Crown

By SamR_16

80.6K 5.6K 379

Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, p... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
XIV
XV
Recuerdo I
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Capítulo L (50)
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Epílogo

Capítulo XLVII

728 43 0
By SamR_16

15 DE JULIO DE 1912

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

LIAH'S POV

La mesa principal discutía un tema acerca de la nueva distribución de soldados y de su alimento.

¿Yo? Yo estaba contando los minutos para que se callarán y poder ir hacia Luna.

-La decisión es suya, Su Majestad.

La atención fue puesta en mí. Suspiré y me acomodé correctamente sobre mi trono. Seguramente Luna estaba esperando por mi fuera de estas puertas.

-Necesito ideas más claras y más realistas, caballeros.

Me puse de pies, ellos lo hicieron por respeto.

-Cuando las tengan, hablamos.

Caminé entre las tribunas sin esperar a los siguientes temas. Todo lo que había dicho me parecía absurdo. Luna tenía mejores ideas que veinte hombres juntos, incluyéndome. Ella me daba las mejores ideas y yo las ejecutaba, sin quitarle sus créditos.

Caminé directamente hacia la habitación. Ella podría encontrarse allí o no, pero debía cambiarme para la cena. Para mi suerte, estaba allí con algunas doncellas a su alrededor.

Sonreí al verla mirarme a través del espejo. Ella intento moverse, pero la detuvieron con una mirada furtiva. Reí por lo bajo y esperé que sacarán mi vestimenta.

Madre comería con nosotras esta noche. Volvería después de haber sido enviada lejos del peligro aquí, muy en su contra.

Mis doncellas se acercaron para quitar mi blazer y desabrochar mi camisa y pantalón, mi vista no la podía despegar de Luna y lo hermosa que se veía de azul pastel. Jugaba con un girasol entre sus dedos que le había entregado en la mañana.

Una doncella se colocó justo en mi campo de visión, haciendo que la pérdida de vista. Hice mala cara.

-Debe ducharse, Su Majestad.

Me pidieron al tenerme casi desvestida. Ellas sabían que no me gustaba que me vieran desnuda, pero a veces no me quejaba que me hicieran el trabajo más fácil al desabrochar y abrochar todos los botones.

Entre a la ducha y me duche con cuidado y rapidez a la vez. Mi cabello hace poco lo habían cortado por lo cual, era mucho más rápido lavarlo. Ahora, estaba por encima de mis hombros. También, era muy rápido de secarlo y peinarlo, aún que esto último lo hacía muy poco.

Al salir, coloqué mi ropa interior y luego puse mis pantalones y mi camisa negra manga larga. Abroché todo y luego salí para que colocaran sobre mi un chaleco negro con diseños que le hacían resaltar. Me veía bien, debia admitirlo. Una de las jóvenes se encargo de poner mis zapatos en su lugar. Otra, se encargó en secar mi cabello con rapidez.

Luna, para este momento caminaba de un lado para el otro con aburrimiento. Sonreí al verla cuando compartía palabras sin sentido a alguna doncella. Luego, se quejaba de lo pesado que era cargar un ser humano dentro de sí y luego decía que no se arrepentía de nada. Repitió eso dos veces a la doncella y la tercera en mi dirección.

Cuando terminaron de acomodar mi cabello y de perfeccionar mi vestimenta, todas se marcharon, dejándonos a solas. Luna no tardó en acercarse y besar mis labios, yo permanecí sentada.

-Luces preciosa, Mi Luna.

Sonrío y luego me inspeccionó, como si no lo hubiera hecho antes.

-Tú luces impresionante. Ese chaleco me gusta mucho.

Lo tocó, sintiendo la tela y las diferencia entre los diseños.

-¿Es nuevo?

Asentí. Jamás lo había utilizado, podía suponer que era nuevo .

-Debes utilizarlo más seguido.

Murmuro con una sonrisa en su rostro.

-Si así te apetece.

Besó mi mejilla con rapidez, sonrío y se alejó dejándome con ganas de sentir esos labios sobre los míos.

-¿Tu madre ya está aquí?

Sacudí mi cabeza, volviendo a mí y dejando de desear su cuerpo más glamuroso por sus cambios hormonales. Le habían sentado magníficamente.

-No me han informado. Seguramente debe venir en camino.

Aseguré, conociendo la obsesión de mi madre por venir a tiempo cada vez que se lo proponía.

Si mi memoria no me fallaba, esta era la primera vez que nos separábamos por tanto tiempo. Además, no tenía idea qué estuve apresada y cerca de la muerte en el Reino del Sur.

Me acerqué al cuerpo de mi esposa y besé su cuello descubierto por su cabello gracias al peinado que le habían hecho sus doncellas. Ella tembló entre mis brazos, y luego sonrío estrechándose contra mí.

-¿Qué tal si esta noche la pasamos juntas bajo las sábanas?

Ella rió tímida. Aún después de tantas cosas que habíamos pasado juntas, su lado tímido no había desaparecido.

