Star Kids - Jojo's Bizarre Ad...

By ItoFuyo

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Mientras Giorno Joestar debe aprender a hacer amigos a preocupación de sus padres, Josuke Joestar se divierte... More

Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.

Capítulo 12.

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By ItoFuyo

Después de un fin de semana en familia disfrutando de la fiesta de su primo Josuke y de un tranquilo día con sus padres, Giorno debía retomar su nueva rutina e ir a la estancia infantil.

El pequeño Joestar estaba cumpliendo su segunda semana en el lugar y ya estaba completamente habituado, para él ya era normal levantarse cada mañana y que alguno de sus padres le llevara a la estancia, pasar la mañana leyendo y jugando con Narancia para luego almorzar con Mista y Fugo también era ya algo normal. Disfrutaba mucho de pasar el día en aquel lugar, todos sus compañeros eran muy agradables y los cuidadores eran muy buenos también.

La estancia infantil Bucciarati resultó ser justamente lo que sus padres estaban buscando, aunque Giorno no lo sabía. El lugar no solo le brindó la oportunidad de conocer y convivir con niños cercanos a su rango de edad, sino que también le ofreció todo un catálogo de cosas nuevas por describir. Giorno era un niño muy curioso y atento, por ello no pudo ignorar cada nueva y desconocida cosa que veía, escuchaba y probaba.

En aquel lunes se encontraban almorzando un rico y saludable platillo, uno que causaba confusión en el niño de rubios cabellos y ojos azules, el cual no podía evitar mirarlo fijamente mientras sus compañeros comían.

— ¿Pasa algo, Giorno? ¿No tienes hambre? — Le preguntó Bruno al notar que no continuaba comiendo luego de un par de mordiscos.

Mista, quien estaba sentado al lado del niño rubio, le miró curioso, recién percatándose de que no comía.

— ¿Qué pasa Giorno? ¿No te gusta la comida? —.

— No, sí me gusta, pero... — Respondió mirando con duda su plato.

— ¿Hay algo mal? — Volvió a preguntar el cuidador de cabello negro.

— Tus padres dijeron que no tenías problemas con las aceitunas — Mencionó Abbacchio. Siempre que ingresaba un nuevo niño le pedían a sus padres una lista de alergias y de comidas que no les gustaban y él sabía que a muchos niños de su edad no estaban muy familiarizados con las aceitunas.

— No, están bien, pero... — Respondió en un tono bajo que no daba mucha credibilidad.

Giorno terminó llamando la atención de todos, incluso Fugo y Narancia le miraron esperando saber cuál era su problema.

— ¿Está bien que almorcemos pizza? Mi papá y mi papi dicen que no es un almuerzo saludable — Expuso finalmente. Estaba muy sorprendido por la comida que les prepararon para ese día, pues recordaba a sus padres decir que la pizza no era saludable y por lo tanto no era un almuerzo apropiado.

— ¿Pizza? — Fugo arqueó una ceja en señal de confusión.

— ¡Jajaja! ¡Cielos, Giorno! — Mista por su parte comenzó a reír en voz muy alta.

Giorno parpadeó y miró confuso al niño del gorro, sin entender el porqué de esa reacción. Los cuidadores por su parte se miraron entre sí, Bucciarati con una sonrisa.

— Esto no es pizza — Dijo Mista al terminar de reír.

— ¿No lo es? Pero se parece mucho — Giorno estaba genuinamente sorprendido, mirando la comida en su plato.

Ese día los cuidadores les sirvieron gelatina de fresa, jugo de manzana y como plato principal dos rebanadas de lo que Giorno pensó, era pizza. Se trataba de masa con queso, tomate, aceitunas y romero, incluso tenía bordes como la pizza, la única peculiaridad era que las rebanadas no eran en forma de triángulo, sino que eran rectángulos o tiras gruesas.

— Mista dice la verdad, Giorno — Intervino Bruno, agachándose al lado del menor para poder explicarle mejor. — Esto que tenemos aquí, se llama Focaccia —.

