Escapando de mi ex I TaeTen

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Un fin de semana más. Se había visto con Ten el miércoles, se quedaron en casa del mayor a ver películas hasta tarde, habían cenado todos juntos; Yongsun había sacado sus conclusiones, por lo que ya no había necesidad de que Taeyong le explicara más cosas sobre aquella persona "desconocida" a la que quería declararse, porque resultó que esta persona no era tan desconocida y que en realidad era buena persona, así que no le quedó de otra más que hacerse la idea de que muy pronto y por primera vez vería a Taeyong con pareja.

Taeyong, por otro lado, estaba muy nervioso porque según Seulgi no podía pasar dos semanas sin declararse y ya había pasado una, él todavía no tenía idea de qué hacer para que fuera un momento especial, aparte... aparte quería pedirle permiso a Lawn. Eso lo estresaba aún más.

Pero ahí estaba con el teléfono en mano. El tono de espera sonó una, dos, tres veces y rogó que no fuera Ten quien contestara porque no tendría cómo excusarse.

-¿Bueno? -contestaron.

-¿Señora Lawan?

-¿Taeyong?

-Sí, buenos días.

-Buenos días, Taeyong.

-¿Cómo ha estado?

-Bien, gracias ¿y tú? ¿Cómo está tu mamá?

-Estamos bien.

-Me alegra. ¿Qué sucede, buscas a Chittaphon?

-Sí, digo, no. ¿Está?

-Sí, ahorita le llamo, permíteme.

-¡No! No, no le llame, de hecho quiero hablar con usted.

-¿Está todo bien?

-...Sí, todo está perfecto. -Taeyong suspiró -En realidad se me hace un tanto difícil explicar la situación.

-¿Es sobre Chittaphon?

-Es sobre Chittaphon y yo.

-Dime.

-Usted sabe que Ten y yo somos amigos.

-Sí.

-Y los amigos se quieren.

-Así es.

-Creo que quiero a Ten de otra forma.

Lawan sonrió -¿Crees?

-No, estoy seguro.

-¿No crees que en vez de decírmelo a mí deberías decírselo a él?

-Ya se lo dije.

-¿Entonces?

-Quiero pedirle permiso para ser novio de Chittaphon. -dijo Taeyong, fue lo más rápido y conciso que pudo, porque en cuanto terminó sus manos empezaron a temblar.

Lawan se rió y Taeyong no sabía si reír con ella o llorar de una vez.

-Aprecio que me pidas permiso, Taeyong, y te lo mereces, pero preferiría que vinieras a decírmelo a la casa.

-A decir verdad, también quería pedirle permiso para ir a ver a Ten.

-Tienes permiso.

Esta vez fue el turno de Taeyong para sonreír.

Colgó el teléfono y entró en pánico porque no tenía nada preparado para hacerle aquella propuesta a Ten. Estuvo un buen rato ideando cosas, buscando alternativas, terminó decidiéndose por papiroflexia, ¿por qué no? La idea era preciosa, el problema iba a ser replicarla, era una caja que guardara dos mariposas de tal forma que en cuanto Ten quitara la tapa estas saldrían volando. Taeyong se dedicó toda la primera mitad del día a hacerle aquel regalo, lo probó una y otra vez hasta que estuvo seguro de que no fallaría; después se arregló, o al menos lo intentó porque no le convencía nada de lo que se probaba, cuando estuvo relativamente satisfecho fue a peinarse y perfumarse entero. Entonces llegó el momento de enfrentar a su mamá, que lamentablemente se había encontrado casi llegando a la entrada.