— No puedo creer que te hayas escapado todo el día con ese chico.
Alex regaño al joven duque nuevamente al recordar que los invitados estaban bastante molestos al no poder saludar al muchacho durante la recepción.
— ...
— ¿Seguirás sin responder?
Su tío le pregunto mientras se acomodaba la joya en su corbata de estilo lavallière, sin apartar la vista de su figura reflejada en el espejo de cuerpo completo.
— Tío, está bien... Supongo que hice un amigo.
Al hombre que lo miraba, le fue imposible reprimir la alegría y la sorpresa que se asomaban por sus facciones.
— ... Si, un amigo... Aunque no lo creas.
Raven agrego con tono burlón.
— Siempre estás molestándome porque paso demasiado tiempo trabajando... Bueno, creo que encontré a alguien con quien puedo comunicarme con facilidad... Su nombre es Aramis.
— ¿El tercer hijo de los Khan?
El chico asintió con la cabeza, sintiéndose bastante animado.
— Bueno... No es una mala familia...
— ¿Puedes arreglar una invitación para él?
El hombre de cabellos plateados lo miro con incredulidad.
— Para que me visite después de la celebración... Pienso que puedo empezar a tomarme las cosas con más calma a partir de ahora.
"Es cierto... Se aproxima el momento en que ella comenzó a manipularme... ¿Debería disfrutar un poco... por si las cosas salen mal?"
Alex se había dado cuenta hace mucho que era imposible para él decir que no a cualquier solicitud de sus sobrinos, así que, como cada vez, asintió, rendido por el deseo del muchacho.
— Raven, sé que está de más decirte esto, pero deberías tener cuidado con las personas...
— ¡Raven!
Las palabras del hombre quedaron en el aire cuando la figura esbelta de una muchacha de cabellos rosados ingreso sin avisar a la habitación del duque, haciendo que todas las cabezas giraran hacia ella.
— ¿¡Ya estás lista!?
El chico del cumpleaños camino hacia ella mientras pedía con un gesto de su mano que todos salieran de la alcoba.
Durante todos esos años, él permaneció en la misma habitación que su padre preparo para él en su octavo cumpleaños. Raven, aún sentía que era incorrecto mudarse de aposentos, como si una parte de él siguiera esperando a que sus padres regresaran un día, por este mismo motivo, el lugar no había cambiado mucho a través de los años.
El chico puso una de sus manos alrededor de la cintura de Lottie y la guio hacia la entrada de su vestuario, que se conectaba con la habitación principal, hasta llegar a la pequeña sala de estar, donde los grandes ventanales dejaban ver los jardines cubiertos de nieve mientras anochecía.
— Te ves hermosa.
Susurro en su oído mientras enrollaba sus brazos alrededor de su cintura, envolviéndola en un cálido abrazo.
— Bailarás conmigo toda la noche, ¿verdad?
Raven la sintió reír cuando su voz le hizo cosquillas en su cuello, haciendo que ella se separa un poco de él, por su puesto, no estaba en sus planes dejarla ir.
Sostuvo su brazo para impedir que la distancia entre ambos creciera más y volvió a acercarse hasta el cuerpo delgado de ella.
— ¿Qué ocurre?
Ella le pregunto cuando lo descubrió sonriendo embobado mientras observaba algo a sus espaldas. En ese momento, cuando Lottie volteo su cuerpo para observar el motivo por el que sonreía, él aprovechó de enlazar sus brazos a su alrededor nuevamente.
— Realmente fue buena idea usar trajes a juego.
La vestimenta, que había sido fabricada especialmente para que ellos la utilizaran en la noche de apertura, no solo coincidía en color, sino que también en sus diseños. Ambos vestían los colores de la familia Green, dejando en claro su compromiso con la Casa Noble.
"Debo decírselo ahora."
Pensó mientras se sentaba en uno de los sillones detrás de ellos y atraía suavemente el cuerpo de la chica hacia él para que se sentara sobre su regazo.
— ¿Estás nervioso por lo de esta noche?
— ¿Qué te hace creer que estoy nervioso?
— Estás actuando extraño de nuevo... ¿Es por el chico de los Khan?
Raven la miro extrañado mientras intentaba entrelazar sus dedos a los de la chica.
— Quédate quieta un segundo.
Él volvió a tomar la mano de Lottie mientras esta intentaba jugar con su cabello negro.
— No es así... Más que nervioso, estoy emocionado.
— ¿De verdad?
Él asintió enérgicamente.
— Aramis es... Extrañamente agradable y se adapta fácilmente a las conversaciones.
Añadió mientras permanecía con la mirada fija entre sus manos, jugueteando concentradamente con sus dedos.
— Raven... Eso es...
La voz de ella enmudeció cuando vio lo que el chico había puesto en su dedo, sobre el guante de terciopelo que le llegaba hasta los codos.
Ahí, en su dedo anular izquierdo, cuya mano había levantado para acariciar el rostro de su amado, se encontraba un hermoso anillo de plata. El objeto era bastante simple, un trozo de metal plateado daba la vuelta a su dedo y estaba decorado con once pequeños zafiros azules.
— ¿Raven?
"Ay no."
El chico miró el rostro de ella, que permanecía en blanco y entro en pánico.
— S-solo es un anillo de p-promesa... No tienes que usarlo si no quieres...
El duque alargó la mano intentando quitar el objeto, pero ella fue mucho más rápida y se puso de pie de un salto, cubriendo el anillo con su mano derecha.
— ¡Es mío! ¡Acabas de dármelo! ¿Por qué quieres quitármelo?
Raven la miró sorprendido desde el sillón.
— ¿Es un sí?
Ella enrojeció pero no contestó.
— Sé que aún es pronto... Solo quería dejar en claro que no hay nadie más que me interese de la manera en que lo haces tú...
Charlotte bajó sus manos y camino hasta él, deteniéndose frente a la cabeza del joven duque, que permanecía con la vista fija en suelo, como si de pronto hubiera algo muy interesante en la alfombra.
— Me siento de la misma forma...
Ella se arrodilló frente a él y ahueco su mano sobre su mejilla.
— Raven, te amo.
El chico sintió como su rostro se ponía totalmente rojo.
— Definitivamente, no hay otra persona con quien quisiera estar más que contigo y por su puesto que es un "si".
— ¿Estás hablando en serio? Sería muy cruel de tu parte decir que es una broma, ¿sabes?
— Por su puesto que es en serio.
Entonces ella selló sus palabras con un beso.