YUANFEN, MI SALVACIÓN

Von Jenn_mor__

1.8K 127 47

Jhonas y Vaiolet se conocen en un centro psiquiátrico. Ella padece depresión y ha tenido varios intentos de s... Mehr

Capítulo 1: La marcha de Lauren
Capítulo 2: Un sueño
Capítulo 3: El escondite
Capítulo 4: Acercamiento
Capítulo 5: La fiesta
Capítulo 6: Deseo
Capítulo 9: La Canción
Capítulo 10: Regreso
Capítulo 11: Diagnóstico
Capítulo 12: Alas de ángel
Capítulo 14: La chica de pelo rosa
Capítulo 15: Fugitivos
Capítulo 16: Nuevo hogar
Capítulo 17: El tejo
Capítulo 18: El Vacío
Capítulo 19: Propósito
Capítulo 21: Tormenta perfecta
Capítulo 22: La gran noticia
Capítulo 23: La nota
Capítulo 24: No es un simulacro
Capítulo 25: El último adiós
Capítulo Final: Maktub
Capítulo 8: Almas oscuras
Capítulo 13: No existe lugar seguro
Capítulo 20: Estrellas binarias.

Capítulo 7: Nueva oportunidad

41 7 3
Von Jenn_mor__


JHONAS

Sentado en mi escritorio, con el portátil abierto, busco en Google información sobre ojos violetas en seres humanos. Aparecen un sin fin de enlaces que constatan su existencia. Es una mutación que no afecta a la visión, al contrario. Carecen de vello púbico, facial, corporal y anal, interesante...¡Jhonas, centrate! Aparte de esto, las mujeres no tienen menstruación, aunque son fértiles. Se cree que viven de 115 a 150 años, ya que envejecen de forma más lenta. Son inmunes a la mayoría de enfermedades y tienen buena figura corporal ya que por mucho que coman no ganan peso. A estas personas también se las conoce como "super humanos". Es una enfermedad rara que casi nadie conoce, pero que existe, eso está claro.

¿Será inmune a mí? En Vancouver hay más de dos millones de habitantes, la gran mayoría tienen algún problema mental no diagnosticado, y a muy pocos nos encierran en sitios como este. Es curioso cómo el rumbo de la vida y las desgracias nos unen en el mismo lugar, y no solo eso, me conectaron a ella, estoy seguro.

¿Quién pensaría que dos personas nacidas en dos ciudades distintas, con diferente modo de vida y con la misma mente perversa, iban a encontrarse en el mismo lugar a igual tiempo?

Es una insensatez, de repente se volvió importante e imprescindible, ¿Qué hago ahora?, no puedo dar marcha atrás. El tiempo con ella se detiene, quiero quedarme con cada detalle, palabra, suceso e instante, algo complicado con su carácter. En cambio, lo único que puedo ofrecerle no es ni la mitad de lo que quiero.

Podría verla temblar entre mis brazos, llegando al mismo infierno y subir como un rayo para terminar con fuegos artificiales, así es estar con ella. Quizás, tener un futuro sin necesidad de ir más allá es posible, ¿se conformaría?, yo no.

Hoy, en la sesión con la doctora Sandick hablan sobre la muerte, conclusión; lo único que nos separa es el tiempo. Mientras muchos intentan aprender a vivir, otros aceptan que van a morir. Nadie te dice que pasos debes seguir o que obstáculos cruzar, directamente te encuentras con el resultado.

—Jhonas, ¿Qué opinas de la muerte? —pregunta la doctora, como si alguien de los aquí presentes les interesara mi opinión.

—Llegará y no podré hacer nada para evitarla —encojo los hombros, algunos asienten con la cabeza, dándome la razón.

Pocos en mi vida saben que conozco más sobre la muerte que los que la han vivido de cerca. Es el monotema de mi historia. Lo llevo tatuado en la piel, aunque no sea vea a simple vista.

—Es aceptable. Supongamos que alguien muy importante para ti muere, ¿pensarías del mismo modo?

Me observan esperando una respuesta dramática. Comienzo a notar los latidos de mi corazón desde mis oídos al recordar todas esas chicas que llevé a la muerte, aún a sabiendas del final. También me vinieron imágenes de Vaiolet desangrada en el suelo de su habitación a la mente y esto último me causó un escalofrío que recorrió la columna al completo, llegándose a formar un nudo en el estómago, dificultando las palabras que están por salir.

—Tendré que asumirlo —intento restar importancia.

—Chicos —se levanta la doctora —, a esto me refiero. La muerte, como muchas otras situaciones impactantes en la vida, crean sentimientos y emociones muy poderosos, tanto que nos sentimos desbordados y no sabemos sobrellevarlo. Hay que aceptar la muerte como parte de la vida y tratar cada fase como se merece, con respecto y paciencia, porque es temporal y pasará, aunque hay que asumirla y retomar la vida de forma diferente. Las drogas no son una salida...

