Capítulo 52.

299 21 4
                                    

 ¡Aviso! Capítulos con escenas +18  explicitas. ❗❗

________________________________________________________________________

Thiago se agacha delante de mi, y dejando mis muletas a un lado, me coge en brazos como siempre. Me mira con unos ojos que no logro descifrar, y yo le acaricio la mejilla con suavidad, él me dedica una sonrisa a la que respondo. Comienza a subir las escaleras en silencio, hay tanto que tendríamos que decir, pero a la vez no tenemos nada que decir. Rodeo su cuello con mis brazos, y me echo en uno de sus hombros, esnifando su aroma disfrutando del momento todo lo que puedo.

Después del abrazo que nos dejó llorando a unos cuantos, charlamos poco más, y decidimos irnos a la cama. Los chicos se fueron hace un rato, y nosotros dos nos hemos quedado unos quince minutos más en la sala, abrazados. Thiago me ha mantenido abrazada a él, mientras me acariciaba el pelo, y literalmente me ha contado los peores chistes posibles, pero me ha subido el animo.

Cuando llegamos arriba, camina hasta su habitación que ahora es más nuestra que suya, y pega un puntapié a la puerta, esta se abre lo bastante como para dejarnos pasar. Entra casi a paso de tortuga, y me deja en la cama.

— Venga anda, adentro. —me dice con una expresión triste. No puede esconder sus sentimientos, no conmigo. 

Le hago caso, y me arrastro sobre mis manos y rodillas hasta la parte de arriba de la cama, una vez allí, estiro las sabanas hacia abajo. Thiago entra en el servicio y luego sale de este despeinado, con el pelo y cara mojados, por haberse lavado la cara. No trae camiseta, y me doy cuenta de que por muchas veces que le vea sin ella, me seguirá dejando babeando, y anonadada. Le miro de arriba a abajo, y no puedo evitar quedarme parada en su abdomen bien definido, ¿Cómo consigue ese cuerpo?  

Se acerca al armario a mi derecha, y abre las puertas con cuidado, todos sus movimientos son mas lentos de lo normal, y le entiendo. Así da la sensación de que el tiempo va a pasar más lento, pero no es así. Cuando cierra este, ha sacado una nueva camiseta de las suyas, y la pone a los pies de la cama, en mi lado. Luego da la vuelta a la cama, y entra en ella arrastrándose hasta mi lado. Yo no para de mirarlo. Se quita los pantalones, y por fin se queda en nada más que boxers. Ahora si tengo una mejor vista de su cuerpo. 

Si no fuera por esa sabana...

Thiago me mira fijamente, y me doy cuenta de que estoy mirando a la sabana como si mi mirada pudiera hacer que desapareciera, o que se moviera hacia detrás por arte de magia, dejando al cuerpo de mi chico al completo descubierto. Thiago deja de mirarme fijamente, y se estira en la cama, acercándose a mi, yo le sigo el gesto, y me tumbo también. Su brazo rodea mi cintura, y me acerca a él todo lo que puede.

Sus labios dejan suaves besos por mi cuello al descubierto, y yo no puedo hacer nada más que dejar que lo haga, mientras me mantengo con los ojos cerrados, disfrutando. Mi corazón no para de ir cada vez más rápido, y me da miedo que Thiago pueda escucharlo. Unos minutos después, me coge de la barbilla y me levanta la mirada, entonces abro los ojos. Se queda a escasos centímetros de mis labios. 

— Voy a hacer que recuerdes esta noche por el resto de tu vida. —me dice aún pegado a mis labios, en un susurro. Todo mi cuerpo tiembla en respuesta.

En un abrir y cerrar de ojos, está sobre mi, le cojo del cuello, y lo acerco hasta estrellar mis labios contra los suyos por fin. El beso es tan apasionada e intenso, que temo desmayarme en cualquier momento. Sus labios se mueven contra los míos al son, suaves y fuerte a la vez contra los míos. Entierro ambas manos en su pelo, y tiro de él levemente cuando doy paso a su lengua hacia mi boca. No creía que podría volverse un beso más emocionante aún, pero como siempre, Thiago supera mis expectativas. 

Jefe de la mafia.Where stories live. Discover now