— ¿Focaccia? — Repitió esforzándose por pronunciarlo de la misma manera.

— Así es — Bruno asintió tranquilamente, sonriéndole para darle confianza. — Se parece mucho a la pizza, pero son diferentes ¿Nunca antes la habías probado? —.

El niño negó. Mientras, el resto de los niños retomaron su almuerzo.

— Tienen muchas cosas en común, pero son diferentes, digamos que la focaccia tarda un poco más en prepararse y le ponemos menos cosas encima que a una pizza, también llena tu estómago mucho más rápido, por eso el día de hoy no tenemos galletas o frutas — Trató de explicarle de la forma más simple y fácil de entender, aunque sabía que el niño era bastante inteligente.

— Ohhh — Soltó Giorno sin querer, genuinamente impresionado. Se fijó mejor en su comida, notando algunas diferencias con la pizza.

Los padres de Giorno solían consentirle mucho, pero también le cuidaban, le permitían comer comida chatarra y comida rápida como pizza y hamburguesas, pero en su mayoría se aseguraban de alimentarle con una dieta saludaba y balanceada. Giorno no había comido tanta pizza en su vida como su primo Josuke, pero la conocía y podía notar unas ligeras diferencias.

— Espero que la disfrutes, Abbacchio comenzó a prepararla desde esta mañana para todos ustedes —.

Los ojos de Giorno se dirigieron al otro cuidador, éste frunció el ceño y desvió la mirada, pero el niño no se sintió mal con ello, estaba completamente fascinado por la nueva información. Aprender cosas nuevas siempre le había encantado, estaba ansioso por llegar a casa y contarles a sus padres que existe un platillo muy similar a la pizza, pero que no es pizza.

— Focaccia — Repitió para sí mismo. Tomó la rebanada que ya había empezado a comer y le dio otro mordisco, esta vez saboreándolo con cuidado. — ¡Está delicioso! —.

Bruno ensanchó su sonrisa hacia Abbacchio, quien solo se cruzó de brazos, pero un ligero rubor en sus mejillas delató que se sentía un poco feliz.

Luego de aquella pequeña charla acerca de la diferencia entre pizza y focaccia, el almuerzo continuó sin contratiempos. Al terminar, los cuidadores comenzaron a recoger todo mientras los niños se lavaban las manos.

Como era la costumbre, luego de despejar las mesas fue el momento de los niños mayores de hacer la tarea.

Mista nuevamente se encontraba asediado por la tarea de matemáticas, en más de una ocasión estuvo por rendirse, pero Abbacchio no lo permitió.

— Vamos, solo te falta un problema más —.

— ¡Ya no quiero! ¡Es muy difícil! — Exclamó Mista recostándose sobre sus apuntes y libro.

Abbacchio soltó un suspiro, le echó una mirada a Fugo quien ya estaba haciendo la tarea de lengua. Se sentía aliviado de que al menos a él no le costara hacer la tarea tanto como a Mista.

— Está bien, tomemos un descanso —.

Mista no lo celebró, se quedó inmóvil sobre sus cosas. Abbacchio sabía que cuando se ponía así, era porque comenzaba a desanimarse en serio y no quería eso.

— ¿A tu madre le gustó su regalo? — Preguntó sabiendo cuál era el tema que lograba hacer sonreír al niño de inmediato.

— ¡Sí! — Por supuesto surtió efecto, Mista se levantó con una enorme sonrisa de emoción. — ¡Le gustó mucho! ¡Estaba muy feliz! —.

Tal reacción causó una sonrisa en el hombre de claros cabellos. Giorno, quien estaba sentado en la otra mesa con Narancia, también sonrió al escucharle, pues después de ver la preocupación y angustia de Mista con respecto al regalo para su madre, se sentía feliz de que todo saliera bien.

— ¡Me abrazó muy fuerte! ¡Hasta llamó al tío Jean-Pierre para contarle! — Relató sin dejar de sonreír, su pequeño pecho estaba inflado en orgullo.

— Así que fue todo un éxito, bien por ti —.

