BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN...

By JoleHBellamy

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Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas. -Oscar Wilde. Hist... More

ADVERTENCIA
SINOPSIS
P R Ó L O G O
1
2
3.
BOOK TRAILER.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
Especial I
18.
19.
20.
21.
22.
Instagram
23.
24.
25.
26.
Especial II
Especial III
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
Especial IV
36.
AVISO.
37.
38.
39.
Portadas.
40.
41.
42.
43.
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47.
48.
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50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
GRACIAS
60. |Final|
Epílogo

4.

91.5K 4.8K 730
By JoleHBellamy

Poner un pie dentro de la enorme instalación, solo aumenta el nerviosismo que ya corría por mi sistema. Varias personas parecían completamente perdidas y yo me sumaba a ese numeroso grupo.

Los murmullos y saludos efusivos entre las personas a mí alrededor me obligan a apresurar mi paso. Me sentía fuera de lugar, y era algo comprensible, era la alumna nueva.

Intento encontrar la oficina en la cual deberían entregarme mi horario, pero simplemente termino vagando entre los pasillos mientras observaba cada una de las puertas.

—Esto apesta. — gruño, deteniéndome en medio de un pasillo atestado de estudiantes. Varias personas colocan su mirada sobre mí, pero regresan a sus asuntos con rapidez.

Estoy a punto de empezar con mi travesía, pero la fuerte colisión de un cuerpo contra el mío me arroja al suelo, incapaz de detener el golpe de mis rodillas contra el duro concreto.

Una maldición se escapa de mis labios e, ignorando el dolor en mis rodillas, tomo el gorro de lana que ha salido volando de mi cabeza. Una mueca se aferra a mi rostro y empalidezco con rapidez cuando me enfrento al culpable de mi caída.

Gruesos y tatuados brazos son los primeros en recibirme, el ancho pecho frente a mi parece una pared de ladrillos unidos a la perfección y...

—¿Terminaste de babear, niña? —Mi cabeza se levanta de golpe, enfrentando la gris mirada que aumenta la incomodidad en mi cuerpo—. Mira por dónde vas la próxima vez. Los murmullos parecen detenerse por completo, lo que me obliga a observar mi entorno. Miradas de preocupación y hasta de terror dirigidas hacia mí y el alto chico frente a mí—. Quítate de mi camino.

—Idiota —Respondo, recibiendo una mirada completamente confundida por parte del extraño—. Tú deberías ver por donde caminas y dejar de ser gilipollas.

Los murmullos y jadeos de horror resuenan en mis oídos, pero no me permito dejar que el idiota frente a mi logre humillarme. Furiosos ojos grises se dirigen a mí y trato de no mostrar el miedo que empieza a filtrarse en mi sistema cuando da un paso hacia mí. Una de sus grandes manos se cierra en mi delgado brazo, apretando fuerte. Su apretón no me lastima, pero lo miro enojada y tiro de mi brazo, liberándome de su agarre.

—Te arrepentirás de eso...

—Dash —Otro fuerte voz retumba en el silencioso pasillo y ambos nos separamos, encontrando al dueño de ella. Ojos azules observando en dirección del gran chico, claramente enojado—. ¿No tienes una clase a la cual ir?

—Sí. —Escupe, enojado. Los ojos grises no se separan de mí hasta que lo veo sonreír de lado y agregar en voz baja: —Esto no se quedará así.

Se gira, dejándome la vista de su amplia espalda cubierta únicamente por una camisa sencilla. Puedo percibir la mirada de varias personas sobre mi y los miro mal, recolocando mi chaqueta con rabia.

—¿Holly Parks? —Nuevamente, la voz de aquel hombre resuena, llamando mi atención. Asiento, completamente confundida, ¿me conocía? —. Ven conmigo, Alison me dijo que vendrías hoy por tu horario.

—¿Conoce a mi tía? —Pregunto, bajando mi tono de voz mientras doy un paso cerca al hombre. La sonrisa que me regala, deja de lado el altercado de segundos atrás, dejándome algo tranquila nuevamente—. Lo siento, pero no sé quién es usted.

—Alexander Clayton, decano de la escuela de Psicología —Asiento, caminando delante de él cuando me indica el camino con un inclinamiento de cabeza—. Lamento lo ocurrido.

—No es su culpa —Me adelanto a interrumpirlo cuando camina junto a mi—. Ese tipo es un idiota.

—Dash es algo difícil, debería decir —Musita. Las dudas de aquella mañana siendo aclaradas con rapidez. Sabía que su nombre era Dash y, también, que era un imbécil—. Solo mantente alejada de él ¿sí? Si ocurre algo contigo, Alison es capaz de matarme.

