Con el paso de los días, mamá aumentó el nivel de preferencia hacia Amber, dejándome excluida, haciéndome ver como una buena para nada y restregándome lo que tengo que hacer bajo las sobras de esa chica para llegar a ser perfecta.
Papá...ni hablar de él, lo único que puedo decir es que se dejaba controlar por mi madre y cada vez que un insulto era lanzado hacía a mí se quedaba callado, deseaba en pedirle desesperadamente el que me diera mi lugar dentro de la familia, pero ni siquiera siente nada para hacer eso.
Incluso la relación de mis padres se deterioraba por peleas tontas y sin sentido, como una competencia de quien de los dos grita más fuerte.
- ¡Es que no me ayudas en nada, llegas y te sientas a ver la televisión!.
- ¡Vengo del trabajo, es cansado!.
- ¡Pero siempre me lo dejas todo, eres un bueno para nada!.
- ¡¿Y _______?!, ¡¿Acaso no está para ayudarte?!.
- ¡Es una inútil, ya veo de dónde lo heredó!.
- ¡¿Sabes qué?, me largo a dormir lejos de ti!.
- ¡Bien, porque ya me amargaste la cena!
Era a diario tener que soportarlos, no solo se trataba de una pelea entre adultos, sino que también hacían que mi hermano se entristeciera con el temor de que lleguen a separarse, a pesar de que ya no tengo una buena relación con él, era destrozante verlo de esa manera.
No era el único, yo estoy incluida, me desesperaba, y el único consuelo que encontraba era encerrarme en mí habitación y protegerme en un rincón cualquiera.
Estaba siendo hundida por ellos mismos.
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Conseguí en tener parpados muy pesados tras pasar un noche larga llorando y no era novedoso, últimamente se me había convertido en una nueva rutina nocturna.
Una esperanza es lo que quiero, solo eso.
Me odiaba ser o creer la clase de persona que me volví, alguien débil que se victimiza demasiado y llora, tengo que admitir que yo también tengo un papel que provoca un orden disfuncional entre la familia, no todo era ellos, yo soy un caos.
Fin de semana, sábado por la mañana, terminando de desayunar sin pasar por otra escena tensa, o eso creo.
- ¡Pero fíjate mocosa torpe! - exclamó mamá al ver que se me cayó un vaso de cristal.
- Per-don, pue-do lim-piarlo -- me agacho a recogerlo pero ella jala de mi suéter regresando a mi postura.
- Vete, no quiero que me sigas estorbando - regaña entre dientes.
- Pero....
- ¡Largo!.
Observé a papá con lágrimas, y de igual forma me observó con enfado, y odiaba esas miradas vacías, porque no hacían más que sentirme menos, y no quería seguir sintiéndome así, insignificante e insuficiente.
Me coloqué unos tenis, y salí de la casa para correr, aparte de dejar mi alimentación normal, me he presionado a mi misma en hacer ejercicio, y tomar la forma correcta de mi cuerpo, eso los puede alegrar un poco, ¿Qué más tienen que pedir?.
A cada paso que doy en la calle, más palabras que me lastiman de ellos llegan en mi mente, comenzando a exigirme.
Ellos se están separando.
Pero volveré a reunirlos.
Me creen una inútil.
Demostraré que no lo soy.
Motivos, y más motivos me llegan a la cabeza volviéndome impulsiva, sigo trotando, o más bien corriendo, cuando más recordaba lo que he pasado últimamente, aumentaba mi velocidad, y sin verlo venir, tropiezo con una grieta cayendo muy fuerte sobre el pavimento de la calle.
- Maldición - susurré con un ardor en mis piernas, subo un poco mis pantalones y me doy cuenta de dos leves raspones en cada rodilla.
Incluso para esto soy una basura, para todo no valgo nada.
Pensarlo me volvía tan sentimental, que estaba comenzando el día nuevamente con llanto, esto es de lo que hablo, me choca mostrarme tan tonta que debería ser lo contrario.
- ¡________! - gritaron y era Blake viniendo hasta a mí - ¿Qué paso, porque estás llorando, alguien te hizo daño? - hace muchas preguntas a la vez ayudándome a levantar.
- Soy una estúpida, eso es lo que soy - suelto con corajes maldiciéndome, a lo que él se quedó inmóvil con mis ofensas, es la primera vez que me veía así.
- No digas eso - se molesta - Ven, mejor vamos a mi departamento, estaremos más tranquilos ahí ¿si? - asentí sin ganas en la que pasó mi brazo por su hombro ayudándome a caminar.
[•••]
- ¿Mejor? - pregunta quitándome el algodón untado con alcohol de mi raspón.
- Si - aseguré volviendo a bajar las telas de mis pantalones.
- _______, esta vez no te me vas a escapar, la última vez que nos vimos con los chicos parecías más seria, y en estos días no has contestado bien mis mensajes o rechazas mis llamadas, ¿Qué es lo que pasa? - pide una explicación preocupado.
Bajé la mirada hacia mis manos, no me sentía segura para conversarlo.
- ¿Son tus papás? - indagó sospechándolo.
- ¿Por qué serían ellos? - digo esperando la opinión que tiene de ellos.
- Solo digo - se encoge de hombros.
- Pues lo son - me sincero - Se han portado tan cortantes y duros conmigo, sobre todo mi mamá que se ha apegado mucho a Amber, quiere que ella sea un ejemplo a seguir para mí - comenté enfadada con solo pensarlo.
- No te dejes dominar por eso, recuerda lo que te dije, vive a tu manera - sugiere, pero eso no me funcionaba para calmar lo que tengo.
- Pero aún los necesito en mi vida, son mi todo Blake - contradigo y sorbo mi nariz.
- A veces las cosas no terminan resolviéndose a nuestro favor.
- Pero no tiene que acabar así - me lo recalco para fortalecerme - Puedo conseguirlo.
- No hagas cosas solo porque a ellos les guste, no deseo que termines mal.
- Sé las decisiones que tomo - mencioné firme.
- Pero date cuenta de la realidad _______, no todo se va a resolver y seguir siendo felices.
- ¿Sabes? - contesté ya muy irritada por su negatividad - Creí que me comprenderías, pero ni para eso me ayudas.
Me levanto de golpe del sillón y me dirijo hasta su puerta, tomo la perilla, pero él me detiene.
- ¿Por qué eres tan terca para aceptar consejos? - sonó ya más molesto y lo enfrenté.
- Y te lo agradezco, pero no me rendiré así de fácil como tú no lograste salvar la relación con tus padres, no pasaré por eso - escupo fríamente.
Lo dejo sin palabras y ahora veo un rostro similar al mío lleno de decepción al recordarle su situación pasada, y negué arrepentida al habérselo mencionado.
Es increíble el que las emociones ahora tomen el control de mí comportamiento.
- Yo....- trato de articular una palabra y disculparme, pero no me salía, además de qué él me estaba evadiendo para verme - Olvídalo...me largo, no quiero esto para ti.
- _______, sé que no fue...- lo paré.
- Es mejor que me aleje por un tiempo - solté con la vista nublosa - Prefiero que te abstengas de mis problemas y te perjudiquen como a mí.
El negó muy preocupado ante mi decisión pero era lo correcto, tanto él como el resto de los chicos, no quiero ser la pena de todos ellos ni hacer que empiecen a perderse de sus diversiones por mi culpa.
Rompí el contacto visual entre nosotros y salgo definitivamente de ahí abandonándolo.