Miraba fijamente el piso del salón oyendo como el profesor Gallagher explicaba pero no le ponía la mínima atención. Donde mi mente anda vagando en pensamientos negativos, esos mismos que me siguen atacando y no me dejan en paz.
- ¿_______? ¿Oíste lo que acabo de explicar? - me llamó la atención haciéndome reaccionar.
Al menos él y yo estamos a solas retomando la clase como me lo había propuesto, era preferible a que estar con más compañeros.
- ¿Eh...? - digo aún ida - Lo siento - negué parpadeando y tallándome los ojos.
- Debes tomarte enserio la materia, o realmente me creeré que te vale - habló más franco.
- Disculpe, es que yo...- quise explicar, pero no lo hice, me vería más tonta - Continúe...
- Volveré a repetirlo, y atenta - suspira molesto - Hablaba del movimiento rectilíneo uniforme, ¿si ubicas un poco eso?
- Algo ...- dije y lo apunté a mí libreta.
- Bien, no diré mucho, con el movimiento rectilíneo uniforme podemos saber la distancia que es directamente proporcional a la velocidad y al tiempo, y el movimiento está en una recta por lo que es rectilíneo, además podemos sacar posiciones, coordenadas y velocidad de movimiento de un móvil... - a completó - Mañana podríamos realizar unos problemas para calcular las velocidades.
- Ok... - murmuré más clara.
- Excelente - se posiciona en su escritorio - El tiempo se acabó, pero quiero dejarte un trabajo durante estos meses que quedan de curso del año - avisó.
- ¿Cuál es? - dije guardando mis cosas en la mochila.
- Me gustaría que entres a la biblioteca del plantel, busques un libro sobre Física, y aparte seguir practicando todo lo que te he enseñado para que hagas un ensayo de todo lo que aplica la física en la vida diaria de tu alrededor, incluso colocar los científicos que más aportaron en la historia - pidió.
Hice un gesto fastidiado con discreción sin que me viera, lo veo como una carga esa tarea, pero no me puedo quejar, si quiero subir mis notas, el esfuerzo es lo que lo logra.
- ¿Cualquier libro? - cuestioné sintiéndome cansada.
- El que desees, pero espero que sea un trabajo amplio, por eso te estoy dando más tiempo de lo debido.
- De acuerdo... - alargué sin más que hacer.
- Bien, siendo nuestros tres primeros días de clases solos, no estuvo tan mal - me miró - Nos vemos mañana _______, linda tarde.
- Adiós... - me despedí bajando la voz viendo como el profesor tomó de su maletín cargando unas carpetas y salir.
Me había quedado sola, y...necesitaba algo, presiento que todo lo que él está haciendo por mí no es suficiente, o simplemente no me llena para ser un poco más libre de este agujero que me lo pinta de colores grisáceos.
Me ánimo a pedir más consejos, y corrí tras él hasta detenerlo.
- ¡Profesor! - lo llamé a medio pasillo, me oyó y se detuvo logrando alcanzarlo.
- ¿Todo bien? - preguntó algo confundido.
- Es que....bueno yo...- corté mis palabras, no me salían por lo apenada que es pedir esto - ¿Usted...que cree que debería hacer? - fue lo único que dije.
- ¿Hacer de....? - esperó a que le diga más.
- Sobre mi vida...- agregué - Seré directa - respiro hondo y suelto lo que quiero decir - Es que últimamente, como ya sabe, me he sentido muy mal en sentido emocional y he seguido sus consejos, me funcionan, pero...no duran...y cada vez que ese poco ánimo que queda y desaparece, regreso a la realidad...no quiero decir que no me está ayudando, al contrario, pero quiero....no lo sé...alguna recomendación más de su parte, algo que me empiece a sacar por completo de este problema - pedí y odiaba mostrarme así, como una perdida.
- Yo...- me ve incómodo - Hay una persona que me ayudó demasiado cuando tuve mis problemas de joven, es un buen psicólogo y un amigo confiable, ¿crees que eso ayude?.
- Si....- asiento sintiéndome aún desorientada.
- ¿Te parece si este jueves saliendo de clase te llevo? Es que no sabes la dirección del centro de atención y puede que te pierdas.
- Un momento - lo detuve pensando bien la situación - No necesito un tratamiento o algo así por el estilo ¿o si?, no quiero agobiar a mis padres con gastos y...
- Pero es lo que quieres ¿no? Estar mejor, así que esa es una buena solución, además ahí hacen recaudaciones para donar dinero a pacientes aparte de lo que ellos pagan, no te preocupes - dijo dándome tranquilidad.
