El capricho de amarte

Par nacaridportal

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Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo... Plus

Sophia Pierce.
Ser rara está bien
Una dosis de vida
¿Has sentido el dolor?
Al carajo el futuro
Las personas no queman
Te necesito a ti
Tú también eres una princesa
Detrás de las estrellas
Fabricantes de esperanza
Ojalá nunca te vayas
Concéntrate en mí 😏
Gracias por sostenerme Julie.
A veces necesitas irte
Conociendo Christopher
Del cielo al piso
Mi innegable verdad.
Mucho más que el dinero
Para: Julie
Sonrisas y dolor
Mi sueño es ella
Mi solución en su sonrisa
Adiós a las reglas
Universo para dos
11:11 mi deseo eres tú
Nunca vas a ser tú
Érase una vez
Ebriedad
Somos más que el dolor
Solo de ti
¡Tuya!
"No voy a abandonarlo".
En busca de un sueño
Destruyó a la princesa
El mundo perdido
La leyenda de las estrellas
Duerme conmigo
El hilo rojo
Asco de mí
"El paso de las lágrimas"
Nunca más voy a sentirme sola
Tú nunca vas a terminar
Epílogo
Fin
Escalera al cielo
¿FIN?
El Capricho de Amarte - SEGUNDO LIBRO - La sombras de Sophia Pierce
Y conocí a una princesa
El presente - Sophia Pierce
Tres meses antes - Sophia Pierce
No todo tiene un precio - Sophia Pierce
Hay tristezas que no se van
EL ABIERTO DE AUSTRALIA
MÁS QUE UN SIMPLE JUEGO
Se acabó el juego
La Diosa del caos
Caos en mi interior
Julie Dash - Pasado
Julie Dash - Pasado
Heridas que vuelven
Un nuevo comienzo
JULIE DASH - CÍRCULO VICIOSO
Cantándole a las estrellas
La fiesta del descontrol
Enfrentar los miedos
La maga
11:11 mi deseo sigues siendo tú.
Heridas que se vuelven a abrir
JULIE DASH - TORPEZA
Sophia Pierce - Querer en libertad
Julie Dash - Montaña rusa de emociones
No supe desear
JULIE DASH - Encontrando mi voz
Sophia Pierce - Mi vida sin ella
JULIE DASH - Después del placer
SOPHIA PIERCE - DOS MESES DESPUÉS
Sophia Pierce / Celebrando a Paula
Sophia Pierce - Almas que te salvan
JULIE DASH - Pequeña eternidad
TE QUIERO DE VERDAD
TE ESCOGERÍA A TI
TE QUIERO LIBRE
SUEÑOS QUE SE CUMPLEN
EN OTRA VIDA SERÁ
LA MAESTRA DEL SEXO
"SOY TU PREMIO"
JULIE DASH - NO SOY TU CHICA
JULIE DASH - DE NADA
JULIE DASH - NOCHE DE EBRIEDAD
JULIE DASH - VERDADES
LAS REGLAS SON LAS REGLAS
Julie Dash -NO PUEDO VIVIR SIN TI
SOPHIA PIERCE - MILLONES DE EMOCIONES
SOPHIA PIERCE - PREMIO DE CONSOLACIÓN
LA ECUACIÓN DE DIRAC
JULIE DASH - DESPEDIDA
¿PODEMOS HACERLO DISTINTO?
SOPHIA PIERCE - INSTANTES PERDURABLES
QUIERO ESTAR CONTIGO MIENTRAS SANAS
Julie Dash - Antes del final
SOPHIA PIERCE - EL INICIO DE MIS PESADILLAS
SOPHIA PIERCE - NO SOY UNA ASESINA
SEAMOS SINCERAS
PENICILINA - SOPHIA PIERCE
5 MESES DESPUÉS
CONTINUACIÓN
¿GANARÍAS POR MÍ?
JULIE DASH - ANDREA VS SOPHIA
LA FINAL
KSENYA KHOKRYAEVA - LA ÚLTIMA VEZ
KSENYA KHOKRYAEVA - TU VIDA ES LA MÁS VALIOSA
JULIE DASH - LA ELIGIÓ A ELLA
KSENYA KHOKRYAEVA - MIS MURALLAS
JULIE DASH - "El Final".
SOPHIA NO TIENE FINAL
Para: los bebés del futuro De: Sophia Pierce
LIBRO 2 - JULIE DASH
Besar los Sueños
Cuando los conocí. Julie Dash.
Rotas en la irrealidad - Julie Dash
Para: Ksenya
Ksenya K. La vida sin ti.
Ksenya K - Cuando te conocí
Julie Dash - Realidad irreal
Julie Dash - Realidad Irreal
Julie Dash - Punto de inflexión
Julie Dash - Presente
Julie Dash - Ella está viva.
Julie Dash - Final "feliz".
Julie Dash - Después de todo, tú.
El sacrificio del peón - Julie Dash.
Sophia Pierce - Una mente sin recuerdos

