auto, y observo cómo lo rodea, llegando a mi lado con rapidez. La puerta se abre y soy libre de bajar.

Respira Holly, sólo vas a salvar a Elton. Nadie merece que lo golpeen por querer proteger a alguien, aun con doble intensiones, él quería protegerme, ¿no?

Sacudo la cabeza. No podía defender a Elton, pero podría salvarlo de una paliza segura.

Camino junto a James, y las miradas no tardan en caer sobre mí. Me sentía fuera de lugar. Yo no pertenecía a las carreras.

Nunca pertenecería a un lugar como este.

Me detengo de golpe cuando dos chicos se atraviesan frente a nosotros, golpeándose como si su vida dependiera de ello.

—¡Fuera de aquí, idiotas! —James grita, mientras tira de mí hacia él, tratando de alejarme de ellos. ¿Qué diablos ocurría con los hombres y las carreras ilegales?

Mi mano se aferra a la camisa de James cuando cruzamos las altas puertas. La música retumba con más fuerza haciéndome estremecer, e intento buscar a Dash con la mirada entre la masa de hombres rabiosos y chicas semi-desnudas.

—¡¿Por qué diablos la traes a este lugar?! —Sólo he logrado dar cinco pasos junto a James, cuando escucho la fuerte voz de Dash a mis espaldas. Aun con la música más alta de lo normal, su voz logra perforar en mis oídos y hacerme estremecer.

Estaba enojado.

Lucho contra el agarre de James cuando nos giramos a observar al moreno. Estaba siendo sujetado por dos tipos, aquella mata de cabello blanco no la olvidaría nunca del Irolic. Era el chico que vi la última vez junto a Dash en aquel lugar.

Los ojos grises de Dash están sobre mí, y estar de pie junto a James me incomoda más de lo normal. ¿Por qué me sentía así?

—¡Estás jugando con fuego, Reynolds! —Dash grita, llamando la atención de varias personas—. ¡Te mataré! ¡Lo juro!

Doy un paso hacia el moreno, pero la mano de James me detiene, dejándome completamente congelada.

—¡Eres una maldita basura! —Alguien grita, con dirección a James. Sé que se trata de uno de los amigos de Dash, pero nadie dice una sola palabra. No veo a Elton por ningún lugar, pero mis pensamientos se frenan cuando el rubio se detiene junto a mí, observándome con confusión. Logro ver los cortes en su rostro, pero nada que algo de alcohol no podía limpiar.

—Holly ven aquí —Dash dice, dirigiéndose únicamente a mí. Como si de un muñeco se tratará, me suelto del agarre de James, pero otra mano me sujeta con fuerza—. Suéltala, hijo de puta.

Su voz destila odio puro y, tratando de evitar más peleas, tiro del agarre de Elton, sin obtener ningún resultado.

—Elton suéltame —Le digo, observándolo con enojo—. ¡No tienes ningún derecho a interferir en mi vida!, ¡No eres nadie para hacerlo!

—Holly...

—¡Holly nada! —Grito, tirando con más fuerza—. ¡Tu y tu maldito padre sólo arruinan mi vida!

El teñido parece bastante indignado y da un paso lejos de mí. Su cabeza se sacudo un poco, y sus ojos se tornan serios de un momento a otro.

Espero que no te haga lo que les hace a todas —La promesa en su voz me hace temblar—, porque nadie podrá salvarlo de la muerte, Holly.

Intento decir algo, pero otra gran mano tira de mí, alejándome del rubio de ojos azules que me observa con enojo.

Sé que es Dash el que tira de mí, pero no soy capaz de observarlo. No me sentí bien.

¿Por qué tuve que abrir la puerta?

¿Por qué tuve que correr ante la mención del nombre de Dash?

Y es cuando el entendimiento me golpea con fuerza, dejándome sin respiración.

Mis sentimientos por Dash eran más fuertes de los que deberían. Sabía que, si el corriera peligro, yo estaría corriendo hacia él, tratando de salvarlo, y eso sólo me recordaba a mi madre.

Me recordaba todas y cada una de las noche en las que lloraba en silencio por mi padre.

Me recordaba a la mujer demacrada y enamorada en la que se había convertido con el paso de los años.

Ese sentimiento, creciendo con los pasos de los días, me indicaba que estaba enamorada de Dash.

—Sube al auto. —La voz de Dash logra sacarme de mis pensamientos y lo observo. Sus ojos están tranquilos, pero la tensión en su cuerpo se mantiene, dándome a entender que no sería una ida a casa demasiado fácil.

Obedezco su orden sin rechistar y ocupo el lugar del copiloto del gran auto. Dash cierra la puerta y lo observo intercambiar algunas palabras con el chico de cabello blanco.

Este da una rápida mirada en mi dirección y asiente.

Unos segundos después, Dash está ocupando el lugar del piloto. El motor ruge con fuerza, y la tensión de su cuerpo llega al mío.

—No volverás a acercarte a Reynolds —Suelta, su voz es totalmente fría y sé que no debo discutir, no después de la amenaza de Elton—. Juro que un día lo...

—Vine por ti —Lo corto, apoyando mi mano en su pierna. Dash se sobresalta, pero termina relajándose bajo mi toque—. Me dijo que estabas peleando con Elton... y la policía... sólo quería saber que estabas bien.

—No regreses a ese lugar si no es conmigo, Holly —Su voz se suaviza, y su gran mano se apoya en la mía. Espero que la retire, pero no lo hace, en su lugar aprieta mis dedos con suavidad—. No es un lugar seguro para ti.

No respondo.

Sé que tenía razón, sabía que tenía que pensar bien antes de lanzarme a ojos vendados a cualquier situación.

El tener a Dash en mi vida, era sinónimo de peligro, y era algo de lo que debía cuidarme más que nunca.

—No lo haré. —Aseguro más para mí misma que para él.

El moreno junto a mí asiente, y una opresión se forma en mi pecho, dejándome sin respiración por un corto segundo. ¿Cómo podía enamorar de Dash?...

No podía ser verdad...                       

N/a: 

Sé que me tarde con este capítulo, pero en mi defensa la universidad me esta quitando más tiempo de lo normal. 

Espero que les guste el capítulo ah, y ya saben, los votos y comentarios son gratis<3 

Pd: Aun hay lugares para el grupo de whatsapp, si quieren entrar pueden dejar su numero por mensaje personal.  

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