Crown

By SamR_16

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Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, p... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
XIV
XV
Recuerdo I
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Capítulo L (50)
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Epílogo

Capítulo XXIII

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By SamR_16

SIGLO ANTIGUO

IGOR (NORTE DE EVIGHEDEN)

LIAH'S POV

Llegar a la base principal fue toda una travesía y dos horas a caballo. En medio del camino vimos carretas con soldados heridos, muertos y otros quienes eran encargados de llevarlos de vuelta a casa.

Las casas de esas zonas habían sido desalojadas hace un tiempo atrás y habían pasado a ser pueblerinos de otros pueblos que me pertenecían.

No podía simplemente dejar pasar por algo ver los uniformes de algunos soldados con otros colores y otros escudos en sus pechos. Eran cuerpos de soldados de los otros pueblos en mi contra.

Me ubicaron con rapidez cerca del nuevo general de guerra. Todos en la tienda de campaña hicieron una inclinación al verme y luego siguieron en lo suyo. Solo el general se acercó a mí.

-Su Majestad, bienvenida a la base principal de nuestro lado.

-Ponme al tanto, Rylie.

Asintió y señaló la mesa donde él estaba hace unos segundos atrás.

-Según los últimos informes hemos estado ganando terreno en el frente. Los pueblos al norte de Igor que estaban de su lado han sido atacados por el pueblo de Lávander y despojados. Los reyes han sido asesinados y el pueblo está siendo custodiado por los soldados del rey Aleksey.

-¿Cuántos pueblos?

-Tres libres en totalidad. Aún hay tres más que siguen haciendo resistencia y entre esos Igor.

Suspiré y asentí esperando a que siguiera hablando.

-Calanthe mantiene el pueblo frente a él y no tenemos informes constantes, pero sabemos que no han sufrido daños significantes. Nuestros exploradores creen que el rey se está divirtiendo con ese pueblo.

Era muy típico del padre de Luna hacer eso. Era tan despiadado que a veces daba temor. Para nuestra suerte estaba de nuestro lado y mantenía buena relación con mi pueblo.

-¿Nyx?

-Se ha mantenido quieto. Realmente no sabemos de qué lado está, pero tenemos suficiente soldados en la frontera para cualquier ataque.

Asentí sabiendo que ellos estaban pasando por su propia crisis como para meterse en una guerra que no le ayudaba en nada.

-Necesito que los soldados avancen lo máximo posible. No podemos seguir gastando nuestros recursos otros seis meses más.

-Será arriesgado, Su Majestad. Tienen a todos sus soldados allí.

-Por esa razón deben acabar con ese frente. Si se acaba allí, se acaba todo. El rey Youx es un cobarde que no puedo levantar ni una espada.

El general lo pensó unos segundos y finalmente asintió.

-Idearé un plan lo más rápido que puedo.

Asentí.

-El rey Aleksey está aquí.

Oxford anunció detrás de mí.

-Volveré para ayudar.

Informo mientras doy media vuelta para salir de la tienda de campaña.

Aleksey estaba allí dándome la espalda mirando hacia el campo vacío frente a la base.

-Aleksey.

Lo llamo. Se gira y me mira, una sonrisa apareciendo en su rostro.

-Liah, nuevamente nos vemos en una guerra.

Sonreí sin mucha ganas.

-Que mala costumbre se está haciendo.

Rió y se acercó para estrechar la mano con la mía.

-Al menos no ha sido entre nuestros pueblos.

Asentí. No era tan malo después de todo.

-Han logrado neutralizar tres pueblos, bien hecho.

Sonrío y se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

-Evigheden siempre nos ha ayudado en temas políticos, esto es poco. Además, se trata de la Unión más antigua conocida.

Asentí lentamente.

-Aún nos falta el frente.

Suspiro y apoyo su mano derecha en la vaina de su espada. Portaba un traje de guerra bastante espléndido. Se notaba que pesaba. También usaba una capa seguramente de alguna piel de animal.

-Un batallón de mis soldados están viniendo hacia acá. Deben llegar en menos de tres días.

-Pienso atacar primero.

Me miró.

-No es mala idea. Seguramente intentará retrasar todo lo más que pueda.

Tenía el mismo presentimiento. El rey Youx no era tonto y seguramente estaría ideando un último plan para atacar y el de su huida. Sabía que sus posibilidades se estaban acabando y que debía actuar con rapidez para intentar ganar terreno, aún que esto era bastante imposible para estos momentos.

-Tenía entendido que estabas en preparativos de boda.