SOPHIA PIERCE - DEBO SOLTARLA, AUNQUE ME DUELA.

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A las seis de la tarde salimos a New York. Era mi última oportunidad del año y la prensa no había dejado de hostigarme. Seguían colándose noticias sobre «Ksenya y yo como pareja sentimental» e incluso protagonizamos un hilo de twitter en el que hablaban de una relación poliamorosa entre las tres. Eso fue cesando con los acercamientos de la rusa y de Logan, pero no desapareció. «A una campeona le gusta un campeón, y Sophia no tiene lo necesario para ser la primera», se podía leer en los comentarios en los post de Ksenya, o en mi propia cuenta de instagram. «Logan y Ksenya son la pareja que todos soñamos», «que se desligue de la otra chica, solo la utiliza para ganar en dobles y tener contratos publicitarios. La quiere por interés». Fueron algunos de los comentarios que leí mientras despegaba el avión.

El tenista que salía con Ksenya se vino con nosotras en el avión privado y estuvo durante todo el rato diciendo estupideces.

—Son unas mujeres hermosas —dijo hacia Julie y hacia mí—: pero necesitan un hombre en su vida, como Ksenya, que ahora me tiene a mí.

Ella se atragantó con la torta de chocolate que estaba comiendo antes de responder.

—Yo no necesito un hombre. Necesito sexo que es distinto y hace poco aprendí que una mujer también puede dármelo.

—Es diferente con un hombre, acéptalo, indudablemente es mejor —respondió con su estúpida sonrisa arrogante.

—No voy a debatir eso contigo, Logan —respondió tajante y volvió a su seriedad habitual porque esa parte graciosa no la sacaba con todos. La mayoría del tiempo seguía fría y distante como si odiara el mundo y solo se abriera con unos cuantos.

Y debí quedarme callada, pero no fue lo que hice.

—Debátelo conmigo, ¿lo hace mejor que una mujer? —Allí estaba preguntándole a la cara y encontrándome con sus ojos.

—Indudablemente lo hace mejor que tú, Sophia, ¿eso querías saber? —fue la respuesta de Ksenya.

—Sí, solo eso quería saber.

—No te sientas mal, un juguete no puede competir con esto —Logan puso la mano sobre su entrepierna y volteé la mirada para no vomitar. Lo que tenía de hermoso lo tenía de cerdo. Enseguida, y en una actitud distinta y completamente romántica se hizo el galán—: Haré que te enamores de mí.

Le habló muy cerca de la boca y cuando iba a robarle un beso, Ksenya rodó la cara.

—Soñar es gratis, pero de enamorarme a usarte hay una diferencia grande, ¿estás seguro de que estás entendiendo nuestra interacción? —le preguntó con sarcasmo, al tiempo que Julie lo fulminaba con la mirada antes de irse hacia el baño.

Decidí no opinar y me concentré en mi blog de dibujo, estuve dibujando durante la primera hora hasta que él volvió a interrumpirme.

—Por lo menos de este viaje no te irás con las manos vacías.

—¿A qué te refieres? —Mala idea. No debí preguntar. Debí esperar que como todo lo que salía de su boca, fuera basura.

—La ventaja de que juegues dobles es que te ganas un dinero sin hacer mucho, son los beneficios de ser la mejor amiga de la campeona. Ella hace todo y tú tienes otro Grand Slam en dobles, contratos, y mucha pasta.

Julie seguía en el baño y solo estábamos él y yo, porque Ksenya estaba concentrada con sus videojuegos en la parte trasera del jet.

