YUANFEN, MI SALVACIÓN

By Jenn_mor__

1.8K 127 47

Jhonas y Vaiolet se conocen en un centro psiquiátrico. Ella padece depresión y ha tenido varios intentos de s... More

Capítulo 1: La marcha de Lauren
Capítulo 2: Un sueño
Capítulo 3: El escondite
Capítulo 4: Acercamiento
Capítulo 5: La fiesta
Capítulo 6: Deseo
Capítulo 7: Nueva oportunidad
Capítulo 9: La Canción
Capítulo 10: Regreso
Capítulo 11: Diagnóstico
Capítulo 14: La chica de pelo rosa
Capítulo 15: Fugitivos
Capítulo 16: Nuevo hogar
Capítulo 17: El tejo
Capítulo 18: El Vacío
Capítulo 19: Propósito
Capítulo 21: Tormenta perfecta
Capítulo 22: La gran noticia
Capítulo 23: La nota
Capítulo 24: No es un simulacro
Capítulo 25: El último adiós
Capítulo Final: Maktub
Capítulo 8: Almas oscuras
Capítulo 13: No existe lugar seguro
Capítulo 20: Estrellas binarias.

Capítulo 12: Alas de ángel

31 4 0
By Jenn_mor__

VAIOLET

Bajo con cuidado por unas ramas adheridas a la fachada. Jhonas da un último salto logrando llegar al suelo sin hacer ruido.

Intento hacer lo mismo, pero la comparación entre Spiderman y una garrapata es lo que nos diferencia, debo parecer ridícula agarrada a estas hojas debiluchas.

-¡Salta! -susurra Jhonas.

-No puedo, de verdad que no.

De pronto tengo miedo y ganas de llorar o ganas de llorar y miedo, no puedo pensar cuál va ganando.

-Vaiolet, esto es solo el comienzo, solo un salto. Créeme, lo que nos espera ahí fuera sí que da miedo.

-Deberías plantearte un futuro como animador... -suelto frustrada y enfadada.

Acabo de marcharme de mi casa, después de ver una escena de lo más terrorífica. Mi padre y mi tía, uf por favor, no puedo ni pensarlo, y a Jhonas se le ocurre una forma muy extraña de motivarme.

Decidida o no, voy a saltar. Tengo que empezar a practicar mi nueva yo, y para ello debo armar mi cuerpo con un escudo que aún estaba fabricando, pero como diría Confucio El mejor camino comienza con los primeros pasos.

-Ya está -Sacudo las manos y sonrío a Jhonas en un intento de parecer valiente, o al menos tener un mínimo de dignidad.

-¿Qué has visto? - Lee mis ojos.

-Algo que jamás voy a quitarme de la cabeza -asiente sin preguntarme nada más.

Caminamos durante más de media hora en la oscuridad, bajo el silencio de la noche. Jhonas observa todas las direcciones como si alguien fuera a atracarnos. Yo solo consigo centrar mis ojos en el asfalto de la carretera y seguir sus pasos, ya que aún no he descubierto los míos.

-¿Tenemos un plan? -pronuncio al final.

Jhonas me mira y afirma, pero sé que es mentira. Coge un teléfono móvil que tenía en el bolsillo de la sudadera y espera a que alguien conteste.

-Walls, necesito ayuda.

-No, solo un lugar donde quedarnos.

-¿Quién va a ser?, Vaiolet-responde enfadado, cómo sí su amigo tuviera que saber con quién está.

-Ya lo sé, ¡Joder!. Si, si le llamaré -Cuelga más cabreado que antes.

-¿Qué pasa? -pregunto, pero no sé si es una buena idea.

Realmente no conozco a Jhonas fuera de las paredes del Psiquiátrico.

¿Tiene más familia aparte de la ya nombrada?

¿Una casa a la que regresar?

Antes de ingresar en el centro, tendría que venir de algún lugar.

-Aún no tenemos sitio, espera -hace un gesto con la mano.

-Eh Mush, ¡Qué pasa!, mira necesito un hueco para dormir hasta el lunes. ¿Enserio? ¡Genial! Gracias amigo -aunque sus palabras parecen felices, no lo son, algo me dice que no quiere ir a ese lugar.

-¿Mush?, ¿Ese no es el tío con el que te peleaste en el bar? -comento sin entender nada

-Si -responde sin más.