El comentario de Aleksey llama mi atención. ¿Cómo él sabía eso? No era anuncio público y sólo mi familia y la de mi Luna sabía. Nadie más debía mantener esa información.

-No podría casarme estando en guerra, Aleksey. Tampoco quiero parecer una reina cobarde estando en mi palacio.

-Solo los idiotas piensan que eres cobarde, Liah. Eres la primera reina que gobierna a un pueblo tan poderoso y próspero. Además, la Unión y otros pueblos más que están bajo tus manos. Eres muy valiente.

Suspiré.

-Existen muchos idiotas entonces.

Él rió y asintió removiéndose.

-Pronto te darán tu lugar. Hace menos de un año ascendiste.

Iba a responder, pero Oxford se acercó para comentarme algo en el oído.

-Debemos seguir para llevarte a tu tienda de campaña.

Asentí.

-Debo irme, Aleksey. Espero seguir teniéndote de mi lado.

-Por supuesto.

Estrechamos la mano y nos separamos. Seguí a Oxford que tenía unos cuantos pasos más adelante de mí hasta que se detuvo y miró alrededor.

-Tengo un informante en Calanthe, Liah.

Enarqué mi ceja, confundida. ¿Qué le había picado ahora?

-¿Y?

-El palacio ha estado recibiendo visitas del rey Aleksey. No tenemos certeza del por qué, pero algunos sirvientes comentan que es para verse con la princesa Esmeralda.

Mi sorpresa no debía pasar desapercibida. No me esperaba para nada esa información.

-¿Aleksey y Esmeralda?

Quise reír, pero mantuve la risa en mi interior. Realmente quería pensar que era un chiste. Que aquellos sirvientes solo decían chismes por algo de dinero a cambio.

-Todo puede ser cierto en estos momentos, Liah. Digo tú misma eres prueba de lo que es un flechazo al corazón.

Fruncí el ceño.

-¿A qué te refieres?

Soltó una risa nasal y miró alrededor.

-Todos esperábamos verte con Esmeralda, en cambio te haz comprometido con su hermana menor. En el amor nadie es excepto y siempre sorprende.

Deje salir un suspiro profundo.

-¿Quieres decir que Aleksey está intentando conquistar a Esmeralda?

Se encogió de hombros y rasco su nuca.

-Solo te comunico lo que sé.

Asentí lentamente.

-¿Y por qué me alejas de él?

Giró sus ojos y se cruzó de hombros.

-Bien sabes que jamás me ha caído bien. No sé, su cara de inocente no me inspira confianza.

Reí y pase por su lado.

-Solo eres un paranoico, Oxford. Aleksey es fiel a la corona.

Dio grandes pasos hasta quedar a mi lado y seguir guiándome hasta mi tienda de campaña.

-Le es fiel porque aún nadie se ha ganado su corazón. Todos somos unos idiotas cegados por el amor.

-Hasta ahora no ha hecho nada para que se gane mi desconfianza. No puedo hacer nada, Oxford.

Suspiró y asintió.

-Bien. Espero que jamás se gane tu desconfianza.

Sonreí sin mucho ánimo. Necesitaba un baño en mi habitación. No en medio del bosque y escuchando pasos de soldados.

-¿Qué harás para que el rey Youx deje esta guerra de una vez por toda?

Acomodé mi cabello alborotado. No tenía muchas ideas, pero pronto vendrían.

-Debe haber una fricción y la encontraré.

Señaló una tienda de campaña con un color diferente y supe de inmediato que era la mía. En la entrada habían dos soldados que al verme se irguieron y se inclinaron. Al pasar entre ambos, abriendo las persianas. Oxford entró justo detrás de mí y ambos miramos todo el lugar.

-Su Majestad.

Me giré al escuchar una voz femenina. Vestía como sirvienta, pero al ver que portaba una espada supe que no era una sirvienta normal.

-¿Tú eres?

-Seré su sirvienta aquí, Su Majestad.

Mire a Oxford. Él se encogió de hombros y siguió mirando todo sin mucho interés en la sirvienta.

-¿Quién te ha enviado?

-Su madre, Su Majestad.

Sonreí. Mi madre no cambiaría nunca. Aún que, debía agradecerle que tendría un poco de ayuda aquí con ella.

-¿Cómo haz llegado?

Noté sus mejillas sonrojadas. Seguramente no esperaba tantas preguntas de mi parte.

-Venía en un transporte aparte unos kilómetros atrás de ustedes.