Dejo de escucharla. Un silencio escalofriante se apodera de mi mente mientras los pensamientos se disparan con una única pregunta, ¿Por qué hacer feliz al resto, cuando eres un  desgraciado?

Noto la respiración alterada y el temblor habitual en mis manos. Necesito irme de aquí. Necesito calmar mi mente con la única sustancia que logra hacerlo.

¡Eres más fuerte que tu cabeza, Jhonas!

Mientras almuerzo en solitario, observo dos mesas más allá a Valet hablando con la doctora Foster, moviendo las manos algo exasperada.

Contemplarla era extraño, como si el mismo sol intentara ocultarse de todo a propósito, ¿no quería brillar?, parece que le da igual. Es tan perfectamente hermosa y a la vez terriblemente inconsciente del significado de vivir. A mis 22 años puedo decir que he caminado por senderos tan tenebrosos que muchos no podrían imaginar. Estoy marcado desde que nací y esto mismo hace que mis inquietudes en la vida sean un tanto diferentes a lo que se considera normal o moral.

No solo la veo, observo de verdad. Como un león tiene fichada a su presa, pero en mi caso, no puedo abalanzarme sobre ella. ¿Y si conoce la verdad?, no me lo va a perdonar, ¿para entonces importará?. Lo único que sé, es que ya he ido mucho más allá de lo que pretendía. Ella no es como mis hojas de papel en las que escribes qué salto dar a continuación o cómo avanzar.

Es raro, porque cuanto más camino hacía adelante, vuelvo con mayor rapidez al punto de partida. Solo hay una cosa que tengo clara, muy clara: ella está dibujada en mi mapa, lo sé.

VAIOLET

Tras la acalorada conversación de mi tía, sobre el supuesto futuro que me espera, la relación que tengo con mi padre y las sesiones regresivas, sin éxito, busco a la única persona que puede hacerme pensar en otra cosa que no sea autolesionarme. Sé lo que ha pasado, tengo claro lo que me ha dicho y lo que no va a pasar, así que asumo todas y cada una de las consecuencias. 

He decidido que lo que tenga que pasar, pasará. y lo único que se me ocurre para no quedar como una desequilibrada es hacer algo que él me haya propuesto con anterioridad.

—Te dejo que me enseñes —planteo justo al lado de la mesa en la que desayuna.

Estaba tan metido en sus pensamientos que ni me ha visto llegar.

—Me encantaría enseñarte lo que quieras aprender, pero no sé si es buena idea —alza las cejas.

—No seas melodramático. ¿Somos amigos, no? —debo parecer una loca de verdad.

—¿No estás enfadada? —se levanta con la bandeja del desayuno casi sin tocar.

—Mejor no hablemos de eso. ¡Quiero que me enseñes Skateboard! —suelto más emocionada de lo que pretendía.

Despues del numerito, decide satisfacer mi inquietud y salimos al patio exterior.

Hoy hace mucho calor, me remango la camisa hacía los codos y los ojos van directos a lo que temía, mis cicatrices.

Soy consciente de que no soy normal, él es peligroso y me advierte de cosas que aún no tienen sentido para mí. Ambos sabemos que seguir siendo amigos no es una opción, ¿pero lo es morir?

—El Skateboard es un deporte de propulsión, la misma palabra te indica que hacer. Necesitas energía, impulso y fuerza, aunque solo la necesaria para avanzar, saltar y volver al punto de inicio —me explica mirando su skate, como si estuviera hablando con una persona dotada de tales conocimientos, esperando una respuesta.

—Se te da bien la teoría —intento seducirle aunque aún estoy en práctica.

—Pequeña mariposilla sin alas, no se vuela sin tener las agallas para intentarlo. Así que ahora vamos a dejar la teoría para las doctoras, yo soy más de acción —sonrío, dejándole el control de mi cuerpo.

—Agárrate a mi hombro —me subo al skate con su ayuda —. Siente como el patín se desliza sobre el asfalto —sitúa las manos en mi cintura sintiéndola arder.

—¡Ay! ¡Sujétame! —grito al notar como se desestabiliza por el asfalto.

—Eso hago —se ríe —, mira hacia delante, contrae el abdomen sin doblar la espalda y respira lentamente —. Da las indicaciones, aunque mis ojos se desvían a su labio inferior y a la sensación de tenerlos sobre los míos.

—¡Concéntrate! —grita exaltado.

—Jhonas, sólo veo mi cara sangrar sobre el asfalto —asevero asustada al notar temblar el patín.

—Confía en mí —su mirada me cala, esos ojos negros como la noche, pestañas largas y espesas... por raro que parezca consigue calmarme.

Comienzo a deslizarme cada vez más rápido, con su mano en mi cintura mientras me guía.

—¡Madre mía!, lo estoy haciendo Nhas —alzo la voz con las manos elevadas por encima de mi cintura.

—Me gusta que me llames así —su mano se cuela por mi espalda, presiona con fuerza el rincón donde está la hendidura, haciendo que me tambalee, pero en vez de caer y romperme algún hueso blandengue de mi cuerpo, salgo impulsada percatándome que esa zona, donde antes irradiaba calor, ahora está vacía.

—¡Jhonas! —grito mientras el skate acelera con fuerza.

—¡Disfruta!, no pienses en nada —lo escucho demasiado lejos, notando el viendo mecer mi cabello, las piernas temblorosas ya no lo son tanto y mis manos descansan balanceándose alrededor de las caderas.

Me siento libre y con ganas de continuar, como si fuera una profesional y no mi primera vez.

—¡Waooooo! —una sonrisa se dibuja en mi cara —¡Esto es una pasada!

—Lo sé —eleva la voz y noto que se acerca a mi encuentro.

De pronto, observo el muro demasiado cerca y no sé si seré capaz de frenar, pero mi mano se ve interceptada, parándome en seco.

—Eso ha sido... —suelto el aire.

—Si —me interrumpe demasiado cerca de mis labios y volviendo a rozar mi cintura.

—La próxima vez te enseñaré a cambiar de rumbo —susurra próximo a mi boca y lo único que consigo es asentir.

Nos sentamos en unos escalones que están justo en la entrada del centro, sitúa el skate en los pies. Mis ojos van directos hacía el cielo, buscando un sol que hoy se oculta tras nubes de un color grisáceo.

JHONAS

—¿Cómo te ves en cinco años? —pregunta interesada, apoyando su mentón sobre una de sus manos.

Un mechón de pelo se desliza y quiero tocarlo, aunque me reprimo.

—No pienso en un futuro, solo estoy preparado para el hoy.

—¿Ni si quiera en el Skateboard? —sonrío al ver por dónde va.

—Tienes razón. Cuando gane el campeonato y me convierta en profesional crearé una escuela para niños sin hogar, donde quieran aprender un deporte sin tener que preocuparse por nada más, aunque sea por unas horas.

—Te auguro un futuro con mucha luz —observa directamente el cielo, sé lo que busca.

—¿No te molesta?

—¿A qué te refieres? —pregunta arrugando los ojos.

—Mirar al sol directamente. Durante lo que diría demasiado tiempo para un ser humano.

—No —reflexiona —. Cuando mi madre murió podía pasar las horas mirando al sol. Si esa luz no conseguía sacarme de la oscuridad, ¿Quién lo haría?. Me recarga, es como si fuera mi único aliado —vuelve a buscarlo y yo hago lo mismo.

Se apoya en mi brazo y sin verla sé que está llorando. Nos quedamos callados durante varios minutos, mientras la abrazo intentando consolar algo que es inevitable.

—Creo que estamos destinados a nacer en una familia con un propósito —limpio sus lágrimas que aún continúan buscando una salida, observando el reloj, solo nos quedan unos minutos.

—¿Cual? —sorbe por la nariz.

—Nos enseñan a ser fuertes, aunque esa fortaleza haya sido forjada por nosotros mismos.

—¿Qué propósito tenía que mi madre muriera o que tu familia te abandonara?

—Brillar, más que cualquier otro y superar todo lo malo que nos pase, porque ya hemos vivido lo peor, así que el resto nos lo comeremos como a una hamburguesa —consigo sacar una sonrisa en esos labios poco acostumbrados, y eso me reconforta.

—Me ayuda saber que la muerte de mi madre ha servido para algo, aunque solo sea para convencerme.

—No funciona si tú no le das sentido.

—¿Y cómo puedo dárselo?

—Sobresale, sé que sabes cómo —en ese momento aparece la doctora Foster y ambos nos separamos como si estuviéramos haciendo algo malo.

—¡Vaiolet!

—¡Mierda!, tengo que irme.

—No es tu jefa —agarro su brazo.

—Tengo que ir Jhonas, suéltame —suplica, ¿tiene miedo?

—Que te digan que no puedes hacer algo es motivo suficiente para revelarte y hacer lo contrario. Por favor —murmuro cerca de sus oídos —, no hagas caso de lo que te cuente, recuérdalo —. Suelto su mano como si me arrancaran un trozo de piel.

VAIOLET

Acompaño a mi tía sin preguntar. El poder que tiene sobre mí no es merecido, no le debo nada y me enfada que lo crea. Nos metemos en su despecho y cierra la puerta con un fuerte golpe.

—No puedo creer que estuvieras ahí fuera con ese chico —da vueltas alrededor de la mesa de su despacho, preocupada.

