El olor a café recién preparado y galletas horneadas me hacen sonreír, salir de casa luego de estar toda una semana ordenando, parecía ser el mejor premio de todos, mas aun cuando mi estomago pedía algo mejor que la comida que estaba en mi refrigeradora.
Era hora de dejar el tocino por unos cuantos días.
Las personas dentro de la pequeña y acogedora cafetería, estaba atenta a sus asuntos, nadie parecía colocar su atención en mi. Obligo a mis pies a moverse con hacia la caja registradora y en esta un chico, de unos 25 años, me sonríe.
-Necesito un café fuerte.
-¿Puedes tomar café? -Él pregunta, claramente divertido. Mi ceño se frunce. Había que aceptarlo, parecía una niña, ¡pero tenía 20 años!
-Tengo lo suficiente como para pagarte ese café y largarme a un bar.
Las cejas del chico se elevan, con sorpresa., pero toma el pedido en silencio. Luego de haber dado todas las indicaciones requeridas, me encamino hacia una de las mesas vacías al final de la cafetería, justo frente a un cristal que daba a la calle principal.
Dispuesta a esperar mi café, saco mi teléfono junto a los audífonos y rebusco entre mi lista de reproducción que había estado escuchado.
Mis dedos golpean la mesa al ritmo de The Night Still Young1 y mis ojos se enfocan en las personas caminando fuera del lugar. Cruzando la calle, frente a lo que parecía ser un bar, un auto negro y 5 motocicletas, se encontraban estacionadas, pero eso no era lo que llamaba mi atención.
-En ese lugar ocurren muchas cosas -La voz del chico que había tomado mi pedido llega a mi oído y, optando por prestarle atención, quito el taco que se encuentra en mi oído-. La última vez vi como sacaban a un hombre completamente inconsciente.
-¿Bar de peleas? -Pregunto, agradeciendo en silencio cuando la taza es colocada sobre la mesa.
-No lo sé -Sus hombros se encogen con indiferencia y luego me sonríe-. Nunca te había visto por este lugar, ¿tienes nombre o solo debo recordar tus bonitos ojos azules?
Palabras como esas, debían hacerme avergonzar, pero en lugar de eso; me río, negando con diversión.
-Tengo una semana aquí. Y no, pronto te olvidaras de mis ojos, pero mi nombre es Holly.
-James -Él sonríe, pero luego una maldición abandona sus labios cuando alguien lo llama, claramente esperando que su pedido llegue a tiempo-. Nos vemos, Holly.
Respondo a su despedida con una sonrisa y de inmediato, mi cabeza gira hacia el cristal. Mis ojos se pasean por el pequeño parqueadero que los propios motociclistas habían creado y me detengo sobre una de las motos.
Esta parecía fuera de lugar, resaltaba a simple vista. Como si el color rojo llamara los ojos de todas las personas pasando por ahí.
Un estremecimiento sacude mi cuerpo con rabia y la incomodada se apodera de mi sistema. Eso solo ocurría cuando me sentía observada... tal y como estaba ocurriendo justo ahora.
Escaneo la cafetería con sumo cuidado, pero no logro encontrar al dueño de la mirada, toda y cada una de las personas están metidas en conversaciones o leyendo algo en sus respectivos periódicos.
Intento buscar a James, pero no lo encuentro a simple vista.
-Te estás volviendo loca, Holly. -Murmuro para mí misma. Negando a quedarme un minuto más, tomo el café a sorbos lentos.
Los días que faltaban para iniciar clases cada vez corrían con más rapidez, Alison me había llamado un sinfín de veces, diciendo una nueva disculpa por todo lo que había pasado.
Yo había cedido ante la sexta llamada, logrando hablar con ella sobre la universidad y un viaje que tenía que hacer a Australia, lo cual entendía.
Cuando más de la mitad del café ha desaparecido, mis ojos regresan hacia aquel bar, en este, tres hombres se encuentran junto a las motocicletas.
La visión de un sinfín de tatuajes queda marcada a fuego en mis ojos, duros y tonificados músculos cubiertos con una simple camisa, mi boca cae abierta cuando descubro que los tatuajes parecen cubrir parte de su cabeza.
-Las personas suelen ser demasiado extrañas -Mi cabeza gira con violencia hacia James, quien coloca un pequeño papel junto a unas cuantas monedas-. Tu cambio.
-¿Quién es? -Pregunto, refiriéndome al extraño cubierto de tatuajes. Jame observa por un segundo a través del cristal y empalidece, donde antes había una sonrisa amistosa, una mueca de susto ocupaba su lugar.
-No quieres saberlo, créelo. -El castaño murmura algo que no logro entender y se da la vuelta, sin darme tiempo a decir algo.
Vuelvo a observa al extraño con tatuajes y me congelo en mi lugar cuando veo que sus ojos se enfocan sobre mí, trago saliva. El ceño fruncido que me dirige me llena de una extraña sensación.
Siento como la respiración se me corta cuando una lenta sonrisa se desliza en los labios del moreno.
Sin saber qué hacer, tomo el resto del café de un solo sorbo, guardando mi teléfono y el cambio en mi bolso. Me despido de James con una simple sonrisa y abandono la cafetería.
