Sophia Pierce
Antes de ti, millones de humanos transitaban este planeta, y las plantas crecían y morían para volver a nacer en infinitas circunstancias, sintiéndose agradecidas por cada rayo de sol, o cada gota de lluvia.
Antes de mí, los hilos se iban tejiendo y conexiones entre almas iban formándose incluso antes de que esas almas tomaran forma humana.
Antes de conocerte ya nos habíamos visto. Antes de enamorarnos ya nos estábamos amando. Los hilos que conectan nuestras vidas se han ido tejiendo como enredaderas que crecen sin limitantes.
Antes de ti, no reconocía este cuerpo, era mío, pero no me había adaptado. Como si mi alma no se sintiera a gusto, y no admitiera el sol cegándole, y la lluvia mezclándose con mis lágrimas porque me rehusaba a vivir aquí, en este planeta, en esta tierra donde los humanos se convirtieron en monstruos y aniquilaron los sueños de todas las razas, incluso, la de ellos mismos.
Antes de ti, quería dejar de ocupar el piso por el que transitaron tantos antes que yo, pero un suspiro tuyo bastó para querer quedarme.
Hay infinitos hilos que nos unen al universo, por encima de las restricciones, de los cuerpos, de las especies, y de los planetas.
Tu hilo y el mío nunca dejarán de estar conectados,
Y aunque por mucho tiempo quise ser trasplantada,
Porque sabía, que incluso yéndome,
mi alma seguiría siendo la misma,
después de ti me quise quedar.
Después de ti quiero dibujar,
escribirte estas cartas,
cantar que mentí cuando dije
que mi planeta era mejor,
porque en mi planeta no existes,
habitas este y cuando respiras
recibo un oleaje de dopamina,
como si verte me hiciera entender
que no importa el sitio,
no importa el lugar,
importa ese hilo, que entre billones,
colisionó con el tuyo
para conectar nuestras almas.
Y es triste escribir una carta de despedida, cuando mi misión siempre fue conocerte. Porque durante mucho tiempo sobre pensamos como la sociedad nos exige. Superarte, ser exitoso, ser grande, vivir del dinero. Sí. «Sophia es una niña que debe crecer». «Sophia debe madurar porque no se vive del arte que no se cobra». «Sophia no es responsable». Estoy transitando las calles sociales, estoy convirtiéndome en alguien por mí, pero también por todos los que no confiaron, pero al final del día ninguno logró cambiar mi perspectiva.
El propósito personal tiene que ver con tu alma y no con deseos banales adquiridos. Si el propósito de alguien es adquirir diez casas, pues está bien, pero mi propósito eres tú, Julie. Mi propósito fue encontrarte porque el crecimiento que necesitaba hacer en la tierra tenía que ver contigo. Y por eso es tan difícil aprender cómo vivir si no estás aquí.
Cuando dos estrellas chocan, del caos surgen maravillas. Tú y yo chocamos, pero ya eras una maravilla antes de que me conocieras y necesito que sigas siéndolo, porque de nuestro choque no te surgió nada bueno y tal vez allí afuera encontrarás una estrella que cuando colisione con tu alma haga que surjan infinitas dimensiones de alegrías y triunfos. Tu propósito es salvar vidas y me enamoré de él tanto como de ti. Me enamoré de tus sueños, de tu mente, de tu vida, por eso necesito irme. Necesito irme a tiempo para que crezcas, para que consigas en ti más de lo que buscas en mí cuando no encuentras nada.
Y escribo para recordarme las razones por las que te mentí, por las que viéndote a los ojos fui capaz de romperte, porque algún día cuando ya me hayas olvidado, cuando no te afecte el pasado, tal vez escuches mis letras, y mi música se aparezca en medio de tus días y solo así entiendas que ni Ksenya, ni ningún otro ser humano está conectado con mis fibras como tú, que nadie sería capaz de lograr que mi amor por ti cese.
