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CAPÍTULO 26
home, sweet home

             TODAVÍA CON LA MIRADA PUESTA EN LA VENTANILLA, Lee sintió una lágrima resbalar por su mejilla, yendo desde su ojo hasta la barbilla y dejando un rastro húmedo a su paso

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             TODAVÍA CON LA MIRADA PUESTA EN LA VENTANILLA, Lee sintió una lágrima resbalar por su mejilla, yendo desde su ojo hasta la barbilla y dejando un rastro húmedo a su paso. Había perdido de vista a su hermano y sabía que no podía volver, pero, por algún motivo, no se veía capaz de mirar hacia otro lado. Ni siquiera cuando Pope, que parecía haberse calmado un poco tras la marcha de John B, comenzó a conducir, desvió la mirada. Parecía totalmente ensimismada, o eso es lo que habría dicho cualquiera de sus tres amigos porque, a pesar de que habían intentado llamar su atención mediante gestos, nada había conseguido sacarla de su trance. 

Y es que, a pesar de que no quería, Lee no podía evitar sentir que la situación se le había quedado demasiado grande. Aunque, desde el principio sabía que podía llegar a ser peligroso, jamás se habría imaginado que iba a descubrir que Ward Cameron asesinó a su padre y que su hermano acabaría viviendo una persecución policial por un crimen que no había cometido, ni que acabarían encontrando el oro. Tampoco, esperaba acabar así con JJ, pero ese era otro tema. Estaba tan cansada y triste, que cada vez que su corazón latía, sentía un leve dolor, con el que, por desgracia, se había familiarizado mucho más de la cuenta desde que desapareció su padre. 

El sonido de las sirenas de policía volvió a hacerse presente una vez más, haciendo que, tanto Pope, como Kie y JJ se tensaran en cuestión de segundos. Lee, por fin, reaccionó, girándose al mismo tiempo que JJ para mirar por el cristal trasero y comprobar que, tal y como sospechaban, la policía estaba demasiado cerca y que tenían que irse de allí cuanto antes. 

—No es por agobiar —susurró Lee, con la voz más temblorosa de lo que le hubiera gustado. Kie y JJ se miraron entre ellos para, después, mirarla a ella —, pero mi hermano nos necesita y si nos pillan, de poco vamos a servir.

—Acelera, tío —concordó JJ, dándole una palmada en el hombro a Pope. 

—Esperad, tengo una idea —dijo Kie, devolviendo la mirada a la carretera. Tardó varios segundos en volver a hablar, por lo que, el resto, se mantuvieron en silencio, expectantes, hasta que, tras coger aire, añadió —: en esa bifurcación, gira a la izquierda. 

Sin poner ni una pega, Pope obedeció a Kiara, pisando con fuerza el acelerador del coche para ganar velocidad y, así, conseguir algo de ventaja frente a los coches de policía. Lee, Kie y JJ se agarraron a los asientos y cerraron los ojos, sintiendo algo de miedo ante la velocidad que había tomado Pope conduciendo, pero ninguno de los tres dijo nada. 

Siguiendo la carretera, llegaron a una de las zonas menos transitadas de Outer Banks. Era uno de los barrios más alejados de Figure 8 y, en general, uno de los más conflictivos, por lo que ninguno de ellos había ido mucho por allí. A pesar de que en situaciones normales les parecería una locura ir por aquel sitio, en ese momento parecía el lugar más seguro para ellos.

fearless || jj maybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora