Capitulo 2 ( Lo prometi )

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Escuché un par de risas y unas alas abrirse.

— Hey no es justo que me prohibas leer tu mente y tu leas la mía. Eso no es lindo —dijo Miller tratando de seguir mi loco vuelo.

— No, pero es lindo que hagas show, además ya estamos a mano —. Escuchamos el llanto de una niña así que bajamos hasta donde provenía el llanto. Un señor canoso tenía por el cabello a una niña de no más de diez años. Miller me miró y se veía furioso. De mirar sus ojos sabía que algo estaba pensando.

— Suéltala —. Miller gritó mirándolo fijamente. Unas pequeñas venas que se asomaban mayormente cuando estaba enfurecido ya se comenzaban presentar. La niña estaba empapada de lágrimas y tenía el mismo brillo que yo en mi infancia.

— Quien me lo ordena? —preguntó el señor aprentando el cabello de la niña más fuerte.

— Te lo ordena quién te hará gritar y suplicar morir para no vivir en persecución porque te perseguire el resto de mi vida para matarte, suéltala —. Levanté mi mano hacia su dirección haciendo que su cuerpo doliera y su cabeza quisiera estallar pero mientras más le dolía a el, hacia un efecto en la niña y parecía que ella se ahogaba. Baje mi mano para no lastimarla.

— Que pasa, te recuerda a tu dulce, tierna e inocente hermanita?. Has perdido tu sur —dijo el señor dirigiéndose a Miller.

— Es cierto imagino que ella puede ser mi hermana y se me revuelca el estómago y las ganas de mancharme de tu sangre las manos. Perdí mi sur pero encontré mi norte —. Miller me miró y sus ojos estaban color negro, el sonrió y volvió a mirar al señor. Estaba orgullosa de mi hermano y en quién se estaba convirtiendo. Asfixiado el señor soltó el cabello de la niña y esta corrió asustada y se colocó detrás de mi.
Levanté mi mano apuntando a la cabeza del señor igual que Miller y comenzaron a salir unas venas rojas debajo de sus ojos.

— Espera Miller —. El se detuvo haciendo que el señor el cual aún no sabía su nombe cayera arrodillado en el suelo.

— Que pasa Mía? —. Miller preguntó pero no estaba enojado.

— Maldito conoces a Derek verdad? —. Pregunté y el tomando su cuello me contesto sarcástico.

— Conozco a muchas personas —. Sus ojos tenían algo de satisfacción.

— Sabes de quien te hablo desgraciado solo tenía dieciséis años —. Mi tono de voz cambio, me escuchaba triste y decepcionada. El rio y desapareció. Miller me miro y sin permiso ni aviso una lagrima se asomo por mi ojo derecho para luego ser acompañada de otra lágrima proveniente de mi ojo izquierdo.

— Quien es Derek? —. Miller preguntó mirándome fijamente a los ojos.

— Es un amigo —. Ese maldito le destrozó la vida y el no se lo merecía. Solo estuvo ahí en el momento equivocado y lo perdió todo. Por más que le contara a Miller de Derek no entendería nada así que tenía que mostrarselo. — Ven te lo presento —.

— Mía estamos en medio de una misión —. El sonrió de la lado. — Pero me gusta el peligro —.

— Llevemos a la niña con Valdi primero —. Miller asintió y con su increíble rastreo la llevamos con el. Volamos hasta el centro del instituto y Miller comenzó a caminar para las habitaciones.

— Espera, a donde vas? —. El se giró y me miro confundido.

— Bueno vamos a buscar a tu amigo no? —señaló al instituto en general.

— Si pero el no esta allá, el está aquí —dije sin mirar a un lugar fijo.

— Pero aquí no hay nadie Mía —. Miller pensó unos segundos. — Espera —dijo llevando su mirada a las gárgolas que se encontraban en el centro. Señaló hacia ellas. — Ahí está o me equivoco? —sonreí.

— Como lo sabes? —el se acercó y sonrió.

— Siempre vengo a buscar a Sofi aquí para acostarla a dormir y siempre la veo hablando con las estatuas . No se solo lo pensé —. 

— Derek, el es Miller mi hermano osea el hermano de Sofi —. El no se movía y era un poco más de la media noche.

— Creo que no se moverá —dijo Miller quién tenía las alas abiertas aún.

— Derek es seguro puedes moverte —. Era como si hubiera perdido la vida, como si ya no estuviera allí. — Derek — volví a repetir y aún así no se movió.

— Mía tenemos que irnos, la Rebelión nos necesita —. Cuando me giré había una chica rubia vestida de blanco con manchas de sangre en toda la ropa, incluso en su cuerpo y en su cabello.

— Eres tu, maldita sangre pura, tu haz puesto esto al revés. Mis hermanas y yo estábamos antes que tú y regresaste a dañarlo todo —dijo levantando la cabeza al cielo. El viento comenzó a soplar fuerte y algunas hojas se levantaron. Las alas de Miller subían y bajaban lentamente. Como por instinto Derek se colocó frente a nosotros y la chica extendio sus manos hacia el. Se escuchaba como Derek se estillaba, su piel de piedra estaba agrietándose. Patee el suelo y la tierra tembló. La chica rubia se tambaleo, Derek voló y la tomó por los brazos y la llevó muy alto. El volaba y volaba hasta que la dejó caer no muy cerca de nosotros.

— Wow eso tuvo que doler —dijo Miller mirando a Derek. — Mucho gusto chico vuelo —sonreí. Y las alas de Miller parecían felices por que seguían agitándose lentamente.

— Derek!, lo vi, vi quien te hizo esto. Juro que volveré a verlo y tu volverás a la normalidad. Podrás estar con Sofi caminando por aquí, podrás tomar clases como nosotros —.

— Gracias Mía —. No dijo más y se colocó donde siempre estaba. Ya estaba cansado y al igual que yo sin esperanzas. Dejó de hablar y de moverse. Un zumbido se escuchó y era la señal de que ya todo había acabado por hoy. A mi lado pasó un celaje frío y Miller hizo reverencia frente a Derek me dio un beso en la mejilla y se fue. Coloque mi mano en uno de los hombros de Derek y suspire.

— Te lo prometí y lo cumpliré —. Me giré y escuché un pedregal. Me volví a girar pero Derek no dijo nada. Camine hasta mi habitación pero antes pasé por la habitación de Nickolas para despedirme como siempre. Abrí la puerta sin tocar y había sido lo peor que había echo desde que tengo estas alas incluyendo la vez que las abrí y le di con ellas en la cara a Amber.

— Que asco, pero que mierda es esta, están locos. Mis ojos —. Mi hermano se tapó su parte íntima con una de sus almohadas y Catalina se tapó con la sábana.

— Mía , lo lamento es que — lo interrumpí.

— No me expliques —. Mire a Catalina y tenía el cabello desordenado como casi siempre. — Me deshonras Cata —reí.

—Creo que vendré luego —cerré la puerta y me fui. Después de aquella escena que vi dudaba mucho poder dormir, hasta que entré a mi habitación y vi que encima de mi cama había una rosa y una carta

*Te gustaria montar a caballo con este caballero?*.

La chica vestida de negro {2}Where stories live. Discover now