Sinsajo Herido

Av TallerDeLuzArtesana

42K 2.6K 802

Katniss y Peeta ya son marido y mujer, van juntos al Vasallaje de los Veinticinco y enfrentan la muerte una v... Mer

Nota de la Autora
Capítulo 1: Aliados.
Capítulo 2: Tenemos Nuevos Aliados
Capítulo 3: Mutos
Capítulo 4: Tic-Tac, Esto es un Reloj
Capítulo 5: ¿Qué Rayos Pasa Aquí?
Capítulo 6: Besos y Pasión en la Arena.
Capítulo 7: Yo te Necesito...
Capítulo 8: El Rayo
Capítulo 9: En Recuperación y Adaptación
Capítulo 10: Alma Coin
Capítulo 11: Fugitivos
Capítulo 13: Gale & Madge
Capítulo 14: Cenizas, Silencio y Desolación
Capítulo 15: El Recuerdo de Rue
Capítulo 16: Distrito 8
Capítulo 17: El Sinsajo
Capítulo 18: ¡Estás Vivo!
Capítulo 19: ¿Qué te han hecho?
Capítulo 20: Segunda Fuga
Capítulo 21: Problemas y Rescate I
Capítulo 22: Enjaulada en el 13
Capítulo 23: La Advertencia
Capítulo 24: Rescate II
Capítulo 25: Escape en Llamas
Capítulo 26: Tú Saltas...
Capítulo 27: La Revelación
Capítulo 28: Prisionera
Capítulo 29: ¡Lo Pagarás...!
Capítulo 30: Sinsajo Herido
Capítulo 31: Boda
Capítulo 32: Rumbo al Capitolio
Capítulo 33: Escuadrón 451
Capítulo 34: ¿Real o No?
Capítulo 35: Atrapados
Capítulo 36: Quédate Conmigo
Capítulo 37: Peeta vs Gale
Capítulo 38: Fuego Cruzado
Capítulo 39: Dudas
Capítulo 40: La Ejecución
Extra + Agradecimientos

Capítulo 12: ¿Qué fue de ti...?

846 69 44
Av TallerDeLuzArtesana



Al día siguiente despierto en un enredo de miembros acalambrados. Parece que el frío de la noche nos hizo acurrucarnos cuando se extinguió la fogata; mi cabeza reposa sobre las costillas de Gale y Johanna está boca abajo, atravesada sobre Finnick y mi amigo, su trasero a centímetros de mi cara.

- Johanna, ¿podrías moverte un poco, por favor? -le pide Gale cortésmente, levantando apenas la cabeza. Yo me incorporo rápido y me estiro, flectando mis músculos.

- ¿Quieres quitarte de encima nuestro? -le pide Finnick con menos cortesía y tratando de levantarse.

- Fue un placer dormir con ustedes, muchachos... -comenta estirándose Johanna- Hagámoslo de nuevo alguna vez -remata, risueña y traviesa igual que en el ascensor.

El sol brilla fuerte ya, aún es verano pero bajo los árboles hay buena sombra. Descubrimos a nuestro pesar que las brasas ya están del todo frías y tampoco nos queda leña para asar el segundo pavo, que dejamos dentro de una de las mochilas y colgado a bastante altura en un árbol, a salvo de posibles depredadores. Johanna intenta subir a recuperarlo pero enseguida queda patente que no está en buenas condiciones para trepar árboles y yo subo por el ave.

- Esto es humillante... antes de quebrarme la pata y machucarme las costillas podía subir árboles tan bien como tú -protesta al verme subir y bajar sin problemas. Le entrego la mochila a Gale.

- Katniss Everdeen, la ardilla humana -bromea Finnick.

- Por eso Katniss es la que siempre sube a los árboles por frutas o a sacar huevos de los nidos -tercia Gale y me recuerda los ciruelos que cosechábamos antes.

- ¿Crees que aún queden ciruelas y fresas? -le pregunto.

- Sí, todavía deben quedar, pero falta bastante aún para llegar a los bosques del 12... ni siquiera hemos llegado a la casa del lago -responde mirando hacia lo lejos.

- ¿Y cuánto nos falta para llegar a ese lago? -inquiere Finnick.

- Medio día si vamos rápido... pero creo que tendremos que hacer más de una pausa por Johanna y en ese caso, llegaremos al atardecer -concluye Gale, tomando una botella.

