- ¿Y ahora? ... -pregunta Abraham.
Río a escuchar eso, me recuerda al final de la película "Buscando a Nemo" cuando los peces al fin logran volver al océano pero están dentro de las bolsas de plástico como inútiles, sin saber que hacer con sus vidas ... Como nosotros ahora mismo.
- ¿De que te ríes? -me pregunta con el ceño fruncido.
- No, nada ... Boberías mías -respondo riendo aún.
- Bueno, tendremos que caminar ... -dice Cris avanzando unos cuantos pasos.
- Ah! Ah! -intervengo- Alto ahí Forrest Gump, yo no pienso caminar para tomar un maldito bus, ¿Ninguno sabe conducir? -pregunto curiosa.
- Jari, por si no te has enterado ... SOMOS MENORES -dice Cris sacudiéndome.
- Samuel no -justificó alzando una ceja.
Samu suelta una carcajada y dice.
- ¿Yo? Ja, yo ni siquiera se conducir el mando de la TV ... Oh no! Espera, esa eres tú -dice
Todos ríen.
- Mejor cierra ese lindo piquito que Dios se esmeró en darte, sino quieres quedarte sin día del padre... Como él -digo señalando a Abraham por lo cual su risa cesa y me mira serio.
- Hablando de eso.. -dice él- Cuando lleguemos al hospital, si es que llegamos, claro. Me haré un chequeo yo también, puede que me hayas dejado estéril -finaliza mirándome mal.
Todos comenzamos a reír hasta que caigo en cuenta de que ...
- Cristina, ¿Que hora es? -me dirijo a Cris con desesperación.
- Ammm.. -dice sacando su celular del bolsillo de su pantalón- 9:30 am -concluye.
- ¡Abraham, en diez minutos tengo la cita! -le grito tomándolo por los hombros sacudiéndolo como había hecho Cris conmigo anteriormente.
- Bueno, bueno, no habrá tiempo de desayunar, ustedes si quieren quedense aquí esperando a Tony, a la carroza quien quieran -les indica él a los dos restantes- Nosotros iremos al hospital volveremos en un par en horas -dice y me jala de la mano y comienza a correr por la calle conmigo a rastras.
- ¡Suerte! -logro escuchar gritar a Samu y a Cris mientras nos alejábamos por las calles de esta hermosa cuidad.
Abraham comienza a correr aún más rápido.
¿A caso este piensa llegar corriendo?.
Luego de correr 16 calles, SI, 16 HERMOSAS Y LAAAAAARGAS CALLES llegamos al hospital.
Entramos por la puerta principal y me detengo ya no puedo más ..
- Espera ... Espera -digo posando mis manos sobre las rodillas jadeando tratando de recuperar el aliento perdido en la carrera de maratón olímpico que nos acabamos de echar.
Levanto la vista hacia el que se encuentra perfectamente bien mirandome sonriente, mientras yo estoy por morirme aquí de un paro cardíaco.
Pero ... ¿Que?
Bueno, el hace ejercicio a diario con razón vive comiendo pero conserva su cuerpazo intacto, en cambio yo... Tengo menos ritmo que una babosa.
- ¿Estas bien? -dice pasando su mano por mi mejilla- Lo siento, pero no íbamos a llegar.
- A... Ag.. Agua -logro gesticular.
Me toma de las manos y me guía hacia una silla de la sala de espera, besa mi frente sudada y se dirige a la máquina de bebidas que esta en frente, logro ver como deposita un par de monedas en ella y por la parte inferior a esta sale una botella de agua, se inclina para tomarla y se gira en dirección a mi nuevamente. Intento controlar mi respiración aún acelerada.
De verdad debo de hacer ejercicio .. dios mío.
Ya en frente mía se dispone a abrir la botella de agua y tendermela mientras me mira preocupado, bebo bastante agua y suspiro recuperando al fin la regularidad de mi respiración.
- ¿Ya, bien? -pregunta una vez ya devolviéndole la botella.
- Si, eso creo... Gracias -le respondo seguido de un suspiro.
Se inclina hacia mi y deja un suave y tierno beso sobre mis labios el cual le correspondo.
- Ya echaba de menos esos labios -dice a centímetros de mi boca.
- Voy al baño -le digo por cual sonríe y me deja el paso libre. Una vez ya en el baño me acerco al lavamanos y lavo mi sudorosa cara, una vez ya lavada la seco con la toalla que se encuentra a mi izquierda, vuelvo a mirarme al espejo y sonrío...
He cambiado tanto desde que salí de aquí, el me ha cambiado, logre recuperar la seguridad que por tanto tiempo había perdido, el me devolvió la sonrisa, el me devolvió las ganas de vivir, el me enseñó a vivir ¿Que seria de mi sin él? El me volvió la persona que soy hoy en día y hasta ahora soy feliz así con él ... Con el a mi lado.
Suelto un suspiro y arreglo mi cabello un tanto enmarañado por el viento y adrenalina de hace unos minutos, levanto la vista y una vez dado el visto bueno a mi aspecto salgo del baño y lo encuentro recargado en la puerta esperándome, me acerco dejo un pico en su boca y dice.
