Un ruidito me saca de mi estupor. Estaba a punto de quedarme dormida en la silla. Me enderezo en ella antes de levantar la vista para volver a revisar a Draco. Lo trajeron a la enfermería justo después de que Snape hiciese un "truquito" que me dejó alucinada. Pomfrey le vendó todo el torso y lo dejaron en una de las camas. Somos los únicos que estamos en la enfermeria dado que todas las demás camas están vacías.
- ¿No deberias de ir a desayunar, querida?- me pregunta Pomfrey.
- No, estoy bien... ya comeré más tarde. No tengo ganas de momento, prefiero estar aquí cuando despierte...- respondo negando con la cabeza.
- Los alumnos solo pueden estar aquí en horario de visita- me recuerda dejando un poco de lado esa dulce voz con la que habló antes.
- Puede hacer una excepción, tampoco es que alguien me vaya a echar de menos...- digo volviéndome a centrar en Draco.
- Está bien... pero solo esta vez- dice antes de girarse sobre sus talones y largarse.
Cuando dejo de ver a Pomfrey y giro la cabeza de vuelta hacia Draco me doy cuenta de que está despierto. No tiene muy buen aspecto, pero supongo que es así como todo el mundo se queda cuando lo han desangrado por un montón de cortes.
- ¡Hey!- exclamo un poco en voz baja y apoyando los codos sobre el colchón.- ¿Qué tal te encuentras?
- Como la mierda- responde sin apartar los ojos de mi- ¿Cuándo has llegado?- pregunta levantando una ceja.
- Eh... a la misma vez que tú- respondo dejadamente - He estado aquí toda la noche.
- ¿Por qué has hecho eso?- pregunta asombrado.
- Me preocupo por ti- respondo simplemente. Yo me hago la misma pregunta desde que llegué aquí ayer y planté mi culo en esta silla. Todavía no tengo una respuesta lo suficientemente válida.
- Deberías ir a desayunar y a descansar...- comienza a decir.- Yo no necesito que nadie cuide de mi.
El tono con el que dice esta ultima frase me sorprende un poco. Es como si me hubiese dado un latigazo. Me levanto de la silla y me coloco bien el uniforme. Si él no quiere que esté aquí, no lo haré.
- Si es lo que quieres... me voy. Si te pasa algo...
- No te molestes- dice secamente.- Nos veremos cuando esté mejor- añade regulando un poco el tono.
Camino hacia la puerta de salida de la enfermería sin decir una palabras más. Antes de ir a desayunar decido arreglarme un poco el pelo y lavarme la cara dado que no quiero ser uno de los chistes de hoy. Cuando termino con todo esto camino por la red de pasillos hasta el Gran Comedor. Como de costumbre todo el mundo se encuentra atacando los platos que tienen delante. Me dejo caer en uno de los bancos de madera junto a Pansy quien misteriosamente parece haberme guardado un sitio para desayunar.
Giro el rostro hacia ella y la miro con los ojos entrecerrados.
- ¿Qué le ha pasado a Draco?- pregunta ella con falso dramatismo. Me recuerda a una de esas telenovelas donde todo lo malo que pueda pasar, siempre pasa.
- Se resbaló con el agua del baño- miento. Para que mis mejillas no me delaten alargo la mano frente a mi y alcanzo una de las tostadas.
- Ahg...- se queja.- Myrtle la llorona siempre está colándose por las cañerías y haciendo estropicios.
Me encojo de hombros y me centro en mi desayuno, aunque no dejo de responder las preguntas que me lanzan los demás de vez en cuando. Decido no ir a clase por pura pereza en lugar de estar sentada oyendo el parloteo constante de los profesores... me cojo la espada de esgrima y me voy a la antigua clase que usaba el profesor Kent.
Me paso allí toda la mañana lanzando ataques contra unos sacos que puso el profesor por el lugar. De vez en cuando lanzo una miradita de soslayo hacia el piano, como si esperase que este se fuera a mover por la clase a sus anchas.
Noto perfectamente como las gotas de sudor caen por mi frente y el dolor que siento en las piernas y brazos por no dejar de moverme.
Me doy cuenta de que este colegio hace a la gente vaga fisicamente... ¿Dónde está la típica clase de gimnasia en la que te hacen sudar con un cerdo? ¿Dónde está el típico profesor de gimnasia que te pide que corras durante cincuenta minutos mientras él solo mira? Echo de menos esas cosas.