Jefe de la mafia.

Capítulo 68.

Es cortísimo, pero quería dejar esto por aquí por corto que sea para dar fin a la segunda parte de la historia y dar comienzo a la tercera y última.

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No sé que es lo que me empuja a hacerlo, pero después de no sé cuanto segundos o minutos, comienzo a andar hacia la puerta, Loren y Thiago se echan a un lado cuando las puertas se abren delante de mi, y como si de mis guardaespaldas se tratasen, Nate y Maison se colocan a ambos lados de mi. 

— ¿Qué quieres? —espeta Nate a mi izquierda. Giro la mirada hacia él en advertencia, pero sus ojos están fijos en el chico que tengo delante sin un mínimo atisbo de amabilidad. 

— Entiendo a la perfección lo que debes de sentir hacia mi, una vez sabida toda la historia, o eso creo que es lo que pasa. —comienza Thiago, mirándome con las ultimas palabras para comprobar si lo que dice es verdad. Asiento levemente, y sigue. — Pero sintiéndolo mucho, lo que está pasando no es algo que puedas controlar tú, y no es asunto tuyo. Comprendo que me tengas asco, que me odies, lo que sea, pero no tienes idea de lo mucho que lamento haberle hecho todo lo que hice a Becca. Soy el primero que se arrepiente de cosas que hizo, pero lo hecho hecho está, y esta cosa es algo que se queda entre nosotros dos. —Puntualiza o último señalándome a mi, y después a él. 

Casi siento la punzada en el corazón al escuchar un nosotros que nos mete a los dos en el mismo saco. No creo que haya ya un nosotros, por suerte o por desgracia.

— Si tan arrepentido estás, ¿por que cojones lo hiciste?¿Por qué has seguido buscándola después de abandonarla, y por qué estás ahora aquí?

— Tengo mis razones para haber hecho lo que hice, y para tu información, las veces que la he visto después de traerla de vuelta a casa han sido estrictamente necesarias para mantenerla a salvo. No la abandoné, la traje para mantenerla a salvo, y créeme chico, que si pudiera elegir no volver a tener que aparecer en su vida lo haría, por que lo único que hago es hacerle más daño. Finalmente, no he venido para darte explicaciones, las explicaciones que tenga que dar, ya se las daré a ella que es la que me importa.

— Nosotros podemos protegerla, no hace falta que vengas tu a hacerlo, por que siempre haces lo contrario. Y si tanto te importa, la dejarías tranquila. 

— Eh, para de una vez tío. —dice Maison colocándole una mano en el pecho a Nate. Yo ni si quiera se donde meterme o a donde mirar.

— Bueno basta ya, ¿Qué es lo que pasa? —pregunto mirando a Loren. No soy capaz de mirarle a él a la cara. 

— Tenemos que tomar ciertas medidas después de lo sucedido ayer. —Me informa Thiago. Ahora si le miro.

— ¿Qué tipo de medidas? —pregunto con intriga. 

— Me gustaría hablar eso contigo a solas. —dice mirando a mis ahora dos guardaespaldas. Les miro también y asiento. 

Thiago se da la vuelta y se aleja hasta detrás de su coche, dejando a Loren en compañía de mis amigos. Espero que aguante las miradas de Nate.

Thiago se apoya en el coche, y yo me coloco delante suya manteniendo la distancia necesaria para no ahogarme.

— No creo que te haga gracia esto, pero no me queda otra, he barajado muchas opciones, pero es la más segura, y esto es lo que más importa ahora mismo.

— Dilo ya. —digo impaciente. 

— Tenemos que aislarte en...

— ¿Cómo?

— Becca...

— ¿Aislarme? No podéis dejarme...

— Déjame que acabe, y luego hablas. —dice con una dura expresión. No digo nada, solo me quedo quieta esperando, con los brazos cruzados.