- ¿Vamos? ... -dice tendiéndome una mano.
Se la tomo y nos dirigimos al ascensor, ya una vez dentro de este dice ...
- ¿Tienes miedo?
- No, tú estas aquí ¿Por qué tener miedo?
Sonríe y me estruja contra su pecho mientras besa mi cabello.
- Te quiero ... Te quiero muchísimo -susurra.
La puerta del elevador se abre dejándonos el paso libre a la 6ta plata, una vez ya fuera vamos tomados de las manos por los pasillos hasta llegar a los asientos.
... Pasados unos minutos la doctora se asoma por la puerta diciendo
- ¿Jari Viale? - dicho esto Abraham y yo nos ponemos de pie al mismo tiempo
A veces pienso ... ¿Por qué mis padres me castigaron con ese nombre? ... Por favor.
- Adelante -nos indica sonriente abriendo la puerta del todo
Una vez ya dentro y ya luego de tomar asiento, comienza en interrogatorio
- Y bien ... ¿Como han estado? -nos pregunta
- Bien, bien, muy bien -decimos al unísono
- Bien, Jari... Empecemos, ¿Recaídas? -niego con la cabeza- ¿Náuseas? -vuelvo a negar- ¿Ansiedad? -niego nuevamente- Okey ... ¿Algun cambio emocional? ¿Algo que quieras comentarme?
- ¿Cambio emocional? ... Pero, ¿que tiene que ver mi vida personal con esto? -pregunto
- Tiene que ver y mucho, lo personal afecta a lo moral y tú moralmente estas bien... O eso aparentas.
- Si, si estoy bien.
- Entonces, si hubo cambios.
- A decir verdad... Si, si hubo... Bueno, si a eso se le puede llamar un "cambio" por así decirlo.. Eh.. -mi mirada se dirige a Abraham por un segundo quien me esta mirando fijamente y al notar mis intenciones asiente sonriendo- Estamos juntos -suelto así, sin más.
- ¿Como pareja?, ¿Son novios? -pregunta la doctora.
- Si -afirmo.
- Era de esperarse.
- ¿Como? -decimos Abraham y yo al unisono.
- Oh vamos chicos ... Era obvio que entre ustedes dos había algo más que sólo una simple amistad, los únicos que no lo notaban eran ustedes.
- Si.. Puede ser -musita Abraham.
- Felicidades -dice ella.
- Gracias -decimos ambos al unísono.
- Bien Jari, sientate en la camilla -me indica
Los tres nos ponemos de pie, suelto la mano de Abraham y me siento en la camilla, la doctora se acerca y comienza a hurgar en su escritorio en busca de algo que desconozco, momento que Abraham aprovecha para guiñarme un ojo, yo en respuesta le sonrío
- Bien, abre grande -me indica la doctora encendiendo una pequeña linterna en frente de mi boca, la abro y comienza a inspeccionarlo todo- No hay amígdalas irritadas, es señal de que no has vomitado -dice- Ahora las uñas ... ¿Abraham? -dice ella.
- Digame -responde él.
- ¿Puedes alcanzarme ese bote de allí y el algodón? -pregunta señalando su escritorio.
Abraham se acerca y los toma.
- ¿Esto? -pregunta y ella asiente.
- Ven, trae -le indica y el se acerca- Abrelo y hunta el líquido en el algodón.
Abraham le hace caso haciendo una mueca graciosa al sentir el fuerte aroma del quita esmalte.
- Muy bien, ahora quitale el esmalte del dedo índice y del mayor de ambas manos -le vuelve a indicar.
El sonríe, toma mis manos y muy despacio y con todo el cuidado del mundo comienza a retirar el esmalte de mis uñas, se tarda una eternidad en quitarlo por lo cual reímos.
- ¡Hey! No sé rían! En mi vida he hecho esto.
- Siempre hay una primera vez -le digo por lo cual sonríe
Una vez ya terminado el trabajo de Abraham, la doctora comienza a examinar mis uñas
- ¿Ves Abraham? Sus uñas están bien, si hubiera estado vomitando estarían quebradizas y con falta de calcio -le indica por lo cual él asiente con curiosidad en sus ojos.
Río por eso y la doctora dice
- Bien Jari, subete a la balanza.
Y por primera vez en la vida, no tengo miedo, me siento segura de mi misma, se que todo saldrá bien. Abraham besa mis nudillos y me guía hacia la dichosa balanza que algún día fue mi peor pesadilla, pero hoy con el a mi lado ... Siento que puedo con todo
Me da un apretón de mano antes de que suba por completo mis pies a la balanza... Luego de un par de segundos la doctora anuncia
- Esta todo perfecto, felicidades.
..............
- ¿Podemos verlo? -pregunta Abraham a una de las enfermeras
Estamos fuera de la habitación de Beto, quisimos pasar a verlo, a saludar. A ver como está.
- Si, adelante. Esta almorzando, ¿Ustedes, gustan de algo de comer? -pregunta sonriente.
