BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

De JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... Mai multe

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
2
3.
4.
BOOK TRAILER.
5.
6.
7.
8.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
Especial I
18.
19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
41.
42.
43.
44.
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47.
48.
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50.
51.
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53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

9.

77.5K 4.6K 560
De JoleHBellamy

—Anoche estuve por aquí —Alison parece metida en sus asuntos, pero librarme de uno de sus interrogatorios iba a ser casi imposible—, todo estaba apagado y me canse de golpear la puerta.

—No te escuche —Miento, fijando mis ojos sobre ella por un momento. Iris cafés se posan sobre los míos azules, observándome con curiosidad—. Me quede dormida temprano, estaba cansada.

Cuando Alison asiente, sé que puedo volver mi vista a la sartén, el tocino dentro de este está completamente dorado cuando lo coloco en un plato.

Apago el fuego, para luego tomar mi plato.

Era miércoles por la tarde, y las clases ya habían quedado de lado. La presencia de Dash faltando desde el inicio de la mañana en cuanto no sentí su mirada sobre mí.

Él, la noche anterior, se había marchado apenas termine mi café, dejándome completamente sola en la cafetería.

—¿La universidad ya te esta agobiando? —Niego con la cabeza, sentándome frente a ella.

—Solo tuve un día ajetreado —Un poco de tocino del palto termina dentro de mi boca, en cuanto las palabras salen de mis labios—, ¿y tú? ¿Cómo va todo?

El suspiro emitido por su parte me hace saber que algo mas ha ocurrido, sus ojos cafés se detienen sobre los míos por un segundo, y parece pensar con cuidado las palabras que dirá.

—Si te dijera algo sobre tus abuelos, ¿cómo lo tomarías? —Su pregunta me confunde, y debo masticar con cuidado cuando me encojo de hombros. ¿De qué diablos hablaba? Mis abuelos estaban muertos—. Quieren conocerte.

—Mis abuelos están muertos, tía.

Alison me dirige una mirada como diciendo "¿Hablas enserio?" y es cuando entiendo a lo que se refiere. Ella hablaba de sus padres. Las personas que habían iniciado todo esto.

Los únicos causante de que odiara a mi padre por no ser un hombre de verdad.

—No —Mi respuesta es rotunda, sin dar espacios a reclamos—. Me guste o no, mis abuelos están muertos.

—Holly...

—No quiero ver a nadie de tu familia, tía, sin ofender —Aclaro, alejando el plato de mi vista. Mi apetito había desaparecido con rapidez—. No pueden esperar a que diga "si" luego de 20 años, no los quiero en mi vida.

La conversación había terminado ahí, Alison opto por el camino correcto, e invento una reunión de última hora, sabiendo perfectamente que la mención de su familia, simplemente arruinaba mi estado de ánimo.

El recoger la ropa sucia de la semana, hacia que mi tarde pase aun mas rápido, dejando de lado el amargo recuerdo de la familia Parks. Odiaba ese apellido, me había quitado prácticamente todo, dejando sola.

Tal y como lo estaba en la gran casa.

Fuertes golpes en la puerta me hacen fruncir el ceño y, negándome a dejar que algún extraño tire la madera abajo, me dirijo a la misma.

La visión de grandes brazos completamente tatuados me reciben con fuerza, una camisa blanca que dejaba ver los tatuajes que cubrían su torso, y una gran sonrisa en aquellos gruesos labios me hacen fruncir el ceño.

—¿Qué haces aquí? —Sé que sueno hostil, y hasta altamente enojada, pero no había logrado sacar la irritación de las palabras de Alison en mi sistema.

—Estoy muy bien, Holly —El sarcasmo que tiñe su voz me hace rodar los ojos, y no pierdo el tiempo al intentar cerrar la puerta en su cara, pero el pie del tatuado frente a mí se interpone, arruinando mi meta—. ¿Estas en tus días?

—Lárgate, Dash —Gruño, intentando nuevamente cerrar lo único que nos separaba, pero el moreno es más rápido y termina ingresando a mi casa, sin permiso alguno—Lar-ga-te.

—No- quiero —El contraataca, riéndose en cuando intento golpearlo—. Lo siento, ¿sí? Solo quería saber si quieras ir conmigo a un lugar.

—No —Suelto —Ya puedes largarte.

Las grandes manos de Dash se cierran en mis muñecas, impidiendo así, que logre sacarlo de la casa (algo que no iba a pasar).

—Lo intente por las buenas —Un chillido se libera de mi interior cuando Dash me levanta por las piernas, lanzándome sin algún cuidado sobre su hombro. Lo escucho reír en cuanto empiezo a patalear y soltar largos insultos, pero él los pasa por alto—. ¿Las llaves de tu auto?

—En mi trasero —Gruño, golpeando su espalda con más fuerza. Sé que no debí decir aquello, y me arrepiento en cuanto las grandes manos del moreno están sujetándome de aquel lugar. —. ¡Eres un hijo de puta!

—Y tú tienes un bonito trasero, nena. —El sonido de las llaves resuena en mis oídos, y suelto un gruñido cuando lo veo dirigirse nuevamente a la puerta. La puerta es cerrada con llave, y siento la presión de algo deslizándose en los bolsillos de mis jeans. El había tomado las llaves de mi casa.

—Esto cuenta como secuestro —Suelto, completamente enojada cuando Dash me deja en el asiento del copiloto—. Eres un imbécil.

—Gracias. —La sonrisa de Dash es completamente autentica, puedo ver el brillo divertido que cubre sus ojos antes de que cierra la puerta frente a mí. Observo como rodea el auto con rapidez, subiendo de un solo salto a mi auto.

Trato de buscar su moto por la calle, pero mi búsqueda termina en cuanto me doy cuenta que anda sin ella.

—¿Qué estás haciendo, Dash? —Murmuro, posando mis ojos sobre él. El tatuado chico junto a mi no dice nada, y simplemente guiña un ojo en mi dirección—. Estás loco.

—En realidad no —Responde, una vez que ya se ha alejado unos cuantos metros de mi casa—. Sólo necesitaba secuestrar a alguien, y Leigh no cuenta como secuestro, ella prácticamente se lanza sobre mí.

—¿Debería tomar eso como una indirecta? —Suelto, observándolo confundida—. ¿Si me lanzo sobre ti dejaras de seguirme?

—En realidad —Vuelve a sonreír, esta vez mostrando sus dientes—, podría tomar eso como una invitación, y créeme que no perderá la oportunidad.

—Nunca la tendrás. —Ruedo los ojos, cruzándome de brazos mientras observo el camino que toma. La vista de arboles cubriendo lo que parecía ser una entrada, me hace fruncir el ceño.

Dash no había conducido más de 1 kilometro, y parecía estar entrando a un bosque, un tenebroso bosque.

—No da tanto miedo como parece —Murmura, leyendo mis pensamientos—. En realidad es divertido.

—Quiero irme —Murmuro, siendo consciente del sonido de lo que parecía ser un sinfín de motores. Música retumbando contra los cristales de mi auto me hacen acomodarme en mi lugar, un amplio camino se abre frente a mis ojos y soy capaz de diferenciar al sinfín de personas en el lugar—. ¿Qué diablos es esto?...

—¿No has visto carreras de motos? —Su pregunta me hace negar con rapidez. Por alguna extraña razón, siempre había tenido fobia a las motocicletas, no quería tocar una en toda mi vida—. Estarás bien, te gustará.

—Odio las motocicletas. —Los ojos de Dash se detienen sobre mí, y parece ciertamente asustado por mis palabras. El moreno me observa como si tuviera un ojo de más.

En cierto modo podía entenderlo, a varias mujeres les encantaban las motocicletas, pero yo simplemente las odiaba.

El chico tatuado junto a mi baja del auto murmurando un "Que Dios te perdone". No puedo evitar soltar un risa confundida, ¿él enserio me había traído a una carrera de motocicletas sin siquiera saber si me gustaba?

Negándome a quedarme sola en el auto, bajo con rapidez, siguiendo a trompicones al moreno quien camina como si nada hacia la primera sección de motocicletas.

—¡Espérame! —Intento captar su atención, pero Dash pasa de mí, reuniendo con un grupo algo... extraño. La mata de cabello blanco que había diferenciado la noche de la cita obligada, entra en mi campo de visión cuando me detengo, a unos cuantos metros de ellos.

Un par de ojos color miel caen sobre mí, y es cuando todos y cada uno de ellos giran hacia mí, observándome como un bicho raro, como si no perteneciera a ese lugar, y lo cierto era que; no lo hacía.

Yo no pertenecía a ese entorno.

Los ojos de Dash caen sobre mí, y soy testigo de la sonrisa deslizándose en sus labios. Tengo ganas de volver al auto, quedarme en el interior de este hasta que esto terminará, o hasta que Dash se dignara en regresarme mis llaves.

Sé que no debería retroceder de espaldas, pero es lo único a lo que mi cuerpo responde. Soy testigo de la oscuridad apoderarse de los ojos de Dash, y de cómo una vena sobresale en su cuello cuando sus ojos se concentran en un punto detrás de mí.

—Aun es temprano para que huyas, nena —Un ronca y penetrante voz se desliza en mi cavidad auditiva, y unas grandes manos se apoyan en mi cadera, inmovilizándome por completo—. ¿O quieres que te lleve a otro lugar?, ¿uno más silencioso?...

Sé que debo alejarme de aquel extraño, sé que no debería estar aun de pie frente a él cuando me obliga a girar sobre mis pies, sé que debo alejar sus manos de mi cuerpo, pero simplemente me quedo de pie observando el par de ojos azules (tan claros como el cielo) cuando estamos frente a frente.

—Será mejor que te alejes de ella, Elton. —Los ojos azules que antes me observaban, están fijos en un punto detrás de mí, y me obligo a alejarme de aquel tipo en cuanto su sonrisa crece un poco más.

Cuando sé que él ya no podrá tocarme, soy arrastrada por una gran mano, y colocada detrás del alto y fuerte cuerpo de Dash.

