Tomé la mano de Miller y mis alas se abrieron automáticamente. Miller reaccionó y sus alas se abrieron también. Junto a nosotros volaba Derek y al lado de nosotros el era increíblemente grande. Era una gárgola enorme.
— Que fue eso? —preguntó Miller como si no hubiera vaciado sus sentimientos y emociones hace un rato.
— Que fue que? —pregunté mientras volaba entre medio de ellos. Amber se fue junto a Benni, Kenai y Nickolas. Ryan corrió hasta escapar seguido de Axel, Brus, y Steven.
— Eso —volvió a repetir. Yo sabía perfectamente de lo que hablaba.
— Creo que fue — pensé unos segundos. — Creo que fue una visión, una premonición —. Llegamos al instituto. Fuimos los últimos en llegar. Estaban todos en el medio de la entrada, todos menos Ryan.
— Donde esta Ryan? —pregunté asustada. Amber miro hacia el pasillo que daba al jardín trasero cerca de la cafetería. Este jardín contaba con una fuente hermosa y gigantesca. Habían arboles llenos de bellas flores que lo adornaban a la perfección.
— Sabía que vendrías —. Su voz era tranquila y diría que hasta sensual. Su risa no era alterada fue natural pero no como solía ser siempre. Sentado en el suelo con su espalda derecha mirando a un gran arbol de flores azules. Igual que las que me daba Josh.
— No te dejaré solo. Ni a ti ni a Miller —. El no se volteó a verme así que decidí sentarme junto a el.
— Le gustaban esas flores —. Ryan señaló las flores azules.
— Lo se siempre me regalaba una —. Ryan comenzó a reír sin exagerar.
— Si. Tu también le gustabas, nunca se atrevió a decirlo. Pero yo si lo hice —. Eso si me sorprendio, pensaba que Josh lo hacía para molestarme. Coloqué una de las rosas que me dio en mi libro favorito.
— No se que decir —. Me quedé sin habla por un momento.
— No digas nada solo abrázame —. Ryan nunca me había pedido un abrazo. Me acerqué más a su cuerpo y lo enrollé en mis brazos, donde siempre debió quedarse, donde el pertenece.
— Oye y todavía llevas el tatuaje de El Chico Vestido De Negro? —. Era una pregunta tonta tomando en cuenta que un tatuaje dura para toda la vida.
— Claro que si, jamás desaparecerá —. El comenzo a reir.
— Pues mira —. Ryan levantó su camisa dándole paso a mi vista. Dejó ver parte de su bien trabajado abdomen y su super V. En la parte derecha de su V tenia un tatuaje. Era una silueta de alguien encapuchado y como en forma de arco decía La Chica Vestida De Negro. — Jamas desaparecerá tampoco —.
—Sorprendida —. Sonreí y el tomó mis manos entre las suyas y me miró directamente a los ojos.
Tan verdes y brillantes.
— Mía —. Tomó aire y se quedó callado pensando.
— Dime —dije con voz tranquila.
— Quieres ser mi novia de nuevo? —. Me sorprendió su pregunta.
— Ryan yo —comencé.
— Solo contesta, no soporto tenerte cerca y lejos a la vez. Quiero que seas mía solo para mi —.
— Si —contesté. No dije nada mas y el estrelló sus labios contra los míos. Un tierno beso que me hacía sentir tantas cosas. Ryan despegó sus labios de los míos y besó mi frente. Se puso de pie y colocó su mano frente a mi. Yo coloqué mi mano encima de la de el y el con delicadeza me ayudó a ponerme de pie. Se acercó al arbol y brincó hasta desaparecer entre las flores. Cayó de una de las ramas con una rosa en la mano.