El viento golpea contra mí, revolviendo mi cabello. La sensación de ser observada solo aumenta con cada paso que doy hacia mi auto, y obligo a mis pies a moverse con rapidez.
Una vez que me encuentro dentro del auto, cierro las puertas, logrando respirar con tranquilidad. Mis ojos se mueven de vuelta al bar, el mismo chico que me observaba se encuentra apoyado en la motocicleta roja, observándome con una sonrisa ladeada, claramente divertido por mi pequeña maratón.
El fuerte pitido de mi celular me asusta, logrando sacarme una maldición.
Sacando de mi cabeza todos los métodos de asesinatos posibles, saco mi teléfono del bolso. El nombre de Alison brillando en la pantalla me hace soltar un suspiro, respondo, negándome a alejar a la única persona que podía considerar familia.
-Tía -Saludo, dejando caer mi cabeza contra el asiento-. ¿Llegaste bien?
-Demasiado bien -Se rie, y puedo escuchar claramente como mastica algo-. La comida de Australia es la mejor, deberías venir conmigo a uno de mis viajes.
-Claro que no -Me niego, odiando la vida de lujo que ella llevaba-. No es lo mío.
-Eso no lo sabes -Contraataca, haciéndome rodar los ojos-. Eso no es importante por ahora, debo decirte algo y no sé como reaccionaras.
-¿Envenenaste a alguien de camino a Australia?
-Que graciosa -Suelta con sarcasmo, luego, puedo sentir como el ambiente cambia en la línea del teléfono-. Cariño, él quiere verte.
Guardo silencio, sabiendo perfectamente a que se refería. Él... ¿Él quería verme?, ¿después de cuantos años?
-No tengo nada que hablar con ese señor. -Mi tono de voz es frío, completamente sin una pizca de cariño. Intento enfocarme en otra cosa y lo único que encuentro para enfocar mi energía, es poner mis ojos sobre el chico con tatuajes.
Él aun se encuentra ahí, apoyado contra la motocicleta roja mientras habla con otro chico, de un segundo a otro, sus ojos vuelven a colocarse sobre mí, pero esta vez no aparto la mirada.
-Holly... él parece estar arrepentido.
-Tiene una familia y sé muy bien que no formo parte de ella.
-Cariño...
-Tía, no quiero hablar sobre eso -El silencio nuevamente llena la línea, haciéndome sentir culpable por hablarle así a Alison-. ¿Conoces a todas las personas en Nueva York? -No sé por qué pregunto aquello, pero no me detengo. Quería saber quién era ese chico.
-Depende, ¿Por qué?
-Nada importante -Cambio de opinión, soltando un suspiro-. Debo colgar, tengo que conducir.
-¿Dónde estás?
-Encontré una cafetería a un kilómetro de la casa, el tocino puede llegar a aburrirme -Alison se rie, pero de un segundo a otro, guarda silencio.
-Por nada en especial... ¿Ese lugar queda frente a un pequeño bar de motociclistas?
-Irolic -Respondo, fijándome por primera vez en el nombre del auto, vuelvo a observar al chico con tatuajes, pero él se encuentra dándome la espalda.
-Holly, nunca vayas a ese lugar. Escúchalo bien. Nunca entres ahí -Mi ceño se frunce, completamente confundida.
-¿Qué?
-Solo cree en mí, ese lugar es demasiado peligroso -Observo con interés el bar. ¿Alison no sabía que al negarme la entrada a aquel lugar, solo me empujaba a ir con más fuerza? -. Holly, promételo.
-Lo prometo -Mis palabras me abandonan con rapidez-. Debo conducir, te quiero.
-Cuídate, cariño.
Termino con la llamada y empiezo a tamborilear mis dedos contra el volante.
¿Qué había de peligroso en un bar a plena luz del día?, ¿un par de motociclistas?, ¿Qué tanta diferencia tenían con los que conocí en Los ángeles?
Negándome a romper la promesa que hice a Alison, enciendo el auto, abandonando el estacionamiento de la cafetería con rapidez. El par de chicos fuera del bar colocan sus ojos sobre el auto, pero el tatuado, simplemente me observa.
Me observa como si supiera algo que yo no había logrado saber, dejándome llena de dudas.
¿Lo conocía de algún otro lugar? La respuesta era no, nunca podría haber olvidado la cantidad de tatuajes en una sola persona, era algo que difícilmente saldría de mi cabeza.
-Es una estupidez -Murmuro, soltando una risa-. No puede ser un asesino... o al menos no parece eso.
Cierro la boca en el mismo instante en que doy un giro en una esquina, perdiendo de vista al alto tatuado.
Él estaría en mi cabeza... al igual que las cosas que no solía resolver. Quería saber su nombre.
The Night Still Young: Single del ultimo disco de Nicki Minaj.
N/a:
Espero que les guste el tercer capitulo, poco a poco sabre quien es aquel chico.
Yo estoy emocionado por que lo conozcan dskjvnefwjbn
¡Gracias por las mas de mil lecturas y 300 votos! Enserio hacen de este un mundo mejor<3
Pd: Estoy necesitando una portada nueva para Aggressive :( ¿Alguien puede ayudarme?