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Una cita.

Iba a tener una cita en forma por primera vez e iba a ser con Taeyong.

Era viernes por la tarde y Taeyong iba a pasar por él a su casa. Ten estaba sumamente nervioso, nunca había tenido una cita, ni con Johnny, salían, pero las invitaciones no habían sido formales. Ten no tenía la menor idea de qué debía hacer y no hacer, cómo debía comportarse con Taeyong; según Kun, tenía que estar tranquilo porque ellos ya se conocían y más cosas que siempre le recordaba, Kun le dijo que Taeyong ya sabía cómo era, así que tenía más razones para no intentar ser otra persona, pero Ten quería quedar bien en esa cita porque la consideraba importante.

Taeyong no le dijo a dónde iban a ir y eso le provocaba más nervios, solamente sabía que debía arreglarse mejor porque no iban a ir a la plaza ni a un parque.

-¡Taeyong ya llegó! -Lawan gritó desde abajo.

Ay no.

Taeyong había llegado puntual a las cuatro. Ten sintió que se le iba a salir el corazón, ¿cómo tenía que saludarlo? ¿Cómo iba a verlo a la cara? ¿Cómo iba a pasar el rato con él? Ten tomó sus llaves, cartera y celular y salió de su recámara, bajó las escaleras tan lento como pudo, al llegar al último escalón se asomó a la sala.

Taeyong estaba parado cerca de la puerta de entrada platicando con Lawan. Ten quería morirse ahí mismo, darse ánimos no había funcionado.

Su mamá estaba yendo directo a las escaleras, seguramente iba a buscarlo.

Sí puedo, sí puedo, sí puedo.

Ten salió de su escondite antes de que Lawan llegara. Inspiró bastante aire antes de comenzar a caminar hacia Taeyong. Ni siquiera podía verlo a la cara. Se dió cuenta de la mirada del mayor en seguida.

-¿Listo? -le preguntó Taeyong cuando estuvo a su lado.

Ten asintió.

-Diviértanse. -Lawan les dijo antes de irse.

Salieron de la casa en silencio, sin saber cómo actuar frente al otro, dejaron distancia entre ellos hasta que Taeyong le abrió la puerta para subir al coche.

Ten estaba nervioso, pero le daba consuelo saber que no era el único, fijándose discretamente en Taeyong podía darse cuenta de que sus manos agarraban con demasiada fuerza el volante, y terminó de confirmar su nerviosismo cuando extendió la mano para prender la radio, pues temblaba.

Durante el trayecto intercambiaron una que otra palabra, Ten no sabía de qué hablar y Taeyong estaba muy nervioso como para hacerlo.

Taeyong estaba muriendo lentamente, no pensó que salir en una cita iba a ser tan difícil, habían salido con Johnny fingiendo ser pareja, ¿por qué ahora era tan diferente? Temía que Ten no se sintiera cómodo saliendo de esa forma, que se diera cuenta de sus intenciones, pero que no se diera cuenta también le causaba temor. ¿Cómo podía ser obvio sin ser tan explícito? Llegaron a su destino, Ten se le adelantó y ya no pudo abrirle la portezuela, aprovechó ese momento para inhalar profundamente y quitarse la vergüenza de encima porque sino no iba a funcionar.

Taeyong caminó a su lado guiándolo. Se había dado a la tarea de investigar y entre todo había encontrado aquella exposición, una exposición de luces que parecía ser muy bonita, y lo confirmó cuando entraron. Eran distintas salas y las luces se encargaban de formar figuras y transportarlos a un lugar completamente diferente. Taeyong se alivió al ver que Ten lo estaba disfrutando, había silencio, pero las palabras no eran necesarias en ese momento; la incomodidad se había disipado, ya no sentían tensión, al contrario, caminaron juntos a lo largo de toda la exposición, compartieron sonrisas y varias miradas; pero no se tocaron, y cuando sus manos chocaban las apartaban casi de inmediato.

Escapando de mi ex I TaeTenWhere stories live. Discover now