Mista mostró todos sus dientes, luego miró a sus compañeros enfocándose más en el de ojos azules. Una duda cruzó por su pequeña cabeza.

— Oye, Giorno, si tú tienes dos papás ¿Qué haces el día de las madres? —.

Abbacchio abrió los ojos en alerta por semejante pregunta. Sabía que Mista no tenía mala intención, pero una pregunta como esa es delicada.

Giorno, quien se encontraba hojeando uno de los libros del que ya era su amigo, le miró. Fue tomado por sorpresa, pero no le demoró mucho encontrar algo para decir.

— Nada —.

— ¿No haces nada? —.

— No — Negó simplemente.

Abbacchio no estaba seguro de si debía intervenir o permitir que la conversación continuara y ver qué rumbo tomaba.

— ¿No le das regalo a nadie? Mi mamá dice que en el día de las madres también se le puede dar un regalo a una abuela o una tía que quieras mucho —.

Giorno recordó que sus padres le dijeron algo similar.

— ¿No tienes abuelas? — Mista siguió con su interrogatorio de forma inocente, sin darse cuenta que podía ser algo impertinente.

— Oye, ya basta, no seas entrometido — Riñó Abbacchio dándole un golpe muy leve en la cabeza.

— ¡Pero quiero saber! — Protestó.

— Yo no tengo abuelas — Respondió Giorno.

— ¿No? — Mista abrió los ojos con mucha curiosidad.

— No, solo tengo un abuelo, el papá de mi papá, pero vive muy lejos de aquí — Dijo recordando a su abuelo George.

— ¿En serio? ¿En dónde vive? —.

— En Inglaterra —.

Aquella respuesta llamó mucho la atención de Abbacchio. Algunas cosas con respecto al pequeño rubio le habían llamado la atención antes, ya que no era alguien entrometido no había comentado nada, pero ahora su curiosidad crecía al escuchar que el niño tenía un abuelo en Inglaterra.

— ¿Y eso está muy lejos? — Mista claramente no tendría un buen futuro en la clase de geografía.

— Sí, no puedes ir en autobús ni en auto, cuando mis papás y yo vamos de visita tenemos que subir a un avión —.

— ¡¿Qué?! —.

Para sorpresa de todos, quien gritó sorprendido no fue Mista, sino Narancia. El niño se había trasladado al lado de Fugo, estaba dibujando con crayones, pero al escuchar a Giorno se apresuró hacia él con los ojos muy abiertos en sorpresa.

— ¡¿Te has subido a un avión, Giorno?! — Preguntó en un tono muy fuerte.

— Sí — Giorno por su parte respondió con mucha calma, ya acostumbrado al ánimo y a la energía de Narancia.

— ¡Eso es genial! — Sus ojos brillaron con mucha emoción. — ¡Yo también quiero subirme a un avión! ¡Quiero volar! —.

— ¿Y por qué tienes que viajar en avión? ¿Sí está muy lejos? — Volvió a preguntar Mista.

— Sí, mucho —.

— Ohhh... ¿Entonces no hiciste nada especial el fin de semana? — Para Mista el fin de semana era muy importante, ya que podía pasar todo el día con su madre y siendo que fue día de las madres, fue más especial de lo normal.

Abbacchio decidió rendirse y dejar de intentar detener la curiosidad del pequeño Guido, además parecía que el niño rubio no tenía problema alguno respondiendo a sus preguntas.

— Sí hice algo especial, fui a la fiesta de cumpleaños de mi primo —.

— ¿En serio? Mi tío también me invitó a una fiesta de cumpleaños, pero yo quise quedarme con mi mamá —.

— Vaya — Giorno estaba algo asombrado por la enorme coincidencia.

— Oye Giorno ¿Cuándo es tu cumpleaños? —.

— ¿Mi cumpleaños? ¿Por qué? —.

Sin responder nada directo, Mista se levantó de su lugar y le tomó la mano arrastrándole consigo.

— ¡Mista! ¡Todavía no terminas la tarea! — Riñó Abbacchio al verle levantarse.