Continuamos caminando durante dos horas, quizás sea durante 3 o 4... He perdido la noción del tiempo y no aguanto los pies, pero lo peor que llevo es la actitud de Jhonas.

Está enfadado, soltando maldiciones sin que apenas pueda escucharle. Hasta el punto que no me atrevo a preguntar qué pasa, aunque está claro que no tener un plan es lo que le está agobiando.

En cambio yo, me siento tranquila. No pretendo regresar al centro dónde me obligan a ser quién no soy, y tampoco quiero volver a una casa donde tengo que aparentar ser otra persona.

-¿Estamos cerca? -pregunto agotada.

-Solo diez minutos más.

-¿En qué trabaja tu padre? -y de todas las preguntas que me puede hacer, elige hablar de mi padre.

-Es constructor, viaja mucho y normalmente sólo hablamos cuando se va o cuando vuelve, el resto del tiempo fingimos, se nos da muy bien...

-Ah -parece que no le sorprende.

-¿No tienes una casa, una tuya dónde podamos ir?

Me daba vergüenza, pero no entiendo porque tenemos que quedarnos en un lugar donde somos unos prestados y además, hay gente que no es de fiar.

¿Estará la chica de poca ropa del bar?

-Yo no tengo casas, ni coches, ni ninguna propiedad. Me voy quedando con amigos o mi entrenador -explica

-¿Cómo pagas el centro?

-Mi entrenador lo hace, es lo más parecido a un padre que tengo.

-Me alegra que tengas a alguien -no sé porque lo he dicho, pero después de esto ¿qué voy a decir?

-No necesito tener a nadie, más que a mí mismo, pequeña mariposa sin alas.

Y ese comentario me enfurece. Da la impresión que soy una niña pequeña a la que tiene que proteger, cuando yo solita puedo con todo.

Realmente no.

-Es allí -señala una casa de dos pisos.

Antes de que me diera tiempo a responder sus calificativos hacia mi persona. La casa parece vieja, pero al menos no es la calle.

-Escucha con atención, esto no es una facultad ni nada por el estilo. Aquí hay gente peligrosa que puede hacerte daño, hazme caso y no te separes de mí, ¿de acuerdo?

-No voy a ninguna universidad, ni tampoco tengo una mansión como para que me hables de ese modo. Sé cuidar de mí misma-suspira exasperado.

Nada más entrar por la casa, el humo inunda las fosas nasales y me mareo al momento. Un montón de gente abunda un salón casi vacío, si no es por un sillón y una mesa llena de chicas semi desnudas. Las luces en el techo son como las de un parking, y hacen pequeños flashes como si fueran a apagarse de un momento a otro. Tíos con cara de peligrosos saludan a Jhonas, éste cambia el semblante por completo y parece que encaja a la perfección en este tipo de ambiente.

-Colega, ¿Estás en problemas? -le pregunta Mush y hace un gesto en mi dirección.

-No que va, solo quiero refugiar a una amiga. ¿Hay alguna habitación libre? -Intenta aparentar que no necesita ayuda.

No lo entiendo, ¿es que no son sus amigos?

-La de Britani, no vuelve hasta el martes.

-Gracias tío, te debo una -Mush se le choca la mano a Jhonas y le da una bolsa pequeña, un gesto casi imperceptible si no fuera porque soy muy observadora.

-Eso seguro -le guiña un ojo. Nhas me ofrece su mano y la acepto. Me dirige escaleras arriba.

Una chica morena con grandes ojos azules bloquea el paso.

-Bebito, ya estás por aquí -se insinúa, claramente lo conoce.

-Es Jhonas y está conmigo princesa -desconozco qué guerrillera se apoderó de mí, pero no aguanto que se crea en el derecho de hablarle así o tocarlo.

Escucho a Jhonas reírse detrás de mí, pero no comenta nada. La chica saca un dedo y se lo mete en la boca, será guarra.

-Entonces, estoy contigo - afirma metiéndome en una habitación que nada tiene que ver con la casa de un piso más abajo.

Es pequeña, pero limpia y bastante acogedora. Por los libros de álgebra y los póster de cantantes famosos, estoy segura que está habitación pertenece a una adolescente.

-¿Tenías intención de pararle los pies? -me pongo delante de él.

-A mí no me molesta, al final haré lo que yo quiera y no lo que ella me proponga -. Levanta las cejas y sonríe dándome a entender que es una broma.

