Camino por los pasillos de la parte de las clases para ir hacia la llamada de Minerva. Mi tía abuela ha vuelto a mandar al pobre niño de primer curso. El chico como es de Gryffindor tiene siempre problemas para llegar hasta mi a través de los Slytherin.
- ¿Minerva?- pregunto mientras entro en la clase. Mi tía abuela se encuentra frente a su mesa de la clase y se gira para encararme.- Un chico ha venido a decirme que me buscabas...
- Sí. Tenemos que hablar- dice mientras me acerco lentamente por el pasillo de la clase. Tenemos que hablar es la frase más temida por el 99% de la población mundial, mágicos o no.
- Dumbledore ha hablado conmigo sobre lo que paso anoche- comienza.- No vamos a hablar sobre ese tema pero debes saber que... el dolor mejorará, mejorará con el tiempo.
- Espera, espera...- digo mientras camino un paso atrás.
- Vas a recuperarte de esto, estarás bien...
- ¿Qué diablos sabrás tú? ¿Qué sabrás tú de esto...?- pregunto mientras comienzo a tener ese dolor en la garganta que se forma antes de que caigan las lágrimas.- ¿Cómo podrías tan siquiera saberlo?
- Debes mantener tu frente en alto y ser fuerte. Porque cuando te caes debes levantarte, levantarte y superarlo... debes seguir adelante.
- ¿Cómo te atreves a pedirme tal cosa? ¡No sabes nada!- digo mientras mis ojos comienzan a escocer.- ¿Cómo puedes tan siquiera hablar? ¡No estuviste allí! No te miraron a los ojos y te lo dijeron a la cara! ¡No estabas allí, no sabes como me siento! ¡No sabes lo que se siente cuando tu mundo arde y explota!
- No pretendo ponerme en tu lugar.
- Mejor, porque hasta que no te pase a ti no sabrás como me siento y de verdad prefiero que siga así- digo con voz ahogada mientras salgo de la clase.
Los pasillos están vacíos porque la mayoría de la gente se encuentras en sus clases. Sé que hay veces que los de los últimos cursos utilizan estas horas para entrenar o para estudiar, aunque no me encuentro con nadie por el pasillo.
Restriego mis manos por mis ojos para quitar las lágrimas pero otras nuevas vuelven a salir sustituyendo a las anteriores.
Casi derribo la puerta de la sala común de Slytherin cuando entro por ella. Todas las formas de la habitación se ven borrosas a través del agua salada de mis ojos.
- ¿Te ha hecho llorar tu tía abuela?- pregunta a quien reconozco como Draco Malfoy.
- ¡No sabes nada!- grito con furia, ira y rabia a la vez mientras mis ojos se despejan del todo.
Algo sale corriendo desde un lado por el aire. Una especie de figurita plateada flotante con forma de unicornio.
- ¿Cómo lo has hecho?- pregunto Draco asombrado mientras esquiva el unicornio volador.- Has hecho un patronus y estabas llorando. Y es un unicornio. ¿Por qué un unicornio?
- No... no lo sé- digo antes de irme escaleras arriba.
Me froto las manos contra el uniforme durante al menos diez minutos tratando de sacar esta mierda de mi. No puedo ser un persona normal si cada vez que no estoy feliz pasan cosas mágicas y extrañas.
- No puedes quedarte ahí encerrada toda tu vida- grita Draco desde el otro lado de la puerta.- Tienes que levantarte y seguir adelante. Eres bruja. Acéptalo y vive con ello.
Camino hacia la puerta con paso firme. Abro la puerta completamente de una sola vez.
- Personalmente creo que es lo mejor del mundo...- se regodea Draco.
- Si me da la real gana de quedarme aquí encerrada para el resto de mi vida, voy y lo hago- suelto en su cara.
- Pero no lo harás...- adivina Draco.
Lo aparto a un lado de un empujón y camino fuera de la habitación.
- ¡Lo sabía!- exclama extrañamente feliz por su acierto de casualidad.
Es hora de encontrar respuestas.