Jefe de la mafia.

Capítulo 17.

— ¿Cómo que... como...? —dice algo nervioso. — ¿Cómo que me has encontrado?

— Pues íbamos a venir a una discoteca del centro, y he dicho a mis amigos que podíamos venir a esta, bueno... pensando que quizás estarías aquí, y pues mira tu la coincidencia.

— Vaya... que bien que hayas venido aquí, en parte por mí. —dice sonriendo. Enserio, ¿Qué ha podido hacer este chico?

— Si, me alegro de verte, por que creo recordar que solo te quedabas dos días ¿no? Un poco más y no te hubiera encontrado. 

— Pues sí, hemos tenido suerte. 

— ¿Has venido a tomar algo con tus mismos amigos supongo.

— Si, están allí en una mesa, ¿quieres conocerlos? —dice alegremente.

— No, no, es que soy muy vergonzosa, prefiero solo hablar contigo un rato. 

— Bueno. —Me mira de arriba a abajo.  — Estás muy guapa. 

— Ai, muchas gracias, tu también. —digo. Me estoy agobiando, por que no tengo ideas para poder decirle de ir fuera, si vamos así de lento. Además, tiene pinta de ser un chico poco adelantado. — ¿Quieres bailar? 

— Claro, vamos. 

Le cojo de la mano, y lo llevo hasta la pista. Una vez allí, me agarro a su cuello y empezamos a bailar una canción lenta. Mientras me dice algo que no se bien que es, aprovecho para mirar hacia arriba. Thiago esta reclinado sobre las barandilla de la zona VIP, con las manos unidas. Ojala no estuviera metido en lo que sea que esté metido, y nos hubiéramos conocido de otra manera. Ve que le miro, y me mira fijamente, al igual que yo, pero paro de hacerlo cuando Kevin me llama.

— ¿Nina?¿Estás bien? —me dice confundido.

— Sí, si, lo siento. Solo estaba pensando. —digo riéndome para quitarle importancia. Él asiente varias veces con una sonrisa.

— Y oye, ¿Qué pasó la otra noche? Estábamos hablando y de repente llego un chico y te llevo a rastras. Te busqué pero no te vi.

— Aaaah, sí, claro. —¿Qué coño le digo yo ahora? — Pues nada, solo fue mi hermano, es demasiado sobreprotector, y además ya nos íbamos, no me dejo ni despedirme.

— Ah, vaya. —Justo cuando dice eso, comienza una nueva canción, mas movida que la anterior, con ritmo.

Yo aprovecho la oportunidad, para intentar animarle, y que así le entren ganas de salir fuera conmigo. Comienzo a bailar pegándome a él, y moviéndome a su al rededor. Él coloca sus manos en mi cintura, y no me quita la vista de encima cuando bajo hasta el suelo recorriendo todo su cuerpo con mis manos, y vuelvo a ponerme en pie. Junto mis manos detrás de su cuello, y le coloco de nuevo las manos en mi cintura, Kevin me acerca hacia él, hasta que estamos completamente pegados. Pasa sus manos al final de mi espalda, sobrepasando más bien el limite. 

— No sabía que fueras así, Nina. —me dice a centímetros de mi cara. Esto ya está tomando el camino que quiero.

— Pues ya lo sabes. —digo desafiante, con una sonrisa daleada. 

— Me gusta, me gusta. —dice acercándome a él.

Cuando pienso que va a besarme, me da la vuelta y me reta a que siga bailando, cosa que hago. Bailo pegada a él, bajando y subiendo, y cuando estoy de nuevo de pie, de espaldas a él, me pega a él lo más posible, y pega mi culo a su entrepierna. "Oh mierda." Creo qye va siendo hora de llevarle fuera. Me doy la vuelta y me acerco todo lo posible a él, rozo mi nariz con la suya, y giro mi cabeza para susurrarle al oído.