—Vaya, vaya, Barton —El rubio se rie, y puedo notar la sorpresa en su voz—, ¿conseguiste puta nueva?

Mi boca se abre en cuanto aquella palabra abandona sus labios, y el asco se filtra en mi sistema cuando uno de los ojos del rubio se cierra en mi dirección. La gran mano de Dash se tensa en mi muñeca ante las palabras que son liberadas con veneno.

—Yo no soy puta de nadie —Me suelto del agarre de Dash, dando un paso por delante de él y deteniéndome antes de llegar a Elton. El rubio me sonríe, he intenta alcanzar uno de los mechones de mi cabello, pero golpeo su mano, alejándola con rapidez—. Piénsalo dos veces antes de ponerme una mano encima.

—¿Por qué? —Se burla, cruzándose de brazos—. ¿Vas a golpearme, dulzura?

—Ella no, pero yo sí —Siento el brazo de Dash envolverse en mi cintura, y tirar de mi antes de que sea capaz de sacarle los ojos al imbécil frente a mi—. Será mejor que te alejes de ellas, Elton —Escupe nuevamente, esta vez enfrentándolo—, o sino acabaré contigo.

La tensión en el cuerpo de Dash es mucho más que evidente, pero soy yo la que opta por tirar de él, alejándolo de aquel imbécil.

Por más que quisiera matar a Elton, no era partidaria de la violencia, lo había vivido en carne propia con el primer novio de mamá, no iba a volver a eso.

No quería hacerlo.

—Dash —Llamo la atención del moreno, pero no recibo ninguna respuesta—. Vámonos, por favor.

Sé que sueno estúpida, pero ciertamente no quería ser la culpable de una pelea, Dash no tenia porqué pelear por mí. Recién nos estábamos conociéndonos, y no quería arruinar la extraña relación que habíamos creado.

Dash parece ceder a mis palabras cuando tiro de él por quinta vez, pero la gruesa risa del rubio lo detiene de golpe, obligándolo a girar nuevamente sobre sus pies.

—¡Dash Barton ya consiguió quien lo tenga amarrado por el cuello! —Nuevamente, una sonora carcajada llama la atención de varias personas—. ¿Qué tal se siente Dash?, ¿Qué se siente dejar de follar con dos chicas distintas por día a terminar con una que te tiene en la palma de tu mano?

Un grito se escapa de mis labios cuando el primer golpe es acertado contra la mandíbula del rubio. El gruñido por parte de Elton me eriza toda la piel, obligándome a alejarme de aquella escena.

El chico que la noche anterior compartía un café conmigo mientras bromeaba sobre cosas estúpidas había desaparecido por completo, dejando a aquella bestia enojada frente a mí.

Los gritos y la música se mezclan con rapidez, empujando a ambos hombres a golpearse entre sí.

Sé, que al tercer golpe, Elton quedaría acabado, aun cuando intenta pelear por mantenerse de pie, sabía que Dash sacaría fuera la mierda de él.

—¡Dash! —Puedo sentir el nudo en mi garganta, pero no puedo dejar de gritar para detener al moreno, este simplemente se mantiene de pie mientras atesta un sinfín de golpes contra el cuerpo de Elton.

Él ya había dejado de pelear...

Sin saber que me empujaba, me abro paso entre algunas personas, llegando hacia Dash, quien dejaba caer el cuerpo inerte de Elton en el suelo.

Mis piernas se mueven por si solas hacia el rubio en el suelo, parte de su rostro se encontraba gravemente dañada, sabía que en poco tiempo lograría hincharse.

—¡Alguien llame a una ambulancia! —Grito, siendo completamente ignorada.

Golpeo con suavidad la mejilla del idiota que se había propasado conmigo minutos antes, pero el simplemente parpadeaba con lentitud. Un quejido se forma en mis labios cuando una gran mano se cierra en uno de mis brazos, tirando de mí sin cuidado alguno.

Ojos grises completamente enojados se enfocan en mí, logrando asustarme.

—S-suéltame, Dash —Mis palabras fallan, pero debo guardar silencio cuando los dedos del moreno se aprietan más contra mi piel, arrancándome otro quejido—. M-me estas lastimando...

Si antes no había logrado asustarme con su actitud, justo ahora, estaba haciéndome sobre mis pantalones con aquella mirada gris. Podía sentir el enojo desprenderse de ellos justo antes de que tire de mi cuerpo fuera de la multitud.

Intento soltarme de su agarre, pero solo recibo otro apretón de su parte. Mis gritos ya habían quedado atrás, justo donde estaba el cuerpo de Elton rodeado por aquella multitud que sacaba fotos, o simplemente se burlaba de su estado.

Daban asco.

—¡Suéltame, Dash!

—¡Y una mierda voy a soltarte! —El moreno gira sobre sus pies, enfrentándome nuevamente. El escalofrió recorriendo mi cuerpo no era el mismo cuando me beso, el miedo ahora se abría paso en mi sistema ante cada paso que Dash daba en mi dirección.

Ese no era él mismo chico que me había besado.

Este era otro, otro completamente enojado.

Este era más agresivo.

N/a:

Elton en multimedia<3


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