- Pues por mí no se preocupen, ya estoy mejor -señala Mason pero sabemos que no es tan cierto, tendremos que parar al menos un par de veces para comer y descansar.

Bebemos agua y nos lavamos la cara antes de retomar camino, lo que es un decir, ya que no hay caminos que seguir en absoluto. Sin embargo, confío ciegamente en el excelente sentido de la orientación de mi camarada de caza. Claro que antes de partir procuramos borrar las huellas de nuestro primer campamento: esparcimos las cenizas, enterramos los huesos y cubrimos con tierra lo que fue el centro de la fogata. Cercano al mediodía hacemos un descanso, Gale descubre un pequeño arroyo que brota de entre rocas en una ladera, lo que nos alegra sobre manera. Una fuente de agua significa animales que vienen a beber, presas que cazar. Gale y yo montamos trampas con el alambre que mi amigo le pidió "prestado" a Beetee en Tecnología, es algo más grueso que el que usó en la arena así que es estupendo para elaborar lazos que dejen algún despistado conejo colgando del cogote. Las dejamos listas y nos reunimos con Mason y Odair que recorren el perímetro en busca de leña y bayas. A Johanna los bosques no le son ajenos, si bien tiene menos conocimientos de plantas que yo, pero Finnick parece pollo en corral ajeno. Me aseguro de instruirlos bien en bayas comestibles, no vaya a ser que traigan jaulas de noche. Mientras tanto, encuentro cebollinos que desentierro y meto en la mochila. Diviso pinos más allá, lo que me recuerda su corteza interior comestible y el té de agujas de pino que podríamos hervir si tuviéramos algún tiesto. Se lo hago notar a Gale, quien también se ha percatado que nos vamos aproximando al primer destino. Mis aliados miran el paisaje con ojos curiosos. Johanna sigue cansándose rápido pero estar al aire libre y entre árboles le ha mejorado el ánimo, a ratos hasta se le olvida maldecir o quejarse por las costillas magulladas.

De las seis botellas con agua nos queda la mitad, así que rellenamos las vacías en el arroyo, ya no queda nada del último pavo, salvo los huesos, ya lo asamos y devoramos con apetito luego de media jornada caminando. Tenemos dos conejos que cayeron en nuestras trampas, bayas y algunas verduras. No está mal. Por lo menos la comida ya no es nuestra preocupación. 

Ahora que hemos llenado la tripa, vuelvo a concentrarme en la misión: Peeta y Annie. Dejamos que Johanna y Finnick duerman una breve siesta, Gale me dice que duerma yo también pero no quiero dejarlo vigilando solo, es arriesgado aún, lo acompaño a montar la guardia. La chica del 7 cae pronto y profundo en el mundo de los sueños, pero Odair se da vueltas inquieto, musitando y hablando con Annie, tal como en el Vasallaje. Gale empieza a cabecear y luego se le cierran los párpados así que lo dejo dormir un poco porque es quien menos ha descansado de los cuatro, anoche vigiló varias horas antes que lo relevara Finnick. Vigilo sola más o menos media hora hasta que me doy cuenta que Finnick tiene una pesadilla, le toco el hombro y le hablo para tranquilizarlo.

- Era una pesadilla, Finnick, sólo fue una pesadilla, un mal sueño -digo intentando calmarlo porque aún se nota alterado.

- Y una horrible, espantosa... -señala sentándose- Katniss, ¿qué crees que está pasando con ellos ahora... allá en...?

- No quiero pensarlo, Finnick, no quiero pensar, creer ni imaginar nada -lo corto antes que siga, no quiero elaborar teorías sobre el vasto repertorio de crueldades y truculencias a los que pueden estar siendo sometidos.

