Charlotte abrió los ojos cuando sintió algo húmedo y pegajoso en su mejilla.
La voz del niño sonaba fuerte en sus oídos mientras la abrazaba desesperadamente. Ella intentó separarse de él, pero el niño no dejaba de abrazarla mientras frotaba sus mejillas con las suyas. De pronto, un segundo par de brazos la tomo por la cintura mientras lloriqueaba, mojando su regazo con sus lágrimas.
— ¡Ya basta! ¡Déjenme ir!
Los pequeños se detuvieron al instante mientras la miraban con rostros confundidos.
Pudo ver claramente los ojos llenos de llanto de Raven. Sus mejillas que ya tenían rastros de lágrimas volvieron a ser marcadas mientras usaba una manga de su lujosa ropa para quitarse los mocos. A su lado Liam, con su cabello negro y sus ojos violetas, parecía estar a punto de estallar en llanto nuevamente, mientras sujetaba una esquina del traje de su hermano con fuerza.
— ¿Por qué son tan escandalosos? ¡No se atrevan a llorar otra vez!
Charlotte los regañó mientras los apuntaba con uno de sus pequeños dedos.
Fue entonces que notó el rastro de aura azul que rodeaba su cuerpo. Mientras miraba sus manos y las daba vuelta de un lado a otro, su padre entró en la habitación alarmado por los incesantes quejidos de los niños.
Se detuvo un momento admirando la escena y al notar que su hija se encontraba sentada mientras lo miraba con sus grandes ojos azules, corrió a su lado y la tomó entre sus brazos.
— Cariño, ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? ¿Sientes algún dolor?
El Marqués estaba muy preocupado por ella, antes de que pudiera contestar sus preguntas, el Duque Green entró en el dormitorio.
— Estoy bien, papá. Nada me duele.
Ethan Raphelle sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió los rastros de las lágrimas y mocos que habían dejado los niños en el rostro de su hija.
— Entonces, ¿podrías decirme que fue lo que ocurrió?
— Yo también quisiera saberlo. Intentamos preguntarle a Raven, pero cada vez que se mencionaba el tema comenzaba a llorar.
Lottie miró el rostro de Raven, parecía muy concentrado viendo su pantalón. Podía notar como temblaba ligeramente y como las lágrimas comenzaban a acumularse nuevamente en sus ojos. También se dio cuenta de que estaba apretando su mano tan fuerte mientras sujetaba su pantalón, que sus nudillos se pusieron blancos.
Las últimas palabras que escucho en su sueño llegaron a su mente y suspiró.
"¿Necesito llevarme bien con él si no quiero que me mate otra vez? Necesito más tiempo para pensar que hacer."
— Fue mi culpa. Les pedí a los chicos que recolectáramos algunas piedras bonitas en la orilla del estanque. Entonces resbalé y tropecé con la cola de mi vestido.
Lottie miro de reojo el rostro lloroso de Raven. La mirada angustiada fue reemplazada por sorpresa. Definitivamente, él esperaba que ella lo culpara, como antes.
— Papá... ¡Ya no dejes que use esos vestidos para jugar!
Añadió la niña mientras abrazaba a su padre.
El duque Green, notó que su hijo mayor temblaba un poco y lo tomó en sus brazos también.
— Ustedes ¿Por qué estaban haciendo tanto escándalo?
— Ahh... mmm... Es que Lottie de pronto comenzó a brillar y nos asustamos.
Liam fue quien contestó.
Raven había enterrado su rostro en el cuello de su padre y miraba de reojo a Charlotte.
Ambos adultos se voltearon hacia la niña al mismo tiempo.
Charlotte se sintió un poco traicionada por Liam y lo miró mientras fruncía el ceño, el niño solo se encogió y se agarró fuertemente de la pierna de su padre. El Duque Green, lo miró un poco extrañado y se agachó para sostenerlo con su otro brazo.
El rostro del Marqués palideció mientras soltaba un poco de su mana y comprobaba el estado mágico de su hija. Sus ojos eran tan grandes como platos cuando verificó que el flujo de magia en el pequeño cuerpo de su hija se encontraba totalmente activado.
— Lottie, cariño...
— ¿Si, papi?
Charlotte se sorprendió al notar como el rostro de su padre se volvía serio, a la vez que sentía como sus músculos se tensaban un poco debajo de su ropa.
— Quizás, ¿hiciste algún tipo de contrato con un espíritu mientras estabas dormida?
— No lo sé, tuve un sueño raro pero... Solo fue un sueño, ¿no?
Ethan estaba admirando la reacción del cuerpo de su hija cuando untó un poco de su mana, mientras ella contestaba a su pregunta. Un aura azul claro la había envuelto y sus ojos habían tomado un color brillante, casi como si fueran radioactivos.
Tras las palabras de la niña, decidió despachar a su amigo de inmediato y dirigirse con su hija al santuario de la familia, donde se llevaban a cabo todos los rituales para conseguir contratos con los espíritus familiares.
— Luka, necesitaré comprobar esto en el santuario de mi familia. Lamento tener que pedir que te retires de esta forma, pero es una emergencia.
El duque Green sonrió ampliamente ante las palabras de su amigo.
— Ethan, tu hija necesita descansar. Además, sabes tan bien como yo que el santuario no se abrirá hasta dentro de tres días. ¿Por qué no dejas que nuestros hijos jueguen un poco más?
El Marqués aún lucía un poco asustado mientras asentía con la cabeza. Miró a su hija nuevamente y le besó ambas mejillas mientras volvía a ponerla en la cama. Se sentó junto a su pequeña niña y la instó a descansar.
El duque Luka hizo exactamente lo mismo con sus pequeños hijos y les pidió que cuidaran de la niña.
— Cariño, ¿tienes hambre?
— ¡Si, papi!
— Ordenaré que traigan algo adecuado para que comas. Descansa un poco, el médico vendrá a visitarte en unos minutos.
Lottie quiso asentir enérgicamente, pero un dolor punzante en la parte posterior de su cabeza hizo que se detuviera.
Una vez que los adultos se fueron de la habitación los niños se miraron en silencio por un rato, siendo Lottie quien rompió el hielo.
— ¡¿Qué?! ¿Ocurre algo?
Raven la miro un momento y luego respondió cabizbajo.
— Pensé que estaría en problemas.
Suspiro profundamente.
— Gracias por mentir.
Liam lo miraba en silencio. Él también estuvo ahí, sabía que su hermano la había empujado, pero también había visto como Charlotte había abusado verbalmente de él, nuevamente. De igual forma, la vio tropezar, no solo por el empujón del niño, sino también, por la larga cola que tenía el vestido de ella.
— Hermano, eso no es del todo cierto.
Charlotte los miró detenidamente. Una vez que recuperó algunos de sus recuerdos pasados, pudo notar que no toda la culpa era del niño. Bueno, en su mayoría, era ella la culpable de casi todo lo malo que Raven tuvo que afrontar.
Ahora que su edad mental era mayor y después de pasar por todo lo que había pasado, había algunas palabras luchando por salir de su boca.
— Raven... yo...
Charlotte tragó en seco y lo miro a los ojos. Los ojos rojos del niño se veían ansiosos, temerosos y preocupados por sus palabras. Ella comenzó a preocuparse por haber dejado una herida profunda en el niño. Se sintió nuevamente culpable de su propio destino.
— Lo siento. Por todo lo que te he hecho y por todas las cosas feas que te he dicho. Prometo que intentaré ser más amable contigo.
Raven estaba tan sorprendido y avergonzado por las repentinas palabras de la niña que no conseguía articular ninguna palabra. Se quedó unos segundos mirándola mientras movía su boca en un intento de decir algo, pero su garganta parecía no responder. Simplemente, se rindió y bajó la mirada mientras su rostro se ponía cada vez más rojo.
Después quedarse un rato en silencio, el niño tomó un poco de coraje y con una voz temblorosa pudo poner palabras en su boca.
—... No estas mintiendo, ¿verdad?
—...
Raven quien la miraba expectante hace unos momentos, bajó su vista un poco desilusionado.
— No estoy mintiendo, pero prefiero demostrártelo a simplemente decírtelo.
Lottie sujetaba fuertemente sus sábanas mientras pronunciaba su respuesta. Raven la miraba con ojos brillantes.
— Yo... creo que golpeaste tu cabeza demasiado fuerte.