-¿De qué manera?

Sonreí. Tímida, pero atrevida cuando tomaba valor.

-No lo sé... Tal vez, sin nada que nos cubra y muy juntitas.

Sugerí. Coloqué mis manos sobre su abdomen algo pronunciado.

-Me gusta la idea, pero debes recordar que no puedo hacer muchos movimientos.

Reí y seguí acariciando su abdomen.

-Puedo asumir todo el trabajo, Lu. Solo debes estar dispuesta a cada cosa que te haga.

Se giró y me miró con sus hermosos ojos esmeraldas. Suspiré al tener la atención de ese par.

-Confío en ti.

Asentí con una sonrisa. Me acerqué a su rostro para besar sus labios, pero un toque en la puerta me hizo detenerme.

-Su Majestades, su alteza esta aquí.

Luna rió y se apartó sin dejarme terminar mi cometido. Antes de poder volverla a tenerla entre mis brazos, tomó camino con rapidez hacia la puerta, abriendola. Mi madre entró con una gran sonrisa en su rostro y no me miró a mí, miró directamente a Luna y su abdomen.

Sonreí, apreciando la vista. Me acerqué con pequeños pasos y preste mucha interacción de ambas. Sabía que mi madre estaría esperando este momento.

-Me siento tan emocionada y orgullosa por ustedes. No tienen idea de como me siento.

Tomo las manos de mi esposa y sonrío mostrando todos sus dientes. Sí, ella estaba más que emocionada por este momento en nuestras vidas.

-Sé que lo harán muy bien y darán todo por el futuro de este reino y de los demás.

Luna asintió, sus ojos ligeramente brillosos. Estaba conmovida, sus emociones estaban tan alteradas.

-Madre, no la hagas llorar o tendrás que reparar el trabajo.

Murmuré. Mi madre, finalmente, me miró y se acercó dándome un fuerte abrazo. La abracé de igual manera y recibí con felicidad sus dos besos en mis mejillas y el último en mi frente.

-Sigo feliz de que estés con nosotros, Liah. Nos sabríamos que hacer sin ti aquí. El reino se hubiera ido a las ruinas sin alguien en la cabeza.

Le quite importancia y miré a Luna durante un segundo antes de volver a girar mi rostro al de ella.

-Las cosas cambiaran un poco, madre. El reino jamás avanzará si seguimos con las mismas reglas arcaicas.

Me miró confusa, pero no cuestionó nada. Ahora era su reina y no podía juzgar mis decisiones. Aún así, siempre agradecía cada pequeño consejo que aportaba cuando estaba estancada.

-¿Bajamos?

Cuestioné señalando la puerta. Mi madre asintió y salió primero. Casi podía dar brincos de felicidad. Hacía mucho que no la veía de esa manera, me hacía sentir mejor con su persona.

Le extendí mi brazo a Luna y bajamos de esa manera. Con su brazo entrelazado del mío. Mi madre ya estaba en la mesa pidiendo algunas cosas extras. Me dirigí a la silla de Luna y la abrí para ella, luego hice lo mismo con mi madre y finalmente me senté yo. Fue entonces cuando la comida fue servida en los platos correspondientes.

-Cuéntanos, madre. ¿Dónde te habías metido? Tengo entendido que desapareciste de la casa de precaución.

Ella soltó una risita traviesa. Enarqué una ceja, parecía una jovencita enamorada.

-Llegué a la casa, pasé allí como dos días y decidí salir para dar un vuelta. Fue entonces cuando encontré a un caballero en una silla solitaria, me acerqué y le hice compañía. Para mi sorpresa, no me reconoció y simplemente hablamos como dos personas con vidas normales.

Luna miraba a mi madre con atención.

-¿Por eso desapareciste?

-Bueno, él me invitaba a pasear cada día. Yo lo acompañaba y luego volvía a la casa. ¿Es qué ningún guardia se dio cuenta?

Suspiré y asentí. Debía tomar más cuidado con su seguridad. Al parecer era muy escurridiza.

-Me alegra que no te haya pasado nada. No podría llegar aquí y recibir de noticia tu perdida, madre.

Sonrío y cubrió mi mano con la suya como un acto de tranquilizarme.

-Ahora, dinos, ¿qué te hicieron pasar en el Reino del Sur?

La miré con desgana. Lo que menos quería hablar era acerca de mis días de cárcel dentro de aquel reino. A ella le había comentado muy poco acerca de mis días allí. Por el contrario, Luna sabía un poco más acerca de esto.

-No quiero hablar de ello, madre. Estamos celebrando que estamos los tres, pronto cuatro, aquí. Con salud y una sonrisa en el rostro.

Preferí apartar el tema de conversación, no quería tener que volver a pensar en ello. No al menos durante unos días. Ella suspiró y asintió, dirigiendo su mirada a Luna.

-¿Cómo están tus síntomas, querida?

Luna sonrío, sus manos automáticamente se dirigieron a su abdomen apenas abultado.