Despertamos a los dormidos y retomamos nuestro rumbo. Tal como expresó Gale, casi al atardecer logramos ver la casa del lago unos metros adelante. Me adelanto emocionada, estamos acercándonos al 12, un día más cerca de rescatar a mi Peeta, Finnick debe pensar lo mismo acerca de Annie porque también camina más deprisa. Hasta que siento el firme brazo de Gale que me atrapa y me impide seguir avanzando, también nos coacciona a todos a quedarnos donde estamos gritando un sorpresivo  "¡Alto!" con voz de mando, lo que me desconcierta en un principio. "¡Alto! ¡detente, Katniss! ¡deténganse todos... no es seguro!" nos dice casi susurrando y con la mano indica los montículos que había pasado por alto en mi alegría por haber llegado. A Finnick y Johanna no les llaman tanto la atención hasta que ven las cruces sobre las piedras y nos quedamos helados. Alguien estuvo aquí antes que nosotros... y hay dos tumbas. Dejamos que Gale se adelante, es más silencioso y ágil a pesar de su porte, además hace gala de su reciente entrenamiento militar reptando con los codos entre la maleza. Lo imitamos cuando hace una seña. Gale se adelanta otra vez hasta quedar bajo de una de las ventanas sin vidrio y se levanta poco a poco, asomándose cuidadosamente, como si temiera que alguien le saltara encima desde adentro. Estoy conteniendo mi respiración y escucho cómo me late de fuerte el corazón, estamos quietos como estatuas sin pestañear siquiera los tres. Poco a poco, mi amigo se acerca al hueco sin puerta y se asoma con sigilo. Enseguida entra y nos quedamos expectantes un eterno minuto hasta que lo vemos salir caminando tranquilo, llamándonos con la mano.

- No hay nadie, pero aquí estuvo alguien y ese alguien mató a dos personas -comenta señalando las tumbas a unos cinco metros de la casa.

Al dar la vuelta a los montículos de piedras y mirar los nombres escritos en las toscas cruces de palos, me quedo helada y se me para el corazón por un segundo. Los nombres son Bonnie y Twill. Las mujeres del distrito 8 que pretendían llegar caminando al 13 para pedir ayuda. ¿Qué les pasó? ¿Quién las mató y las enterró? ¿Agentes de la paz? Mis amigos no entienden mi reacción de estupor ni mi pena por dos aparentes desconocidas, así que luego de calmarme un poco, les explico quiénes eran Bonnie y Twill y las circunstancias en que nos conocimos tiempo atrás en esta casa abandonada.

Con cautela entramos todos a la casa, pese a que está vacía hay señales que fue utilizada... alguien estuvo aquí. En todo caso, las señales no parecen ser muy recientes, quien sea haya estado en la casa, han pasado unas dos semanas desde su estadía. Se nota por el polvo sobre la repisa de la chimenea, las huellas de zapatos (pequeños como mis pies) que han sido cubiertas por una capa leve de polvo también, la cama desordenada hecha con las capas de los uniformes de agentes de la paz que hurtaron Bonnie y Twill, los pliegues han acumulado polvo. Registramos por todos lados buscando algo que pueda ser útil o que pueda indicarnos quién era el o la misterioso/a habitante de la casa del lago. No hay comida pero alguien comió ciruelas, hay gran cantidad de cuescos amontonados en una pila, también cáscaras de huevos y hojas secas de diversas plantas comestibles. Junto a la chimenea, el tarro de lata en el que las mujeres hervían el té de agujas de pino, lo recojo y soplo del interior el polvo y hojas secas de menta. Gale registra la cama con un palo, como si hubiera algo abajo, lo que me parece exagerado. Cuando determina que no hay nada que temer, levanta de un tirón ambas capas y cae un cuaderno o librito con tapas duras. Gale lo toma y empieza a hojearlo. 

- ¡¡Madge!! -exclama sorprendido, contemplando el cuaderno abierto de par en par.

Me acerco a Gale, me posiciono a su lado mirando las páginas escritas a mano... es la letra de Madge. No me cabe la menor duda, es la letra de Madge Undersee, la conozco bien porque fuimos a la misma clase durante casi toda la vida. Me siento un poco intrusa cuando me doy cuenta que es su diario de vida o algo por el estilo. Gale sin embargo, hojea páginas deteniéndose en algunas con mirada triste, melancólico. Me pregunto por primera vez qué tanto llegó a conocer a Madge y si hubo algo más que consolarse mutuamente por mi ausencia en aquellas citas, si acaso Gale llegó a sentir algo por ella. Cuando me lo dijo creí que así había sido pero después manifestó no estar enamorado de ella. Me resulta confuso. Lo dejo solo un momento, me reúno con Finnick y Johanna que están preguntando si es la misma Madge que entrevistaron al quedar finalista en mis primeros Juegos del Hambre. Les contesto afirmativo. 