- No, no gracias, ya hemos almorzado -responde él.
La verdad es que ni siquiera hemos desayunado, estamos muertos de hambre pero no comeremos algo de aquí ni aunque nos paguen. La enfermera asiente y entra a la habitación de Beto.
- Beto, tienes visita -anuncia.
Abraham me toma de la mano y nos adentramos en la habitación
- Hola ... -decimos los dos al unísono.
Beto se endereza y sonríe al vernos.
- Los dejo solos -dice la enfermera y sale de la habitación.
Nos acercamos hacia él quien abre sus brazos para recibirnos con un cálido abrazo.
- ¿Como haz estado? -le pregunta Abraham besando su cabeza.
- Pues .. Aquí lo llevamos. -responde.
Podría jurar que lo noto algo raro, no lo conozco como para opinar pero sus expresiones no son las mismas
- ¿Que los trae por aquí? -preguntá.
- ¿Que no podemos venir a visitarte? -pregunta Abraham alzando una ceja. Beto lo mira imitando su gesto- Bueno si, aquí la princesa tenía control -responde mirándome.
- Oh, y .. ¿Como ha ido? -pregunta Beto mirándome también.
- Muy bien, gracias -respondo sonriente.
- ¿Hay novedades? -pregunta Beto- ¿Que hay de tus padres, Abraham? ¿Y Tony como está? Hace bastante no viene por aquí.. La ultima vez que vino creo que yo aún tenia cabello -dice riendo.
- Mis padres están de viaje por trabajo, vuelven ... La siguiente semana y Tony pues.. Trabajo, está de un lado al otro.
- ¿Ustedes? -pregunta
Oh no.
- Nosotros .... -susurra Abraham y se forma un silencio espantoso en la habitación.
Le doy un codazo en las costillas para que hable
¿Por qué no lo dice y ya? ... Que chico tan extremadamente confuso.
- Estamos juntos -concluyo yo al final. Si no lo hace él, lo hago yo.
- ¡Oyee! ¡Yo queria decirlo! -me reprocha haciendo berrinche de niño de cinco años cuando le entregan el helado a su hermano antes que a él. Se cruza de brazos haciendo uno de sus famosos pucheros exageradamente tiernos.
- Eres demasiado lento, te crees el interesante, sospechoso y no va contigo. -le digo mirándolo mal.
Sigue con la misma postura mirándome como si quisiera matarme, se voltea y me da la espalda aún cruzado de brazos y apuesto que con el puchero en su boca también.
Te amo tanto, maldito estúpido.
Beto contempla la ridícula escena en silencio, sonriendo ampliamente, lo miro y ríe disimuladamente, nuestros rostros se giran en dirección a Abraham que aún sigue en la misma posición absurda.
- ¿Siempre fue así? -le susurro a Beto discretamente.
- Desde niño -afirma- Sinceramente no sé que le haz visto, seria menos complicado salir con un pequeño que recién ingresa al jardín de niños -susurra riendo.
- Te he oído. -dice Abraham sin voltear
Beto y yo reímos.
- Abraham ... -digo posando una mano sobre su hombro.
- No me toques -dice haciendo un movimiento brusco.
Quito mi mano y me pongo enfrente suyo, al verme se gira dándome la espalda nuevamente.
Infantil, algún día me cansará. Algún día ...
- Si yo pudie... -dice Beto pero Abraham lo interrumpe posando la palma de su mano en su cara.
- Tú, habla con la mano -le dice.
- ¡Abraham! -le riño
Quita su mano del rostro del pobre Beto y se gira hacia mí, me rebaja con la mirada y vuelve a su posición previa.
Se hasta a donde quiere llegar con esto.
Miro a Beto quien me mira y rueda los ojos como diciendo
"Pues.. Sí no hay más remedio ... Hazlo".
Bufo resignada y tomo a Abraham por los hombros, lo giro y el corre su rostro hacia un lado ignorándome, muerdo mi labio retenido la sonrisa que amenaza con escaparse. Lo tomo de la barbilla haciendo que me mire así lo acerco hacia mi dirigiendo mi mirada a sus labios hermosamente rosados y suaves, con mi dedo pulgar acaricio su labio inferior, nuestras respiraciones se mezclan, sus manos viajan a mis mejillas y me acerca aún más a él, finalmente uniendo nuestros labios fundiéndonos en un beso completamente nuestro, me pierdo en sus labios, en su sabor, en su textura, mis ojos se cierran involuntariamente, juro que pasaría el resto de mi vida así si pudiera, con suavidad despego nuestros labios y el abre sus ojos. Sonrío a centímetros de su boca al igual que él.
- ¡Eso era lo que queria el desgraciado! -interrumpe Beto.
Juro que por un momento olvide por completo que él estaba aquí.
Abraham ríe al oír su comentario
- Si eso era lo que querías lo hubieras pedido sin necesidad de hacer esa escenita. -susurro .. Aún a cantineros de su boca.
- Hay que hacer la vida un poco más interesante. -susurra el de igual manera por lo cual ambos reímos.
Continuará ....
Dedicado a: anareth
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