JHONAS

-Necesito ir al baño - informo algo cabreado y no tiene que ver con ella, sino con la situación de mierda.

¡Vaiolet mereces más, pero esto es lo que hay! Pienso para mí.

-¿Te acompaño? -pregunta con el propósito de intimar claramente conmigo.

¡No seas creído Nhas, solo tiene miedo!

-No. Lo que quiero es que te quedes aquí, no abras la puerta a nadie y me esperes -le advierto con voz más dura de lo que pretendía.

No consigo controlar mi nerviosismo y preocupación con tenerla en un lugar como este. Además de que el Capitán se enterará tarde o temprano que está conmigo y eso pone en peligro a todo mi alrededor, incluido Gus y Elisabeth. Por este motivo no la llevé a su casa, eso sería una muerte asegurada, aunque no es mi muerte lo que me tiene en está situación tan tensa.

-Jhonas, espera. ¿Puedo confiar en ti? -pregunta asustada.

Sus ojos se vuelven vidriosos. Noto un pequeño temblor en sus piernas y busco algo con lo que pueda calentar sus frías sensaciones.

Abro el armario de la hermana de Must, y cojo un jersey ancho, de un color que le hará sentir más cómoda.

-Nunca confíes en nadie, ni en tu propia familia, nunca. De lo que sí puedes estar segura es que mi prioridad es tu seguridad. Te prometo, aunque no lo parezca, que aquí estás segura -. Asiente tragando saliva y afirmando con la cabeza.

Deja que le ayude a ponerse el jersey que acabo de ofrecerle y beso su frente.

Salgo de allí, encerrándola con la llave que Must me dio antes. No puedo arriesgarme, pero este lugar tiene más garantías que estar cerca del capitán.

Voy directo al baño, no saludo a nadie y procuro pasar desapercibido.

Abro la bolsa, cojo el revólver y lo meto detrás de mi pantalón. Tiro el resto por el retrete, sin mirar siquiera. Sé lo que habrá dentro.

Al salir, Barbi me está esperando en la puerta, fumando un cigarro y sonriendo al techo.

-No te esperaba, ¿Está Walls contigo?

-Vaya, no sabía que ahora te gustaba, pero tranquila desde que lo vea le diré que lo buscas -Tira el cigarro al suelo y mientras lo pisa, dirige su mirada a mis ojos.

-Cuando le veas, dile un trato es un trato y ya te están buscando -se echa a reír y se va guiñándome un ojo.

Joder Walls, en qué mierda andas metido... Confío en él, si ha tenido que involucrar a está chica es porque no había más remedio. Pero ahora nace una nueva preocupación, Elisabeth...

Al volver a la habitación, Violet se encuentra dormida encima de la colcha multicolor de Britani. Me concentro en su simple respiración. Escucho salir el oxígeno que inhala, cómo la espalda se mueve con pequeños espasmos, las pupilas cerradas parpadean ligeramente a una velocidad sospechosa y sé que está despierta. Desconozco el motivo del por qué quiere parecer dormida, pero voy a respetar sus deseos.

Finalmente, consigo dormirme cuando realmente ella ha sucumbido al sueño.

A la mañana siguiente, antes de que Violet abriera los ojos, decidí que sería buena idea ir en busca el desayuno. Claro error por mi parte, pero en ese momento no pensé más que en la última vez que Vaiolet había comido algo.

El piso de abajo es una asquerosidad: cuerpos desnudos, polvo blanco por todas las superficies, vómitos... en otro momento, hubiera sido yo, igual de perjudicado y con dos tías encima de mi cuerpo. Sí existiese alguna técnica de desintoxicación, está sería un buen principio.

Voy hacía la gasolinera de enfrente lo más rápido que puedo. Sin pararme más de lo debido.

Justo en ese momento, me doy cuenta de que no era una buena idea. Le prometí protección y justo eso es lo que estoy quitándole.

VAIOLET

Me quedé dormida. En mitad de la noche me desperté asustada, pero cuando vi a Jhonas a mi lado con su mano agarrando la mía, sentí que todo mi mundo volvía a estar en equilibrio, así que extrañamente volví a dormir, pero con una sonrisa en mis labios. Hace mucho tiempo, ya ni recuerdo, que no tenía un sueño placentero, como si un ángel me hubiera acunado en sus esponjosas alas y me protegiera de todos. Realmente así me sentí, resguardada.