—Sí, son las ventajas —me limité a contestar forzando una sonrisa.

—La desventaja es la derrota, debe ser agobiante saber que año tras año perderás contra ella en individuales, pero si necesitas un consuelo, puedo darte lo que tu novia no te da, eso sí, que sea nuestro secreto. Puedo mostrarte porqué a Key le gusta más conmigo que contigo, linda.

Sentí sus dedos acariciar mi brazo y Ksenya, que estaba más atrás de nosotros, pareció notarlo porque dejó todo lo que estaba haciendo y gritó:

—¿Puedes quitarle los malditos dedos de encima, Logan?

—Las mujeres suelen celarme de ese modo por eso debemos ser discretos —susurró—. Después de que tengamos sexo entenderás sus celos.

—No tengo nada en contra de los hombres, pero sí de los payasos como tú, y en mi vida vas a estar cerca de tocarme —lancé molesta y su cara perpleja me sacó de quicio porque eso significaba que había mujeres que solo por su dinero eran capaces de estar con él.

Se veía que nunca había sido rechazado y me daba coraje que Ksenya fuera capaz de estar con ese patán solo por buen sexo.

Lo vi levantarse e intentar besar a la rusa, pero ella lo rechazó.

—Distancia, Logan. No me gustan los besos, deja de intentar besarme, ya te lo he dicho muchas veces y no soy de las que repiten.

Sí, todos sabían que a ella no le gustaba besar, le daba asco tocar los labios de otra persona y si hablábamos de saliva era peor. Tenía vasos que solo usaba ella, y si íbamos a restaurantes eso era un tema. Era muy cuidadosa con la higiene bucal. Según había escuchado no era de hacer sexo oral, pero tampoco era como si pudiera preguntarle. Era algo personal. Aunque imagino que si su sexo con Logan era tan maravilloso, estaba incluido.

Una vez que llegamos y estuvimos en el hotel la situación volvió a empeorar. Me sentía molesta, indignada. Era como si algo me estuviese quemando en el pecho y ni siquiera entendía la razón. Entramos a la habitación y Julie de una vez se metió en el baño. Tenía indigestión y no podía separarse más de quince minutos del inodoro.

—No deberías dormir con él, ¿por qué tienes que compartir la habitación? —le reproché—. ¿De cuándo acá duermes con alguien?

—Dormía contigo, Sophia.

—Me refiero a antes de mí.

—Pequeñas costumbres adquiridas, solo quiero compañía y sexo a toda hora.

—Siento que te estás equivocando. En serio.

No era mi problema y no se trataba de celos como mujer o pareja, porque no éramos nada. Se trataba de entender que merecía más y saber que había escogido algo malo. No me daba buena espina. Lo quería lejos.

—¿Equivocándome porque necesito sexo antes de cada partido? te lo he dicho varias veces. Yo dreno así.

—No me interesa lo que me digas.

—¿Por qué te pones así?

—¡Mierda! Porque ni siquiera me escuchas cuando te digo que no es una buena persona —grité.

—Acepté dormir con él si me daba sexo seis veces, lo necesito —me dijo y sé que estaba bromeando, o tal vez no, pero eso me emputó más.

—¿Entiendes que tienes un puto problema con el sexo?

—Sí, estoy viéndolo en terapia —dijo como si nada y se encogió de hombros antes de agregar—: Se llama ninfomanía.

—¿Y te dijeron que tuvieras sexo seis veces con él para curarte? ¿Así te recetó el doctor?

—¡Conejito follón! —gritó Julie cuando salió del baño y se recostó en la cama.

—¡Cállate chorro de excrementos! —se defendió Key refiriéndose a que Julie estaba con mucha diarrea.

Y cuando Julie iba a responderle... se le salió un pedo.

Ok. Todas nos reímos durante un instante, todas menos Julie, que se tapó con la cobija avergonzada.

—Seguro es un pedo acompañado, deberías revisarte antes de que manches la cama —la molestó.

—Puedes quedarte en nuestra habitación, es gigante —intervino Julie—. Solo que en vez de tener sexo tendrás pedos. Indudablemente son mejores que la presencia de Logan.

—¡Huele horrible! ¿Qué tienes por dentro? ¿Estás podrida o qué? —gritó Ksenya—. ¿Esa es tu princesa, Sophia? ¿Estás segura que no es el ogro de Shrek?