-No le he prestado demasiada atención, con todo este problema. Creo que hasta ahora no he tenido nada.

Sonreí. Me alegraba saber que no había pasado por ninguna dificultad con mi persona lejos de ella. Había pasado las mayorías de las noches pensando en ella y recordando que debía mantenerme con vida para regresar y darles una vida completa. No podía imaginarla siendo distituida y reemplazada por otra familia. Este reino sólo nos pertenecía a nosotras dos.

-Eres joven, sana y fuerte, seguramente no sentirás ni un poco.

Mi madre dijo con seguridad. Luna la miró con esperanza. De verdad deseaba que Luna no tuviera demasiado trabajo con nuestro hijo. No me gustaría verla lamentarse de nuestro pequeño desliz.

-¿Cómo fue su embarazo, Alteza?

La pregunta de Luna iluminó el rostro de mi madre. Esa era su historia favorita y seguramente me avergonzada en algunos puntos de su historia.

-Como seguramente sabrás, mi difunto esposo y yo, lo intentamos tres veces antes de Liah. Una tras otra, siempre crecía con alguna dificultad y simplemente no resistía más de una semana con vida.

Mi madre parecía no lastimarle haber perdido otros hijos aparte de mí. Al contrario, se veía emocionada por empezar a contar la parte donde al fin un embarazo dio fruto.

-Hasta que veinte años atrás, el rey y yo decidimos volver a intentarlo. No queríamos dejar el reino sin un heredero y nuestras edades cada vez complicaban más las cosas. Cuando finalmente me enteré que estaba embarazada, tomé todos los cuidados necesarios. Poco salía del palacio. Caminaba mucho por los pasillos, mi comida mantenía una dieta y mis horas de sueño eran reguladas.

》El gran día llegó, una nueva persona nacería. Todo fue manejado con extremo cuidado. Fue entonces cuando notamos que algo estaba un poco confuso. El bebé tenía rasgos muy femeninos, pero sus genitales eran masculinos. No sabíamos que hacer y acudimos a diferentes ancianos consejeros de manera anónima y confidencial. Ellos nos comentaron que no tan extraño como parecía. A las personas como Liah, le llaman emafroditas. Personas que físicamente tiene rasgos de un género específico, pero sus genitales son totalmente diferentes.

Mi madre contaba todo con gran entusiasmo. Luna le miraba atenta, sin perderse nada. Tomando notas mentales para luego preguntarme o solo para tenerlas allí para cualquier situación en un futuro.

-Decidimos que no podíamos esperar que naciera otro bebé. Nuestras edades eran avanzadas y Liah no tendría la culpa. La entrenamos como una heredera fuerte y valiente para gobernar más que solo un reino. Ahora, vemos el fruto de cada pequeña decisión hace años atrás.

Mi madre dio por finalizada su historia. Ambas mujeres frente a mí, no habían tocado mucho sus platos de comida y yo me encontraba esperando el segundo. Apreté mis labios esperando a que Luna dijera algo y que el sirviente no intentará cambiar mi plato.

-¿Nunca se asustaron acerca de lo que dirían los demás?

Mi madre asintió una sola vez. Tomó un sorbo de agua y volvió a dirigir su atención a mi esposa.

-Muchas veces. Sin embargo, siempre estábamos para recordarnos, el uno al otro, que Liah no débil y nosotros no podíamos serlo. Algunas veces, fuimos juzgados por personas cercanas, aún así, mantuvimos la fuerte convicción en Liah... ahora podemos ver el fruto.

Mire como el sirviente se llevaba mi plato y ponía otro frente a mí. Cuando levante mi mirada fue entonces cuando sentí sus miradas sobre mí.

-He intentado ser lo mejor, madre.

Asentí. Ella sonrío y asintió más segura que yo. Suspiré, ella tenía tantas esperanzas en mí. A veces me era difícil llenar las botas tan grandes que ellos habían colocado frente a mí. Aún así, faltaba poco para lograrlo y llenarlos de orgullo, aún si uno de ellos no estaba para verlo junto a nosotros.






_______________________
Nota de la autora:

Buenas buenas, aquí el capítulo del día.

¿Acaso la reina madre esta enamorada de nuevo?

Necesito darle su final feliz después de quitarle a su rey.

¿Qué opinan acerca del rumbo de la historia?

Comenten si desean.

No olviden votar.

Sin más que mencionar.

Nos leemos en el próximo capítulo.

Continue Reading

You'll Also Like

634K 34.8K 122
One shots de famosas Pueden pedir la famosa y la trama que quieran! ♡ Aquí hacemos realidad tus más oscuras fantasías ☻️
1.4K 227 5
Wangxian AU Modern Continuación de "el niño que nació inmortal" Tres mil años después de que hua ying quedará viudo y, lan yuan y lan Chuntian huérfa...
43.7M 1.3M 37
"You are mine," He murmured across my skin. He inhaled my scent deeply and kissed the mark he gave me. I shuddered as he lightly nipped it. "Danny, y...