Porque incluso cuando pasen cien años y ninguna de las dos respire, allí estaré yo, dibujándote desde mi planeta, o buscándote en otro distinto donde me toque vivir, donde me toque aprender a amarte, aprender a no desesperarme por el fin de lo nuestro. Porque cuando todo se acaba, otra historia vuelve a empezar.
Tú eres la historia que comienza cuando termina. Eres el sueño que siempre aparece y te veré cada noche, y te haré mía en mis cuadros, pintándote cerca y no ausente, pintándote conmigo en una realidad en donde mi cariño no te hace daño.
Antes de ti y de mí,
antes de nosotras,
antes incluso de que pudiéramos recordar,
antes solo había vacío.
Se formó todo lo que conocemos
dentro de una estrella que explosionó,
y eso es lo que acaba de pasar con nosotras.
Porque aunque todo quedó carente de sentido,
después de ese estallido, míranos.
Seguimos existiendo.
Y es eso lo que me repito
como estrategia para entender
que por más difícil que resulte,
sí puedo vivir sin ti.
Habrá alguien que te querrá,
y tú le querrás,
pero no seré yo,
que te amaré
incluso cuando ya no me ames.
Que estoy dando la vida por ti,
despidiéndome,
como acto de amor.
Y no me siento orgullosa de ser humana. No me siento feliz de haber nacido aquí siendo parte de la especie que lo destruye todo, que machaca la tierra, que lanza bombas y aplasta ciudades aniquilando niños. Y no me siento mal por haber querido irme a mi planeta. Antes de ti, lo tenía claro. Me miraba en el espejo y no veía a Sophia Pierce. Veía a la humana cuya especie de hermanos asesinan animales por disfrute, y malgastan el agua, y dañan las playas volviéndose expertos en producir basura. Nos convertimos en bazofias, en misiles, en residuos, en destrucción. Y por primera vez quiero explicar que mi problema no es con este planeta, sino con los que lo lideran hasta aniquilarlo. Mi problema es con los que piensan que es infinito y no tienen consciencia espiritual para saber que lo que hacen no solo maltrata a la tierra, sino a la gran casa que es nuestro universo, y quisiera que un día ya no me doliera, como si estuviera conectada con la raíz, con cada semilla, con el árbol, con el mar, y con las almas que han sido vejadas.
Y la vergüenza es verlos correr como unas almas que dejaron de ser almas y son presas de su cuerpo y los deseos del mismo. Que utilizan su dinero comprándolo todo, en un mundo en el que vale más el poder que la justicia.
Mi problema jamás fue con la tierra, mi problema es ser parte del problema y no hacer nada. Pero te cuento todo esto a ti, Julie, porque contigo empecé a querer esta raza. Porque no todos los humanos son iguales, porque hay gente buena que actúa en silencio como cuando defendiste a Britanny de esos racistas y pensabas que me pondría celosa y yo solo te abracé. Como cuando defendiste a mis hermanos de los policías y apenas te conocía pero supe que eras parte del % que valía la pena.
Y te vi despertarte en la madrugada luego de estudiar sin descanso, solo porque mi hermanito no quería que yo lo durmiera, él te quería a ti. Y te vi darle un lado en la cama y contarle una historia. Yo lo recuerdo y te recuerdo, él te dijo que su mejor amigo quería ser niña, pero era un niño. Te dijo que lo golpearon en la escuela y que a él también por defenderlo. Te dijo que tenía miedo por si en algún momento quisiera ser algo que los otros no comprendieran.
«Nadie tiene que comprender lo que tú eres mientras no le hagas daño a nadie. Nosotras somos tu familia y al final, ¿qué importa si tu amigo quiere ser niña, o niño? Si su cuerpo no existiera, nadie le diría nada, así que solo míralo como un alma, olvídate de lo demás», y le contaste un cuento y luego otro, pero no se dormía y yo tampoco iba a hacerlo. Estaba enamorándome más, como si eso fuera posible. Enamorándome porque aunque decías «todo lo aprendí de ti», ya eras así antes de conocerte y por eso te reconocí desde el instante que te vi.