—¿Qué creías que defeco flores? ¡Me siento mal! —respondió Julie, y tenía enrojecidas las mejillas.

—Ya me intoxicaste.

—Exagerada.

Y de nuevo una pelea fue salvada por la manera tan infantil que tenían para tratarse, y aunque agradecí que se fuera la tensión, seguía molesta. No iba a dejarlo así. Estaba indignada. Me sentía más sensible que nunca, así que traté de relajarme. Julie seguía en la cama, Ksenya estaba recostada de la pared y yo... guardándome lo que le quería decir, pero no pude.

—Que es una mala persona, aléjate de él —fue Julie la que habló—. No me gusta la idea de que duermas con nosotras, pero puedo sacrificarme. Él no es bueno.

—¿Y tú crees que busco sacerdotes? Solo necesito que sea bueno en el acto sexual, nada más —debatió eliminando la poca paciencia que me quedaba.

—Mereces más que eso, solo no quiero que vuelvas a recaer —le pedí y era cierto.

—¿En qué te influye?

—Me influye porque me preocupo por ti, porque te quiero —fue lo que dije y desvié mi rostro de sus ojos.
No pude soportar el peso de su mirada.

Sentía que había vuelto a ser como la conocí, y en parte me hacía sentir que era mi culpa. Desde que llegamos del viaje a Venezuela su vida sexual volvió al descontrol y aunque no debía afectarme, lo hacía.

Ella se quedó observándome como si pudiera leer mi mente. En ocasiones me sentía expuesta porque me conocía más de lo que me hubiese gustado aceptar.

Volví a mirarla y ninguna de las dos apartó la mirada, seguimos así, retándonos, por lo que me pareció una eternidad.

—No puedo dormir con ustedes —habló Ksenya cortando la tensión que se había creado entre ambas.

—Has dormido antes con nosotras y tampoco te hemos violado —le reprochó Julie antes de agregar—: De hecho la última vez fue un poco al revés, ¿no? Tú nos violaste a nosotras.

—Sí, pasi, lo que digas, igualmente no se trata de eso, se trata de...

Ksenya se quedó callada en medio de la oración y salió corriendo al baño.

—Creo que fue algo que nos comimos —dijo Julie hacia mí—. Hoy vas a tener una noche bastante olorosa.

Se tapó la cara con la almohada y sonreí, en realidad eso no me molestaba. Más bien quería cuidarla.

Me tumbé a su lado y ella se acurrucó en mi pecho. Ese día no íbamos a entrenar, solo descanso.

—Entiendo lo que sientes con Logan, porque yo también siento lo mismo, pero debe decidirlo ella.

Julie dejó un beso en mis labios y nos quedamos acostadas besándonos durante al menos diez minutos.

—¿Sigues viva? —grité después de un rato y Ksenya salió del baño igual de pálida que Julie.

—Acuéstate a reposar, luego te vas a dormir con tu novio. —Fue Julie la que la invitó y pensé que se negaría, pero se quitó los zapatos y toda la ropa para luego ponerse el sweater que acababa de quitarme.

Siempre usaba mi ropa.

Se acostó a mi lado, pero sin tocarme, casi al otro extremo de la cama que era grandísima.

—Abrázala —susurró Julie en mi oído y no, no iba a hacerlo.

Primero estaba molesta y segundo, no quería.

—Abrázala, por favor, hazme caso —volvió a repetirme.

Negué con la cabeza porque no me parecía lo correcto.

—Si confías en mí, entonces abrázala —fue la tercera vez en que insistió—. ¡Abrázala!

Ksenya estaba volteada mirando hacia la pared y sin pensarlo de nuevo, rodeé su cintura con mis manos y la atraje hacia mi cuerpo. Julie se levantó y apagó cada una de las luces, al tiempo que cerraba la ventana y volvía hacia la cama para envolvernos a las tres con el edredón.

Segundos después, cuando todo estuvo a oscuras entendí la petición de Julie. Fue entonces cuando me di cuenta de que Key estaba llorando. La abracé más fuerte y seguía de espalda, mientras Julie acariciaba mi brazo con delicadeza haciéndome sentir que estaba allí, que no se iba, que prosiguiera.

