¡Aviso! Capítulos con escenas +18 explicitas. ❗❗
________________________________________________________________________
Thiago se agacha delante de mi, y dejando mis muletas a un lado, me coge en brazos como siempre. Me mira con unos ojos que no logro descifrar, y yo le acaricio la mejilla con suavidad, él me dedica una sonrisa a la que respondo. Comienza a subir las escaleras en silencio, hay tanto que tendríamos que decir, pero a la vez no tenemos nada que decir. Rodeo su cuello con mis brazos, y me echo en uno de sus hombros, esnifando su aroma disfrutando del momento todo lo que puedo.
Después del abrazo que nos dejó llorando a unos cuantos, charlamos poco más, y decidimos irnos a la cama. Los chicos se fueron hace un rato, y nosotros dos nos hemos quedado unos quince minutos más en la sala, abrazados. Thiago me ha mantenido abrazada a él, mientras me acariciaba el pelo, y literalmente me ha contado los peores chistes posibles, pero me ha subido el animo.
Cuando llegamos arriba, camina hasta su habitación que ahora es más nuestra que suya, y pega un puntapié a la puerta, esta se abre lo bastante como para dejarnos pasar. Entra casi a paso de tortuga, y me deja en la cama.
— Venga anda, adentro. —me dice con una expresión triste. No puede esconder sus sentimientos, no conmigo.
Le hago caso, y me arrastro sobre mis manos y rodillas hasta la parte de arriba de la cama, una vez allí, estiro las sabanas hacia abajo. Thiago entra en el servicio y luego sale de este despeinado, con el pelo y cara mojados, por haberse lavado la cara. No trae camiseta, y me doy cuenta de que por muchas veces que le vea sin ella, me seguirá dejando babeando, y anonadada. Le miro de arriba a abajo, y no puedo evitar quedarme parada en su abdomen bien definido, ¿Cómo consigue ese cuerpo?
Se acerca al armario a mi derecha, y abre las puertas con cuidado, todos sus movimientos son mas lentos de lo normal, y le entiendo. Así da la sensación de que el tiempo va a pasar más lento, pero no es así. Cuando cierra este, ha sacado una nueva camiseta de las suyas, y la pone a los pies de la cama, en mi lado. Luego da la vuelta a la cama, y entra en ella arrastrándose hasta mi lado. Yo no para de mirarlo. Se quita los pantalones, y por fin se queda en nada más que boxers. Ahora si tengo una mejor vista de su cuerpo.
Si no fuera por esa sabana...
Thiago me mira fijamente, y me doy cuenta de que estoy mirando a la sabana como si mi mirada pudiera hacer que desapareciera, o que se moviera hacia detrás por arte de magia, dejando al cuerpo de mi chico al completo descubierto. Thiago deja de mirarme fijamente, y se estira en la cama, acercándose a mi, yo le sigo el gesto, y me tumbo también. Su brazo rodea mi cintura, y me acerca a él todo lo que puede.
Sus labios dejan suaves besos por mi cuello al descubierto, y yo no puedo hacer nada más que dejar que lo haga, mientras me mantengo con los ojos cerrados, disfrutando. Mi corazón no para de ir cada vez más rápido, y me da miedo que Thiago pueda escucharlo. Unos minutos después, me coge de la barbilla y me levanta la mirada, entonces abro los ojos. Se queda a escasos centímetros de mis labios.
— Voy a hacer que recuerdes esta noche por el resto de tu vida. —me dice aún pegado a mis labios, en un susurro. Todo mi cuerpo tiembla en respuesta.
En un abrir y cerrar de ojos, está sobre mi, le cojo del cuello, y lo acerco hasta estrellar mis labios contra los suyos por fin. El beso es tan apasionada e intenso, que temo desmayarme en cualquier momento. Sus labios se mueven contra los míos al son, suaves y fuerte a la vez contra los míos. Entierro ambas manos en su pelo, y tiro de él levemente cuando doy paso a su lengua hacia mi boca. No creía que podría volverse un beso más emocionante aún, pero como siempre, Thiago supera mis expectativas.
YOU ARE READING
Jefe de la mafia.
RomanceThiago Henderson es una de las personas mas excéntricas que puedes echarte en cara, y no es ni más ni menos, que uno de los jefes de la mafia más importantes de todo New York. Sus manos están manchadas por los miles de crímenes que ha cometido. Pero...