Crown

By SamR_16

91.2K 6.3K 384

Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, p... More

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
XIV
XV
Recuerdo I
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Capítulo L (50)
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Epílogo

Capítulo XXX

2K 119 8
By SamR_16

SIGLO ANTIGUO

NORTE DE IGOR

LIAH'S POV

Mire por la ventana que estaba sobre el lavatraste. Desde esta posición lograba ver muy bien el lago con pequeñas corrientes de agua de un lado a otro.

-Para no ser cocinera experimentada, no lo hiciste mal.

Escucho la voz de Luna junto detrás de mí. Sonrío, estaba lavando los trastes y no podía girarme sin secar mis manos antes. Había decidido que este día era dedicado para ella. No dejaría que hiciera nada y dejé libres a las mujeres que debían venir por la noche.

-Podríamos pasar por una vida normal, sin problema alguno.

Le sigo el juego sin dejar de sonreír. Con ella no lo podía dejar de hacer, ¿lo habían notado?

De pronto, siento sus labios impactar contra mi mejilla. Dejo los trastes de lado y concentro mi mirada en ella. No había vista mejor que ella. Quería besarla, pero prefería pedir permiso o que ella lo hiciera primero. No quería, para nada, invadir su espacio.

-Eres muy bonita. Tu perfil es perfecto.

Murmura con una sonrisa tímida. No pude evitar sonreír aún más por su pequeña confusión. Pocas veces la escuchaba decirme cosas de este tipo, aún que sabía que era especial para ella.

-Nunca me habías dicho algo tan profundo, princesa.

Me acerco a ella, sonríe sonrojándose. Me extiende una toalla para secar mis manos y no mojarnos. Sonrío y la tomó, me seco las manos rápidamente y la dejo en cualquier superficie. Solo quería estar cerca de ella.

-Eso es porque aún no estábamos casadas.

Responde astutamente. Muestro sorpresa.

-Cierto, ahora somos esposas. ¿No te parece perfecto? Reinas Liah y Luna de Evigheden. Suena tan poderoso.

Quedamos a centímetros de distancia. Su respiración lenta y a compás chocaba contra mi mentón. Su rostro ligeramente elevado para mirar mis ojos.

Ella ríe, asintiendo a mi pregunta.

Con un poco de valentía, sujeto su cintura. Ella se sorprende, pero no me aleja. Me inclino un poco y conecto nuestros labios en un beso lento. Sus manos se enredan en mi cabello. Siento las mariposas revolotear en mi estómago y no pienso alejarme de mi esposa. No ahora.

-Liah...

Deja salir en un suspiro, alejándose un poco. Apoyo mi frente contra la suya. Mi respiración estaba un poco acelerada. Me había puesto nerviosa de una manera jamás antes vista.

Da un paso atrás, yo doy el mismo paso acercándome más a ella. Capturo nuevamente sus labios y esta vez impacto nuestros cuerpos. Un suspiro tembloroso sale de sus labios. Mis manos suben un poco por su vestido y encuentro el cierre, paso de aquello y acaricio su cabello con cuidado.

-Luna, te deseo tanto. Deseo poder llevarte a nuestra nueva habitación matrimonial...

Confieso para mirarla a los ojos y supiera que hablaba muy en serio.

Esta vez, es ella la que impacta nuestros labios con hambre como jamás había hecho y como jamás pensé que lo haría. Le respondo de la misma manera y no tardamos nada en marcar un ritmo lento, pero profundo. Nuestras lenguas encontrándose en algún punto y danzando juntas como si toda la vida se hubieran conocido. Su aliento fundiéndose con el mío. Su manos enredándose con la mía para empujárme hasta la primera pared que encontramos.

-Llévame, Liah.

Pide con su respiración apresurada y sus ojos más oscuros de lo normal. Jamás había visto esa mirada y me hacía sentir bien al saber que yo lo había ocasionado.

Con fuerza la levanto en mis brazos y la llevó a la habitación. La dejo en el piso y nuestras bocas no tardan en marcar el mismo ritmo que anteriormente. Sus manos tomando mi camisa negra con fuerza, llevándome contra su cuerpo. Mis manos se quedan, pegadas, a su pequeña cintura.

Damos pequeños pasos, hasta que siento como impacta contra la cama. Ambas la miramos. Luego, su mirada se dirige a la mía y sonríe nerviosa.

-No haremos nada que no quieras, mi Luna. Puedo esperar mucho, por ti. Podemos ir a ver el atardecer...