— ¡Ahora vuelvo! — Dijo simplemente, llevando a Giorno hasta el armario donde se guardan los juguetes, aunque en realidad lo que quería mostrarle era algo pegado en la puerta — ¿Ves eso, Giorno? —.

El rubio estiró el cuello lo más que pudo para poder ver el anuncio, dándose cuenta que no se trataba de un poster o algo similar, sino que se trataba de un calendario.

— ¡Allí están anotados los cumpleaños de todos! ¡Así podemos celebrarlos todos juntos! — Afirmó con una enorme sonrisa para luego girarse hacia sus cuidadores. — ¡Bruno! ¡Aún no anotamos el cumpleaños de Giorno! —.

Dichas palabras llamaron la atención de todos en el lugar, haciendo que Bruno se acercara al par de niños y que Narancia le siguiera desde atrás.

— Eso es verdad, tenemos que anotar tu cumpleaños, Giorno ¿Sabes cuándo es? —.

— ¿Cuádo e? — Imitó Narancia muy emocionado.

— Sí, es el 16 de abril — Respondió sabiendo muy bien la fecha.

— Muy bien, ya que ese día ya ha pasado, tendremos que anotarlo en el calendario del próximo año, prometo no olvidarlo — Dijo Bruno con una sonrisa gentil en el rostro. Sabía que el cumpleaños del menor había sido hacia poco gracias a que sus padres se lo comunicaron.

— ¿Ehh? ¿Entonces ya pasó tu cumpleaños? — Cuestionó Guido con cierta decepción y al recibir un asentimiento de cabeza como respuesta, solo torció la boca. — Que mala suerte, yo quería que lo celebráramos todos juntos —.

— ¡Yo tabié queía! — Protestó Narancia lamentándose también.

— No se preocupen, Mista, Narancia, podremos celebrar a Giorno el próximo año — Bruno sabía que debía tener cuidado y no hacer afirmaciones sobre un futuro que no tenía claro, pues no sabía si Giorno seguiría asistiendo a la estancia una vez que iniciara la escuela, pero tampoco podía romper las ilusiones de sus niños.

Bruno se aseguraría de marcar el cumpleaños de Giorno en el calendario del próximo año, aún si el niño se iba, cumpliría su promesa como cumplía todas las que les hacía a esos pequeños.

— Muy bien, hora de volver a hacer la tarea —.

Mista asintió y volvió a tomar la mano derecha de Giorno, mientras Narancia tomaba la izquierda y volvían a sus lugares. Bruno les miró con su acostumbrada sonrisa, le dio un vistazo más al calendario asegurándose de recordar la fecha del 16 de abril, pero se distrajo de eso al ver una marca en el día 20.

Entonces lo recordó.

El cumpleaños de Narancia estaba próximo.

Una fecha que ilusionaba y emocionaba mucho al pequeño, pero que para Abbacchio y él estaba llena de tensión, pues nuevamente tendrían que enfrentarse al padre del pequeño.

No es que olvidara su cumpleaños, no se trataba de eso. Era solo que verle sonreír como ahora, le hacía olvidar por un momento la situación del niño, pero sin importar nada, era su deber asegurarse de que el 20 de mayo, fuese un buen día para Narancia.

Así lo habría querido su madre.








★☆★☆★☆★☆★☆★☆★

Aquí el capítulo 4, volvemos con Giorno y la estancia, ahora veremos un poco más de la vida de Narancia.

Focaccia: Es un platillo italiano, consta de un pan plano y esponjojo cubierto de salsa, queso, aceitunas y cebolla, es muy similar en apariencia a la pizza, pero tienen sus diferencias. El proceso de levadura de la focaccia es más largo y su pan es más grueso y los elementos que se le ponen encima son mucho menos que los de la pizza.

Narancia: Ya en este capítulo se ha pasado a marcar las palabras mal dichas de Narancia con el formato de cursiva, ¿Qué les pareció? ¿Es menos o más complicado que el anterior? ¿Cuál prefieren?

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