Capítulo XXXII

1.2K 68 2
                                    

SIGLO ANTIGUO

NORTE DE IGOR

LIAH'S POV

Miré por la ventana mientras escuchaba los pequeños pasos de mi esposa por la habitación.

-¿Crees, en serio, necesario tener que volver a salir?

Volví a preguntar, en forma de queja.

Ella murmuro algo que no entendí y se gira hacia mí. Sus manos en su cadera, pareciendo exasperada por mi falta de cooperación. Sonreí con culpa y levante mis manos en forma de perdón. Ella suspiro y siguió abrochándose el vestido.

Cuando termine de arreglar mi camisa, me acerque a ella y la ayude con todo lo que necesitaba. Como recompensa me regalo algunos besos, estuve más que complacida.

Momentos después, ambas, nos encontrábamos caminando alrededor del lago. Estaba congelado por la época del año en el norte de Igor. El hielo se veía grueso, pero no pensaba arriesgarme y entrar de nuevo. Podía hacer muchas cosas como acto de valentía, pero caer en hielo congelado era una de mis peores pesadillas. De solo imaginarlo me estremecí.

Justo ayer lo intenté solo para mostrar mi "diversión". Sólo apoye un poco de mi peso y el hielo empezó a quebrarse con lentitud. Estaba grueso, pero no tanto como para soportar el peso de su persona. Luna al escuchar el ruido del hielo soltó un pequeño grito que alertó a los guardias y pronto estaban rodeándonos alertas de lo qué sea que había asustado a su nueva monarca. Los mire apenados mientras me ayudaban a salir para no arriesgarme a caer y morir de alguna enfermedad. 

Luna me miró y se acercó a mí, abrazándome por el torso. Bese su frente que era lo único desprotegido que tenía. Sonreí viendo lo adorable que se veía. Su nariz que sobresalía solo un poco estaba roja.

-¿Qué tengo?

Cuestiono, preocupada, notando mi mirada fija en ella. Reí y la enrolle en mi brazo por su cintura.

-Te ves muy adorable de esta manera.

Conteste ganándome un manotazo de su parte. Volví a reír, pero no me aleje de ella. Sabía que sólo se había sonrojado bajo esa bufanda. Además, más de una vez le había dicho mis comentarios acerca de lo sensible que era su cuerpo a las altas temperaturas. Aún así, nos encontrábamos fuera del calor de la cabaña por su petición.

-Mira quién dice aquello.

Me mira de reojo antes de hacernos caminar.

No entendí su mensaje por lo que calle. Camine junto a ella por el resto de la tarde. El lugar era asombroso y cada pequeño detalle ella lo encontraba preciosos e único. Sonreí de verla feliz, con eso estaba complacida. Su sonrisa era suficiente para mí.

-Debemos volver, la cena debe estar servida.

Comente, notando la ubicación del sol.

Luna asintió un poco resignada. Quería seguir explorando, pero podía ser peligroso. No sabíamos que tipo de animales podrían estar paseándose a nuestro alrededor. Habían personas armadas a los costados, sí, pero no arriesgaría a Luna a algo como un ataque.

-Hey, mañana seguiremos, ¿sí?

Le dije, sonriendo. Ella asintió un poco más energética.

-¿Me lo prometes?

Sonreí, asintiendo. Luego me acerque a su oído.

-Sólo si logramos salir de la cama.

Su cabeza rápidamente se giro hacia mí, podía imaginar su boca abierta, pero no me era posible verla por la bufanda allí puesta. Reí, viendo como bajaba la cabeza, apenada.

CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora