Entro en el comedor junto con mi tia abuela. Todos los chicos y chicas están ya sentados en sus respectivas mesas y cada una de ella lleva un uniforme diferente. Es algo extraño y... fascinante a la vez porque nunca he visto algo parecido en mi vida.
Siento como todas las miradas se fijan en mí nada más entrar por la puerta. Los susurros se extienden como la pólvora por la sala mientras hago lo que parece ser un camino kilométrico por el pasillo central.
- Tio, no puede ser una veela... no tiene el pelo rubio- responde un chico a otro mientras le asesta un puñetazo en el brazo.
- Lo decía porque tiene los ojos azules, idiota- le responde este mientras le devuelve el puñetazo.
No he oido la palabra veela en mi vida por lo que no sé de lo que están hablando seguramente será algo que tiene que ver con este tipo de gente.
- Te vas a sentar junto a mi- susurra mi tia abuela mientras subimos al lugar donde se encuentran todos los, posiblemente, profesores de la escuela.
Sí, claro... seguro que sentarme con los profes me ayuda a ser super popular entre la gente. Ya estoy intuyendo mi apodo... voy a ser la preferida de los profesores... me llamaran topo.
La única ventaja que tiene este lugar son las increíbles cantidades de comida que reposan en las largas mesas o lo fantástico que luce el techo con todas esas velas que misteriosamente están flotando en el aire...
Todo seria genial si mi estomago no estuviese cerrado con candado o si no temiese que la cera de las velas me cayese en el pelo o en un ojo...
Encima cuando me siento junto a Minerva me fijo en que todo el mundo de esta sala lleva túnica... ¿cómo encajo yo en todo esto llevando botas, skinny jean y un chaleco muy flojo? Esto parece la Edad Media.
Antes de poder tan siquiera tocar la comida... un sombrero ¿parlante? comienza a hablar mientras mi tía abuela lo toma entre sus manos. ¿Por qué tiene mi tía abuela un sombrero mágico parlante? Esto se pasa de raro.
En resumen el sombrero dice algo así como... sed fuertes en estos tiempos difíciles y... no sé que más. Estoy demasiado pendiente de la gente que no deja de mirarme como para echar cuenta a las palabras de un sombrero.
Después unos niños pequeños comienzan a colocarse en fila y se colocan el sombrero y este comienza a seleccionarlos para alguna casa, como dijo Minerva que se llaman.
La gente aplaude muy feliz cuando un niño es seleccionando para su casa... que pena no ser uno de esos niños.
Después el sombrero... seleccionador, como me comenta mi tía abuela que se llama, es sacado fuera del comedor y da comienzo la cena.
Minerva se pasa gran parte de la cena explicándome quien es quien y tal y cual para que vaya orientándome.
Cuando vamos por el postre, que consiste en una importante cantidad de gelatina roja, el que reconozco como director se levanta de su gran asiento central y camina hacia el frente para dar un discurso.
Presenta a un nuevo profesor de pociones que seguramente nunca tendrá nada que ver conmigo, por lo que le resto importancia al asunto. El profesor se levanta, la gente aplaude... y se comunica que un tal Snape va a dar defensa contra las artes oscuras... no sé por que pero esa asignatura suena un poco escalofriantes y peligrosa.
El tal Snape no se levanta de su asiento, sino que se queda con el culo clavado en la silla y la mirada fija en el frente.
Justo después el discurso se torna algo oscuro porque el director explica porque han sido registrados nuestros nombres a la entrada y cuenta una historia sobre un chico y sobre fuerzas oscuras... y armas que somos ¿nosotros?
Y... con esto y un bizcocho hasta mañana a las ocho es básicamente lo que ocurre después del discursito.
Vuelvo a seguir a mi tia abuela por el pasillo como si fuese su sombra hasta que llegamos a nuestras habitaciones.
Al parecer mañana Minerva me comentará que es lo que voy a hacer en este extraño colegio.