—No tengo miedo de él —Suelto, completamente segura—. Solo es un idiota tratando de llamar la atención.

—Solo mantente alejada, ¿sí? —Reprimo el impulso de rodar los ojos y termino asintiendo. Dash era solo un idiota, y sabía lidiar con ellos. ¿Por qué temerle a alguien que trataba de intimidar con contacto físico? Ya había pasado por eso, y ningún golpe dolería más que el que mi padre me había dado.

Me detengo justo después que Alexander frente a una puerta, él se encarga de abrirla y dejarme pasar primero. Un limpio y amplio recibidor es lo primero que puedo ver es el escritorio en medio del lugar, siendo ocupado por una mujer de mediana edad, esta me sonríe, mostrándome su perfecta dentadura.

—Comunícate con el decano de ingeniería por favor, Ella —Suelta, su voz completamente seria—. Y ya que estas en eso, ¿podrías buscar el horario de Holly Parks?

—Estoy en eso.

El señor Clayton me indica nuevamente el camino, y esta vez soy yo quien se encarga de abrir la puerta que se atraviesa en mi camino. La oficina es sumamente sencilla, un par de fotos de las que parecían ser su esposa y su hija, y los títulos enmarcados en la pared detrás del escritorio.

—Alison me habló de ti —. Me siento, frente al escritorio cuando él me lo indica y me aclaro la garganta—. Dijo que la psicología llamaba tu atención.

—Lo hace —Respondo, llenando el corto silencio que se crea—. Siempre me ha gustado ayudar a las personas, escucharlas. —Alexander me observa, mostrándome una pequeña sonrisa.

—Alison dijo que estabas pensando que tu padre tuvo que ver con...

—No es mi padre —Lo corto, sintiéndome incomoda—. El único padre que tuve en mi vida fue mi madre.

—Lo siento —Se disculpa, apoyando las manos sobre el escritorio—. Solo quería aclarar eso. Nadie interfirió entre tú y tu ingreso a la universidad, en realidad, tu examen estuvo en mis manos y es uno de los mejores exámenes que he leído en lo que va de este año.

Abro la boca, pero la cierro con rapidez al no saber que responder. Los ojos azules del decano me observan con decisión y el teléfono suena, rompiendo el incomodo silencio que está empezando a formarse.

—Ella te entregará tu horario y te guiará a tu salón, estaré a la orden por cualquier duda que se presente. Bienvenida a Columbia, Holly.

—Gracias. —musito, colocándome de pie en cuanto el toma la llamada. Hago odios sordos hasta que estoy fuera de la oficina. La morena me observa con una sonrisa y extiende su mano en mi dirección cuando llego frente a ella. Un papel blanco me es entregado sin que ella borre su sonrisa.

—Este es tu horario. Si me esperas un minuto podre llevarte a tu salón.

—Esperare afuera.

Abandono la habitación antes de recibir alguna respuesta por parte de Ella, con cuidado, cierro la puerta. Varias personas caminan frente a la puerta, completamente ajenas a mi presencia.

Me apoyo contra la pared cerca a la puerta y suelto un suspiro. Luego de saber cuál era mi salón, tendría que regresar a casa. No tenía nada con lo cual tomar apuntes y, simplemente, no quería estar viéndole la cara al maestro.

—¿Eres nueva? —Soy sacada bruscamente de mis pensamientos y enfoco mis ojos en la chica frente a mí. Cabello negro, piel morena y un par de ojos cafés me reciben junto a una gran sonrisa.

—Eso creo — Intento decir agregar algo, pero ella me interrumpe con rapidez.

—Soy Leigh. Leigh Adams —Estrecho su mano al momento en que la extiende en mi dirección —. Pensé que necesitarías ayuda para llegar a tu salón.

—En realidad, tengo quien me ayude con el recorrido —Intento ser lo más comprensible que puedo, y termino agregando una sonrisa a mi disculpa.

—¡Eso es genial! —Con una sonrisa más grande, asiento, tratando de darle la razón—. Si necesitas ayuda con alguna cosa no dudes en acudir a mí, estaría encantada de ayudarte.

Abro la boca para responder, pero el sonido de la puerta abriéndose me interrumpe, luego, la voz de Ella resuena, tomándome por sorpresa. —Holly, ya pode... oh, hola Leigh.

—Ella —La morena saluda con un leve inclinamiento de cabeza—. Espero que tengan un buen día, debo ir a clases. —Leigh se apresura a huir de nosotras y puedo escuchar el bufido de parte de Ella.

—Te recomiendo que no estreches lazos con ella —Murmura, confundiéndome totalmente—. Por lo que pude escuchar, talvez Dash la hay enviado.

