Brus le extendió la mano a Amber quién dudo en tomar su mano por un momento. Las pestañas de Catalina bajaban y subían esperando el momento en que apretaran manos.
— No muerdo — Brus sonrió. Fue una sonrisa sarcástica por que era obvio que de las dos maneras mordía y duro. Amber al fin tomó de su tiempo para levantar su mano y estrecharla con el híbrido.
— Así que eres híbrido? —pregunté. El me extendió la mano y rápidamente la estreché. Seguía pensando que Brus era raro, pero tenía un misterio que yo quería conocer. La intermitencia. Nunca antes había estado frente a un híbrido, bueno al menos no que yo me hubiera dado cuenta.
— Si híbrido señorita —. Por último saludó a Catalina quién se quedaba boba mirando la intermitencia que de-repente se asomaba en los ojos de Brus.
— Híbrido, que es eso? —. No podia faltar la pregunta de Cata. Por un momento pensé que se quedaría callada, pero no. Por que pensé que se quedaría callada?, ella nunca se queda callada cuando tiene curiosidad. Pritsker me miro y luego la volvió a mirar a ella.
— Aamm bueno, pues soy mitad vampiro y mitad lobo —contestó. Catalina puso cara de confusión y ya estaba pensando en un plan para llevármela lejos del híbrido ya que de seguro le haría una larga entrevista.
— Si, bien mucho gusto. Nosotras nos despedimos —dije alejándome del híbrido. Caminamos en dirección a Steven y Miller. Los cuales hablaban y se notaban algo pensativos.
— Sabemos donde los ocultan, pero necesitamos la ayuda de alguien —. Miller me habló mirándome serio. Una seriedad que conocía a la perfección. Pues no fue de la mejor manera pero así lo conocí. Serio, fuerte, firme, arrogante, seguro de si mismo.
— Como así o mejor dicho a quién? —. Miller miro a Steven y este se encogió de hombros y miro a Amber. Ugh que tanto se miraban?, solo tenían que hablar y decir a quién necesitábamos para el rescate de Derek y mi hermana. Hubo un silencio incómodo durante varios segundos.
— Dejen de mirarse y hablen ya —. Miller sacó algo de su bolsillo.
La sortija de Magnu.
— Magnu — dijo frío. Mag-que?. El le destrozó la vida a Derek. Que diría o haría Derek al verle?. No creo que sería justo para el, eso le afectaría demasiado.
— Definitivamente no. Olvidate de eso, desde ahora —. Estaba algo furiosa. Era algo que no me imaginaba.
— Es como único podemos rescatarlos Mía. Entiende —. Miller gruñó y me habló agresivo como nunca me había hablado desde que nos enteramos que eramos hermanos. Al parecer su presión estaba aunmentando, y la mía también. Catalina, Amber y Steven no decían nada, supongo que con la incómoda discusión no se atrevían a pronunciar palabra.
— Tiene que haber otra manera de rescatarlo, sin tener que llevar al que destruyó el sueño de crecer de un pequeño niño de dieciséis años —. Miller me miró no convencido. — Yo tengo dieciséis años Miller —. Mis ojos estaban fijos en los de el, que ahora había hecho una intermitencia. Nickolas se percató de que discutiamos y se acercó a nosotros.
— Que rayos les pasa ahora, no pueden estar tranquilos en publico? —. El señaló la salida del gran salón y con pasos enfurecidos Miller salió. La verdad yo no lo seguiría pero Nickolas me miró mal y ya estaba peleada con Miller no lo estaría también con el. Steven ahora estaba serio y Catalina y Amber se notaban preocupadas pero ninguno se movió. Estando afuera no dije nada.
— Que les pasa? —preguntó Nickolas con voz firme. Parecía enojado y confundido.
— Maldita sea, puedo rescatar a mi hermana y Mía no quiere por que quién nos puede ayudar es Magnu —. Miller estaba furioso y una vena color negro se asomó haciendo esquina al lado de su ojo izquierdo. Nicko me miro muy serio e incluso me hizo sentir miedo.
— Mía , Magnu nos va a ayudar quieras o no —. Ugh no puede ser que ahora Nicko este del lado de Miller, que no ven que Derek es el mejor amigo de su hermana?. Tiene que haber otra manera, además el no es el único hechicero aquí, tenemos a Amber y a Axel que le estan floreciendo poderes de hechicero.
— Pero —Miller me interrumpio.
— Pero nada niña, estás fuera del rescate —. Su voz sonó como un trueno, su pecho subía y bajaba y aveces aparecía esa intermitencia que Nickolas ignoraba.
— No —dije acercándome molesta a Miller. — Yo no puedo estar fuera del rescate de mi hermana. Tu no mandas aquí, tampoco me mandas a mi. Yo hago lo que me de la gana —. Miller comenzó a gruñir.
— Encerraré a tu hermana en un sitio que no pueda escapar ni aún usando sus poderes escondidos, así me dejará trabajar —. Miller en todo momento miró a Nickolas ignorando que yo estaba frente a él.
— Es tu hermana también —. Nickolas se cruzó de brazos y frunció el entre cejo. Miller me miró una última vez y volvió esa intermitencia de colores en sus ojos. Se fue huyó de la conversación, no se despidió y tampoco volvió a entrar al gran salón.
—Cobarde —dije intentando que me escuchara.
— Mía basta, déjalo. Estoy con Miller en esto, es la única manera para rescatarlos, no hay otra y si lo impides yo mismo te encerraré —. Nickolas dio media vuelta para entrar.
— Josh tenía razón —. Nicko se volvió a girar hacia mi.
— De que hablas? —. Se acercó de inmediato y se agachó para mirarme a los ojos.
— Miller jamás me verá como vio a Oriana. Pero no me importa ella está muerta y yo no me arrepiento —. Yo tampoco me despedí y me fui. Nickolas intentó detenerme pero lo evité. Me fui a mi habitación y planificaba no moverme de ahí para nada. Solo pensaría como idear un plan y rescatar a Sofi y a Derek. Entre y me lancé en la cama. La puerta se abrió.
— Así que aquí estás princesa —. Mi cara estaba hundida en la almohada pero podia sentirlo.
— Ryan, ahora no por favor —. Escuché pasos en la habitación, cerca de mi cama. Escuchaba sus latidos normalizados. Y se sentía más frío de lo normal.
— No soy Ryan —. Despegué mi cara de la almohada y quede viendola por unos segundos. Era la voz de Ryan solo que se escuchaba mas gruesa.
— Mathew —. Me senté en la cama y el se puso de cuclillas frente a mi. Tenía esa tela negra de siempre cubriendo su boca y su nariz, pero pude notar que sonrió.
— Solo vengo a pedirte que le hagas caso a tus hermanos —. Todo fue muy raro, Mathew nunca me dice princesa no es su estilo. Y que diga que Miller era mi hermano contando con que se crió siendo hermano de él hacía que mi cabeza quisiera estallar.
— Ryan —el me interrumpió. Cosa que nunca hacia.
— Mathew —me aclaró. — No digas nada Mia, solo escúchame. De cierta manera Magnu es el creador de Derek y donde están solo Derek puede sacarlos —.
— Y porque necesitan a Magnu si quién puede sacarlos de donde están es Derek —. Mathew se sentó en la cama sin ningun tipo de esfuero. Se veía tan atractivo vestido de negro que quería besarlo.
— Como ya sabes Derek tiene poderes, pero no han fluido por completo, no sabe controlar algunos y otros ni sabe que los tiene. Pero Magnu si, el lo conoce a la perfección y es quién puede guiarlo para salir —explicó.
— Pero —el volvió a interrumpirme.
— Tenemos que ser rápidos, no podemos perder tiempo. Donde están hay vigilantes y cada tiempo cambian es decir que el lugar está constantemente con vampiros de los Vervat. Si vamos por nosotros mismos nos tardaríamos y nos descubrirían —.
— Bien hablaré con ellos, pero no estoy de acuerdo que conste, se me hace injusto —. Mathew me miró y sonrio.
— Gracias —. El beso mi frente y se puso de pie para irse.
— A donde vas? —pregunté sin levantarme. El chico vestido de negro no tenía mucho gluteo, pero su trasero se veía perfecto.
— Te gusta? —preguntó. Y comenzó a reír y claro a mi me dio verguenza. Noto que le miraba el trasero y eso que realmente no me vio.
— Lo siento —. El volvió a reír. — No te puedes quedar? —pregunté algo timida.