Asentí comprendiendo. Miré su espada y la señale.

-¿Sabes usarla?

Miró donde señalaba y asintió.

-Fui entrenada por mi padre, Su Majestad. Él fue soldado hace unos años atrás, ahora es retirado.

Si era retirado quería decir que se fue mal herido. Ser soldado hasta la vejez era una honra que pocos portaban, pero que no era imposible. Las guerras eran salvajes y sangrientas. Pocos soldados volvían sin una herida.

-Acomodaré sus trajes de guerra, si me lo permite.

Asentí. Al parecer ella estaba más informada que yo porque camino hacia una esquina y allí encontró el baúl donde venían un par de trajes.

Seguí mirando la tienda de campaña viendo que la cama era más cómoda que la última en la que estuve en una guerra. También noto que había otra cama en una esquina más pequeña.

-Supongo que allí dormirás tú.

Hable al lado de Oxford. Él suspiro y se cruzó de brazos.

-Sí, bueno, no todo podía ser bonito.

Giré mis ojos.

-Agradece que tienes una cama.

Rió y asintió. Seguimos mirando todo hasta que finalmente el general me llamó para informarme del plan que podría dar un resultado bueno o malo.

-Avanzaremos por el oeste y este, apresando el frente y dejándolos sin mucho lugar a donde correr. Los soldados de Lávander podrán ayudar por detrás y mientras nuestros soldados luchan en el frente, ellos estarán atacando el castillo desde atrás. Será todo o nada, Su Majestad.

Mire la pequeña maqueta que tenía y donde recreo todo como lo tenía en mente. Humedecí mis labios y asentí.

-No suena mal, pero costara informar a todos los soldados.

La observación de Oxford era válida y cierta. No sólo estaban mis soldados allí afuera, no, habían de otros pueblos.

-Colaborarán. Solo costará llevarlo hasta el norte donde están los soldados de Lávander.

Era cierto. Eran varios kilómetros y varios días a caballo. El informante tendría un trabajo cansado para llevar esa noticia hasta el otro lado de la guerra. Además, rodeando era el doble del camino.

-El rey Aleksey viajará mañana por la mañana, él podría llevar la noticia.

Asentí sabiendo que no había nadie mejor para dar la noticia que su rey. Sería largo y cansado, pero la única solución hasta el momento.

~•~

-Conozco al príncipe de Igor. Fuimos cercanos en la adolescencia mientras íbamos a campamentos de verano.

Oxford me miró interesado. Era de noche y no había mucho que hacer estando tan lejos de la guerra. Ambos estábamos sentados con una taza de té en nuestras manos.

-Seguramente no está de acuerdo con toda esta guerra.

Suspiré. Sabía que había crecido, al igual que yo, pero sus convicciones eran fuertes y no podía pasar por alto todas nuestras conversaciones en aquellos campamentos. Si tan solo encontrara una manera de hablar con él y saber sus pensamientos acerca de todo éste tema.

-Podrá no estar de acuerdo, pero no tiene el poder de hacer nada.

Oxford comentó antes de tomar un poco de su té. Levanté un poco la sábana más sobre mis hombros. Hacía un frío del demonio y ni con el té o sábanas lograba entrar en calor.

-Si pudiera hablar con él.

Suspiré. Oxford me miró.

-¿Te escucharía?

Me encogí de hombros.

-Tal vez. No sé mucho de su vida después de los diecisiete.

-Si existiera una manera de comunicarnos con más rapidez...

Sonreí y asentí. Los mensajeros llegaban a ser tan obsoletos en estos momentos. Además de no tener certeza de haber llegado a su objetivo.

-Quisiera ayudar, pero no tengo idea de cómo hacerlo.

-Está bien. Esperemos que el plan del general ayude.

Asintió y seguimos estando uno al lado mientras tomábamos té y esperamos que un milagro pasara dentro de los siguientes días.








______________________
Nota de la autora:

Buenas buenas, aquí el capítulo del día.

Mi reina y mi princesa están lejos :(

Ojalá se reencuentren pronto, ¿no? Además, estaban en preparativos de boda.

Para su información ya me encuentro mejor, aún que aun me da dolores de cabeza, pero nada como al comienzo. Muchas gracias por su comprensión <3

Les quiero informar que el jueves no habrá capítulo, ya que tengo un compromiso fuera de casa y no podre actualizar :/

Espero me disculpen y no me quieran colgar jaja.

Con esta información en mente y sin nada más que decir.

Nos leemos en el próximo capítulo.

(El otro domingo)

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