Aún recuerdo a mi padre y a mi tía retozando como animales en celo, las arcadas me hacen salir de la habitación y buscar un baño.

Bajando las escaleras, un olor nauseabundo me hizo vomitar en el pasillo, pero no es eso lo que me dejó paralizada, si no el cuerpo de un tío enorme delante de mí. Sus ojos azules como el mar cuando hay tormenta, chequean mi cuerpo y comienzo a temblar de miedo.

-So...Soy... Soy la novia de Jhonas. Él me está esperando abajo y... -sonríe, tira una botella al suelo y un montón de cristales salen disparados.

-No va a gustarle si me haces daño -camino hacia abajo lentamente, con la esperanza de que su estado le haga resbalar por las escaleras.

Pero no, al contrario, empieza a bajar más rápido que yo, comienzo a correr por la casa buscando la salida. No grito, principalmente porque está lleno de delincuentes igual o peores que él.

¿Dónde te has metido Nash?

Ya que no consigo encontrar la salida, entro en la cocina para buscar algún instrumento que me sirva como arma, pero él me atrapa primero. Me empuja al suelo y mi cabeza choca con algo duro, pero no me detengo a ver que es. Inmediatamente se baja los pantalones y se tira encima de mi cuerpo. Forcejeo intentando librarme de su peso, pero es muy fuerte y grande. Agarro el objeto con el que chocó mi cabeza y se lo tiro en la cara.

Esté se queja y yo tengo el momento justo para correr dirección a la habitación. Sí... lo más lógico es buscar la salida, pero mi cabeza recordó su último lugar seguro y fue justo allí, junto a Jhonas.

Lágrimas incontrolables salen de mis ojos, grito con fuerza, pero nadie acude en mi ayuda. Cojo el primer arma que veo, un bolígrafo... El chico grande, fuerte y con intención de violarme, abre la puerta de una patada y su mirada me hace saber que acabará conmigo si no lo hago yo antes.

Se acerca y me empuja contra la cama, sonidos salen de su boca, pero no consigo comprenderlo. Cuando lo tengo encima de nuevo, levanto el bolígrafo y le punzo el cuello sin pensarlo. Tras varias puñaladas, la sangre se derrama por la colcha de la adolescente, a la que hemos tomado prestada la cama, y con la fuerza que aún me queda, me levanto con el fin de correr sin mirar atrás.

En ese preciso instante, Jhonas aparece como la magia de los magos que veía en la televisión cuando era pequeña, y me lanzo a sus brazos cubriéndolo de sangre también.

-¡Violet, estás herida! -me sujeta angustiado.

-Noo, noo es es mi mi sangreee -intento tranquilizarlo, aunque yo esté tartamudeando.

Entra en la habitación y cuando ve el cuerpo del chico que intentó violarme, sus ojos se abren como platos. Sus manos se vuelven puños y el color de los ojos se vuelve más oscuro si cabe. Me observa de arriba abajo y noto como su pecho se expande con fuerza. Coge mi mano y nos mete a ambos de nuevo en la habitación de la que quiero huir. Cierra la puerta con llave y luego observa al casi asesino, violador o a saber qué más quería hacerme, tirado en el suelo.

-¿Logró lo que quería? -no consigue mirarme a los ojos.

-No -es lo único que consigo decir, y él suspira de alivio.

He matado a una persona, es la frase siguiente que me viene a la cabeza y comienzo a temblar con más fuerza. No por el hecho de haber matado, ya que me estaba defendiendo, sino porque la sangre me ha recordado otras situaciones, demasiado dolorosas para indagar en ellas.

-Tranquila -muerde su labio inferior, ideando un plan para salir de allí.

O quizás está pensando en otra cosa, pero es lo único que pasa por mi cabeza.

-Necesito a Mofletitos -lloro paralizada, es entonces cuando Jhonas reacciona y pone toda su atención.

-No lo necesitas, estoy aquí y voy a arreglar esto. No te preocupes -. Me abraza con fuerza y me besa, volviendo a notar de nuevo las alas de ángel cubriendo mi cuerpo y protegiéndome de mí misma.

Continue Reading

You'll Also Like

224K 15K 31
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
Criba By Lex

Teen Fiction

351 79 3
La historia continúa.
1.1K 767 24
Bianca es una joven bruja que por cosas del destino nació con el cabello negro el cual es simbolo de las brujas de la oscuridad esto hizo su vida un...