Capítulo 8.

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Miro el reloj de la mesa, y veo que son ni más ni menos que las 15:00 del mediodía, no me creo que haya dormido tanto. Seguramente a estas horas, Thiago se ha levantado solo, se ha desangrado, y está ya enterrado. Aunque cualquier persona coherente que estuviera secuestrada, le gustaría que le pasara eso mismo a su secuestrador, a mí, como soy un poco retrasada, no me gustaría esa imagen nada. Mucho menos la idea de que muera alguien que ha estado a mi cargo en temas médicos. Adoraba la medicina, pero lo que más pánico me daba era el hecho de que alguien muriera habiendo estado en mis manos.

Me levanto demasiado rápido de la cama, y me mareo de tal manera que casi acabo en el suelo de bruces. Intento estabilizarme de nuevo, y me cambio rápido, mi puerta ahora está cerrada, y no sé quién la habrá cerrado. Una vez que he acabado, me acerco a la puerta y la abro, aún me resuelta raro que la puerta ceda, y se abra, teniendo en cuenta que estuve días encerrada. Me dirijo hacia la habitación de Thiago, esta, si tiene la puerta abierta, así que quiere decir que no la ha tocado. Me asomo cuidadosamente a la habitación, y para mi sorpresa, está en la cama en la misma posición en la que le deje, y eso me tranquiliza.

— No ha despertado aún. —me dice una voz detrás mía. Me giro y veo a Chuck, uno de los chicos. Este no me cae mal del todo.

— ¿No se ha movido seguro?

— Que nosotros sepamos no, Loren por lo visto se levantó a las 9, no pudo dormir demasiado, y se vino vigilarle de vez en cuando. Mírale tú la herida a ver, Loren estaba esperando a que despertaras para que tú analizaras como va.

— Vale.

Entro en la habitación y me siento en la silla aún colocada en el sitio donde la deje, no creo que se haya levantado. No sé si despertarle, o intentar mirarle la herida sin hacerlo, lo veo tarea imposible, pero lo intento. Le hago una señal a Chuck para que se acerque, y lo hace. Le pido que me pase las tijeras de las cosas que trajeron ayer, aún colocadas en la pequeña mesa del cuarto.

Le corto con cuidado la venda, y la retiro para dejar a la vista la herida, y me sorprendo bastante al verla, me la esperaba mucho peor, a lo que está la tiene bastante bien, y no se ven rastros de infección, lo que es lo más importante.

— ¿Qué pasa? —dice Thiago de repente. Me giro hacia él y casi sonrío al verle despierto, tenía en la cabeza la posibilidad de que no despertara, pero que lo haya hecho, me tranquiliza, es señal de que hice un buen trabajo.

— Nada, solo estoy comprobando la herida, la tienes muy bien, me la esperaba peor.

— Bien. —y no dice más nada, se limita a mirarme mientras se la curo de nuevo. Cuando acabo hace el amago de levantarse.

— Oye, espera, no es bueno que te levan...

— ¿Puedo ir al baño al menos? —Me mira molesto.

— Ah, bueno. Sí. Déjame que te ayude al menos. —Eleva los ojos al techo para mostrar su molestia y entre Chuck y yo le ayudamos a que se levante. Luego entra en el baño, y mientras está dentro, recojo un poco con Chuck las cosas de anoche. Las sabanas están empapadas en sangre, así que cuando sale del baño le pregunto por unas nuevas sabanas. Me señala el armario y yo rebusco hasta que encuentro una nueva, le digo que se siente en la silla y la cambio rápido, luego se tumba de nuevo un poco elevado en la cama y cuando estoy segura de que lo dejo bien, me voy.

Bajo a la cocina, donde no hay nadie más que Loren, está comiendo, así que me uno a él. Me dice que se supone que hoy tendríamos que empezar con mi primer "trabajo" pero que no sabe que se hará teniendo en cuenta las condiciones de Thiago. Yo rezo mil y una veces porque no se haga. No me hace la más mínima gracia revivir lo que viví con Derek.

Jefe de la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora