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Llegaron a la casa de Taeyong, dejaron sus mochilas en la sala y fueron a su cuarto. Ten corrió a la cama y se dejó caer sobre ella.

-Si un día entras aquí y ves que no hay colchón, yo me lo llevé.

Taeyong rió.

-Envidio tu recámara.

-¿Por?

-Es muy grande.

-La tuya también es grande.

-Pero no tanto.

-Aún así siempre te la pasas ahí.

-¿Y tú cómo sabes?

-Me has dicho, Ten. Cuando no tienes nada qué hacer, me llamas.

-Siempre me contestas, así que no te quejes.

El peliblanco asintió.

-¿Entonces qué películas veremos hoy?- se sentó sobre la cama y dio un bostezo.

-No sé, lo que quieras, no tengo muchas ganas de ver películas.- se acostó al lado de Ten y cerró los ojos.

-No te duermas, hay que comer.- lo comenzó a mover.

-Voy.- se quedó un poco más así y luego se levantó para bajar con el tailandés al comedor.

Abrió uno de los cajones y sacó dos sopas instantáneas, las preparó, se sentó en la mesa y le dio una al pelinegro. Una vez terminaron de comer, recogieron y comenzaron con su elección de películas, mientras preparaban las botanas que comerían; más bien, Taeyong las preparaba.

Regresaron al cuarto del mayor para llevar la comida.

-¿No te duelen?

-¿Qué cosa?

-Tu mejilla y tus nudillos. Y todas las cortaditas que tienes en la cara.

-No son muchas, exagerado. Sólo es mi labio y mi ceja los que tienen cortadas.

-Da igual, la pregunta es la misma.

-Mis nudillos únicamente están rojos, mi cara está adolorida, así que deja de hablar.

-Eres tan lindo.- volteó los ojos.

-¿Qué esperas que te diga? ¿Crees que quiero que hagas el papel de mi novia inexistente y me cures con delicadeza?

-No que asco.

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-¡Taeyong deja de lloriquear!

-¡Entonces sé más delicado!

-Eres una nena.

-Cállate Chittaphon. ¡Ahg!

-Si no quieres que te duela deja de moverte.

Ten estaba sentado a horcajadas sobre las piernas de Taeyong intentando quitarle el piercing que tenía en la ceja. Durante la pequeña pelea que había tenido con Johnny, su ceja salió herida después de un golpe que recibió e hizo que el lugar donde estaba el piercing se abriera y sangrara.

-¿Por qué no lo puedo hacer yo?

-Porque lo intentaste y viniste arrastrándote de dolor pidiéndome que lo hiciera.

-Se me olvida que eres muy obediente.

-Y a mí que estás retrasado.

Escapando de mi ex I TaeTenWhere stories live. Discover now