Habrá alguien que no te lastimará,
cuando te quiera.
Y tú no te minimizarás,
cuando le quieras.
Pero no seré yo.
Que te amaré en silencio,
pactando con la ausencia,
para conocer tus detalles,
y admirar la materia
en la que se esconde tu alma,
recordándome que en otra vida,
me esforzaré por estar a tu altura,
y nunca tener que renunciar a ti.
Le respondí tratando de ser fiel a mi esencia y porque durante mucho tiempo sentí remordimiento por mis palabras, por la forma en la que le herí siendo víctima de mis instintos, de querer defenderme, de mi nivel de posesión. Traté de escribir rápido presionada por Julie, no quería mostrarle el mensaje, ni que viera a quién le estaba escribiendo. La vi moverse de mi lado, sentándose al frente y seguí escribiendo hasta que me di cuenta de algo: era el primer día que veía a Julie después de tanto tiempo, y cuando comencé a besarla recordé a Zach, sus manos pellizcándome, intentando colarse en mi interior, su lengua abrupta abriéndose paso en mí. Recordé a esos hombres, el sexo bestial que recibía Kira. Pensé en Ksenya, en mi padre, en Noah, en todos los que fueron abusados. No quería que Julie me tuviera cerca, ni tampoco atraer a ella ese mundo en el que sin querer había entrado la noche anterior.
Viendo a Zach me di cuenta de que no tiene límites. Ksenya tenía seguridad, protección y dinero, pero Julie apenas estaba empezando su vida. Había tenido relaciones sexuales conmigo y con Belén y su energía era inocente. Ella vivía en una burbuja hasta que la saqué al exterior, pero mi oscuridad, mi cuerpo, lo que había vivido aparecía en mi mente. Necesitaba alejarla de mí.
Siempre he pensado que somos energía, que transmitimos energía en nuestros encuentros sexuales y para mí el sexo va por encima de la simple penetración. Cada vez que ella me tocaba las imágenes volvían, pero cuando abría los ojos viéndola de frente, era lo contrario, era mi templo, lo más sagrado que tengo y no quería acercarla al mar revuelto, al caos, a lo incierto, ni a la maldad. Mientras Belén la llevaba a meditar, yo estaba viendo cómo le disparaban a un depredador sexual.
Colapsé entendiendo que no le convenía porque mi vida siempre me llevaba al mismo sitio. ¿Por qué se repetiría dos veces una experiencia? ¿Qué lección debía aprender? ¿Y si la próxima vez que tuviera que aprender, Julie estaba involucrada? ¿Y si Zach quería venganza y la descubría a ella?
Y no sé si experimenté un ataque de pánico, pero esas posibilidades se adueñaron de mi pensamiento y no pude continuar. Quise protegerla de mí.
Pero allí estuvo demostrándome que es mejor, preguntándome si me había acostado con otra y restándole importancia solo para que yo no llorara. Podía ver en sus ojos la inocencia, era una princesa de verdad, pero no de porcelana. Julie era fuerte, era capaz de convertirse en estructura, con tal de que yo no me derrumbara.
Por supuesto que quería volver con ella. Quería dormir cada noche contando sus lunares. Quería construir una casa solo para nosotras y despertarla con canciones y café. Quería empezar de nuevo, a su lado, para toda la vida. Quería estacionarnos en el abismo con cada roce y amarnos tierna y abismalmente, impulsándonos por los orgasmos para alcanzar nuestra propia eternidad. Quería llevarla a descubrir cada rincón de la galaxia y que aterrizara en mis dedos, diciéndome que todavía quería un poco más.
Eso era lo que quería, pero hay una gran diferencia entre lo que quieres y lo que debes y solo los egoístas son incapaces de irse cuando saben que quedándose hacen daño.
