Los niños no pudieron creer la orden del emperador.
Para darle la importancia debida al nombramiento del muchacho, El Señor del Sol clamó que ninguna otra celebración podría llevarse a cabo por los próximos dos meses, hasta que el niño obtuviera el título de Duque.
La noticia no fue bien aceptada por los miembros de la nobleza que ya se encontraban restringidos por la muerte de los padres de Raven debido al periodo de duelo, pero para el chico que se estaba sentado en el despacho de la mansión asignada a él por el propio emperador, era un problema aun mayor, que se negaba a abandonar su cabeza.
Dentro de unos días, tres días para ser exactos, se festejaría el cumpleaños número doce de la pequeña niña con quien había compartido largo tiempo.
Raven se sentía culpable por haber interferido en la celebración de nacimiento de su amiga, debido a esto, pareciera que una nube negra cubría su cabeza todo el tiempo.
Aquella mañana, Alex, le entrego una montaña de papeles que tenían que ser revisados por él para que pudiera obtener legalmente el puesto de duque, sin embargo, no pudo verlos correctamente. Cada vez que comenzaba a leer los documentos, terminaba pensando en la posibilidad de que Lottie lo odiara por haberle quitado su cumpleaños y para cuando regresaba a la realidad, notaba que no había entendido nada de lo que había leído, teniendo que volver a comprobar lo que estaba escrito.
— Haaaa...
Suspiro fuertemente tapando su cabeza con sus manos. Después de un par de segundos eligió rendirse, dejando los documentos a un lado para aclarar su mente.
Las palabras dichas por el príncipe heredero cruzaron como balas por su cabeza impactando en su pequeño corazón.
No pudo evitar notar el interés que la pequeña estrella del imperio, sentía por Charlotte.
"Saber el futuro no es fácil..."
Raven suspiro nuevamente cuando nació el pensamiento.
{¿Vas a dejar que ese niño se acerque más a ella?}
— ¡NO!
El niño escuchó el chirrido que la silla hizo cuando se levantó de golpe.
— Pero... no es algo que pueda elegir yo... Si ella quiere estar a su lado, ¿Qué es lo que debería hacer?
{¿Por qué piensas que ella desea estar al lado de ese hombrecito?}
— Ella lo eligió a él la vez pasada, ¿lo olvidas?
Tooki sintió que había más por escuchar, así que guardo silencio esperando por las palabras que el niño buscaba pronunciar.
— Incluso prefirió tener una cita con él junto al rio en la academia...
Su voz sonó deprimida y lamentable. Raven no entendía por qué su corazón se estrujaba cada vez que pensaba en la posibilidad de que ellos pudieran terminar juntos.
— Yo definitivamente no le agrado... Solo se queda aquí debido a que su padre está a mi lado y porque Liam siempre está insistiendo...
El espíritu reflexionó, por un momento, en las palabras dichas por el muchacho y no pudo evitar preguntarse si era esto a lo que los humanos llamaban "celos".
El niño se mostró bastante inestable. A pesar de que era su segunda vez repitiendo la historia, era la primera vez que tenía este tipo de sentimientos por alguien más, lo que lo volvía sensible e inseguro.
— Yo no...
Raven detuvo sus palabras cuando vio que la puerta se abría y una cabecita de cabellos negros como los de él, se asomaba por el hueco.
— Hermano, ¿podemos hablar?
La voz de Liam sonó preocupada y triste.
El chico de los ojos rojos se sentó inmediatamente en su silla y le indico que pasara.
Liam camino hasta el sitio donde se encontraba acomodado y lo miro a los ojos con fiereza.
— ¡Vamos a celebrar el cumpleaños de mi hermana!
Sus palabras sonaron decididas a ser escuchadas.
— ¿Deberíamos verdad?
El pequeño de ojos morados asintió con un rostro luminoso.
— Pero es un problema... Si los adultos se enteran nos van a regañar porque el emperador no ha permitido más festejos por un tiempo...
Raven se detuvo un momento al ver como el semblante radiante de su pequeño hermano se volvía triste. El labio inferior del niño comenzó a temblar peligrosamente, amenazando con soltar una bomba de lágrimas en cualquier momento.
El futuro Duque se quedó pensando un momento.
— Liam, ¿me ayudarás?
— ¡Si!
Su voz sonó quebradiza, como si aun estuviera conteniendo el llanto.
"¡Dioses! ¿Por qué me dieron un hermanito tan lindo?"
— Entonces, escúchame con atención.
****************
El día de su cumpleaños llego inesperadamente rápido.
El mundo continuaba girando a una velocidad vertiginosa después de que el chico le quitara el artilugio maldito.
Ahora que miraba hacia atrás, noto que las cosas no siempre estuvieron claras para ella, ya que mientras más reflexionaba en los días de su niñez, menos podía recordar.
