Capítulo XXIII: Aquí, justo delante de mí

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Esa sensación de incomodidad se mantuvo presente en mi pecho y provocó una  completa ausencia en la vídeo llamada con papá y otro de sus compañeros con los que estaba allá arriba. Mamá había llegado hace dos días, luciendo bastante diferente. El cabello largo estaba rizado al natural en su totalidad, usaba colores menos grises o blancos y más vibrantes, rosa y rojo; sus pantalones de lino fueron suplantados por jeans y no mencioné nada cuando vi zapatillas deportivas en lugar de sandalias o bailarinas. Lo compensaba verla feliz en verdad o al menos lo suficiente como para permitirme comer una pizza hecha de masa regular, con queso regular y salsa no orgánica.

Reggie no apareció en casa esos dos días mientras que Alex estuvo temprano en la mañana. Me hizo compañía ese lunes en la escuela mientras que Julie tenía clase de música junto con Carrie y Nick. Yo estuve por mi cuenta en el área de recreación en el corto espacio que tenía libre. No me atreví a decirle que sabía la gran parte de su pequeño secreto porque no tenía ni idea de cómo traerlo a la conversación sin meter en problemas a Reggie.

Me disculpé con mamá a la hora de la cena cuando mi teléfono sonó en el sofá y debí pararme de la isla de la cocina donde estamos comiendo. Revisé los mensajes y leí el último que había llegado. Buenas noticias. Chasqueé mi lengua. Me gustan las buenas noticias.

De: Julie Molina

Sé que parece mentira, pero papá dice que repondrá los daños del sábado pasado y nuestra oportunidad con los agentes...Puedes quedarte a dormir. También hablará con tu mamá si es que aceptas

—Mamá... —me planteé la idea y repasé muy bien qué decir para evitarme que diga que no—, ¿puedes llevarme a casa de Julie mañana?

Dejó de comer y yo tracé el borde del teléfono, inquieta, balanceándolo en mi mano.

—¿Por qué? ¿Qué hay mañana?

—Bueno... —Me detuve antes de soltar la mentira que saldría de mis labios sin mucho rollo, ¿para qué le mentiría si ya estabamos bien?—. Julie tiene una banda, ¿recuerdas? Ya eso lo sabías. Y es honestamente muy buena. Mañana su papá organizó una presentación y me han invitado. Incluso dice que puedo quedarme a dormir, dice que llamará para hablar contigo.

Miró su plato de pizza por unos segundos, los lentes de lectura protegían sus ojos como vidrieras. Cerró los ojos y se contuvo hasta que habló:

—No creo que debas de pasar una tarde afuera cuando podrías estar estudiando para los examenes que vienen...

Ahí iba mi esperanza de que las cosas hubieran cambiado.

Cabeceé—. Bueno, está bien. Le diré que no voy.

—Espera, no he dicho que no irás. Sólo estaba expresando mi opinión referente al tema. No des respuesta todavía —añadió causando que la mirara con extrañeza y cautela. Relamió sus labios, calculando muy bien sus palabas, puso los lentes sobre su cabeza—. Asumo que si no te llevo buscarás una manera de escaparte por la ventana y me gustaría evitar llevarte al hospital por algún hueso roto.

Mi rostro se tornó pálido—. ¿De qué estás hablando? No me he escapado por la ventana.

¿Qué tanto había dicho Luke en esa nota?

—Los vecinos te han visto saltando la cerca de la casa las veces que casualmente han estado buscando al desordenado gato y subiendo la escalera por tu ventana desde su balcón en las noches...— Mamá me vio con una expresión neutra. No supe cómo refutar eso porque no era algo que había pensado podía ocurrir. Los vecinos siempre estaban ocupados con sus cosas y de hecho, nunca tenían tiempo para preocuparse del gato, por eso se colaba a nuestra casa. ¿Cómo había omitido que podía ser delatada?—. Ni intentes negarlo, perderás el caso.

Starlight |Julie and the phantoms|Where stories live. Discover now