Capítulo XXXVI

1K 69 5
                                    

SIGLO ANTIGUO

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

LUNA'S POV

Me removí buscando el calor corporal de Liah. Sin embargo, me encontré con las frías sábanas donde debería estar ella.

Recordé la noche anterior. No me gustaba para nada despertar y que ella no estuviera a mi lado, pero no tenía otra opción.

Solté un resoplo y intente subir la sábana hasta mi cuello. Lo logré, sin abrir mis ojos. Quería creer que estaba a mi lado y si miraba descubría que no era así.

Aún así, sentía otra presencia en la habitación. No creo haberme despertado sin escuchar algo con anterioridad. Parecía ser muy temprano aún. No era mi hora de despertar.

Escuche unos pies descalzos deslizarse por la madera del suelo y abrí los ojos inmediatamente. Sentí temor de pronto. Miré hacia la ventana y luego me giré boca arriba. Así pude ver que quién estaba dándome sustos era Liah.

Suspire, aliviada. Ella me miró con una pequeña sonrisa en su rostro y teniendo sobre su cuerpo una camisa sin abrochar totalmente y su bóxer. Levantó un vaso de agua enseñando que había ido a hacer.

-Estaba sedienta. Lamento si te desperté.

Informa con su voz baja y un poco más ronca de lo normal. Podía suponer que era por ser muy temprano y que seguramente no habría hablado con nadie aún.

Le quite importancia y palmee su lado de la cama para que volvería a entrar. Termino de tomar su caso de agua y se metió abrazándome de inmediato. Me sentí completamente protegida y calentita.

Sí, nada era como su calor corporal.

Se acomodo mejor detrás de mí y entrelacé nuestras manos. Sabía que no podría volverme a dormir rápidamente por lo cual me mantuve mirando por la ventana. Parece que había empezado a nevar. Todo el pueblo estaría tranquilo y eso lo podríamos utilizar a nuestro favor.

Sentí sus labios posarse sobre mi cuello, justo estaba desprotegido por mi cabello. Sonreí sintiendo su aliento allí. Me daba cosquillas aquella zona.

-Te quiero mucho.

Susurra de pronto tomándome por total sorpresa. Adoraba su sinceridad y espontaneidad. Giré mi cabeza solo un poco para verla. Ella no tardo mucho en tomar eso a su conveniencia y me beso la mejilla.

-Y yo a ti también te quiero mucho.

Sentí sus labios extenderse en una sonrisa, en mi mejilla. Su mano se soltó de la mía y la utilizo para acariciar, con suavidad, mi abdomen desnudo. Estaba totalmente desnuda bajo el edredón y ella lo sabía. Ella hace poco minutos atrás lo había estado también.

-También, te deseo mucho.

Siguió susurrando. Sonreí de manera tonta. Ella encontraba los momentos más tranquilos para confesarse.

-Deseo tocar cada parte de tu cuerpo que me permitas. Adoro hacerlo. Proporcionarte el mismo placer que tu me das con solo darme un beso en mi rostro.

Sentí mis mejillas calentarse violentamente a gran velocidad. Al mismo tiempo, sentí su mano subirse un poco más hasta tocar mi pecho derecho y apretarlo suavemente. Solté un pequeño jadeo. Entrelacé nuestras piernas. Con solo aquel movimiento pude sentir la dureza en su entrepierna.

-No sabes cuánto tengo que restringirme en tocarte por las mañanas cuando te veo dormida.

Abro la boca, sacando pequeñas bocanadas de aire mientras ella sigue jugando con mis pechos.

CrownWhere stories live. Discover now