Capitulo 28 ( Una nota de Jay )

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Nadie dijo nada ni tan siquiera Jay. Estábamos confundidos, esto tal vez era una broma pesada, quien nos asegura que eran los Vervat los de las notas?. Esto era como algo chistoso para quien lo hacia. Jay bajó la cabeza mientras Brus se acercaba.

— Creo que es una broma —dijo mirando a Jay. Yo estaba segura de que Jay no lo veía como una broma, esto de alguna u otra manera lo estaba afectando.

— Ya no más notas, se acabo la aventura, la misión, la investigación o como quieran llamarle— Amber se escuchaba irritada. Y daba fuertes y firmes pasos hacia nosotros. Steven miraba sus pies y cada paso parecía doler en Jay.

— No —gritó Jay. El pasillo de los archivos se puso oscuro y las luces comenzaron a fallar. El olor a sangre se hacía presente y sentí que alguien tomaba mi mano. Miré a mi izquierda y Kenai estaba en estado de shock, una visión seguramente estaba pasando por su mente. Apretó un poco su mano y dolía. Sentí caricias en mi cabello así que miré a mi derecha, Ryan estaba mirándome fijamente como si nadie más estuviese allí. Las luces parecían jugar a su favor porque cuando fallaban solo podía verlo a el. Catalina estaba aferrada a Nickolas y este se veía bastante tranquilo. La dentadura de Ryan brillaba y sin ganas sonreí cuando comencé a ver todo borroso.

Me encontraba en un hospital, grite varias veces a ver si alguien salía, pero nada. Solo se escuchaba eco y de repente alguien llorando. Corrí hasta el pasillo de donde provenía el llanto pensando a ver visto o haber estado ya en este lugar. Frente a la puerta intenté abrirla pero estaba cerrada, forcejeé un poco pero esta no abría, miré hacia los lados a ver si venía alguien pero no se veía nadie y solo se escuchaba un silencio profundo y el llanto de al parecer una chica. Cuando estuve a punto de salir en busca de algo para abrir la puerta dio paso a algo que no esperaba. Mi corazón se detuvo un instante cuando entré a la habitación que encerraba el llanto de una chica, el llanto de Mía Yaret Rubert Coronado, mi llanto. Gruesas lágrimas bajaban por mi rostro, y mis manos cubrían mis piernas y las abrazaban como si estuviera protegiéndolas de algo.

— Hey, porque lloras —pregunté a mi misma. Quizás dirían que estaba loca, pero era como si hubiera vuelto al pasado, estaba en esa habitación oscura donde me habían internado cuando Jay se fue.

— Mía —escuché gritar. Sentí mi cara mojada y al abrir los ojos vi a Nickolas llevando una mano a su cara mientras agitaba la cabeza.

— Viste siempre funciona —dijo Catalina sosteniendo un vaso vació en las manos. Estábamos en mi habitación, Steven acariciaba mi cabello como era de costumbre. Jay hablaba con Miller en una esquina de la habitación mientras Brus, Kenai, Amber y Dereck contemplaban las dos notas y el cuchillo. De seguro esperando otra visión o simplemente una pequeña pista. Ryan y Axel no estaban y tampoco pregunté por ellos.

— Que viste? —Nickolas preguntó con voz suave. Se notaba que no quería presionarme. Catalina colocó el vaso vació en una mesa cerca de la cama y se acercó por el otro lado tan sonriente como siempre solía ser.

— Pensé que Kenai ya te había contado, el tuvo la misma visión —dije mirándolo fijamente a los ojos sin parpadear. Miller y Jay seguían hablando aunque ya habían visto que había despertado. La sonrisa de Jay hizo saltar mi corazón. Se dio media vuelta y se fue. Esta vez mi corazón saltó como si hubiera recibido un shock de corriente, como si hubiera recibido algún susto. Comenzó a palpitar rápido cuando vi los ojos de Miller, estaban en constante intermitencia. Se giró y salió por la puerta también. Me senté en la cama ya que me encontraba acostada. Los ojos de Nickolas trazaron el camino de mi mirada hasta pasar a Kenai y luego a mi de nuevo.

— No, Kenai no tuvo la visión el te la pasó, por eso Ryan te hizo dormir —su voz seguía normalmente suave. Catalina tenía los ojos del grande de los aros del carro rojo de Nickolas y eso me asustaba.

— Estaba en un hospital —contesté mirando hacia la puerta. El rostro de Nickolas cambió y parecía confundido.

— Un hospital? —preguntó Nicko. Brus tenía la cuchilla pegada a la nariz, olfateando pasivamente. Amber escribía en un papel todas las iniciales y el nombre de Jey buscando alguna pista de quien realmente estaba detrás de todo esto.

— Si un hospital. Se escuchaba un llanto, no había nadie. No habían doctores, ni enfermeras, tampoco habían pacientes ni familiares visitando—. Nickolas llevó uno de sus dedos debajo de la barbilla y frunció el ceño como si estuviera pensando.

— Estabas sola? —preguntó Steven que seguía acariciando mi cabello.

— Si, realmente estaba sola. Llegue a la habitación donde se encontraba alguien llorando pero la puerta se encontraba cerrada, cuando me propuse a buscar algo para abrirla ella se abrió sola —expliqué mirando a
Steven.

— Mmm —. Se escuchó de sus labios. Steven tenía sus ojos azules, era raro verlo así.

— Entre a la habitación y en ella se encontraba una chica arropada en lágrimas, abrazando sus piernas queriendo morir o desaparecer. Estaba volviéndose loca y estaba sola —.

— La conocías, anteriormente la habías visto? —preguntó Catalina, y parecía estar triste, su mirada estaba perdida en mis ojos. Como si yo le estuviera transmitiendo mis emociones.

— Si la conozco. Era yo, yo era la que estaba en el suelo llorando —. Nickolas había agachado la cabeza y tan pronto me escuchó la levantó y clavó sus ojos color caramelos en los míos.

— Tu? —preguntó acercándose.

— Si yo —dije con seguridad.

— Porque estabas llorando? —preguntó.

— Jay se había ido —volví a mirar a la puerta. —Fue cuando me internaron en el hospital psiquiátrico —. Miller entró por la puerta tranquilo y a pasos lentos, movió a Catalina de donde estaba y se posicionó al lado de mi cama. No dijo nada el solo se sentó en la cama y me abrazó. Me sentí bien, me sentí relajada y en paz. Cerre los ojos cuando recosté mi cabeza en su pecho y todo lo bonito que sentía desapareció al sentir un pinchazo en mi espalda. Comencé a marearme y sentir nauseas y ganas de beber sangre, sentí que mis ojos cambiaban a rojo porque sentía la sangre correr por ellos, mi pecho caliente y mis colmillos apunto de salir. Vista borrosa, fue lo ultimo que sentí cuando caí en un sueño profundo. Pero este sueño profundo no me llevo a una visión ni nada parecido simplemente a dormir.
Me levanté y no había nadie en la habitación, no sabía que hora era ni cuanto había dormido. Solo me levanté y vi todo semi oscuro. Encendí las luces y pegado a mi armario había una nota. Me asuste un poco porque en estos días eso de las notas era muy común y para nada bueno y me pregunto quien la dejo ahí si quienes estaban aquí eran mis amigos.

*Te espero en el jardin del instituto con amor
Jay*

No sentí alivio al leer la carta pues se me hacía un poco raro todo este asunto de las notas y Jay y el otro Jey. No digo que desconfié de Jay porque el es mi mejor amigo, lo es verdad?

La chica vestida de negro {2}Where stories live. Discover now