- De acuerdo...pero si quiere...puede darme la dirección, no es necesario que me lleve... - me interrumpió.
- No hay de que preocuparse, yo puedo acompañarte, además llevo tiempo sin ver al doctor, ¿ok? - asentí - Además hablaré con el psicólogo, como te digo, es muy cercano y tal vez pueda ayudarnos a tratar con el gasto si es que es demasiado.
- Está...está bien - digo vencida.
- Así quedamos, nos vemos mañana _______ - se despide dándose la vuelta, y yo me voy a otra parte.
[•••]
Estaba frente a la computadora viendo algunos precios sobre las nuevas prendas de ropa que Trinity lanzará aquí en la tienda la próxima semana, así que me estoy encargando de gestionarlos.
Mi concentración se dio interrumpida cuando alguien llega frente al mostrador cerca de mí, así que opto por dejar mis asuntos y atiendo a la persona, o más bien a una chica.
Al estar más cerca de ella, me vio, y me mostró una sonrisa amable, era bonita, con un lindo cabello rojizo y algo corto.
- Buenas tardes, bienvenida, ¿en qué te puedo ayudar? - comencé a atenderla.
- Buenas tardes, de hecho no vengo de compras, ¿de casualidad se encuentra Trinity? - preguntó - Necesito hablar con ella.
- ¿Me buscabas? - llegó la antes mencionada.
- Menos mal - dijo y se fue a abrazarla - ¿Cómo has estado?.
- Bien ¿y tú? - le hace la misma pregunta.
Como la chica ya tenía lo que deseaba, pues no tuve más que alejarme y volver a mi labor para dejarlas hablar con calma, todo iba bien, yo con el trabajo que me corresponde y ellas teniendo una conversación, aunque mí atención terminó en ambas mujeres quienes parecieron desviarse a otro tema más preocupante.
- ¿Has hablado con Aidan? - la pelirroja le cuestionó a Trinity.
- Lo hice cuando recién me dijiste tu propuesta, pero no se lo tomó tan bien - contó triste - Se niega a verte Hannah.
- Ya me lo imaginaba....- suelta un soplido con desilusión - Me gustaría saber como está realmente.....hablar a solas y arreglar las cosas, son años que no lo veo...
Vaya, debe ser algo severo.
- Es lo mismo que le digo, pero sigue reusándose, me duele cada vez que veo a Aidy muy distanciado de mí, muy serio, extraño a mi hermano de antes - habló Trinity del mismo modo - Y tú no te preocupes Hannah, haré lo que pueda para convencerlo, sé que esto es necesario y quiero que lo haga, así se podrá quitar un peso de encima que solo lo hace sentirse de una forma rencorosa.
- Está bien...- sonríe animándose - Espero verlos en mi boda, ya es dentro de un mes y medio casi - comentó nerviosa, un poco más feliz.
- Claro, felicidades de nuevo, haremos lo posible para asistir.
- De acuerdo, cuídate mucho Trinity - se despide dándole un beso en la mejilla.
- Igual, con cuidado.
- Si - se alejó, no sin antes también despedirse de mí - Gracias por todo, adiós - me sonrió, aunque se le notaba lo incomoda.
- Linda tarde - respondí.
Ella salió hasta dejar la tienda, y Trinity no hizo más que irse a hacer otras de sus actividades.
Recordé que el profesor Gallagher me había mencionado que tuvo dificultades anteriormente, no específicamente cuales, pero fue una adolescencia complicada, o eso creo, nunca le presté atención, y ahora oír lo último de ambas mujeres, me hacen crear conclusiones.
[•••]
- ¿Nerviosa? - cuestionó al ver que no dejaba de jugar con mis dedos mientras estábamos sentados en la sala donde los pacientes esperan, aunque solo éramos nosotros.
- Algo - digo incomoda.
- Oh mira, ahí está el doctor - señaló a un hombre con bata, muy alto que parecía tener la edad de los treinta.
- Aidan que bueno verte....- saludó el psicólogo, viendo el buen vínculo amistoso que se tienen.
- Digo lo mismo Robert - correspondió al abrazo y se dieron unas palmadas en la espalda - Ella es una alumna de mi clase, tiene unos problemas, por eso la traje contigo - dijo mientras ambos me miraban, sintiéndome tímida.
- Claro, bueno, luego hablamos con calma... - le tocó el hombro - Puedes pasar a mí consultorio, adelante - me señaló la puerta.
- Gracias - pasé dejando al profesor atrás.
Esperé a que él doctor entrara y oigo cerrarse la puerta tras de mí junto con él.