"Bueno, es normal no recordar tu niñez a medida que creces pero aun así..."
Se sentía extraña.
Esos recuerdos podía verlos con una especie de velo, como si los estuviera mirando a través de una cortina de agua. A veces llegaban claros y nítidos; esos eran los momentos en que sintió que su corazón se derretía por Raven, pero la mayor parte del tiempo, solo fueron piezas difíciles de memorar donde su corazón se volvía mezquino y malvado.
— Raven...
No pudo evitar sentirse nerviosa cuando pensó en el niño.
Charlotte que se había puesto su pijama, se encontraba sentada en su cama reflexionando sobre su vida cuando el nombre del niño llegó a su mente. Ella simplemente suspira y se derramó sobre la cama cerrando los ojos suavemente, pero como cada vez que lo hacía últimamente, únicamente pudo ver el rostro del muchacho, incluso en la oscuridad tras sus parpados.
La imagen, siempre confusa en un comienzo, se volvía más clara mientras más permanecía con los ojos cerrados.
Ella recordaba las largas pestañas que se sacudían con cada expresión del niño, sus ojos rojos como granates que mantenían esa forma redonda dándole una apariencia tierna, por supuesto, su piel blanca que se ponía roja cada vez que sus miradas se cruzaban en el aire era realmente hermosa, su cabello negro siempre revuelto y rizado le parecía totalmente adorable, pero sin duda, lo que más le gustaba eran sus lunares. A Lottie le parecía que cada vez que miraba al niño encontraba alguna nueva marca de belleza y eso, definitivamente, hacía que no pudiera quitarle los ojos de encima.
'Toc-toc.'
El ruido proveniente de su puerta la saco de sus pensamientos.
Charlotte se puso de pie y se apresuró a abrir, pero se detuvo cuando miro de reojo su reflejo en el espejo y notó que la piel de su rostro se encontraba totalmente roja.
'Toc-toc-toc'
La voz de Liam que se preguntaba si la niña se había dormido, llegó a sus oídos amortiguada debido a los muros. Lottie respiro hondo y camino hacia la puerta.
Cuando abrió, dos cabezas de cabellos negros le devolvieron la mirada felizmente.
Los niños se escabulleron dentro de su habitación silenciosamente mientras ella cerraba la puerta con seguro para que nadie los interrumpiera.
— ¡Hermana, ven aquí!
Liam que ya se había encaramado a su cama, la llamaba con una gran sonrisa.
Ella caminó sobre sus pasos y se sentó también en la cama.
— ¿Estás bien?
La voz de Raven llegó a sus oídos.
— S-si...
— Es que tu cara está roja... ¿No tienes fiebre, verdad?
—¿Eh?
Ella cubrió su rostro con sus manos y bajo de la cama avergonzada corriendo hasta el balcón de su alcoba mientras los niños la miraban preocupados.
Después de un par de segundos, Raven bajo de la cama y la siguió.
— ¿Está todo bien?
La voz del niño, llena de inseguridad, hizo que su corazón se volviera a agitar, haciendo que su cuerpo se estremeciera.
Raven se detuvo tras notar la reacción de la niña.
— Si esto es demasiado... Volveré a mi habitación...
El niño había comenzado a girarse cuando las manos de la pequeña sujetaron su muñeca.
Lottie permaneció un momento en silencio admirando el rostro del muchacho antes de hablar.
— Por favor, no te vayas.
El chico no pudo evitar sentirse un poco feliz por las palabras de la niña así que permaneció en el mismo lugar.
— ¿No tienes frío? Vamos adentro, te puedes resfriar.
Ella solo movió su cabeza negándose a entrar.
Le gustaba como se sentía el aire frío, le ayudaba a despejar su mente.
Un silencio incómodo nació entre los dos.
— Entonces...
Ella lo vio meter una mano en los bolsillos de su pantalón después de un rato.
— Esto es para ti...
Le tendió un obsequio envuelto en telas preciosas.
— Sé que está roto y que no es un buen regalo pero... No quería quedármelo...
El niño comenzó a balbucear desesperado mientras ella desenvolvía el objeto.
— Es lo que te iba a dar el cumpleaños cuando tuve mi despertar... se rompió cuando la caja rodó por el piso pero aún sirve... Lo siento.
Lottie se quedó congelada, no pudo terminar de escuchar las palabras del niño debido a lo que sus ojos veían.
Dentro del empaque, una pequeña cajita que parecía hecha de plata refulgía por la luz de la luna. Ella notó que una de las esquinas se encontraba rota, pero no le importo, el objeto era hermoso aun con la parte faltante.
Saco con cuidado el artefacto y lo toco con sus dedos delicadamente, entonces noto una pequeña lucesita que se filtraba por la esquina rota.
— Wooo... Es hermoso.