Estábamos en una lujosa habitación de hotel, con sábanas de seda y un edredón de plumas, pero daba igual todo, lo único que importaba era la sensación de que estábamos juntas.

La suave iluminación se filtraba a través de las cortinas otorgándonos un instante ameno, raro, pero íntimo. La envolví en un cálido abrazo y ahora sí, la atraje hacia mí para que me observara.

Al instante escondió la cara en mi cuello y sentí la humedad de sus lágrimas. La separé de mi abrazo y con delicadeza, tomé su rostro entre mis manos.

—Lamento pelear contigo, solo quiero cuidarte —fue lo que le dije.

—No estoy llorando por eso —respondió secándose las lágrimas.

—Las voy a dejar solas —dijo Julie levantándose de la cama.

—No te vayas —le exigió Key y con una seña de su mano le pidió que se acercara a nosotras, antes de decir—: No puedo hacer esto sin ti.

¿A qué se refería? ¿Qué estaba pasando? Mi mente pensó en mil posibilidades y la ansiedad me estaba matando, necesitaba saber qué sucedía. Estábamos bien, o eso pensaba porque sus lágrimas me indicaban que eso no era del todo cierto.

Me llené de miedo Lo primero que pensé fue que por fin había decidido alejarse de mí.

Entendía que quisiera irse y lo había pensado mucho, pero no estaba lista. No estaba lista para dejarla ir y tampoco podía retenerla. Quizá lloraba porque estuve reclamándole lo de Logan. Me sentí mal por haberme puesto así, no tenía derecho. ¿Y si me equivocaba? Todo en mí me decía que era una mala persona, pero no quería perder a Ksenya por él.

—¿Quieres alejarte de mí? —fue lo que le pregunté y ella se quebró en llanto.

Me quedé paralizada viéndola llorar y solo cuando Julie me dio un empujoncito me lancé a abrazarla. ¿Era un abrazo de despedida? No sabía qué iba a responderme, pero me estaba doliendo la espera y sobre todo... me dolía pensar que era el final.

Me concentré en la calidez de su abrazo y en el contacto de su piel tratando de no pensar. Sentirla cerca se convirtió en un refugio seguro y no quería que se separara, ni que me dijera que debía apartarse. Podía escuchar el latido constante de mi corazón. Sabía que algo estaba sucediendo y que si su felicidad estaba lejos de mí debía respetarlo aunque fuera difícil.

—¿Quieres soltarme? —pregunté y yo también estaba llorando, pero no dejé de abrazarla.

Las tres estábamos juntas en la habitación de hotel, pero de una manera en la que nadie podría describir. Nos queríamos de formas distintas y siempre estaríamos juntas para apoyarnos. Esa era la certeza que se respiraba en el aire.

Ksenya se soltó de mi abrazo y estaba preparada para su respuesta, o en realidad no, no estaba lista para dejarla ir.

—Tal vez quieras hablar solo con Sophi y no me molesta, yo puedo esperar.

—No naciste para esperar a nadie, Julie, y tampoco quiero que te vayas —respondió Key.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la rusa cuando Julie asintió y se sentó cerca de ella.

—¿Qué sientes? —pregunté y mi mente no dejaba de dar vueltas—. ¿Sientes que debes alejarte?

No sabía si estaba así por mí, por sus sentimientos o porque el hecho de amarme le hiciera daño. Sin duda yo sí la amaba, y todos dirán que solo amamos una vez en la vida, pero eso no es cierto. Hay millones de maneras de amar y yo la amaba en muchas. Era un amor distinto al de Julie, pero no menos real.

Nunca dudé ni por un segundo. No quise separarme de Julie por estar con Key. No podía y se lo dije esa noche después del concierto en Venezuela en casa de Christopher. «La amo» fueron mis palabras y ella respondió: «Lo sé y por eso fue mi declaración, porque Julie me motivó a hacerlo. No es bueno guardarnos todo por dentro y mi amor te ama aunque tú la ames a ella», fue su respuesta y debí decirle que también la amaba, pero no quería confundirla y no sabía si iba a entenderme. Así que callé.