—¿Dash? —pregunto, observándola. Ella me sonríe de medio lado, sacando a relucir su incomodidad—. El señor Clayton me contó que logro salvarte de las manos de ese animal.

—¿Qué tiene que ver Leigh? —Camino junto a Ella cuando me indica el camino. Mis ojos se pasean por el lugar ya vacío y las voces que se escuchaban completamente aisladas del pasillo.

—Leigh es algo así como la mano derecha de Dash, siempre queriendo llegar a más, pero sin conseguirlo nunca —Se rie, claramente disfrutando de la conversación—. Cuando ellos ingresaron yo estaba en mi último semestre, fui divertido ver como Leigh se arrastraba detrás de Dash, pero él siempre la ignoraba, aun lo hace.

—No es fea — Reconozco, haciendo una mueca. En realidad se podría decir que era hermosa—. ¿Por qué ignorarla?

—Dash Barton no sale con nadie.

—¿Ósea que es un Playboy de novela barata? —Pregunto riendo ante la expresión de Ella.

—Se podría decir, pero él tipo es realmente extraño.

—Lo más importante no se ve —Suelto, negándome a juzgarlo aun después de haber sido un completo idiota—. Talvez solo necesita alguien con quien hablar.

—Eso es lo que una estudiante de psicología diría —Ella se detiene frente a una puerta y yo de detengo frente a ella—, pero lo mejor es que te mantengas alejada de él, he visto lo suficiente para saber que no va a dejar en paz luego de lo que paso hoy.

—No le tengo miedo —Suelto, sabiendo que era verdad—. Puedo verme indefensa, pero sé defenderme muy bien.

—Confió en ti, pero el señor Clayton me pidió que hablara con los chicos de tus clases, ambos confiamos en ellos y sabemos que acudirán a cualquiera de nosotros si algo llega a ocurrir.

—¿Guardaespaldas? —Suelto, elevando una de mis cejas. Ella se rie, negando con rapidez.

—Holly —dice, y luego se aclara la garganta para continuar—, hablo enserio cuando digo que Dash es peligroso... Si escucharas todo lo que dicen en los pasillos.

Me cruzo de brazos, negándome a aceptar lo que estaba saliendo de sus labios. ¿Por qué las personas juzgábamos antes de conocer?, ¿por qué siempre encontraríamos el lado malo a las personas?

—Ella, agradezco todo lo que hacen por mí, enserio lo hago —Digo, soltando un suspiro—, pero no necesito que nadie cuide de mi, puedo hacerlo por mí misma, lo he hecho desde que tengo memoria.

La sonrisa de la morena decae un poco, pero luego vuelve a la normalidad cuando asiente.

—Solo tratamos de ayudar.

—Lo sé y lo agradezco.

Ella asiente, y es cuando me indica con un leve inclinamiento de cabeza que debo entrar a la puerta detrás de ella.

—Tus clases serán en este salón, los chicos son geniales y si necesitas algo sabes dónde encontrarme —Doy un vistazo sobre su hombro y siento como el nerviosismo empieza apoderarse de mi cuerpo—. Sé que no viniste lista para recibir clases, pero por hoy puedes entrar como oyente.

—Más vale ahora que nunca —Murmuro, pasando de ella. Golpeo la puerta frente a mí, y debo esperar un minuto, para que se abra frente a mí—. Soy Holly Parks, nueva alumna.

La mujer frente a mí, sonríe, mostrando sus dientes.

—Señora Hillary, el señor Clayton me envía para que deje entrar a Holly a clases, es nueva en la ciudad y recién obtuvo su horario hoy.

—Todo aquel que tenga ánimos de ayudar será bienvenido a mi clase —La puerta se abre aun mas, dándome el paso necesario para ingresar. La visión de varias miradas sobre mi me incomodan un poco, pero me obligo a sonreír—. Chicos —La maestra llama la atención de todos, desviando las miradas de mi—, les presento a Holly Parks, ella estará con nosotros en Psicología social. Espero que disfrutes las clases, Holly.

Murmuro un "gracias" hacia la maestra y procedo a ocupar uno de los asiento vacios, varias miradas siguen sobre mí, y puedo diferenciar las sonrisas amigables de las sorprendidas.

Claramente no esperaban a nadie más.

—Bienvenida Holly. —Mis ojos se desvían con lentitud y una amplia sonrisa me recibe. Los mechones de cabello rubio me hacen sonreír con diversión y sus ojos grises me invitan a observarlo con más detenimiento. Era bastante lindo.

—Gracias.

Podía ver venir un gran semestre por delante.

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