Cuando sales de un amor no estás preparado para un nuevo comienzo, aunque represente alegría, aunque llegue insospechadamente con la bandera de la tranquilidad. Ella volvió a ver a Belén y no me lo dijo, le avergonzaban mis dudas, el reinado de mis miedos, la pesadilla hecha real. ¿Quién juzga el amor en libertad? ¿Quién dice que nacimos para amar a una sola persona? ¿Quién en su sano juicio se negaría a volverse a enamorar? Sucede, no lo regulas, vivimos rodeados de almas, algunas se encuentran para quedarse, y otras te enseñan a volar para luego, irse a otros cielos. No me enfadaba que volviera a querer, pero me dolía que fuera precisamente a ella.
Me dolía que haya tenido razón, que mi instinto irrazonable me dictaba que de no haber llegado yo, de no haber aceptado esa beca, Julie hubiese vivido mi historia, pero con Belén. ¿No es así como funciona la vida? Vivimos de lo efímero y nos vamos después. Nos creemos insuperables, pero luego entendemos que fuimos una experiencia, que vivirán muchas más.
Te enamoras y sientes que no volverá a suceder de nuevo, que no olvidarás jamás, pero ver esa fotografía de ambas, me hizo saber que era yo quien se oponía a dos cuerpos que desde el inicio habían estado atraídos. Era tiempo de que transitaran su avenida, sin rastro de esta extraña que se niega a irse, pero cuando se queda no sabe cómo amar. Porque amar es darle la mano a alguien y decirle: «crezcamos juntos, amor. Yo te apoyo". No supe hacerlo. Mi mente pasaba por tantas cosas que no supe ayudarla a crecer y ella quería tanto que yo creciera que terminó estancándose. Dejó de regarse a sí misma y ahora que por fin está germinando, mi egoísmo no sería su sequía.
Cerré los ojos luego de mandar ese mensaje y la imagen de ambas comiéndose sin descanso volvió a mi mente. Hubiese preferido que no fuera ella. Que su amor no fuera la misma persona que casi me vio morir. Pero no iba a juzgarla, tampoco le preguntaría, pero las preguntas quedaron en mi mente habitándome incluso después de que Julie se fue, odiándome por todo y creyendo mis mentiras por verdad. «¿Desde hace cuánto la ves?», «¿Qué es lo que te da, que yo no te supe dar?». «¿Por qué no me dijiste que se volvieron a encontrar?».
No hubo preguntas, me tragué mis palabras y tomé una decisión. No pude lograrlo. Por más que intento y trato de hablar, de expresarme, las palabras se hunden hacia el fondo de mí, como las emociones que se tejen en mi interior acumulándose hasta que no sé cómo expulsarlas. Era el cumpleaños más triste de mi vida, pero también el más real. Habíamos tenido nuestra despedida. Nos habíamos amado durante muchas horas y pude dibujar mundos en su piel grabándomela para siempre. Recorrí su cuerpo y sin tener que follarnos, hicimos mil quinientas veces el amor. Esa noche había vacío, pero también certezas.
Y al final, ella fue una estrella fugaz, solo que yo no supe desear.
Pedí el deseo y lo tuve por unas horas, aunque lo que realmente quería era la eternidad.
Nota de autor: Hoy quiero dedicarle este mensaje a todas las mujeres. A las que se despiertan sabiendo que fueron abusadas. A las que lastimaron pero siguen de pie. A las que van sanado y no se rinden. A las que se rinden y entienden que es normal que por momentos no estemos bien. Este mensaje es para decirles que seguiremos luchando, que seguiremos recordando nuestro valor. Que seguiremos sanando cada día, poco a poco y a nuestro ritmo.
P.D.: las amo muchísimo. Muchísimo.
Si fueran Sophia:
¿se habrían ido o quedado?
2. ¿Sophia hizo bien al responderle a Britanny de ese modo?
3. ¿Creen que se está despidiendo para siempre?
4. ¿Qué piensan de Britanny?
Pronto haremos un debate por mi canal de telegram. Les dejaré el link por si quieren hacerme preguntas sobre el libro
https://t.me/nacaridportal