A partir de ese día todo siguió mejor, y tuvimos el viaje más épico de nuestra existencia. Vivimos un montón de experiencias, fuimos maduras, y estábamos felices. Viajamos a Paris, compartimos momentos y al final... quizá estaba tan extasiada, viviendo al máximo mi felicidad que no pensé en la de ella. Que tal vez Ksenya no estaba siendo igual de feliz.

—Son muchas emociones y no sé controlarlas —respondió Ksenya y su voz tembló ligeramente, antes de quedarse callada.

—Estamos contigo para escucharte, sea lo que sea, cuentas con nosotras —fue lo que le respondí tratando de darle la confianza para que me contara.

—Intenta expresarte —la animó Julie—. Somos un equipo, tú misma lo dijiste cuando sucedió lo de Kelly, las tres siempre vamos a apoyarnos, y eres un ser humano maravilloso (en ocasiones) y...

—Gracias fanática —la interrumpió Key, y ambas sonrieron.
Incluso yo.

—Esto es lo que me pasa y son tantas emociones que estoy confundida —soltó Ksenya y sacó de su bolso una prueba de embarazo que extendió hacia mí.

Intenté controlarme y la princesa lo supo porque soltó la mano de Key para tomar la mía y la apretó dándome ánimos. El corazón comenzó a latirme muy fuerte. Mis manos se humedecieron y cerré los ojos tratando de tranquilizarme. La rusa y yo habíamos hablado acerca de mis óvulos y me había dicho que no quería compartir la maternidad conmigo.

Una tarde, Julie me acompañó a la extracción de mis óvulos y fue ella quien me inyectó el abdomen cada noche antes de la extracción para que el procedimiento funcionara. También fue Julie quien me cuidó apenas salí de la intervención quirúrgica, la que se acostó conmigo en la camilla y me dijo: «Un día haremos esto juntas y ambas estaremos preparadas para ser madres. Es algo que sueño para nuestro futuro, aunque sé que dudas de que quiera ser mamá, no era algo que quería, pero contigo sí lo quiero» y sonreí porque yo también lo soñaba. En realidad, yo ya quería ser mamá, aunque no se lo había dicho porque aún no era el momento.

Al inicio pensé que era solo un impulso pasajero, ni siquiera entendía mis emociones. Era algo que también fui anhelando en la medida en la que Ksenya me fue mostrando ese mundo. Cada vez que me compartía un video de un niño me quedaba repitiéndolo una y otra vez. Y cuando comencé a comprar ropa para regalársela a ella y a su bebé del futuro, me di cuenta de que me emocionaba. Me gustaba la idea de poder ser como mi madre fue conmigo y darle alegría a un ser humano chiquitito. Sin embargo, Julie no lo quería y era entendible, por sus estudios, el hospital, la edad, todo, y yo estaba dispuesta a esperarla. No teníamos prisa. Seríamos madres tomando la decisión juntas y en el momento adecuado para hacer felices a un ser humano. Necesitábamos más madurez, y mientras llegaba, ambas seríamos unas tías para los bebés de Key.

Después de la extracción comencé a hacer un caballito de madera gallado a mano. «No tienes que hacerlo, artista. Podemos comprarlo hecho». «Quiero hacerlo, quiero que sepa que se la hice yo» le respondí.

Una noche, después de entrenar, dos semanas después a la extracción, decidí no postergarlo más. Subí con ella a la habitación motivada por Julie, que también estaba en casa de la rusa. Las tres acabábamos de cenar y no sabía cómo decírselo, así que simplemente le pedí hablar a solas y le dije que era importante.

«Este es tu regalo de cumpleaños adelantado» hablé sin preámbulos hacia Ksenya entregándole una carpeta con los resultados de la extracción de mis óvulos, antes de explicarle: «Me extrajeron seis óvulos maduros y sé que puedes decirme que no y no me importa. No lo hice para que aceptaras, sino para que los tuvieras allí por si en algún momento decides usarlos. Una vez dijiste que a pesar de mis problemas, tú sí quisieras un bebé proveniente de mí y sé cuánto deseas ser madre. Por eso quise hacerlo. Julie me acompañó y ha estado conmigo en todo momento. Las dos sabemos que serás una madre maravillosa. Pero si no quieres y quieres seguir intentando con tus óvulos, yo te apoyaré, solo tendrás estos por si los llegas a requerir, sin presión» fue lo que dije y un nerviosismo intenso recorrió todo mi cuerpo. Creo que nunca había hablado tan rápido ni tan atropellado.