— No puedo princesa hoy saldré con los chicos —. El señaló su atuendo. Ya era de noche obvio que iba a cazar. Hay solo unos pocos días en los que solo ellos salen. Por su propia voluntad sin la rebelión.
— Bien, entiendo —. Se acercó de nuevo a mi beso mi frente y se marchó. Cuando se fue entró Miller con su cara de pocos amigos.
— Mía —. Fue lo único que escuche cuando comencé a sentirme mal. Estaba mareada, me quemaba el pecho y mi boca estaba seca. Mis oídos se taparon, mis ojos se nublaron y mis parpados se cerraron. Lo último que vi fue la intermitencia de sus ojos.
Que demonios me paso, porque me dormí?.
Me levanté y miré el reloj eran las dos de la tarde. Maldición. Corrí a la puerta para salir, hoy en la mañana tenían que ir por Magnu a la cabaña y luego a donde estaba mi hermana y la gárgola. Que bien ya no era una gárgola como tal. Intente abrir la puerta pero me fue imposible. La maldita puerta estaba trabada. No abría. No pude evitar gritar ese nombre que estaba trabado en mi garganta desde que me levanté.
— Milleeeeer! —. Comencé a dar fuertes patadas a la puerta, incluso intenté abrir la cerradura con mi mente pero mi poder no funcionó. — Te estoy odiando ahora mismo Miller — dije en voz alta. Seguí pateando la puerta hasta más no poder, total eso no me dolía.
— Mía, despégate de la puerta —escuché. Me aleje de la misma y esperé. Se escuchó un ruido raro y la puerta se abrió de sobre manera golpeando la pared.
El chico híbrido estaba parado frente a mi puerta y por encima de sus hombros se veían las cabezas de Amber y Catalina. Brus me miró y sonrió como si me conociera de hacen años y tan solo me saludo ayer, era la segunda vez que lo veía.
— Que hace el aquí? —pregunté mirando a Amber. Vi que Catalina se encogió de hombros y se acercó a mi oreja.
— No lo se pero me da algo de miedito —. El híbrido rio y sacudió su cabeza mirando al suelo.
— Puedo escucharte pelirroja, lo sabes? —preguntó Brus mirando a Catalina que se alejó tan pronto el comenzó a hablar.
— No sé, cuando llegamos el ya estaba aquí, además fue quién abrió la puerta — contestó Amber. El que no la conociera pensaría que odiaba al mundo entero, casi siempre estaba seria. Catalina asintió y se sentó en mi cama.
— Me agradas —dijo el híbrido despeinando el cabello de Amber.
— No me toques —. Amber entro e ignoro a Brus.
— Que haces aquí? —. Brus se recostó del marco de la puerta y se cruzó de brazos.
— Bueno tu hermano mayor el arrogante no quiso que estuviera en el rescate, al parecer no le gustan los híbridos. Y pues escuché que le dijo a tu otro hermano lo que te haría así que vine para sacarte —.
— Así que Nickolas sabía de esto —me quejé. Era increíble que mis propios hermanos me sacaran del rescate. Ella era mi hermana también, y me importaba. Ahora me siento como una mierda. Quién fue a rescatarme la otra vez fueron Sofi y Derek. Y yo no podré rescatarlos a ellos.
MIERDA! y de la grande.
Fui directo a la puerta para salir , pero Brus me detuvo.
— Ya es tarde, ellos ya se fueron y apuesto que ya vienen de camino con tu hermana y el amigo —. Brus seguía recostado del marco de la puerta y tenia levantado un pie impidiendo que pasara.
— Ugh los odio —apreté los dientes y los puños. Brus se enderezó.
— Relaja tus músculos, me pones mal —dijo sonriendo. Lo mire algo extrañada.
— Bien ya te puedes ir —el frunció el entre cejo.
— Así despides a este híbrido encantador?, sin un beso al menos —. Amber rio y mi mirada se dirigio a ella y luego a el. Cerré la puerta en su cara. — Adiós atrevido, descarado sal de mi vista —.
— Bien no debiste haber hecho eso —escuché su risa dentro de la habitación. Pero como rayos?. Si le acababa de cerrar la puerta en la cara. Me giré lentamente y ahí estaba el de brazos cruzados y cruzada en su rostro una sonrisa.
— Como rayos, Brus no juegues conmigo largo —.
— Pero estaré solo afuera, además necesitaba hablar contigo de Miller —. Se enderezó y solito fue a abrir la puerta. — Esta bien ya se, ahora no. Bien tu sabes de que quiero hablar así que estaré vagando por el bosque —. Brus se fue y me senté junto a Amber y Catalina que se mantuvieron calladas en todo momento.
Al rato de que las chicas se fueran salí al redonder donde se pasaba Derek. Me senté donde el siempre estuvo y hoy ya no. Me sentía muy mal, no podía creer como mis hermanos me habían hecho algo así. Yo jamás los excluiría de algún plan o rescate. Era sumamente injusto que me hicieran tal cosa. Solo podía pensar en todo lo que había pasado y en lo mal que también se sentirían Sofi y Derek al no verme allí.
— Mía —escuché gritar. Me encontrataba sentada en el suelo frente al redonder. Abrazaba mis piernas y hundía mi cabeza en la miseria. Levanté la cabeza y mis ojos vieron a Sofi corriendo hacia mi con los brazos extendidos. Derek no estaba junto a ellos. Junto a Sofi venía Steven, Jay, Axel, Ryan, Nickolas y tres personas más. A las cuales no conocía.
— Oh pequeña! como estás?, perdóname, perdóname por favor —dije llorando como una niña pequeña. En cambio Sofi parecía tranquila. Podía sentir que ella estaba emocionada, me transmitía esa felicidad de estar de vuelta conmigo.
— Estoy bien Derek me cuido —ella sonrió. Maldición era la misma sonrisa de mis hermanos. Será que todos sonreíamos igual?.
— Y Derek? —la miré a los ojos fijamente. Ella no tenía rasguños, moretones ni nada. Estaba completamente bien. Señaló al bosque.
En el bosque?.
— Está en el bosque con Miller —. Sofi tenía en sus brazos el conejo que Miller una vez le compró. Se veía tan inocente, tan inofensiva. Me levanté y miré a Nickolas furiosa.
— Tendras que explicarme por que mierdas dejaste que tu hermano me encerrara —.
— Es tu hermano también —dijo Nickolas con un pequeño moreton en la cara.
— Y tu —señale a Jay. — Te desconozco, como pudiste prestarte para algo así —. Jay levantó las manos y dio un paso alfrente.
— Yo te defendí, abogue por ti en todo momento pero me amenazaron con que estaría fuera del rescate yo también —. Fruncí el entrecejo.
— Y que, ahora son los más malos, los que mandan aquí?. Y tu ni me hables —. Esta vez miré a Ryan que tenía su labio botando sangre, quizás por una pequeña cortadura. — Ven Sofi, vamos con mamá y papá.
Después de un rato junto a Sofi y mis padres decidí ir a buscar a Brus en el bosque. Había visto a Miller pero ni le dirigí la palabra, simplemente no me apetecía. Estaba sumamente molesta con el. De seguro el tampoco quería a hablarme por que no se acercó en ningun momento. Estuve caminando un rato por el bosque y no vi a Brus por ningún lado. Pero encontre un lago. Wow era hermoso, cerca había un banquito para sentarse y una torre de madera que tenía al menos cinco pisos, algo así como una casa del arbol. Se escuchaba el agua moverse y algunos pájaros cantar.
— Al fin llegas —escuché la voz de Brus. El estaba de cabezas en un árbol.
— El bosque es grande lo sabías? —. Brus podía ser muy agradable pero no podía confiar en él , a penas lo había visto dos veces.
— Si pero bien que lo conoces pulguita —.
Como me llamo?.
— Pul-que?, me llamo Mía —dije riendo.
— Bien como sea pulguita —. Bajó del árbol de un salto y cayó de pie.
— Basta, de que querías hablar? —pregunté mientras el caminaba y me rodeaba haciendo círculos estúpidos que me mareaban.
— Quiero ayudar a tu hermano —. El se detuvo frente a mi y su intermitencia tenía colores muy bonitos, juro que vi un color violeta claro entre ellos.
— Por que, que tiene el? —. El se cruzó de brazos y fruncí el entre cejo.
— Tu hermano es híbrido —. Brus me miraba serio.
— Como lo sabes? —pregunté curiosa, era algo que se me daba muy bien.
— Yo lo convertí —.