- Madge... -escucho a mi amigo pronunciar con tristeza- llegaste finalmente... ¿qué fue de ti?... ¿dónde estás ahora?

- Bien, tal vez tu amiga Madge mató a Bonnie y Twill para quedarse con su comida y la casa... tal vez pelearon por eso -señala Johanna.

- Madge no mataría a nadie, tú no la conocías -le espeto con dureza por pensar lo que dijo- Madge era una chica tímida y jamás asesinaría a nadie.

- Exacto, aunque sí luchó por sobrevivir... sobrevivió al bombardeo pero no sus padres, llegó aquí después que nos rescataron y estuvo esperando en esta casa por si yo regresaba por ella... -dice Gale y añade con voz de arrepentimiento- debí volver antes, debí pensar en esa posibilidad... pero ya no está, se fue... quizás dónde está ahora, quizás haya muerto de hambre en el bosque como Bonnie y Twill, ella no las mató, las encontró moribundas cerca de aquí y luego las sepultó como pudo -Gale, taciturno, me pasa el diario y leo lo que escribió mi amiga.

"Querido Diario: He llegado a la casa del lago, pero Gale y los demás no están, se han ido... no tengo idea dónde estarán ahora. Estoy sola en esta casa, intenté rescatar a mis padres pero fue inútil, los encontré ya muertos, no sirvió de nada devolverme por ellos, no logré sacarlos, tampoco a nuestras sirvientas. Todos están muertos en el 12, excepto Gale, su familia, la de Katniss y las personas que haya logrado rescatar. Y yo... 

Pero sin comida, no sobreviviré mucho, en el lago puedo sacar raíces de saeta, Katniss me habló de ellas, también de los nidos de las aves acuáticas donde hay huevos y me enseñó las hierbas y plantas que se pueden comer. Gale me mostró un lugar donde él y Katniss cosechaban las fresas que le vendían a mi padre y árboles llenos de ciruelas. Recuerdo haber visto a Katniss en los primeros Juegos sacar y comer la corteza interna de los pinos, además de bayas que también hay por acá, he visto muchos arbustos donde están madurando."

Madge. Sobreviviste al bombardeo pese a todo. ¿Qué te ocurrió, donde fuiste? me pregunto en silencio, con un nudo en la garganta. Luego sigo leyendo.

"Querido Diario: Han pasado tres días ya desde que llegué. Me las he arreglado con fresas, ciruelas, bayas y hojas de menta para hacer té. También robé huevos de los nidos y asé raíces de saeta en la chimenea... aunque me costó mucho encender el fuego. 

Extraño mucho a mis padres, he llorado mucho por ellos... no eran malas personas para que el Capitolio les hiciera eso, NADIE del 12 merecía morir así.

Extraño a Gale también... él fue bueno conmigo después de todo, siempre creí que yo le caía mal porque mi padre era el alcalde y en mi casa no pasábamos hambre como la gente de la Veta. Me trajo al bosque y a este lago cuando Katniss estaba en el Vasallaje. Pudimos conocernos mejor y le demostré que yo no soy una snob petulante como creía, él tampoco era tan malo ni arrogante como yo creía... fue muy tierno y especial conmigo. Al menos, pudimos arreglar nuestras diferencias y ser algo más que amigos... quiero creer que él siente o sentía algo por mí, como yo por él. Me dijo varias veces y quiero creer que no fui una de esas chicas del colegio con las que salía antes para olvidar a Katniss porque eran fáciles de convencer... espero no haber sido para él una presa fácil que cayó en su trampa, una tonta fácil a la que engañar con palabras bonitas y llevarla al bosque para aprovecharse".

Dejo de leer. Le doy una mirada furiosa a Gale. Se aprovechó de Madge así como de otras muchachas que caían rendidas a sus pies. Lo odio. Lo odio con todas mis fuerzas. Es un estúpido. 

- ¡Eres un idiota, Gale Hawthorne! -le escupo enojada y como pone cara de "qué-hice-yo", le largo con furia- ¡Te aprovechaste de Madge! ¡te aprovechaste porque sabías que tú le gustabas y por eso la trajiste al lago y la llevaste al bosque! Igual que las otras chicas que andaban susurrando detrás tuyo en el colegio... ¿a cuántas más embaucaste y te llevaste al bosque aprovechándote de tu atractivo y tus músculos? -le grito.