«No entiendo. Yo no quiero tener hijos compartidos, quiero ser madre soltera» soltó seca y sus ojos me escrutaron. La conocía, conocía cada de sus facetas y estaba en la de la frialdad. «De acuerdo, porque yo no estoy lista para ser madre. Te estoy haciendo una ovo donación, y en la carpeta está un papel firmado que dice que si llegas a tomarlos yo no podré tomar decisiones. Te conozco, Key. Firmé con tu abogado para que no sintieras que yo tengo algún derecho. Si decides tomarlo será tu hijo y no tienes que decirle que tiene mis genes. Es tuyo, sería tu bebé, solo tuyo, como siempre soñaste, sin compartirlo» respondí y ella escuchó mis palabras en silencio hasta que me dio la espalda. Caminó alejándose de mí hasta que volvió a verme y preguntó:

«¿Y no crees que teniéndolo cerca vas a querer ser su mamá?». Tragué hondo porque entendía cuál era mi lugar, así que luego de unos segundos, le respondí: «No. Puedo ser su tía, o su hermana, pero su mamá serás tú, tendrá una sola madre y la mejor de todas».

Volvió a alejarse de mí y noté por su manera de caminar y la forma en la que se frotaba los ojos que estaba jodidamente nerviosa. La conocía tanto. Conocía sus manías, sus estados de ánimos, sus fases, las caretas que ocultaban su verdadero ser. La conocía como si lleváramos una vida juntas y por eso... no me sorprendió su respuesta: «No puedo aceptarlo. Es difícil que no te involucres y puede ser una mala decisión para ti y para tu relación con tu novia. No puedo, ni quiero, ni me perdonaría hacer algo que dañe tu vida». No le respondí intentando buscar las palabras adecuadas y Julie, que estaba afuera, decidió entrar. «No va a dañar su vida y si te preocupas por mí, fui la de la idea. Queremos hacer esto y tenemos la madurez para afrontarlo. ¿Lo entiendes? Seremos las tías y tu apoyo, pero nosotras no queremos ser madres todavía. No tenemos la madurez y no está en nuestros planes. No tienes que preocuparte por eso, solo dinos que sí». Ella la miró por un largo período de tiempo hasta que soltó: «¿Todo bien en casa, de dónde saliste chismecito.com?» y con esa pregunta se cortó la tensión.

Ksenya era como una niña que copiaba las expresiones de Paula y aprendía rápido como una esponja, absorbiendo lo malo. «Tengo que escuchar detrás de la puerta todas tus estupideces. Vas a aceptar los óvulos y vas a agradecerle a Sophia en vez de ser tan insoportable. Agradece tu regalo de cumpleaños adelantado y si luego no quieres usarlo, bien. Pero no seas una idiota altanera, ¡hoy no!» y así terminó esa conversación.

Nunca nos dijo que lo aceptaría y no volvimos a hablar de eso. Ahora la teníamos en frente, y en mi mente solo pasaba la idea de que su hijo fuera de Logan. Sí, eso me dolía, pero entendía que hubiese preferido tenerlo con él. Quizás de tanto tener relaciones, el patán descargó adentro y ahora estaba ayudándola a cumplir su sueño, aunque hubiese querido ser yo.

Puse mis sentimientos en segundo plano y me di cuenta de que Julie la estaba abrazando y secándole las lágrimas, pero yo estaba con la cabeza en otro lado.

—¿Es de Logan? —pregunté y mis ojos se clavaron en el azul de los suyos.

Ksenya asintió con la cabeza en respuesta y un montón de sentimientos se fueron acumulando en mi interior. Tenía rabia, tristeza, impotencia. Mis alarmas estaban sonando y no podía decir nada.

Julie la abrazó y yo estaba de pie observándola. Debía alegrarme y no, no estaba feliz. Ahora lo entendía todo. Por eso lo mantenía cerca, era el padre de su hijo. Y por eso estaba llorando porque no podía alejarse de él así como se lo estaba pidiendo. Algo más grande que yo los unía.

Nota de autor:

1. ¿Qué piensan del embarazo de Key?

2. Los leo.

3. Voy a responder respecto al final del libro.

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