—No es lo que aparenta. De todos modos, yo decido con quien hablo —me muestro segura, esta vez no me condicionará.

—Tienes razón, no es lo que aparenta, es peor. ¿Necesitas que hable con tu padre?

—Es mi intimidad, ¿con qué derecho lo harás? —mi pierna tintinea, quiero gritarle.

—Se qué es lo mejor para ti y ese chico no lo es.

—Tu no sabes una mierda, sé perfectamente lo que me hace bien, y él, aunque parezca increíble de creer, hace que me sienta bien.

—¿Sabes lo que es bueno para ti?

—Si —le grito.

—Te autolesionas, lloras, no hablas de tu madre, ¿eso es bueno para ti? —alza la voz con lágrimas en los ojos.

—A él sí le hablo de mamá —tartamudeo.

—¿Le has hablado de tu madre?, yo que soy parte de ella ni me la mencionas y a él, que puede infectar cualquier lugar donde esté, se lo cuentas.

—Te estás pasando —rechino los dientes.

—Se acabó, lo voy a mandar lejos de aquí. De todos modos, no cumple las normas, él mismo se lo ha buscado.

—¡No! —me quedo sin respiración —, no lo hagas, necesita estar aquí.

—Val, hay personas que cambian, pero él no lo hará.

—¿Cómo lo sabes?, ¿Cómo puedes estar tan segura?

—Soy la persona más indicada para saberlo, créeme —mi mundo se cae bajo mis pies, solo puedo observar el suelo que tengo delante y reprimir las ganas de gritar, llorar e irme lejos, muy lejos.

—No lo veré más, te lo prometo —aseguro, intentando crear un plan.

—No te creo —coge el teléfono y marca los números que van a separarle de mi lado.

—Espera —se me llenan los ojos de lágrimas —iré a las reuniones, no me acercaré a él y... hablaré de mamá —me tiemblan los labios y me los muerdo para no perder el tipo delante de ella.

Sujeta con fuerza el mango del teléfono, observa mis facciones buscando cualquier tipo de alerta que le muestre qué una debilidad.

—Esta bien. La última oportunidad —sé que la amenaza es literal

—Entendido —me levanto y salgo de su despacho.

Tengo que avisarle, pero cómo. No quiero que se vaya de aquí, por dos motivos; el más importante, necesita esto para tener el futuro que siempre ha querido. Aunque suene increíble el segundo motivo me concierne a mí; solo él puede salvarme. Soy egoísta, lo soy y me molesta. Sigo pensando en cómo poder seguir viéndolo a escondidas.

Voy directa a mi habitación, busco entre mis folios y encuentro uno vacío. Le escribo una nota con el primer rotulador que encuentro;

Nos han pillado, cambio de planes. A las 23:30 en nuestro escondite, dónde querías matarme. Valet

Lo doblo en cuatro partes y salgo hacía una dirección. Toco la puerta, espero unos segundos y nadie abre. Giro el pomo, pero está cerrada. Voy hacía los televisores y por fin encuentro a Bruce.

—Hola, ¿me haces un favor?

—Vaiolet, llevo días sin verte, ¿estás bien? —pregunta preocupado.

—Si, perfecta —sonrío —. Necesito que le entregues esta nota a Jhonas, es muy importante.

—¿Qué?, ¿sabes que ese chico está chalado? —suelta irritado.

—Un poco sí, pero ¿Quién no?— observo que tiene un ojo morado.

—¿Qué te ha pasado? —le señalo la zona.

—El destinatario de tu carta podría responderte —suena enfadado.

—¡Madre mía!, ¿Qué le hiciste? —pregunto intentando hacerme una idea de lo que ha podido pasar.

—¿Qué le hice yo?, son tal para cuál —no entiendo a dónde quiere llegar.

—¿Le darás la nota? —insisto, le necesito, no tengo más opciones.

—Con una condición —propone.

—Sí, lo que sea —sueno desesperada, lo sé.

—Mañana, en la hora libre, ¿me acompañas a dar un paseo por el exterior?

—Vale, dalo por hecho —. Le doy la nota y la observa como si pudiera leer a través de ella.

De pronto Jhonas aparece entre los dos, abriendo los ojos y frunciendo los labios. Mi corazón se altera y se nota.

—Tengo que irme —me alejo de ellos, temiendo el momento en el que me persiga, todos lo vean y mi tía nos separe para siempre.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

191M 4.5M 100
[COMPLETE][EDITING] Ace Hernandez, the Mafia King, known as the Devil. Sofia Diaz, known as an angel. The two are arranged to be married, forced by...
974K 26.4K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
643 103 32
Jannet Hall no suponía lidiar con inhumanos, pues ella no era creyente de lo irreal. Hasta que todo cambió cuando lo conoció a él, Lynn Hadyn: El dem...