Johanna y Finnick nos miran con los ojos muy abiertos y las cejas arqueadas, de seguro están sacando conclusiones de lo que he dicho. La verdad, estoy gritando y no me importa mucho. Aunque Gale me haya besado el día que empecé la Gira de la Victoria, aunque yo lo haya besado en la cocina de mi casa cuando estaba dopado tras los azotes, aunque me dijo "te amo" en esta misma casa; aún así, siempre tuve la sospecha que él podía salir con otras chicas, había candidatas de sobra, susurrando y suspirando por él en los pasillos del colegio. Y que aquellas citas no se limitaban a castos besos de pantalla como los que yo me daba con Peeta en la cueva o en la Gira. Estoy furiosa, una oleada de rabia me inunda al pensar que Gale se burló delos sentimientos de Madge sólo porque sabía que a ella le gustaba mucho. Alcanza a retroceder a la defensiva antes que mi cachetada le dé en el rostro. Entonces le lanzo el diario, que le da a la altura del pecho. Sus manos lo capturan antes que caiga al suelo.

 - Katniss... no es lo que crees... -empieza a justificarse, pero no lo escucho, salgo de la casa pateando el tarro y lanzándolo lejos.

Veo que Johanna nos mira a Gale y a mí con ojos entrecerrados, luego le da una mirada de reojo a Finnick, que se encoje de hombros. Tampoco me importa lo que piensen ellos. Camino hacia el lago a grandes zancadas y me siento en el pasto. Johanna me alcanza y se sienta a mi lado.

- Oye, ¿qué tiene de malo que tu primo salga con chicas? Tiene derecho a divertirse también... y con esa cara y ese físico, vaya sí que debe tener chicas a montones... si fuera unos años mayor hasta yo lo intentaría, está como quiere tu primito -sonríe Johanna.

- ¡No somos primos! -gritamos Gale y yo al unísono, como si nos hubiéramos puesto de acuerdo. Veo su larga sombra en el pasto pero no me giro a mirarlo.

Luego Gale se da media vuelta y vuelve a la casa, siento sus pasos pesados, no se preocupa de ser silencioso. La sombra y la figura de Finnick se unen a nosotras. 

- Katniss, si tú estás enamorada y casada con Peeta, ¿cuál es el problema? ¿celos? -me pregunta arqueando las cejas, insinuando que hay algo entre Gale y yo, él supo por Haymitch en el Centro de Entrenamiento que no era mi primo si no mi mejor amigo y por eso me molestaba con lo de la boda y los azucarillos- Creía que de verdad te habías enamorado de Peeta luego de verte reaccionar desesperada cuando se electrocutó y todo lo que vi después.

- No se trata de celos, Finnick, Gale es sólo mi amigo... si alguna vez estuve confundida o él tuvo un interés romántico conmigo, le aclaré antes de la Gira que no podía pensar en él ni en nadie de esa forma. Después, en el Centro de Entrenamiento me di cuenta que amaba a Peeta y nos casamos -les explico haciendo girar un tallo de hierba entre mis dedos- Pero tengo mucha rabia y estoy furiosa que se haya aprovechado sabiendo que Madge estaba enamorada de él... era mi amiga, ¿cómo pudo aprovecharse y sacar ventaja de su atractivo y jugar con sus sentimientos? Es un tarado...

Gale nos llama desde la casa, está oscureciendo cada vez más y es mejor resguardarse bajo techo. Hacemos fuego en la chimenea y comemos uno de los conejos, con té de menta más unas bayas antes de acostarnos. Acomodamos las mantas y nos tapamos; esta vez no me acuesto al lado de Gale, sino al otro extremo, junto a Johanna. Me cuesta quedarme dormida por la preocupación por Peeta y también por Annie. Y a eso se agrega una nueva angustia: saber qué fue del destino de Madge. Si al final logró escapar a las bombas, ¿dónde está ahora? Quisiera saberlo. 

Sigo sin dormir, ha pasado una hora o más creo y ahora es Johanna Mason la que se revuelve inquieta en el sueño. Le doy un codazo, pero fue peor, en vez de calmarse se enfurece y empieza a forcejear conmigo gritando:"¡Te mataré, maldito bastardo! ¡Toma!", creo que intenta cortarme la cabeza, se lanza arriba mío y me golpea como si tuviera un hacha entre sus manos.