La tranquilizo acariciando el contorno de su rostro. Mantenía una sonrisa tranquila en mi rostro sabiendo que debía mantenerme serena para que ella también lo estuviera.

-Quiero... quiero hacerlo contigo.

Su mirada recorre mi camisa arrugada por ella misma. Vuelvo a sonreír escuchando sus palabras.

-¿Segura? No habrá vueltas atrás...

Ella asiente segura de su decisión. Realmente no quería apresurarse, ni que pensará que me había casado con ella solo para adquirir permiso de su cuerpo.

-No me asustes más.

Susurra. Rió y niego lentamente bajando mis manos a su cintura.

-Lo haremos despacio, todo a tu paso, ¿te parece?

Ella vuelve a asentir.

Dejo pequeños besos en su labios. Haciendo que entre en confianza y el momento se torne un poco más caliente.

Mis manos se dirigen al cierre de su vestido, me separo y la miro.

-¿Puedo?

Mira mis ojos y asiente dejando salir un suspiro nervioso.

Volviendo a besarla, despacio bajo su vestido. Lo deslizo por su cuerpo con cuidado y contemplando cada parte de su cuerpo que queda a mi vista. ¡Era más que perfecta! ¿Qué había hecho para merecer a alguien como ella? No solo era bella físicamente. No, claro que no. Su manera de ver el mundo era totalmente innovador, asombroso e increíble. La hacía ser tan inteligente y brillante. Había aportado muchas ideas al pueblo y todos quedaron encantados con los cambios. No podía hacer más que agradecerle. Había escogido la reina perfecta para mi pueblo y para mi corazón.

Logro notar muchos lunares en su cuerpo, dejando aún más encantada. Si eso era posible. Parecían constelaciones en todas partes. Algunos eran rojizos haciendo que resaltarán más. Llevaba un sostén negro al igual que su braga, pero eso fue lo que menos me importó. No podía dejar de ver cada pequeño pedazo de su cuerpo. Estaba embrujada.

Por alguna razón, se vio incómoda e intento cubrirse. La mire y entendí que había pasado mucho tiempo contemplando su cuerpo en silencio. Que miedo, ¿no?

-Tranquila, Luna eres muy hermosa. Tu eres perfecta. Soy muy afortunada de tenerte. Aún que, debemos estar a la par, ¿no?

Empiezo a desabrochar mi camisa con descuido, pero sus manos pequeñas toman las mías deteniéndome. La miro confusa, luego las aparta y empieza ella a desabotonar uno por uno con mucha paciencia. Sonrío mirando y sintiendo cada pequeño movimiento que hace. Por pocos segundos sus dedos hacen contacto con mi cuerpo haciéndome cosquillas. Rió por lo bajo, ella me mira.

-Es que me haces cosquillas.

Explico, cuando termina y quita la tela de mi cuerpo.

Ahora es ella quien examina mi cuerpo con detenimiento. Me miro a mí misma recordando que llevo puesto un tipo de sostén mucho más apretado que el normal. Hacía parecer que no tuviera pechos, pero sí que los tenía. Ella, sin miedo, acaricia mi abdomen. No hacía mucho ejercicio, pero siempre me mantenía en forma y mi cuerpo reflejaba todo aquello. No podía darme el lujo de volverme torpe y pesada. Los combates y guerras siempre me exigirían y no podía descuidarme. Ahora, Luna podía apreciarme cuanto y cuando quisiera.

-Que duro está...

Susurra, me preocupo por un segundo hasta que veo que sigue mirando mi abdomen. Por un segundo pensé que mi miembro ya estaba mostrando vida a través de la tela de mi pantalón. Sonrío y sujeto su mano sobre mi abdomen.

-Cuando recién me alimento no es así.

Bromeo, ella ríe.

Agarro la pretina de mi pantalón y la desabrocho. Con un poco de dificultad termino en solo ropa interior frente a Luna que me mira curiosa. Sonrío. Me acerco a ella besando sus labios, nuevamente.

-¡Ah! Liah...

Jadea. Allí recuerdo el problema en mi entrepierna nuevamente. Rápidamente me alejo. Que vergüenza, por Dios. Siento mis mejillas calentarse. No quería hacerla sentirse incómoda, pero se me había hecho imposible no poder mantenerme fría. Era humana y además tenía a una hermosa dama frente a mí. Una hermosa dama que era mi esposa y era nuestra noche de boda.

-Yo... yo lo siento, en serio... No puedo controlarme... Soy una tonta...

Hablo rápidamente mientras intento cubrirme con mis propias manos. Jamás había llegado hasta este punto con nadie y no sabía qué hacer realmente.

-Liah, esta bien, en serio. Además, tome algunas clases y sé que sin estar despierto no podría hacer su trabajo.

Comenta con una sonrisa tranquila. Ahora era ella quien me mantenía tranquila. Tomé una respiración profunda y asentí. Fue entonces que caí en cuenta, ¿clases? ¿Con quién?

Mis mejillas se encienden aún más. No pensaba hablar de esto antes de pasar a más. Jamás nadie me había enseñado que hacer para este día y me sentía novata. Solo tenía teoría, ¿pero que hacía con todo el conocimiento sin la práctica? Quería hacerla sentir bien, pero no tenía idea de que debía hacer en primer lugar.

Ella lo nota y me toma de la mano libre. Me besa profundamente y nos hace caer a ambas en la cama.

-Hágamoslo juntas, reina.

Asiento rápidamente. Me parecía una mucha mejor idea.

Me coloco sobre ella solo para mejor comodidad. Me apoyo en mis propias manos para no darle nada de mi peso. Quito mi sostén y la ayudo a ella con los suyos. Suspiré al ver sus pechos al aire, sus pezones estaban erectos mostrándome que ella estaba igual de excitada que yo.

-Déjame hacerte sentir bien, ¿sí? Así será menos doloroso para ti.

Asiente lentamente. Sonrío y beso sus labios una última vez antes de empezar a descender. Primero puse mi atención en su cuello donde dejé pequeños besos húmedos para hacerla sentir confiada en lo que haría. Si yo estaba nerviosa, no quería imaginar como lo estaría ella.  Antes de alejarme de esa parte chupe ligeramente dejando una marca apenas visible. Sonreí al ver lo que hice y luego la miré a ella que me miraba atentamente con sus ojos apenas notándose el color esmeralda.

Sigo bajando hasta llegar al puente de sus pechos. La noto temblar ligeramente cuando beso allí. La vuelvo a mirar, ella no despegaba su mirada de mis movimientos. Humedecí mis labios y concentre toda mi atención a un solo pecho. Empecé dando suaves besos alrededor de su pezón y cuando sentí que era suficiente introduje a mi boca su pezon erecto. Con esa acción  le arrebate un jadeo muy bajo. Sus piernas se flexionaron y me mantuvo apresada entre ellas. Jamás había hecho nada de lo que estaba haciendo, pero me estaba gustando mucho y deseaba que ella se sintiera igual que yo.

Me moví al otro pecho dándole la misma atención que al anterior. En ciertos momentos la miraba para ver su expresión. Su boca estaba ligeramente abierta y sus ojos cerrados. Sí, la estaba pasando bien por ahora. Alejé mi boca de sus pechos y la miré a su altura con una sonrisa.

-¿Lo estoy haciendo bien?

Cuestione esperando tener una respuesta afirmativa. Ella abrió sus ojos y sonrío.

-Lo estás haciendo muy bien, Liah.

Sonreí y besé sus labios con delicadeza. Me apoye solo en una mano y la otra la descendí hasta su entrepierna. Ella se alejó del beso y me miró tirubeante. Besé sus mejillas y luego su nariz.

-Debo dilatarte lo suficiente como para soportsrme, ¿sí? No quiero verte sufrir, mi princesa.

Susurré. Ella asintió lentamente acariciando mi rostro.

-Dime si me excedo, ¿sí?

Volvió a asentir. Besé sus labios y me aleje mordiendo ligeramente su labio inferior.

Baje hasta su abdomen plano. Besé la zona y luego llegue al comienzo de su braga. La miré y con mi mirada pedí permiso para bajarlas. Ella asintió y sonrío dándome todo el permiso necesario. Las baje lentamente con mi mirada en ella. Luego de bajarlas hasta su rodilla fue que desvíe mi mirada y fue solo para moverme y sacar por completo su última ropa interior.

Solté un suspiro nervioso al posar mi mirada sobre su cuerpo totalmente desnudo a mi vista. Me sentía más que completa al tenerla totalmente para mí. Tal vez era primitiva y posesiva, pero no dejaría que nadie más tuviera este privilegio mientras yo estuviera viva.

Acaricié sus muslos con las puntas de mis dedos. Humedecí mis labios al clavar mi mirada en su entrepierna. Se veía húmeda, limpia y totalmente apetecible. Sin duda alguna debía probar y comprobar que todo de ella era dulce y perfecto.

-Te quiero mucho, Luna, ¿lo sabes, verdad?

Me miró y sonrío asintiendo.

-Y yo te quiero a ti, Liah.

Tragué grueso y me erguí hasta quedar a la altura de su centro. Por un impulso olí la zona y con solo aquella acción supe que su zona sur sería mi perdición de ahora en adelante cada vez que la tuviera desnuda para mí.

Sin demorarme un segundo más, abrí sus piernas lo suficiente como para darme algo de comodidad y para ella también. Fue entonces que decidí sacar mi lengua y arrastrarla por todo su sexo llevándome hasta el mínimo de su sabor.

No supe que me calentó más. Si su sabor o el gemido que dejo escapar.

Tragué su sabor y comprobé que en ella todo era perfecto. No cabía duda que no existía persona mejor que Luna en este mundo.

-Maldición, Luna.

Susurré intercalando mi mirada en sus ojos y en su sexo. Ella sujeto mi mano derecha como en busca de soporte o de apoyo.

Sin saber que más decir volví a dirigir mi boca y lengua a su centro y adquirí toda la nueva adicción que ahora tenía.  No me encontraba cansada, ni agitada por el constante movimiento o trabajo al lamer toda su extensión.

Mi luna soltaba algunos gemidos que no eran exactamente pequeños. Su timidez se había ido por el caño en el momento que me volví más apresurada y dura con mis lamidas. Su mano entrelazada a la mía solo la usaba para arañar.

Pasaron unos minutos así hasta que finalmente tomó mis cabellos y me alejó de la zona. La miré confusa sin saber que pasaba, pero al verla con sus ojos cerrados supe que estaba en el límite.

-¡Liah, Liah!

Gemía constantemente mientras más se acercaba al borde del abismo. Aún Aún sus manos en mi cabello seguí con mis lamidas largas robándole como un pirata. Me estaba llevando todo su tesoro y no pensaba regresarlo jamás, aún quedando presa.

Dos lamidas más por toda su extensión y su cuerpo se tenso por completo. Un líquido espeso empezó a salir de su interior y fue la señal de su primer orgasmo. Entre pequeños espasmos de su cuerpo termine por limpiar toda su zona y dejarla lista para lo que vendría a continuación en cuanto se recuperara y se sintiera lista.

Subí por su cuerpo hasta quedar cara a  cara. Limpie el sudor de su rostro y besé sus mejillas. Ella sonrío tomando mi rostro y besándome. Probando de sí misma de mis labios y lengua.

-Jamás... jamás había experimentado algo igual, Liah.

Sonreí y apoye mi frente contra la suya con la respiración acelerada. Hace unos segundos no me sentía así.

-Y aún no terminamos.

Susurré con una sonrisa. Ella rió y me miró.

-Estoy lista.

Suspiré y asentí.

Me puse de pies y baje mi ropa interior revelando toda mi desnudez. Su mirada puesta en mí me puso nerviosa, pero a la vez me excitó saber que tenía su atención en mí.

-Debes avisarme si me detengo, ¿sí? Puede dolerte un poco...

-Liah, no creo...

Se calló a ella misma con la mirada puesta en mi entrepierna. Me coloqué sobre ella y espere a que siguiera hablando.

-¿Qué no crees, mi Luna?

Me miró y trago grueso.

-Eres muy grande y no hablo de tu altura.

Parpadeé varias veces y sonreí negando.

-No te preocupes, te sorprendería lo flexibles que llegas a ser, cielo. Aún que, es tu primera vez y puede ser que no me tomes por completo, pero no importa. Con que tú estés bien, yo lo estaré, ¿sí?

Asintió y beso mis labios con cuidado. Me alejé y miré sus ojos.

Tomé la punta de mi miembro y vacilé en su sexo unas cuantas veces antes de tomar la decisión de hacer presión y empezar a introducirme en ella con lentitud y mirando cada expresión de su rostro para detenerme ante el mínimo atisbo de dolor.

Ella levantó su mano y la coloco sobre mi brazo que estaba sirviendo como mi soporte y acaricio mi bíceps.

-Estoy bien, Liah. No me harás daño.

Aseguró con una sonrisa. Ella se veía más tranquila que yo. Suspiré y asentí. No deseaba lastimarla porque sabía que sería mi culpa al no haberla dilatado lo suficiente como para aceptar y acomodarse al tamaño de mi pene.

Tome una respiración profunda y empujé un poco más profundo hasta la mitad de mi miembro. Ella apretó mi bíceps y me miró.

-Dame unos segundos, ¿sí? Eres muy grande y gruesa.

Sonreí y asentí.

-Lo siento.

Besé sus mejillas y luego baje a su cuello. Ella me abrazo y acaricio mi espalda con sus manos.

-¿Cómo es posible que una mujer tenga pene y esté tan bien dotada?

Cuestionó en medio del silencio. Me alejé de su cuello y reí. Realmente me preguntaba lo mismo mientras crecía al mismo par de mi miembro. Simplemente parecía que no se iba a detener y me llegó a asustar. No me tranquilice hasta notar que se había calmado su momento de crecimiento. Nunca lo comenté con nadie, pero Luna tenía la misma pregunta que yo.

-Tampoco soy capaz de comprenderlo, Luna.

Negué lentamente. Ella sonrío y beso mi mentón.

-Continúa, por favor.

Asentí y seguí mi camino hasta que finalmente me acepto por completo. Hasta la base. La miré sorprendida.

-No hay ningún centímetro fuera, Luna. Tú... tú...

Rió y me abrazo con fuerza.

-Tampoco entiendo esto, Liah.

Dure algunos segundos así hasta que moví mi cadera hacia afuera y me lleve con ello un jadeo de Luna.

-Me gusta.

Afirma. Me alejó y me apoyo en mis dos brazos a los costados de su cabeza.

-A mi también me gusta.

Concuerdo con ella.

Empecé a mover mis caderas de afuera hacia adentro con cuidado, pero con más confianza que antes. Miré nuestra unión y fue entonces que note un poco de sangre en mi miembro. Me detuve abruptamente y la miré asustada.

-Luna...

Ella miró en la misma dirección y pareció no tomarla por sorpresa.

-Podría pasar, lo sabía.

Comenta tomando mi mentón y levantando mi mirada.

-Estoy bien, solo debemos limpiar todo después.

Parpadeo varias veces intentando volver al presente y no pensar en qué la había lastimado. Suspiré y asentí siguiendo con mi trabajo.

Era nuestra primera vez y por lo tanto lo hicimos lento, sin precipitarnos sabiendo que tendríamos mucho tiempo después como para experimentar todo lo demás.

Unos minutos después ella volvió a tener otro orgasmo y yo la seguí con mi eyaculación.

Permanecimos una al lado de la otra hasta que nuestras respiraciones se relajaron. Ella casi se dormía, pero recordé que debía limpiarla a ella y cambiar las sábanas antes de dormir.

-Vamos, mi princesa, aún debemos limpiarte, ¿sí?

Me puse de pies. Ella asintió mirándome con sus ojos entrecerrados.

Podría hacer todo por ella y no me importaría nada. Después de todo, ella era mi princesa y muy pronto, mi reina.





______________________
Nota de la autora:

Buenas buenas, aquí el segundo capítulo del día.

Ahora sí, los dos capítulos sorpresa del día que espero les haya gustado. Ha sido más largo que los demás.

Ha sido un poco difícil redactar un encuentro sexual entre este par. Como saben ambas son de una época pasada, son muy respetuosas al ser de alta sociedad y por esa razón se me ha hecho un poco difícil al no poder decir ciertas palabras que normalmente leemos al leer sexo modernos. Ya saben, groserías y maldiciones. Por lo tanto, me he detenido de ser vulgar por ahora con ellas por esa razón.

Son muy tímidas, ¿sí? Pero solo por ahora ;)

No olviden comentar si les ha gustado. Y muchas gracias a todas lo que lo hacen en cada capítulo, no puedo expresar todo lo que les agradezco a ustedes <3

Tampoco olviden su votito :)

Sin más que decir.

Nos leemos en el próximo capítulo.

Continue Reading

You'll Also Like

8.2K 944 13
Esta historia es de la sombra de Luz Noceda.. conocida como Alex una sombra maligna que por fin se le dió la oportunidad de vivir su vida sin ser una...
2K 248 5
La familia Blight, una familia de nobles con un linaje y historia antigua, famila que es hereda con un reino poderoso que casi se puede considerar un...
109K 13.9K 75
˚→ ˚→ ˚→ Ann Taylor una joven mexicana de 22 años, llena de sueños viaja por primera vez a Italia, en medio de su recorrido en las ruinas antigu...
91.2K 6.3K 56
Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, princesa de Calanthe, próxima esposa de l...