- Johanna, soy yo, Katniss... ¡para, detente! -le grito pero no para, sigue a los golpes conmigo- ¡Soy Katniss!

Gale y Finnick han despertado y me la quitan de encima, Finnick la remece hasta asegurarse que despierte, aunque sigue en actitud de ataque, con los dientes apretados y los ojos asesinos.

- ¿Dónde está? -grita mirando alrededor- ¿dónde estás, Snow, maldito bastardo?

- ¡Hey, cálmate, sólo fue un sueño -le espeta Gale.

- Johanna, escúchame, estabas soñando... Snow no está aquí -Finnick la sacude otro poco hasta que ella lo mira- Cuando lleguemos al Capitolio lo matas a hachazos si quieres... si Katniss y yo no lo matamos primero...

- ¡Lo mataré! Por todo lo que nos ha hecho -escupe Johanna rabiosa.

- Pero no me mates a mí, ¿quieres? -le digo yo recostándome otra vez.

- Lo siento, descerebrada... me pongo así cuando pienso en esa escoria de Snow -se disculpa y se tapa a mi lado. 

- Bien, si es posible, quisiera dormir un poco antes del amanecer sin que alguno de los tres me despierte con sus pesadillas -advierte Gale con algo de sarcasmo.

- ¡Gale, cállate! -le ladro yo, aún enojada con él.

- Mira, bonito, tú no tienes pesadillas como nosotros porque nunca fuiste a los Juegos -le espeta Johanna, también molesta.

- Exacto, agradece que tu nombre nunca salió elegido en una cosecha -remata Finnick y Gale se acomoda para dormir sin responder.

Rato después Gale se levanta sigiloso, se sienta junto a la chimenea, reavivando el fuego con un palo y echando más ramas secas para mantenerlo ardiendo. Lo veo acomodarse para leer el diario de Madge a la luz de la lumbre. Johanna y Finnick se han vuelto a dormir pero yo todavía no logro conciliar el sueño. Peeta, Prim, mamá, Annie, Bonnie, Twill y Madge me dan vueltas en la cabeza. Gale no se da cuenta que aún estoy despierta y que lo estoy mirando leer el diario de mi mejor amiga. ¿Está llorando?

- Madge... ¿qué fue de ti? ¿dónde estás ahora? -pregunta suspirando y sí, está llorando- estés donde estés, perdóname por no salvarte, por dejar que te devolvieras y por no haber vuelto antes. Pensé que habías muerto, todos creímos que habías muerto cuando te devolviste, no debí dejarte ir... ahora estaríamos juntos y yo no estaría solo aquí lamentándome y maldiciéndome por haberte dejado ir.

Parece que me equivoqué con Gale, parece que juzgué demasiado a la ligera la situación. Sigue leyendo el diario. Hunde la cabeza entre las rodillas y luego de sollozar un rato levanta la vista y mira por la ventana hacia lo lejos.

- Si me estás escuchando, Madge, donde sea que estés, yo nunca me aproveché de ti y nunca me burlaría de tus sentimientos y tú lo sabes, ¿cierto?... Porque yo sí te quiero Madge y lo poco que vivimos juntos esos días fue algo maravilloso. Sé que estás viva en algún lado y te buscaré... tú fuiste muy valiente y sé que estás luchando por sobrevivir como me dijiste una tarde en el bosque. Por algo me dejaste tu diario, para que yo supiera que llegaste y te buscara... si fuiste al 12 de nuevo, espérame, iré por ti, Madge. 

Lo último que veo antes de dormirme es la cara llorosa de mi amigo Gale, se limpia las lágrimas con la manga de la camisa gris y se acurruca frente al fuego apretando fuertemente contra su pecho el diario de Madge. 


Fortsätt läs

Du kommer också att gilla

27.8K 2.4K 30
Tercera parte de MIS JUEGOS DEL HAMBRE y continuación de MENTORES Y TRIBUTOS. El tercer Vasallaje de los Venticinco será especial, tres vencedores de...
112K 9K 37
Selene Ravenscroft ha logrado que Katniss Everdeen sobreviviera de nuevo a los Juegos del Hambre, aunque no queda nada de su hogar. No están a salvo...